cuadernos bdsm n° 6

CUADERNOS DE BDSM - nº6“ S O Y C O N S C I E N T E Q U E H A Y G E N T EQ U E M E T O M A C O M O R E F E R E N T E YA S U M O E S T A R E S P O N S A B I L I D A D ”E n t r e v i s t a a K u r tP o r A M O B I L B O- Todos te conocemos como Kurt pero ¿ es tu verdadero nombre?- Pues en mi pasaporte suizo dice que Kurt y que he nacido en octubre del 1952- Tengo entendido que empezaste siendo un chaval de 13 años y que al principiotambién ejerciste de sumiso. ¿Es cierto? ¿Porque cambiaste de rol?- Con 13 años y antes nos atábamos o nos dejábamos atar jugando, y sin tener el másmínimo conocimiento de la existencia de algo como es el sadomasoquismo. Tampocoidentificaba los sentimientos que tenía como eróticos. Mis primeros pasos los daba conuna Mistress que me detectaba en un Bar de lesbianas de Zurich y se daba cuenta que nopodía apartar mis ojos de su traje de látex. Lo que no sabía era que Mistress Mireillatenía fama de ser extremadamente cruel. Pero no tarde mucho en darme cuenta, ya queme lo demostró esa misma noche.- ¿Ese conocimiento como sumiso te ha ayudado luego a ser mejor dominante?- Partiendo de la base que no hay buen dominante sino dominante indicado para segúnque sumisa, no creo que me haya ayudado mucho. Ahora bien, sabía lo que hacía y lorealizaba sin pensármelo dos veces. Yo sabía lo que se puede sentir al otro lado, a pesarde que cada persona percibe las cosas a su manera y no como yo en su momento.- ¿Tu entrada en el mundo de la dominación te supuso algún problema?- El BDSM nunca me ha producido problemas por ser diferente, en lo que al disfrute dela sexualidad se refiere, pero si mi transexualidad. Al llegar a Barcelona en el año 1981,vistiendo falda en lugar de pantalón desde el primer día, creía que debía ser dominantepor ser “mujer”. Tan solo años después (1987) me di cuenta que las faldas no eran parami. A la vez, encontre el gusto de coger la fusta por el mango y no sentirla en el trasero.Mis primeros pasos los he dado bajo la tutela de la legendaria y extraordinaria MaitresseMichelle en el Palacio de Sado de Barcelona.Pag. 31