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1.karlheinz_deschner- historia criminal del cristianismo

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Es evidente que las ambiciones con respecto a Oriente eran de tipo expansionista. Ycuando Constantino, “obedeciendo sólo a su libre albedrío”, como asegura el obispoTeodoreto, decidió “hacer suya la causa de los discípulos de la verdad cristiana enPersia” al enterarse de que “eran expulsados de sus tierras por los paganos, y el rey deéstos, esclavo <strong>del</strong> error, procuraba perjudicarlos por mil maneras”, 560 escribió una carta alos persas en términos amenazantes, o mejor dicho, no una carta sino un sermón, en unade aquellas patéticas profesiones de fe que viniendo de potentados cristianos no suelenaugurar nada bueno.En su epístola, Constantino reconoce sin empacho que “estoy entregado a este serviciode Dios. Apoyándome en mis campañas sobre el poder de este Dios, y comenzando enlas orillas más alejadas <strong>del</strong> océano he exaltado todo el orbe terrestre mediante laesperanza de la salvación, de tal modo que todas las naciones que padecían bajo el poderde tan terribles tiranos, expuestas a toda clase de desgracias, al participar en elmejoramiento general de las condiciones de gobierno han despertado a una nueva vida,por decirlo así, como si se hubiesen beneficiado de una medicina prodigiosa. A ese Diosvenero, y su símbolo es llevado a hombros por mis tropas, que van siempre allá don<strong>del</strong>as llama la justa causa <strong>del</strong> derecho, mereciendo en premio las más estupendasvictorias”.Después de explicarle al gran rey que Dios mira con agrado las obras de losbondadosos y mansos de corazón, y ama a los seres de corazón puro y de alma sinmácula (a la cabeza de los cuales, sin duda, se contaba él mismo), tampoco le oculta quea los malos suele tratarlos de otras maneras muy diferentes, que la impiedad escastigada y los soberbios humillados y arrojados a las tinieblas por naciones enteras oincluso por varias generaciones. “Creo no equivocarme, hermano mío [...]”, le escribeConstantino, expresando su alegría (no sin insinuar una cierta amenaza, una vez más)de que “los bellos paisajes de Persia también estén poblados de tantos cristianos”. Y“que sean contigo todos los parabienes, lo mismo que con ellos, si así tú los tratas, puesde esta manera habrás merecido la benevolencia <strong>del</strong> Señor y dueño <strong>del</strong> mundo”. 561Para Eusebio, como <strong>historia</strong>dor de la Iglesia, este llamamiento al rey de los persasdemuestra que todas las naciones <strong>del</strong> oikumene eran conducidas por Constantino amanera de timonel y preceptor de pueblos instituido por Dios. Precisamente, “una ideade imperio universal, ‘católicamente’ determinada” es el tema principal de la biografíade Constantino, tal como la ve su panegirista Eusebio, “y todo conduce a ver en laprevista guerra contra los persas [...] la que había de ser su coronación definitiva” (VonStauffenberg). 562560 Theodor h.e. 1,24.561 Ibíd. 1,25. Euseb. V.C. 4,9 ss.Soz. h.e. 2,15.562 V. Stauffenberg 113ss.Historia Criminal <strong>del</strong> Cristianismo Vol I 234

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