Los casos de la reconversión azucarera en Holguín (Cuba) y de los ...
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IV. El Desarrollo Humano Local y la reconversión de la industria azucarera de HolguínDentro de las UBPC el número de mujeres cooperativistas es notablemente inferior al dehombres, a pesar del intenso trabajo realizado por instituciones como ACPA para incentivara las mujeres a que se incorporen como cooperativistas, como vía no sólo de accesoa los recursos sino también como una el camino para su control.Todas las actividades mecanizadas, o que requieren de un nivel de preparación o de conocimientostécnicos, son desempeñadas por hombres, así como la comercialización y elcontacto con el mundo externo a la UBPC. Las mujeres ejercen todas las funciones encondiciones de subordinación y caracterizadas por roles tradicionales, de ayudantes, cocineras,auxiliares de limpieza, o almaceneras. Solo una exigua minoría de mujeres ocupacargos de dirección en las comunidades rurales y, en el caso de la UBPC estudiadas, todoslos cargos son ocupados por hombres.La masculinización del poder en la provincia es expresión del arraigo de una cultura patriarcalque permea todas las relaciones, incluyendo a las propias mujeres, lo que limitalos procesos de empoderamiento y de autonomía de este grupo social. En algunos casos,como ACPA y ACTAF, se constata la incorporación sustancial de mujeres a los puestosdirectivos, pero al mismo tiempo, una vez acceden a los cargos de dirección, las mujeresasumen el rol de los hombres.En tercer lugar, se constata una clara desigualdades en el acceso y control de los recursos.Aunque se notan avances en el marco de la familia en el acceso a recursos como la vivienda,el uso del agua y los ingresos; en términos generales, predomina el papel de los hombresejerciendo el mayor control en el ámbito familiar. Son ellos quienes mayormente decidenen qué se emplean los recursos, incluso los generados por las mujeres. Son lasmujeres quienes redistribuyen más su salario al interior del hogar y dejan en manos delos hombres la decisión de cómo invertir el dinero. Igualmente, en tanto los documentosde propiedad de los equipos electrodomésticos (refrigeradores, televisores, efectos de cocina,etc.), implican trámites externos y créditos bancarios, son realizadas también porlos hombres.En cuarto lugar, se observan fuertes desigualdades salariales, resultante de las desigualdadesexistentes en la división social del trabajo. En el estudio realizado en Cacocum(GONZÁLEZ y DÍAZ, 2008), para el segundo semestre del 2008, las diferencias salarialesse sitúan entre el 20% en el colectivo de dirección y administración y el 50% en elcorte de caña. En estos resultados inciden factores tales como que la dirección masculinase sitúa en todas las actividades por la que se percibe mayores ingresos: las mujeres faltanmás al trabajo por múltiples razones entre ellas los roles que tienen que ver con la economíadel cuidado; y el pago es por resultados finales y los hombres tienen mayores rendimientos,entre otras.En quinto lugar, existen diferencias importantes en cuanto a la participación de las mujeresen las acciones de capacitación. Aun teniendo en cuenta la desproporción existenteentre hombres y mujeres en las UBPC, la presencia de las mujeres en las actividades de115
Desarrollo Humano Local: de la teoría a la prácticacapacitación es relativamente insignificante, al menos en las actividades que fueron estudiadasen los años 2007 y 2008. Dependiendo del tipo de actividad del que se hable, larelación de participación es entre 1 a 2 y 1 a 9, relación que se muestra inversa en funciónde aquellas que requieren mayor conocimiento y capacitación. Entre las razones queexplican que las mujeres ocupen determinados puestos, están las diferencias en el nivelcultural, sobre todo en los niveles de mayor edad; y en las dificultades de formación debidoa las exigencias derivadas de la crianza y cuidado de sus hijos/as.En sexto lugar, se constata que el ámbito doméstico sigue siendo un espacio de desigualdad.En el hogar la mujer se mantiene como la responsable de las tareas domésticas, lostrabajos no remunerados, los no visualizados y, aparentemente, sin ningún valor social.Son las mujeres quienes se responsabilizan en cubrir las necesidades de los hijos e hijas, elcuidado a ancianos/as, y otras tareas de apoyo hacia personas de la comunidad. Son ellas,además, quienes redistribuyen sus ingresos hacia el interior del hogar y quienes se ocupande