2013 Portus gaditanus - Traianvs
2013 Portus gaditanus - Traianvs 2013 Portus gaditanus - Traianvs
2013 © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/A las órdenes de la primera autoridad se encontraría un procurador y un ingenieroportuario, y en la Aduana, un equipo formado por tabularii, que controlaban la entradade los productos, secretarios, pesadores, contables, tenedores de libros y registros...Y con el personal administrativo, un considerable número de obreros y esclavos dedicadosa las labores portuarias: estibadores, porteadores, gruistas, barqueros, calafateadores...Y ojo avizor, preparando y controlando los fletes en los barcos mercantes, losnegotiatores y mercatores como representantes de los navicularii o armadores.Después de la época dorada que para Gades fueron los siglos altoimperiales,cuando el comercio exportador marítimo languideció hasta su práctica extinción, el PortusGaditanus tomó progresivamente su propio rumbo, desvinculándose de la ciudad que locreó para convertirse, entre los siglos IV al VI d.C. y con parámetros económicos distintos,en el núcleo urbano más poblado de la bahía. De ello escribiremos en el próximo capítulo.Decíamos que los vestigios exhumados, aunque no publicados, en el entorno del Castillode San Marcos indican la presencia en este lugar, en todo tiempo marcado de un caráctersacro, de importantes estructuras edilicias vinculadas a las infraestructuras del Portus Gaditanusy, probablemente, a un templo. Se levanta el Castillo sobre un suave cerro dunarya existente en época romana –formaba parte del manto eólico litoral– y a cuyos pies, enuna ensenada no natural sino abierta ex profeso, debieron de situarse algunas de las instalacionesportuarias que estableció Balbo. Ensenada artificial que existió hasta que en 1776se habilitó en su espacio la plaza de la Pescadería y un embarcadero de madera sobre puntales.Al igual que en época romana, este enclave fue desde la Edad Media el centro de lavida comercial y pesquera en los tiempos en que la economía y la sociedad portuenses girabanen torno al tráfico de barcos en el río; lugar de continuo bullicio y tránsito de pescadores,comerciantes y mercaderías, donde se percibía el pulso de la ciudad comercial quefue El Puerto desde época romana y hasta tiempos recientes. 258La orilla derecha del Guadalete que abrió Balbo no se situaba a la altura actual,sino más al interior, al menos hasta el borde de las casas de la Bajamar. De hecho, lasfachadas posteriores de las casas de los cargadores a Indias –siglos XVII y XVIII– quese emplazaban en esta primera línea del río, daban al linde de la orilla, donde cada unocontaba con su propio muelle para el embarque de sus cosechas de la campiña portuense:principalmente, vino y aceite; nada nuevo bajo el sol. Eran las casas–palacio del marquésde la Cañada (el muelle, de 1736), del conde de Cumbrehermosa (1738), Juan Vanderpoel(1778) o Gaspar Aguado (1784). 259La estrecha y secular vinculación de El Puerto con el mar siempre se realizódesde la orilla de la ciudad, al menos desde la fundación de Santa María del Puerto enel s. XIII. Desconocemos si el margen izquierdo del río –la otra banda, como tradicionalmentefue llamada por los portuenses– fue ocupado en época romana, y de serlo, eluso que le dieron. Sólo nos consta que desde el medioevo la ribera izquierda siempreestuvo orillada, con algunas barcas fondeadas en el fango, y poco más. No fue hasta comienzosdel XX cuando su cauce comenzó a canalizarse con murallas de piedra, en un258Algunos apuntes históricos sobre la plaza de la Pescadería, en Pérez Fernández, 2001:161-167.259AHMPSM: Act. Cap. 1736, cab. 15-III, f. 43v. Act. Cap. 1738, cab. 8-V, ff. 107v-108. Act. Cap. 1778,cab. 29-VIII, f. 337. Act. Cap. 1784, cab. 27-X, ff. 156v-157.107
2013 © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/principio 200 m lineales desde el puente de San Alejandro río abajo, hasta que en 1951se amplió con otros 340 m. Hasta entonces, como muestran las fotografías de la época(Figura 22), el cauce del río en su desembocadura era más amplio, al menos el dobleque hoy presenta. 260 Acaso con una anchura suficiente para que sus aguas se cruzasenpor el puente de los treinta arcos que a mediados del siglo XII, siguiendo fuentes quedesconocemos, refirió al–Zuhri.L. Valerio FeculaAl fondo de la boca del Guadalete que abrió Balbo, en torno al espacio dondese ubica la iglesia–convento del Espíritu Santo (Figura 40 nº21), a mediados del sigloXVIII se produjo el hallazgo de una doble inscripción funeraria, según nos legó una décadadespués con estas palabras Ruiz de Cortázar: “En el año de 1754 se descubrió unapiedra de mármol que se halló inmediata al convento del Espíritu Santo y se halla enlas Casas del marqués de la Cañada, Don Guillermo Tirry”. 261 Contenía estos epígrafes,tal vez de hijo y madre:D[IIS]. M[ANIBVS]. S[ACRUM].L. VALERIUS FECULAIIII. VIR. AN[ORVM]. LXXXS[IT]. T[IBI]. T[ERRA]. L[EVIS].