CEONOVAS 23
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P Á G I N A 2 8de Austria, el competente y activo empleadode la casa don Eligio Rodríguez,figurando desde ahora a su nombre el citadoestablecimiento. Como jefe de los talleresde compostura, grabado y demás, figuradon Florián Coba. Ambos están siendomuy felicitados. (La Región, 8 de abril de1928)Los años musicalesEl año en que la joyería Cid se instala en elbajo de la catedral, 1919, coincide con otroacontecimiento importante para don Eligio.Concretamente el 22 de julio nacía enOurense el coro “Os Enxebres”, fundadopor él mismo, y que tendrá una vida cortapero intensa dividida en dos etapas, lasegunda de ellas al mando de su hermanoDavid. En su origen, el coro se nutre decomponentes del mítico orfeón “UniónOrensana” para pasar a depender, en susúltimos años, de otra no menos representativaSociedad Artística “La Troya” de ElPuente.En el cartel de Joyería Cid se aprecia el año enque comienza esta tradicional empresaFamilia Rodríguez de la Torre en la inauguración del nuevo local: Carlos, Antonio, Mª Pilar de la Torre, Lorena,Fernando y Andrés (de izda. a dcha.)ta, rodeada de brillantes tallados y, a ambos contabiliza así la quinta dedicada a la tradiciónfamiliar. El matrimonio Rodríguez de lalados, los escudos de Galicia y Ourense.Otra joya de la familia es la que atesora elTorre tendrá cinco hijos: Andrés, Carlos,nieto de don Eligio, Antonio Rodríguez deFernando, Antonio y Lorena.la Torre, y que cuenta con dos siglos de existencia,pues como reza la contraportada, toria, a don Eligio le quedan todavía mu-Pero antes de llegar a esta altura de la his-sale de imprenta en 1806, y lleva por título chos años en el negocio. Estamos en la décadade los 50 y su hijo pequeño,Secretos raros de Artes y Oficios, Obra útil atoda clase de personas. Tomo II, y que contienecuriosos capítulos como Varios secre-2001) se marcha a estudiar a Madrid. PorAntonio Rodríguez Lorenzo (1935-tos pertenecientes a los metales.aquel entonces no era su intención continuaren el negocio familiar, pues sus otrosDon Eligio Rodríguez se casará conPeregrina Lorenzo (1903–2004), con lahermanos habían optado también por caminosdistintos al de la joyería; sin embar-que tendrá cuatro hijos: Manuel, Eligio,Mary Stella y Antonio. De éste último, casadocon Mª del Pilar de la Torrego, ante la petición de don Eligio para queregrese y le ayude con el negocio no puedeSaavedra, saldrá la siguiente generaciónque se ocupará de la joyería, y quenegarse, con lo que se incorpora en esosaños a la joyería.La afición por la música de don Eligio escompartida por su compañero de taller, donFlorián Coba, que también continuará trabajandoa su lado cuando don Eligio se hacecon la joyería Cid. Su profesionalidad, aligual que sus trabajos, alcanzarán fama yrenombre fuera de la provincia, puesambos se dedican también a enseñar el oficioa reconocidos artesanos del gremio procedentesde toda Galicia.Cuando don Eligio adquiere la joyería, latrastienda de la misma ya era conocida porlas partidas de carta y tertulias organizadaspor don Manuel Cid, tradición que continuaríacon la siguiente generación. Uno delos participantes, don Fernando QuirogaPalacios, gran amigo de don Eligio, recibióde éste como regalo la sortija de obispo,una joya de oro montada sobre amatis-Eligio Rodríguez comenzó en la profesión con tansólo 14 añosDon Antonio Rodríguez gozó de gran prestigiocomo joyero en la sociedad ourensana
