De este modo, en un medio ribereño como <strong>el</strong> representadoen la figura 22, los trabajos <strong>de</strong> <strong>control</strong> <strong>de</strong>beríancomenzar en los sectores que conservasen los mejoresrestos <strong>de</strong> vegetación nativa, <strong>el</strong>iminando las poblacionesincipientes como parte <strong>de</strong> un objetivo <strong>de</strong> erradicación yprogresar en <strong>el</strong> sentido que indica la flecha gris. Se ha<strong>de</strong>mostrado que los pequeños focos <strong>de</strong> especies invasorasse expan<strong>de</strong>n a tasas más <strong>el</strong>evadas que los gran<strong>de</strong>s(Moody y Mack 1988a, b). Por lo tanto, como su<strong>el</strong>iminación es más sencilla, plantear los trabajos <strong>de</strong> estemodo supone una inversión reducida que resulta rentablea largo plazo. Se trata pues, <strong>de</strong> priorizar las actuacionescon mayor probabilidad <strong>de</strong> éxito, menor coste y mayorbeneficio <strong>para</strong> la biodiversidad.y la probabilidad <strong>de</strong> éxito <strong>de</strong> estas acciones será siempremayor que <strong>el</strong> <strong>de</strong> nuevas actuaciones, y su coste menor.iii) En general, las actuaciones <strong>de</strong> <strong>el</strong>iminación <strong>de</strong> cañaverales<strong>de</strong>ben comenzar por aqu<strong>el</strong>los situados aguasarriba, y proce<strong>de</strong>r aguas abajo. Las actuaciones <strong>de</strong> <strong>control</strong><strong>de</strong> estas formaciones vegetales su<strong>el</strong>en generar abundantesfragmentos (<strong>de</strong> cañas o <strong>de</strong> rizoma) con capacidad<strong>para</strong> dar lugar a nuevas plantas. Estos fragmentos, al serarrastrados por <strong>el</strong> río, pue<strong>de</strong>n alcanzar tramos <strong>de</strong> riberasno invadidos y originar nuevos focos <strong>de</strong> invasión.c) Establecimiento <strong>de</strong> indicadores <strong>para</strong> <strong>el</strong> seguimiento d<strong>el</strong>as actuaciones.ii) Frente al comienzo <strong>de</strong> actuaciones en nuevas áreas<strong>de</strong> una cuenca invadida, <strong>de</strong>ben priorizarse siempre lasactuaciones <strong>de</strong> repaso. Éstas tienen un bajo coste en com<strong>para</strong>cióncon la actuación inicial —ver apartado 5.4. Análisis<strong>de</strong> costes—, pero son importantes <strong>para</strong> la consolidación <strong>de</strong>su eficacia. Por lo tanto, <strong>el</strong> beneficio <strong>para</strong> la biodiversidadaDurante la ejecución <strong>de</strong> los trabajos, es conveniente realizaruna evaluación <strong>de</strong> la eficacia <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> <strong>control</strong>que se utilicen. De este modo, será posible valorar si convieneseguir aplicándolos como se venía haciendo, introducirmodificaciones o cambiar <strong>de</strong> método (<strong>manejo</strong> adaptativo).Con este fin, se sugiere un procedimiento sencillobasado en <strong>el</strong> establecimiento <strong>de</strong> parc<strong>el</strong>as <strong>de</strong> seguimientoen los distintos sectores, con sus respectivos <strong>control</strong>es.Las parc<strong>el</strong>as pue<strong>de</strong>n tener un tamaño <strong>de</strong> 2 x 2 m, tanto<strong>para</strong> <strong>el</strong> tratamiento como <strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>control</strong>. Esta última <strong>de</strong>berálocalizarse en una zona próxima a la otra, pero lo suficientementealejada como <strong>para</strong> no verse afectada por <strong>el</strong>tratamiento. Antes d<strong>el</strong> inicio <strong>de</strong> los trabajos <strong>de</strong>be contarse<strong>el</strong> número <strong>de</strong> cañas vivas —sólo las vivas— presentes encada parc<strong>el</strong>a. El seguimiento que se sugiere consiste en unconteo <strong>de</strong> los brotes vivos presentes en las parc<strong>el</strong>as antes<strong>de</strong> cada tratamiento.Número <strong>de</strong> cañas emrgentesb2502252001751501251007550250nº inicial <strong>de</strong>sbroce 1ª aplicación 2ª aplicación 3ª aplicaciónFumigación rebroteImpregnación post-corteFigura 23. El recuento <strong>de</strong> los brotes (a) tras la aplicación <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> <strong>control</strong> y la com<strong>para</strong>ción con<strong>el</strong> número inicial <strong>de</strong> cañas vivas, permite un seguimiento sencillo <strong>de</strong> la eficacia <strong>de</strong> los trabajos. Estos datospue<strong>de</strong>n representarse gráficamente, como en este ejemplo (b) que muestra <strong>el</strong> efecto <strong>de</strong> 3 aplicacionessecuenciales <strong>de</strong> herbicida mediante fumigado o impregnación. Imagen: DGA (MAGRAMA) – TRAGSA.La gráfica <strong>de</strong> la figura 23 reflejalas experiencias con dos métodosque difieren en <strong>el</strong> modo <strong>de</strong> aplicaciónd<strong>el</strong> herbicida sobre los brotesque aparecen tras <strong>el</strong> <strong>de</strong>sbroce d<strong>el</strong>cañaveral: fumigación e impregnación.El seguimiento puso <strong>de</strong> manifiestoque ambos métodos provocaban<strong>el</strong> efecto esperado que setraducía en una disminución d<strong>el</strong>número <strong>de</strong> tallos vivos respecto asu número inicial con cada tratamiento<strong>de</strong> repetición. Por <strong>el</strong> contrario,en las parc<strong>el</strong>as <strong>control</strong> seprodujo un incremento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nsidad<strong>de</strong> tallos en un 15% que semantuvo más o menos constantedurante las experiencias.35
Asimismo, resultará <strong>de</strong> gran utilidad disponer <strong>de</strong> fotografíasd<strong>el</strong> área <strong>de</strong> actuación antes <strong>de</strong> los trabajos, y continuarrealizándolas en las distintas fases <strong>de</strong> la intervención (figura24). La <strong>el</strong>iminación d<strong>el</strong> cañaveral es compleja y requiereuna cantidad consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> esfuerzo y tiempo. Transcurridounos meses, se tien<strong>de</strong> a olvidar la situación inicial y acreer que las actuaciones realizadas no producen <strong>el</strong> efecto<strong>de</strong>seado. Las imágenes d<strong>el</strong> estado inicial contribuyen a paliarestas <strong>de</strong>cepciones transitorias que inevitablemente seproducen en <strong>el</strong> transcurso <strong>de</strong> la intervención.36Figura 24 . Aspecto <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> actuación (Riu Verd, Massalavés, Valencia) antes (arriba) y durante (abajo) la intervención <strong>de</strong> <strong>control</strong> d<strong>el</strong>cañaveral. Imágenes: Generalitat Valenciana.
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