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1.karlheinz_deschner- historia criminal del cristianismo

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En 1699, el teólogo protestante Gottfried Arnold, en su Historia imparcial de la Iglesia yde las herejías, rehabilitaba la figura de Juliano. Pocos decenios después, Montesquieu loelogiaba como estadista y legislador. Voltaire escribió: “Así, ese hombre que nos ha sidodescrito con los trazos de horrible fue quizá el más noble de todos, o por lo menos elsegundo”. Montaigne y Chateaubriand le cuentan entre las máximas figuras históricas.Goethe se alababa de comprender y compartir la animadversión de Juliano contra el<strong>cristianismo</strong>. Schiller quiso hacerle protagonista de uno de sus dramas. Shaftesbury yFielding le ensalzaron y Gibbon considera que merecía haber sido dueño <strong>del</strong> mundo.Ibsen escribió César y Galilea, y Nikos Kazantzakis su tragedia Juliano el Apóstata,estrenada en París en 1948. Más recientemente, entre los años 1962 y 1964, elnorteamericano Gore Vidal le dedicó una novela. El <strong>historia</strong>dor francés André Piganiolconsidera, con razón, que la verdadera grandeza de la figura de Juliano está en el planoético, aunque se equivoca al interpretar el fenómeno de la santidad, como muchos,cuando dice que el emperador le parece más “santo” que la mayoría de los teólogos desu época, lo que no es precisamente un elogio. El <strong>historia</strong>dor Rubín opina que elemperador fue una autoridad en materia de religión y dice que “aunque gran escritor ygran caudillo militar, destaca más como personalidad”. Y también Robert Browning,pese a la severidad de algunos juicios suyos sobre Juliano, concluye resumiendo que fueun literato brillante y que “poseía una nobleza de carácter que le hace destacar casi comoun faro entre los numerosos oportunistas de su época”. 636En cambio, el benedictino Baur (representativo, en esto, de muchos católicos actuales)sigue difamando a Juliano en pleno siglo xx, llamándole “soñador ajeno a la realidad”,“majestad dudosa”, y repetidamente “fanático”, “fanático juvenil”, “fanático resentido”.Le parece falto de “tacto y dignidad”, y sobrado en cambio de “obsesión”, “vanidad sinlímites”, “ridiculez”. En sus actos encuentra “el desvarío <strong>del</strong> fanatismo”, “la intolerancia<strong>del</strong> ideólogo”, “una extraordinaria falta de visión política y de comprensión”. Dice quecomo hombre “no supo distinguir entre las aficiones personales y los deberes ycometidos de un gobernante”, y que dio cargos “a filósofos y charlatanes de todasclases”. Pero, si bien le acusa de “graves persecuciones”, violaciones y muertes decristianas y cristianos, a veces bajo “refinados tormentos”, se contradice cuando afirmaque si Juliano se hubiera sentido más fuerte, “sin duda habría procedido a unapersecución sangrienta”, o en otro pasaje, “la persecución sangrienta no se habría hechoesperar”. 637636 Hammond/Scullard 568. Bidez, Julián 362 s. Fórster, Kaiser Julián 39 ss. Lucas 85. Schuitze,Geschichte 1171. Philip 52 ss. Rubin 126,87. Speyer, Die literarische Fálschung 259. Gibbons/Fines 147. Chadwick, Die Kirche 182. Browning 8, 319, 322, 327, 336 ss. En algunos puntosBrowning se manifiesta muy crítico hacia Juliano: “Fue un filósofo griego y un emperadorromano; en ambas cosas fracasó”, sus resultados fueron “sorprendentemente magros”. Pero, ¡quéiba a conseguir un emperador que sólo reinó dos años! Cosa que el mismo Browning no ignora,por lo que escribe que de haber vivido más tiempo, prometía más que sus sucesores, 319ss.637 BaurI40ss,52ss.Historia Criminal <strong>del</strong> Cristianismo Vol I 266

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