P Á G I N A 2 9Es entonces cuando don Antonio, cuartageneración al frente, revaloriza la joyeríacomprando marcas nuevas y dándole un girodefinitivo a la empresa. Hasta la época,sólo unas cuantas joyerías más funcionabanen la ciudad, y mientras la competencia nose hace más palpable, don Antonio consigueir adaptando la Joyería Cid a los tiemposmodernos. Para entonces, el negociolleva ya cinco décadas en la familiaRodríguez, y está a punto de cumplir el siglode existencia, desde que don ValentínCid empezó con la tradición de esta casa dejoyeros, allá por el año 1863. Aunque la joyeríaha cambiado de familia, losRodríguez optan por mantener el mismonombre con que nació, respetandoasí el recuerdo de la familia creadora.La época actual: nace EligioRodríguez Joyeros S.L.Las coincidencias en esta historia, hacenque justo un siglo después de que naciesela Joyería Cid, es decir, en 1963, donAntonio Rodríguez Lorenzo abre en la calleSanto Domingo la firma Eligio RodríguezJoyeros S.L. La decisión, según recuerda suhijo Antonio, fue tomada por gente de suentorno como un auténtico suicidio comercial,pues no entendían cómo se arriesgabaa montar un negocio en esa vía con tan pocofuturo. En aquél entonces el centro ourensanoseguía girando en torno a laCatedral, y la calle Santo Domingo era unenclave nada atractivo y completamentedesaconsejado para el comercio. Sin embargo,el buen ojo y el empeño de donAntonio Rodríguez le hace decidirse firmementepor esa ubicación, quizá sospechandoque Santo Domingo se convertiría en ladinámica calle comercial que es hoy, nexode unión entre San Lázaro y el casco antiguoourensano.Gracias a la labor de don Antonio al frentede la joyería, Eligio Rodríguez Joyeros alcanzasu auge en las décadas de los70, 80 y 90, convirtiéndose en un referentedel sector en Ourense. Don Antonio leimprime a la firma prestigio y calidad, y segana el reconocimiento de la sociedad ourensana,que valora y reconoce su gran profesionalidadcomo joyero, así como su seriedady fiabilidad en el trabajo.Aquella apuesta tan acertada por SantoDomingo dio lugar al establecimiento quela firma posee hoy en el número 41 de lacalle, originalmente emplazado en otro lo-Los tonos oscuros predominan en el elegante local de Santo Domingocal unos metros más adelante, pero rehabilitadocompletamente en la ubicación acyeríacasi tanto como la propia familia.do, dispuesto a aconsejar y ligados a la jotualque ocupa desde noviembre de 2001,Desgraciadamente, a principios de ese mismoaño, en enero, fallece el artífice de estafecha de las últimas reformas. Será con laayuda de su hijo Carlos como donaventura, don Antonio Rodríguez Lorenzo,Antonio lleva a cabo este nuevo proyectoy la adquisición del local.sin poder llegar a ver el resultado final delas obras del establecimiento, ubicado en laEl resultado de las obras dieron lugar a una calle por la que él había apostado casi 40joyería moderna y elegante, de aire distinguidoy acogedor, que utiliza madera deaños atrás.Su hijo, Antonio R. de la Torre -casadowengé y altos techos oscuros en los 300con Isabel Méndez- se hace cargo del negociorepresentando a la quinta generaciónmetros cuadrados que ocupa, además delos mostradores originales procedentes delal frente de esta emblemática y tradicionalprimer establecimiento, pero adaptados a lajoyería. Asimismo, otro de los hermanos,decoración actual. Con la reforma, la joyeríaconsigue crear un ambiente propicio pa-Andrés, el hijo mayor de don Antonio,continúa ligado al negocio trabajando en lara una elección cuidadosa; además, aljoyería Cid, que dio origen a esta tradiciónprestigio de los joyeros Cid yde joyeros.Rodríguez se une un personal especializa-Rolex, Hublot Damiani Stefan Hafner,Centoventuno… son sólo algunas de las exclusivasfirmas que hoy en día EligioAntonio Rodríguez de la Torre es la imagen de laRodríguez Joyeros S.L. ofrece al cliente, enquinta generación al frente de las joyeríasrelojería y alta joyería, de las que posee un90% en exclusiva para la provincia; lo queno excluye la posibilidad de encontrar productosmás asequibles a todo tipo de bolsillo.En la actualidad, todavía es pronto paraaventurar si una sexta generación continuaráesta saga de grandes joyeros. Laque podría llegar a ser una de sus componentes,la pequeña Lucía de año y medio,crece ajena a todo mientras su familiaelabora el protocolo que, además de facilitarlela decisión, asegurará sin duda la pervivenciade una empresa emblemática.
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