<strong>2013</strong> © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/– El lugar referido es plenamente reconocible en la toponimia y la cartografía antigua(Figura 88 nº3). El Palmar de la Victoria (del convento de la Victoria) se sitúa a la salidade El Puerto por la carretera de Jerez (frente a un conocido centro comercial), espaciohoy ocupado por el polígono industrial El Palmar. Desde el siglo XIII, tras la conquistaalfonsí, fueron terrenos baldíos de los Propios de la ciudad, y en las zonas inmediatas alos meandros del Guadalete, de fértiles huertas durante el Medioevo y la Edad Moderna,alimentadas por dos caños del río que se adentraban al oeste tierra adentro. 241 Aquí selevantó en el s. XVI una fuente que sería reparada o reconstruida a mediados del XVII,perteneciente a la conducción de aguas que desde La Piedad suministraba a El Puerto. 242– La mención del lugar como cantera no hace referencia a una cantera natural de extracciónde piedra, porque en El Palmar nunca hubo piedra natural que extraer, sino quealude a un espacio donde el hombre acumuló muchas piedras para un determinado fin.Es el mismo caso que el cuarto bajo citado, Sidueña o Cantera Vieja, que nombra a loscimientos de piedras de las ciudades que conforman el yacimiento arqueológico del Castillode Doña Blanca, cantera antrópica que otros documentos también llaman, ubicándolaen relación a las canteras–cuevas de la Sierra de San Cristóbal, la cantera de abajo.– La estructura se formó con piedra viva –mezclada con tierra o aluviones– y con acúmulosde piedras superpuestas sin trabazón. Y dice el texto que la obra se hizo parahacer arrecife aquel paraje. Aquí ha de entenderse arrecife como sinónimo de bajo marinoo fluvial, es decir, la disposición artificial de un entramado de piedras que cubre elnivel de las aguas.– El propósito de la obra lo desconocemos, pero cabe pensar, al menos, en tres finalidades.Pudiera ser un dique de contención –los aggeres romanos– ante las avenidas delrío. Pero de ser así, ¿para qué en este lugar?, distante del núcleo central del <strong>Portus</strong> Gaditanus.Acaso existía en las inmediaciones alguna villa, industria o camino (el que conducíaa Sidueña–Doña Blanca ya existiría), o tal vez la tradición de las huertas del Palmarviene de muy antiguo. Otra posibilidad que observamos es que se tratara de una obra decanalización vinculada directamente a la formación artificial del curso del Guadalete porBalbo el Menor. De ser así, dos posibilidades estimamos: Si, como creemos, en épocaromana la madre vieja del Guadalete pasaba a espaldas del Coto de la Isleta, por terrenosde marisma y caños, durante las crecidas y las avenidas el ímpetu de las aguas debió deser considerable, por lo que tal vez fuera precisa una pantalla artificial que disminuyesela fuerza del caudal. O quizás la estructura fuese una cortadura del río que desviara elcurso natural hasta unirse a la desembocadura abierta por Balbo o a la natural del SanPedro. La tercera finalidad que planteamos –y es la que intuimos como la cierta– es quela estructura pétrea correspondiera a un dique dispuesto desde tierra firme hasta el cursodel río para servir de embarcadero. De ser así, sería un muelle anterior al habilitado porBalbo, utilizado en los comienzos de la romanización –comienzos del siglo II a fines delI a.C.– por los asentamientos rurales y alfares próximos para el embarque de la producciónagrícola. Invita a esta hipótesis su ubicación en una ensenada natural a la espalda241Para solazarse y cazar pájaros, a las huertas del Palmar acudió varias jornadas Felipe V y lafamilia Real en el verano de 1729, recién incorporada la ciudad a la Corona.242Caballero Sánchez, 2006: 24-25.101
<strong>2013</strong> © Juan José López Amador (lopezama@ono.com) - Enrique Pérez Fernández http://www.traianvs.net/de la barra del Coto de la Isleta, entorno que hace dos mil años debía estar surcado, juntoal curso de la madre vieja del Guadalete, por caños mareales abiertos en las marismas,como los que existen hoy anejos al curso del San Pedro (Figura 23). En las inmediacionesdel convento de la Victoria se exhumaron numerosas ánforas republicanas, algunasdepositadas en el Museo Municipal.Sobre la probable existencia en el Palmar de la Victoria de una obra romana contamoscon otro interesante testimonio que nos legó Antonio Alcalá Galiano (1789–1865),el viejo liberal romántico gaditano que en su Recuerdos de un anciano (1864) 243 dejó escrito:“Palmar llaman en Andalucía a ciertos terrenos incultos que allí abundan, y debensu nombre a estar llenos de palmas enanas que no sé cómo deben llamarse, pues aunquesoy en extremo aficionado a árboles, plantas y flores, ni sé de ello lo que sabe no ya unbotánico, sino acaso el jardinero u hortelano más tosco y rudo. Este Palmar del Puerto,teatro de la hazaña de O’Donnell y Saarsfield, tiene cierta fama. Cuando en los pueblosde la Andalucía baja, vecinos a la costa, se habla de una persona de mucha edad, yquiere ponderarse su vejez, es común decir de ella que tiene más años que el Palmardel Puerto.”Leído este viejo refrán portuense –que estuvo en uso hasta los últimos años 60o 70 y aún se recuerda–, cabe preguntarse sobre su origen, que entendemos puede tenerdos significados. El más explícito, que haga referencia a la antigüedad del terreno comoparte de los Propios de la ciudad desde el siglo XIII. Pero extraña que esta circunstancia,aplicable a otros espacios del término, diese nacimiento al refrán. ¿Porqué no más antiguoque las playas del Puerto, o que el Egido del Puerto, o que el Castillo de San Marcos...?Marcar como rasgo de vetustez la antigüedad de un espacio geográfico en concretoparece un argumento poco consistente. Su origen debe ser otro, aunque en tiempos deAlcalá Galiano probablemente ya se hubiese olvidado y la cantera del Palmar desaparecido.Más lógico nos parece relacionar la comparación del refrán con una obra artificialhumana de origen remoto o incierto. Y de ser así, habría que vincularla al referido textodel siglo XVII: “...y dura por tradición la memoria que estas piedras las juntaron losantiguos Romanos y Turdetanos, para hacer arrecife aquel paraje”. En cualquier caso,siendo posibles ambas explicaciones, las dejamos abiertas.243Nota 5 del capítulo IX.102