2013 Portus gaditanus - Traianvs

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2013 © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/ciudad por este lugar en la Edad Moderna, su trazado se marcó conservando el de la calzadaromana, como se observa en su prolongación por el camino del Tejar (Figuras 28–40). Así pues, Santa Clara ha llegado a nuestros días como el ‘fósil’ de un tramo de laVía Augusta. Arriba de la calle, en el entorno de la ermita de Santa Clara, apostada juntoal milenario camino, se ha excavado en los últimos años una necrópolis (de los siglosXVI a comienzos del XIX), hallándose alrededor, en palabras de su excavadora, “algunosvertidos alfareros dispersos de época romana altoimperial, posiblemente de época augustea.”376 Restos coetáneos, pues, a la construcción de la calzada.Recorriendo el Camino de los RomanosEnfrente de la ermita, bajo el asfalto del Camino del Tejar (ronda de Valencia)se encuentra el lugar por donde comenzaba a adentrarse en la campiña la Vía Augusta:por otro nombre, Camino de los Romanos o Arrecife de los Romanos. Tejares, con el sinónimode alfares, es lo que encontraremos camino arriba. En su arranque, frente al actualcementerio de Santa Cruz –heredero del de Santa Clara, habilitado en 1806– existióde antiguo la Cruz del camino del Arrecife, de la que conocemos que fue aderezada enmayo de 1699. 377 Tras un primer tramo, a la altura de El Palomar el camino se bifurcaen dos: a la izquierda prosigue el del Tejar; a la derecha, el de los Romanos.El trazado de la calzada por la campiña portuense aún es re conocible en la hoy‘vereda del Camino de los Romanos’, parcialmente oculta por la ocupación de las tierrascolindantes. Es una vía natural que penetra en la campiña flexionándose ligeramentesólo cuando se interpone algún cerro (nunca superiores a 60 m), a la vez que evita elcauce de antiguos arroyos hoy desecados (Figura 70).En 1961, la ‘Hermandad de Labradores y Ganaderos del Puerto’ expuso al Ayuntamientola necesidad que tenían los 71 vecinos que vivían en los márgenes del Caminode Roma de ver reparado su suelo. A la solicitud se respondió que, constando que el caminono figuraba en los planos de las vías pecuarias del Negociado de Agricultura y quela reparación ascendería a más de un millón de pesetas, se preguntara a los vecinos beneficiariosen qué medida estarían dispuestos a contribuir a sufragar las obras. 378 No nosconsta que se realizara la reforma, pero es destacable que el camino no fuera consideradocomo una antigua vía pecuaria, porque ciertamente no lo era ni en su origen lo fue.El trazado de la Vía Augusta que vamos a seguir viene a ser el mismo –como nopuede ser de otro modo– que le señaló a César Pemán en 1942 un agricultor de Trebujena,Antonio Briante Caro; en palabras de Pemán, “buen observador de las antigüedadessobre el terreno, provisto de una culta curiosidad por enterarse de todo y de un bagajeliterario sorprendente entre las personas de su clase. [...] conoce el terreno y sus másmenudas ocurrencias en el campo de las antigüedades palmo a palmo y día por día.” 379376López Rosendo, 2008: 39-74.377Se le instaló entonces una nueva peana. En la obra, dirigida por el maestro mayor de obrasdel municipio, Francisco de Guindos, se emplearon dos carretadas de piedra y dos cahíces de cal.El reparo costó 237 reales. AHMPSM: legajo 1649, Papeles Antiguos, leg. 48.378AHMPSM: Act. Cap. perm. 1961: cabs. 28-VI, f. 75; 28-VII, f. 97v; 6-X, f. 163v.379Pemán, 1948: 256-259.157