las responsabilidades para con la escuela. Se considera que como una «ayuda» elaporte de los esposos a las labores domésticas realizadas; al tiempo que ellas consideranque «ayudan» cuando participan en actividades de la economía doméstica que generanotros ingresos a la familia como lo es la cría y venta de animales domésticos 79 .Como conclusión de este apartado, se puede señalar que la revolución ha significado importantesavances en cuanto a la igualdad derechos y acceso a oportunidades entre hombresy mujeres, pero que todavía existen barreras muy importantes, sobre todo culturalesy subjetivas, que permiten la existencia de esas brechas de género. Es preciso incrementarlos niveles de formación, capacitación y desarrollo de habilidades de las mujeres con elobjetivo de que puedan adquirir destrezas necesarias para participar en igualdad conotros sectores de la población. Pero a la vez es imprescindible sensibilizar a los hombresen la necesidad de compartir las tareas domésticas en la familia y así la pueda potenciarsu desarrollo integral.c. El papel de las organizaciones internacionales en la incorporaciónde las preocupaciones sobre las desigualdades de géner oDe la investigación se puede concluir, así mismo, la gran relevancia que ha tenido la colaboracióninternacional en la incorporación de las preocupaciones sobre las desigualdadesde género, y lo ha hecho desde una doble vertiente.Por una parte, porque un porcentaje muy alto de las acciones desarrolladas en la provinciahan estado incentivadas por los proyectos de cooperación al desarrollo que sehan implementado en los últimos años. Ello ha sido debido al hecho de que todas las79Esto mismo ocurre en Cienfuegos, porque los hombres no participan en el trabajo de la casa y cuidado de la familia. En algunos casosayudan con las tareas de la casa y con los hijos/as, pero sólo en tareas muy concretas. Sólo los hombres que viven solos, sin hijas/os,asumen la responsabilidad de las tareas domésticas. En el caso de las producciones individuales se mezclan más las tareas productivasy reproductivas, ya que algunas productivas se hacen dentro del ámbito de la casa, como el cuidado de los animales y de loscultivos. En este caso, hombres y mujeres asumen el trabajo productivo agropecuario, quedando las mujeres al cargo del cultivo dehortalizas y ganado menor; y los hombres el ganado. Ver VIADERO y RODRÍGUEZ (2006:9).116
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IV. El Desarrollo Humano Local y <strong>la</strong> <strong>reconversión</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> industria <strong>azucarera</strong> <strong>de</strong> <strong>Holguín</strong>D<strong>en</strong>tro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s UBPC el número <strong>de</strong> mujeres cooperativistas es notablem<strong>en</strong>te inferior al <strong>de</strong>hombres, a pesar <strong>de</strong>l int<strong>en</strong>so trabajo realizado por instituciones como ACPA para inc<strong>en</strong>tivara <strong>la</strong>s mujeres a que se incorpor<strong>en</strong> como cooperativistas, como vía no sólo <strong>de</strong> accesoa <strong>los</strong> recursos sino también como una el camino para su control.Todas <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s mecanizadas, o que requier<strong>en</strong> <strong>de</strong> un nivel <strong>de</strong> preparación o <strong>de</strong> conocimi<strong>en</strong>tostécnicos, son <strong>de</strong>sempeñadas por hombres, así como <strong>la</strong> comercialización y elcontacto con el mundo externo a <strong>la</strong> UBPC. Las mujeres ejerc<strong>en</strong> todas <strong>la</strong>s funciones <strong>en</strong>condiciones <strong>de</strong> subordinación y caracterizadas por roles tradicionales, <strong>de</strong> ayudantes, cocineras,auxiliares <strong>de</strong> limpieza, o almac<strong>en</strong>eras. Solo una exigua minoría <strong>de</strong> mujeres ocupacargos <strong>de</strong> dirección <strong>en</strong> <strong>la</strong>s comunida<strong>de</strong>s rurales y, <strong>en</strong> el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> UBPC estudiadas, todos<strong>los</strong> cargos son ocupados por hombres.La masculinización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>en</strong> <strong>la</strong> provincia es expresión <strong>de</strong>l arraigo <strong>de</strong> una cultura patriarcalque permea todas <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones, incluy<strong>en</strong>do