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1.karlheinz_deschner- historia criminal del cristianismo

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<strong>historia</strong> bíblica, sino en la teología, y por eso deduce como “primera consecuencia <strong>del</strong>monoteísmo judío” la existencia de una “ética unitaria”, ¡y afirma que el valor máselevado de dicha fe sería el respeto a la vida humana!, “porque, para salvar una vida, yaunque fuese la propia, no sólo pueden, sino que deben quebrarse temporalmente casitodos los mandamientos...”. Sin embargo, ¿no nos enseña la <strong>historia</strong> bíblica de Israel (yno pocos episodios de la contemporánea) que, en efecto, los mandamientos se quiebran amenudo, aunque no para salvar vidas, sino para destruirlas? Lo que no obsta para queLapide llegue a esta segunda conclusión: que el monoteísmo judío implica “la igualdadde todos los hijos de Dios” y “el mismo derecho de todos los mortales a la salvación”, enconcordancia con el “mensaje gozoso <strong>del</strong> monte Sinaí, que ahoga en germen todapretensión de pueblo elegido... 104 Sin embargo, en la Biblia, tal como nosotros laconocemos, predomina un tono muy diferente. Ese Dios de la Biblia es incluso peor quesu pueblo. No exige respeto a la vida humana, ni reconoce la igualdad entre todos, ni elderecho de todos a la salvación por igual, sino todo lo contrario. Una y otra vez protestacontra el que no se hayan ejecutado sus órdenes de exterminio, de que se hayaconfraternizado excesivamente con los infieles. “Tampoco exterminaron las nacionesque les había mandado el Señor, antes se mezclaron con los gentiles, y aprendieron susobras, y dieron culto a sus ídolos, y fue para ellos un tropiezo...” Porque ese Dios quiereser un Dios exclusivo, que no consiente a su lado ninguna otra cosa, “always at war withother gods” (Dewick). Los rivales deben desaparecer. Se anuncia la guerra total dereligión..., tabula rasa! “Asolad todos los lugares en donde las gentes, que habéis deconquistar, adoraron a sus dioses... Destruid sus altares y quebrad sus estatuas; entregadal fuego sus bosques profanos; desmenuzad los ídolos y borrad sus nombres de aquelloslugares.” Órdenes tantísimas veces reiteradas por “el buen Dios” en el AntiguoTestamento. Y si alguno se niega, o incluso propone servir a dioses ajenos, aunque sea elhermano, el hijo o la hija, “o tu mujer, que es la prenda de tu corazón”, debe morir, y “túserás el primero en alzar la mano contra él...”. 105 La traición contra Yahvé, muchas vecesvisto en la figura <strong>del</strong> “esposo” (aunque no de diosas, por supuesto, ni siquiera de unasola diosa, sino <strong>del</strong> pueblo de Israel) merece con frecuencia el nombre de “fornicación”,lo que ha de entenderse al pie de la letra: la madre se “prostituye”, los hijos son unos“bastardos”, las hijas unas “rameras”, las novias “unas adúlteras”, los hombres siguen alas “fornicarias”, a las “prostitutas <strong>del</strong> templo”, “la nación abandona al Señor por amor ala fornicación”, ha aceptado “el salario de la inmundicia”; a veces “la palabra deDios” no titubea en describir la “Tierra de Promisión”, la “Tierra Santa”, como unaespecie de paraíso <strong>del</strong> lenocinio. Ejemplar, así, la conducta <strong>del</strong> profeta Oseas, el queengañó a su mujer en los ritos cananeos de la fecundidad, lo que sin duda no dejaría deservirle de inspiración; pero también Jeremías compara la idolatría de Israel con elcomportamiento de las bestias en celo: “Reconoce lo que has hecho, dromedariadesatinada, que vas girando por los caminos cual asna silvestre, acostumbrada aldesierto, que en el ardor de su apetito va buscando con el olfato aquello que desea...». 106104 Lapide/Pannenberg 9ss.105 Deut. 12,2 ss; Sal. 106,34; cf. también Deut. 7,5; 7,25 y los ant. Pfeiffer 229 ss. Dewick 62 ss.106 Os. 1,2; 2,6 s; 2,9; 2,18; 4,13 s; 9,1 y ant.; Jer. 2,23 s. Preuss 121. Cf. también Deschner, Das Kreuz50 s.Historia Criminal <strong>del</strong> Cristianismo Vol I 57

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