——–D. M. S.ACILIA ANTUCAAN. CIIK.S.H[IC].S[ITA].C[ARA].S.T.T.L.que traducidos rezan:CONSAGRADO A LOS DIOSES MANESL. VALERIUS FECULAIIII VIR DE 80 AÑOSSÉATE LA TIERRA LEVE——–CONSAGRADO A LOS DIOSES MANESACILIA ANTUCADE 102 AÑOSAQUÍ YACE QUERIDA DE LOS SUYOS. SÉATE LA TIERRA LEVEAparte lo curioso de la sorprendente longevidad de Acilia Antuca, es de gran interésla primera inscripción, porque se conoce que Lucio Valerius Fecula desempeñó enGades –como años antes (44–43 a.C.) lo hiciera el fundador del Portus Gaditanus, LucioCornelio Balbo– el destacado cargo de quattuorvir, función pública que, según RodríguezNeila, llevaba aparejado en la persona de Fecula “una muy probable función edilicia”. 262Por ello, parece probable que bajo el nombre de este destacado miembro de la gens Va-260Pérez Fernández, E.: El Coto de la Isleta... Inédito, cap. 4.261Op. cit., 1764: 129.262Rodríguez Neila, 1980: 70-71 y 127. Estos quattuorviri aedilicia vienen a ser lo mismo y aocupar las mismas funciones que los curator.108
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<strong>2013</strong> © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/A las órdenes de la primera autoridad se encontraría un procurador y un ingenieroportuario, y en la Aduana, un equipo formado por tabularii, que controlaban la entradade los productos, secretarios, pesadores, contables, tenedores de libros y registros...Y con el personal administrativo, un considerable número de obreros y esclavos dedicadosa las labores portuarias: estibadores, porteadores, gruistas, barqueros, calafateadores...Y ojo avizor, preparando y controlando los fletes en los barcos mercantes, losnegotiatores y mercatores como representantes de los navicularii o armadores.Después de la época dorada que para Gades fueron los siglos altoimperiales,cuando el comercio exportador marítimo languideció hasta su práctica extinción, el <strong>Portus</strong>Gaditanus tomó progresivamente su propio rumbo, desvinculándose de la ciudad que locreó para convertirse, entre los siglos IV al VI d.C. y con parámetros económicos distintos,en el núcleo urbano más poblado de la bahía. De ello escribiremos en el próximo capítulo.Decíamos que los vestigios exhumados, aunque no publicados, en el entorno del Castillode San Marcos indican la presencia en este lugar, en todo tiempo marcado de un caráctersacro, de importantes estructuras edilicias vinculadas a las infraestructuras del <strong>Portus</strong> Gaditanusy, probablemente, a un templo. Se levanta el Castillo sobre un suave cerro dunarya existente en época romana –formaba parte del manto eólico litoral– y a cuyos pies, enuna ensenada no natural sino abierta ex profeso, debieron de situarse algunas de las instalacionesportuarias que estableció Balbo. Ensenada artificial que existió hasta que en 1776se habilitó en su espacio la plaza de la Pescadería y un embarcadero de madera sobre puntales.Al igual que en época romana, este enclave fue desde la Edad Media el centro de lavida comercial y pesquera en los tiempos en que la economía y la sociedad portuenses girabanen torno al tráfico de barcos en el río; lugar de continuo bullicio y tránsito de pescadores,comerciantes y mercaderías, donde se percibía el pulso de la ciudad comercial quefue El Puerto desde época romana y hasta tiempos recientes. 258La orilla derecha del Guadalete que abrió Balbo no se situaba a la altura actual,sino más al interior, al menos hasta el borde de las casas de la Bajamar. De hecho, lasfachadas posteriores de las casas de los cargadores a Indias –siglos XVII y XVIII– quese emplazaban en esta primera línea del río, daban al linde de la orilla, donde cada unocontaba con su propio muelle para el embarque de sus cosechas de la campiña portuense:principalmente, vino y aceite; nada nuevo bajo el sol. Eran las casas–palacio del marquésde la Cañada (el muelle, de 1736), del conde de Cumbrehermosa (1738), Juan Vanderpoel(1778) o Gaspar Aguado (1784). 259La estrecha y secular vinculación de El Puerto con el mar siempre se realizódesde la orilla de la ciudad, al menos desde la fundación de Santa María del Puerto enel s. XIII. Desconocemos si el margen izquierdo del río –la otra banda, como tradicionalmentefue llamada por los portuenses– fue ocupado en época romana, y de serlo, eluso que le dieron. Sólo nos consta que desde el medioevo la ribera izquierda siempreestuvo orillada, con algunas barcas fondeadas en el fango, y poco más. No fue hasta comienzosdel XX cuando su cauce comenzó a canalizarse con murallas de piedra, en un258Algunos apuntes históricos sobre la plaza de la Pescadería, en Pérez Fernández, 2001:161-167.259AHMPSM: Act. Cap. 1736, cab. 15-III, f. 43v. Act. Cap. 1738, cab. 8-V, ff. 107v-108. Act. Cap. 1778,cab. 29-VIII, f. 337. Act. Cap. 1784, cab. 27-X, ff. 156v-157.107