2013 © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/Es el mismo camino que mediado los 70 identificó Pierre Sillières 380 y que nosotros volvimosa sacar a la luz a fines de los 80 en base a nuestras prospecciones arqueológicas. 381Pero el Camino de los Romanos era bien conocido desde mucho tiempo atrás.El fraile jerónimo jerezano Esteban Rallón (1608–1689), en su Historia de Xerezde la Frontera, escrita hacia 1660, nos dejó el primer testimonio que conocemos delviejo camino, anotando que Asta “está distante de el Puerto Menesteo [lo identifica conEl Puerto] diez y seis millas que hacen cuatro leguas, en todas las cuales se descubre elarrecife o calzada que hicieron los romanos. [...] El arrecife que desde que sale de elPuerto se endereza a la mesa de Asta está casi entero [...] Aquel camino va a Sevilladesde el Puerto [...] y se echó por allí para que se fuera por él a Asta; perdida Asta ymudada a Xerez, se ha perdido aquel camino totalmente y está en partes plantado deviñas y olivares.” 382De mediados del siglo XVIII es el testimonio de Anselmo J. Ruiz de Cortázar,que reconoció de visu los vestigios de la calzada: “...cuyo Arrecife en parte subsiste,hemos visto y reconocido”. Sobre el trazado del camino escribió: “...desde aquí [puentede Suazo] a un estero (que hoy se dice río de San Pedro en que se ven vestigios de otropequeño puente), pasaba por el Coto de la otra Banda del Puerto de Santa María, seguíapor el puente y después de pasar el Puerto se dirigía por el camino (que hoy conservael nombre de Arrecife) a la colonia Hasta, después a la villa de las Cabezas, la Alcantarillay atravesaba toda España. Los autores que escribieron de Cádiz, embarazadacon la travesía del río Guadalete por el Puerto sin reparar en las ruinas de su puente nien el camino del Arrecife que sale de él para Hasta, y sin acordarse del Itinerario deAntonino Pío, que dirigía el camino de tierra por el Puerto, dan distinta ruta al Arrecife.Lo cierto es que este camino sagrado llegaba al Puerto y permanece al Norte de él, porel que se iba a Hasta distante dieciséis millas; véase el día de hoy la firmeza de esteArrecife, hecho de piedra y argamasa, con llaves a los extremos de piedras grandes quesostienen la obra, y sigue en largo trecho en parte arruinado y en parte subsistente.” 383Del mismo modo, rebatiendo la opinión de los jerezanos Martín de Roa y BartoloméGutiérrez, que postulaban por la identificación de Asta Regia con Jerez, ratificaba el historiadorportuense: “...con especial observación he caminado por el arrecife que saledesde las casas de esta ciudad hacia la Mesa de Asta que le cae al Norte (y Jerez alNordeste), y aunque interrumpido en algunas haciendas de viñas y otras posesiones,sigue derechamente desviándose de la ciudad de Jerez más de una legua y correspondenlas dieciséis millas que pone el Itinerario citado y no las seis millas que expresó el PadreRoa.” 384 1583801976: 27-67; 1977: 331-343.381Pérez Fernández, Ruiz Gil y López Amador, 1989: 29-38.382El manuscrito fue editado en Jerez por Manuel Bertemati en 1890-1894. Tomo I, pp. 18 y25. 383 Op. cit., 1764: 153, 136-137.384Op. cit., 1764: 20. Martín de Roa: Santos Honorio, Eutichio, Esteban, Patronos de Xerez dela Frontera. Nombre, sitio, antigüedad de la Ciudad, Valor de sus ciudadanos. Sevilla, 1617,caps. I y II.

<strong>2013</strong> © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/ciudad por este lugar en la Edad Moderna, su trazado se marcó conservando el de la calzadaromana, como se observa en su prolongación por el camino del Tejar (Figuras 28–40). Así pues, Santa Clara ha llegado a nuestros días como el ‘fósil’ de un tramo de laVía Augusta. Arriba de la calle, en el entorno de la ermita de Santa Clara, apostada juntoal milenario camino, se ha excavado en los últimos años una necrópolis (de los siglosXVI a comienzos del XIX), hallándose alrededor, en palabras de su excavadora, “algunosvertidos alfareros dispersos de época romana altoimperial, posiblemente de época augustea.”376 Restos coetáneos, pues, a la construcción de la calzada.Recorriendo el Camino de los RomanosEnfrente de la ermita, bajo el asfalto del Camino del Tejar (ronda de Valencia)se encuentra el lugar por donde comenzaba a adentrarse en la campiña la Vía Augusta:por otro nombre, Camino de los Romanos o Arrecife de los Romanos. Tejares, con el sinónimode alfares, es lo que encontraremos camino arriba. En su arranque, frente al actualcementerio de Santa Cruz –heredero del de Santa Clara, habilitado en 1806– existióde antiguo la Cruz del camino del Arrecife, de la que conocemos que fue aderezada enmayo de 1699. 377 Tras un primer tramo, a la altura de El Palomar el camino se bifurcaen dos: a la izquierda prosigue el del Tejar; a la derecha, el de los Romanos.El trazado de la calzada por la campiña portuense aún es re conocible en la hoy‘vereda del Camino de los Romanos’, parcialmente oculta por la ocupación de las tierrascolindantes. Es una vía natural que penetra en la campiña flexionándose ligeramentesólo cuando se interpone algún cerro (nunca superiores a 60 m), a la vez que evita elcauce de antiguos arroyos hoy desecados (Figura 70).En 1961, la ‘Hermandad de Labradores y Ganaderos del Puerto’ expuso al Ayuntamientola necesidad que tenían los 71 vecinos que vivían en los márgenes del Caminode Roma de ver reparado su suelo. A la solicitud se respondió que, constando que el caminono figuraba en los planos de las vías pecuarias del Negociado de Agricultura y quela reparación ascendería a más de un millón de pesetas, se preguntara a los vecinos beneficiariosen qué medida estarían dispuestos a contribuir a sufragar las obras. 378 No nosconsta que se realizara la reforma, pero es destacable que el camino no fuera consideradocomo una antigua vía pecuaria, porque ciertamente no lo era ni en su origen lo fue.El trazado de la Vía Augusta que vamos a seguir viene a ser el mismo –como nopuede ser de otro modo– que le señaló a César Pemán en 1942 un agricultor de Trebujena,Antonio Briante Caro; en palabras de Pemán, “buen observador de las antigüedadessobre el terreno, provisto de una culta curiosidad por enterarse de todo y de un bagajeliterario sorprendente entre las personas de su clase. [...] conoce el terreno y sus másmenudas ocurrencias en el campo de las antigüedades palmo a palmo y día por día.” 379376López Rosendo, 2008: 39-74.377Se le instaló entonces una nueva peana. En la obra, dirigida por el maestro mayor de obrasdel municipio, Francisco de Guindos, se emplearon dos carretadas de piedra y dos cahíces de cal.El reparo costó 237 reales. AHMPSM: legajo 1649, Papeles Antiguos, leg. 48.378AHMPSM: Act. Cap. perm. 1961: cabs. 28-VI, f. 75; 28-VII, f. 97v; 6-X, f. 163v.379Pemán, 1948: 256-259.157

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