a <strong>la</strong>s propias mujeres, lo que limita<strong>los</strong> procesos <strong>de</strong> empo<strong>de</strong>rami<strong>en</strong>to y <strong>de</strong> autonomía <strong>de</strong> este grupo social. En algunos <strong>casos</strong>,como ACPA y ACTAF, se constata <strong>la</strong> incorporación sustancial <strong>de</strong> mujeres a <strong>los</strong> puestosdirectivos, pero al mismo tiempo, una vez acce<strong>de</strong>n a <strong>los</strong> cargos <strong>de</strong> dirección, <strong>la</strong>s mujeresasum<strong>en</strong> el rol <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres.En tercer lugar, se constata una c<strong>la</strong>ra <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s <strong>en</strong> el acceso y control <strong>de</strong> <strong>los</strong> recursos.Aunque se notan avances <strong>en</strong> el marco <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia <strong>en</strong> el acceso a recursos como <strong>la</strong> vivi<strong>en</strong>da,el uso <strong>de</strong>l agua y <strong>los</strong> ingresos; <strong>en</strong> términos g<strong>en</strong>erales, predomina el papel <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombresejerci<strong>en</strong>do el mayor control <strong>en</strong> el ámbito familiar. Son el<strong>los</strong> qui<strong>en</strong>es mayorm<strong>en</strong>te <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n<strong>en</strong> qué se emplean <strong>los</strong> recursos, incluso <strong>los</strong> g<strong>en</strong>erados por <strong>la</strong>s mujeres. Son <strong>la</strong>smujeres qui<strong>en</strong>es redistribuy<strong>en</strong> más su sa<strong>la</strong>rio al interior <strong>de</strong>l hogar y <strong>de</strong>jan <strong>en</strong> manos <strong>de</strong><strong>los</strong> hombres <strong>la</strong> <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> cómo invertir el dinero. Igualm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> tanto <strong>los</strong> docum<strong>en</strong>tos<strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong> <strong>los</strong> equipos electrodomésticos (refrigeradores, televisores, efectos <strong>de</strong> cocina,etc.), implican trámites externos y créditos bancarios, son realizadas también por<strong>los</strong> hombres.En cuarto lugar, se observan fuertes <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s sa<strong>la</strong>riales, resultante <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>sexist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> <strong>la</strong> división social <strong>de</strong>l trabajo. En el estudio realizado <strong>en</strong> Cacocum(GONZÁLEZ y DÍAZ, 2008), para el segundo semestre <strong>de</strong>l 2008, <strong>la</strong>s difer<strong>en</strong>cias sa<strong>la</strong>rialesse sitúan <strong>en</strong>tre el 20% <strong>en</strong> el colectivo <strong>de</strong> dirección y administración y el 50% <strong>en</strong> elcorte <strong>de</strong> caña. En estos resultados inci<strong>de</strong>n factores tales como que <strong>la</strong> dirección masculinase sitúa <strong>en</strong> todas <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s por <strong>la</strong> que se percibe mayores ingresos: <strong>la</strong>s mujeres faltanmás al trabajo por múltiples razones <strong>en</strong>tre el<strong>la</strong>s <strong>los</strong> roles que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con <strong>la</strong> economía<strong>de</strong>l cuidado; y el pago es por resultados finales y <strong>los</strong> hombres ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayores r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos,<strong>en</strong>tre otras.En quinto lugar, exist<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>cias importantes <strong>en</strong> cuanto a <strong>la</strong> participación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres<strong>en</strong> <strong>la</strong>s acciones <strong>de</strong> capacitación. Aun t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>la</strong> <strong>de</strong>sproporción exist<strong>en</strong>te<strong>en</strong>tre hombres y mujeres <strong>en</strong> <strong>la</strong>s UBPC, <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres <strong>en</strong> <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>115