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1.karlheinz_deschner- historia criminal del cristianismo

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Cierto que hubo de renunciar al título de divus que habían ostentado Diocleciano y suscorregentes. Este título, tradicional entre los emperadores romanos, significaba unacategoría de “divinidad” algo inferior a los dioses <strong>del</strong> Olimpo, pero cercana a éstos detodas maneras y con pretensiones de recibir culto, de tal manera que el emperador erasacer y sanctus. Paganos y cristianos debían saludarle con la genuflexión, de la que talvez sólo estaban dispensados los obispos. Y también era sagrada cualquier cosa que élhubiese tocado. (Sanctus y sanctitas, nociones bien habituales <strong>del</strong> paganismo, fueronpredicados de la dignidad imperial.)El punto central de la nueva capital de Constantino, que recibió su nombre, era lacorte, de lujo exagerado a la manera oriental, construida “iubente Deo”, es decir, pororden divina, sobre un terreno cuatro veces más extenso que la antigua Bizancio y conayuda de cuarenta mil operarios godos. Con la fundación de esta “nueva Roma”, laantigua capital <strong>del</strong> imperio quedaba definitivamente relegada a un segundo puesto; sereforzaba la influencia <strong>del</strong> Oriente heleno y se agudizaban los conflictos entre la Iglesiaoriental y la occidental. Constantino, por su parte, superó a los antiguos emperadorescuando denominó a su palacio, prototipo de la basílica primitiva y “casa <strong>del</strong> rey”, no“campamento” (castra) como aquéllos, sino templo (domus divina), a imagen y semejanzade la sala <strong>del</strong> trono celestial. Y mucho antes que los papas, se hizo llamar vicario deCristo y más que obispo, nostrum numen, “nuestra divinidad”, junto con el predicado de“sacratissimus”, que luego ostentaron los emperadores cristianos durante varios siglos eincluso algunos obispos. Relacionado con ello, la casa privada <strong>del</strong> soberano, sacrumcubiculum, adquiría “mayor relevancia” (Ostrogorsky), al igual que todo lo tocante a supersona; la sala <strong>del</strong> trono tenía forma de basílica, como si fuese un santuario, y se creóun ceremonial de recio sabor eclesiástico, que más tarde los emperadores bizantinosintensificaron, si cabe. 447En estas épocas en que incluso ciertos individuos particulares adquirían categoría desemidioses, al emperador se le reconocía naturaleza (casi) divina, como lo indica laceremonia de la «proskynesis»: los que comparecían a su presencia se arrojaban al suelo,de cara a tierra. Estas modas fueron introducidas por los emperadores paganos desdeantes de Nerón, que ostentó los títulos de caesar, divus y soler, o sea, emperador, dios ysalvador; Augusto se hizo llamar mesías, salvador e hijo de Dios, lo mismo que César yOctaviano, libertadores <strong>del</strong> mundo. Este culto al soberano ejerció una profundainfluencia que se refleja en el Nuevo Testamento, con la divinización de la figura deCristo. La Iglesia prohibía rendir culto al emperador, pero asumió todos los ritos <strong>del</strong>mismo, incluyendo la genuflexión y la adoración de las imágenes; recordemos que lafigura laureada <strong>del</strong> emperador recibía culto popular con cirios e incienso. 448447 Cod. Theod. 13,5,7. Euseb. V.C. 1,12,38. Vogt, Constantinus RAC III 349 s; 353ss especialm. 355.Lexikon der alten Weit 1588ss. Treitinger 50ss. Ostrogorsky, Geschichte des byzantinischenStaates 30. Kornemann, Weltgeschichte II 297ss, 311 El mismo, Rómische Geschichtff 384 s.Dannenbauer, Entstehung 119. Kühner, Gezeiten der Kirche 85,90 ss. Gottiieb, Ost und West 9 s.Dvornik 758ss. Hiltbumner 1ss. Straub, Des christiichen Kaisers 147ss. El mismo, Regeneratio153ss. Grant, Das Rómische Reich 86,203. Burian 623ss, especialm. 638.448 Cod. Theod. 6,13,1. Coll. Avell. Epistul. 14,19,181 (ed. Guenther). Weinel, Staat 20 s. Bauer, DasHistoria Criminal <strong>del</strong> Cristianismo Vol I 192

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