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1.karlheinz_deschner- historia criminal del cristianismo

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Constantino, un gran viajero desde su primera juventud, y muy bien informado enmateria de política religiosa, pudo contar con los cuadros dirigentes de la Catholica, laorganización más sólida y más fuertemente disciplinada de la época. En estaorganización quizá vería un mo<strong>del</strong>o útil para la que pensaba imprimir a su propioimperio, de manera que la conversión <strong>del</strong> emperador seguramente obedecería más amóviles políticos que religiosos, cosa que en aquellos tiempos no suponía ningunadistinción estricta, y tal vez se debía mucho a “consideraciones militares” (Chadwick).Los antecesores de Constantino temieron a los cristianos y algunos de ellos loscombatieron. En cambio, él los favoreció y así los ganó para su causa, hasta el punto quese llamaba a sí mismo “obispo para asuntos exteriores” (episkopos ton ektós) de la Iglesia,o como ironizaba Grégoire, “el gendarme de la Iglesia”. En efecto, puso el clero a suservicio y le impuso su voluntad. “Pronto dominó al episcopado lo mismo que a sufuncionario y exigió obediencia incondicional a los decretos públicos, aun cuando éstosinterviniesen en los asuntos internos de la Iglesia” (Franzen, católico). La Iglesia ganabainfluencia pero perdía independencia, y esto empezaron a verlo algunos ya durante elsiglo IV; pasaba a ser parte <strong>del</strong> imperio, en vez de ser éste una parte de la Iglesia. Losobispos debían gratitud al emperador, su protector, que tanto los había favorecido. Y leobedecían; él era el amo, convocaba concilios e incluso decidía en cuestiones de fe, porconfusa que fuese su propia cristología (pero... ¿cuál no lo es?), imponiendo fórmulas,que él y sus sucesores obligaron a respetar. Él y ellos hicieron la Iglesia <strong>del</strong> Estado, “endonde la palabra <strong>del</strong> emperador, sin llegar a ser mandamiento máximo, teníasin embargo un peso decisivo y no sólo en cuestiones de orden externo, sino también entemas de doctrina” (Aland). Y aunque Constantino, cuando venían mal dadas, siguieraconsultando las señales <strong>del</strong> cielo y las vísceras de los animales, sin embargo hizocristianizar a toda su familia y acabó por recibir también el bautismo, haciéndose llamarsalvador designado por Dios, enviado <strong>del</strong> Señor y hombre de Dios. Declaró que ledebía todo cuanto era y había alcanzado “al Dios más grande”, ordenó que se lerindieran honores como “representante de Cristo” (vicarios Christi) y que le enterrasencomo “decimotercer Apóstol”. 446192/299446 Euseb. h.e. 8,17,1 ss; 10,5,2. V.C. 3,25 ss; 4,62. Lact. de mort. pers. 34; 48. Lib. Pont. VitaSilvestri. Cod. Theod. 16,10,1. RAC III 317 s. Kraft, Kirchenvater Lexikon 210. dtv Lex. Antike,Religión II 42 s. Hammond/Scullard 280. Schartz, Zur Geschichte des Athanasius 1904, 536 ss;1911, 425, 489. Pfáttisch 182. Seeck, Untergang IV 215. Caspar, Papsttum 1105 ss. Vogelstein 58 ss.Kornemann, Weltgeschichte II 313 ss, 323. El mismo, Rómische Geschichte II 381. Vittinghoff 330ss. Voelkl, Der Kaiser 135. Kawerau, Alte Kirche 100. Plóchi, Kirchenrecht I 39, Haller, Papsttum I44 s. Vogt, Der Niedergang Roms 258. Dannenbauer, Entstehung I 63 s. Aland, Entwürfe 166.Hernegger 148ss, 163 ss, 170. Franzen 72. Chadwick, Die Kirche 142. Noethlichs, Diegesetzgeberischen Massnahmen 23 s. Geneakoplos 171 s. En el siglo III la Iglesia estaba ya muyintegrada en la sociedad y tenía la mejor organización, abarcando todo el imperio: F.Winkelmann, Probleme der Herausbildung 284. H. Grégoire, La “conversión” de Constantin RUB36,1930/31, 270, cir. s/Ziegler, Gegenkaiser 38. Últimamente, algunos investigadores traducen“episkopos ton ektós”, no como “obispo para asuntos exteriores” sino “para los separados’, yaque derivan “ton ektós”, no de “tá ektós” (las cosas exteriores) sino de “hoi ektós” (los que estánfuera); discusión detallada en Straub, Regeneratio 119ss.Historia Criminal <strong>del</strong> Cristianismo Vol I 191

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