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2013 Portus gaditanus - Traianvs

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<strong>2013</strong> © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/Romanos. Es posible que la abundante producción cerámica –especialmente anfórica–de estas tierras durante el Alto Imperio dejara su impronta en el tiempo en forma de lagunas,transformándose su espacio una vez abandonadas las canteras. 395 Análisis de laspastas cerámicas exhumadas en el entorno podrían aclarar esta hipótesis que dejamosconsignada de cara a futuras investigaciones. 396Junto a la laguna Salada, antes de ella, se ha conservado un tramo de la calzadaen una isleta central elevada sobre el camino actual, que se abre y pasa a su derecha e izquierda.En los últimos años las aguas de lluvia han ido descubriendo la estructura a lavez que la han socabado, desprendiéndose piedras de sus paramentos exteriores. Tieneunos 60 m de longitud, 8’50–9 m de anchura y 1’30–1’50 m de altura, contemplándoseen algunos puntos el perfil completo de la obra (Figura 72). Llama la atención su robustez,aunque sus paramentos aparentan ser algo menos firmes –piedras ostioneras máspequeñas– que los conservados en el Coto de la Isleta, por disponerse éstos en un medionatural más hostil que requería mayor firmeza y protección que en la campiña. Ruiz deCortázar describió en 1764 los vestigios de la calzada que entonces contempló por estastierras inmediatas a las lagunas: “véase el día de hoy la firmeza de este Arrecife, hechode piedra y argamasa, con llaves a los extremos de piedras grandes que sostienen laobra, y sigue en largo trecho en parte arruinado y en parte subsistente.” 397Es el de las lagunas otro testigo que ha llegado a nuestros días de lo que en sutiempo fue una espléndida obra de ingeniería, una verdadera ‘obra de romanos’ dignade ser conservada y, una vez excavada y puesta en valor, de ser visitada por los amantesdel patrimonio y la historia. Y no sólo el tramo apuntado, porque la calzada romana seaprecia a ras de suelo en otras isletas por las que pasa a derecha o izquierda el caminoactual. Esto lo observamos a lo largo, al menos, de unos 200 m antes del tramo indicado,encontrándose la calzada cubierta y oculta sólo por una pequeña capa de humus, que lesirve de protección (Figura 73). Son las isletas las que parecen marcar la presencia de lavía romana; todas, por cierto, cubiertas de palmas, como el lugar donde en 1744 se hallóel miliario de la reforma de la Vía en tiempos de Nerón. Al menos en este paraje parececierto lo que Esteban Rallón escribió a mediados del siglo XVII al decir que “El arrecifeque desde que sale de el Puerto se endereza a la mesa de Asta está casi entero”, y delque Ruiz de Cortázar, a mediados del XVIII, apuntó: “...cuyo Arrecife en parte subsiste,hemos visto y reconocido”. Y nosotros, a comienzos del XXI, con el lógico deterioroque conlleva el paso del tiempo, también.395Sobre el origen de las lagunas, Gavala (1959, reed. 1992, p. 88) escribió: “Entre Sanlúcar,Chipiona y Rota, las arenas voladeras penetraron tiempo atrás unos seis kilómetros del mar,pues se conservan rodales arenosos sin conexión unos con otros ni con las dunas litorales haciael km. 6 de la carretera de El Puerto a Rota, y en las proximidades de la Laguna Juncosa. Estasdos manchas de arenas voladeras son restos de otra más extensa que debió cubrir el Pago de Villarana,y con la cual guarda indudable relación un grupo de lagunas: Laguna Salada, LagunaChica y Laguna Juncosa, situadas en la cabecera de la cuenca de un arroyo afluente del Saladode Rota [arroyo de Villarana] que quedó aislado del tramo siguiente del cauce precisamente poresa invasión de arenas procedentes de la costa. No hay otro modo de explicar su formación”.396Una cantera de margas determinó que localizáramos el yacimiento protohistórico de Las Beatillas,al extremo este de la Sierra de San Cristóbal: Ruiz, Pérez, López y Monclova, 1990: 11-38.397Op. cit., p. 137.162

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