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Marie__Raymond____Yves__Klein.__Herencias_(3647)

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<strong>Marie</strong> <strong>Raymond</strong>-<strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong>. <strong>Herencias</strong> 15de entrada el gesto de exposición de ésta. En efecto, en 1954, el álbum <strong>Yves</strong>: Peintures da aver al público un catálogo de reproducciones de una serie de diez obras monocromas que<strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong> ya habría realizado. <strong>Yves</strong>: Peintures sitúa, por lo tanto, a <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong> en posiciónde posterioridad en relación al gesto creador del pintor, en la medida en que el álbumpropone al espectador la ilusión de una reproducción de una obra ya existente.Este salto original en la pos-obra, que se convierte en un gesto y sobre todo en una obraartística con todas las de la ley, ¿acaso no realiza en el plano estético la superación de laproblemática del origen y de la evolución que <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong> había anunciado de forma teóricaen 1952? Asimismo, la elección inaugural del monocromo permite a <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong> efectuar laelección absoluta del color, emancipándose así de las problemáticas ligadas a la abstracciónde la Escuela de París y del expresionismo abstracto que triunfa del otro lado del Atlántico.Inmediatamente después de su segunda estancia madrileña, <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong> expondrá en 1955en París sus primeros monocromos, inaugurando así lo que más tarde denominará una«epopeya monocroma», llamada a convertirse en una obra mayor del siglo xx.La exposición que reúne a <strong>Marie</strong> <strong>Raymond</strong> e <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong>, presentada en el Círculo de BellasArtes, quiere mostrar las herencias tanto espirituales como estéticas que existen entresus dos obras. Aunque la obra de uno no proceda formalmente de la del otro, subvirtiendoasí, tal como deseaba <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong>, la lógica lineal de la evolución, la confrontación dedos prácticas artísticas permite restaurar un verdadero diálogo estético, en particular ensu interés común por la dimensión espiritual del espacio. Sin embargo, como afirmabael poeta T.S. Eliot, una obra «realmente nueva», tal como es la de <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong>, tambiénconsigue «producir algo» en la obra materna que, no obstante, la ha precedido. Que estediálogo pueda tener lugar en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes, el mismo lugar en que<strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong> quiso exponer desde 1951 la pintura de sus padres, no hace más que restituir lafuerza original de la relación artística entre <strong>Marie</strong> <strong>Raymond</strong> e <strong>Yves</strong> <strong>Klein</strong>.Traducción de Inés Bértolo

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