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1.karlheinz_deschner- historia criminal del cristianismo

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afirmación de Eusebio, cuando dice que Maximino guardó secreto sobre el edicto deGalerio y tomó las disposiciones necesarias “para evitar que fuese conocido en elterritorio de su jurisdicción”. Más cierto es que al obispo Eusebio, cuando transcribió eledicto, se le olvidó citar el nombre de Maximino entre los firmantes <strong>del</strong> mismo. Esverdad que éste no lo hizo publicar en su contenido literal, lo que formalmente no eraninguna anomalía, y si lo publicó seguramente sería a insistencia de sus corregentes obajo la presión de la guerra armenia en que se había embarcado. Ya que este césar,precisamente, acababa de consolidar el paganismo mediante un sistema de cultounificado y además era el inspirador de una activa propaganda anticristiana; entre otrascosas, imponía las falsas “actas de Pilatos” como lectura obligada en las escuelas.También accedió a los ruegos de las autoridades de Nicomedia, Tiro y otras ciudadesque deseaban expulsar a los cristianos “si reinciden en sus malditas locuras”, y prometiórecompensar “con toda clase de mercedes” el celo de los que lo solicitaban. SegúnEusebio y Lactancio, dichos grupos anticristianos de la ciudadanía habían sidoinstigados por el mismo emperador, lo que al parecer no es cierto, aunque des<strong>del</strong>uego parece seguro que comulgaba con ellos. De ahí que según Eusebio, este soberano,“el más impío de todos los hombres y el peor enemigo de la devoción”, fuese todavíamás malo que el emperador Majencio, “enemigo de todo lo noble y perseguidor de todavirtud”, que obtuvo por extorsión “enormes sumas” y “exageró su vanidad hasta lalocura”, además de entregarse a la bebida hasta perder el conocimiento, en “excesosjamás superados por nadie” y “no pasaba nunca por una población sin deshonrar a lascasadas y secuestrar a las doncellas”, junto con otras cosas <strong>del</strong> mismo calibre, obligadasen cualquier escrito polémico de la época. 416Como era natural, Maximino Daia encontró el castigo que merecían sus pecados. El“padre de la <strong>historia</strong> eclesiástica”, o incluso “de la <strong>historia</strong> universal” (según Erhard),detalla, infatigable, los estragos de la venganza divina: “Las lluvias <strong>del</strong> invierno dejaronde producirse en la cuantía acostumbrada [...], hambres imprevistas [...] seguidas de lapeste y de otra enfermedad desconocida [...] por la que incontables hombres, mujeres yniños quedaban ciegos”; por si esto fuese poco (ya sabemos que el Señor jamásabandona a los suyos, véase el Antiguo Testamento), la guerra con los armenios. En unapalabra, matanzas, hambre, peste, enfermedad, inundaciones; los humanos vagaban porlas calles “como espectros”, los cadáveres se amontonaban en las vías públicas “e inclusoeran devorados por los perros”. Todo esto fue la respuesta <strong>del</strong> cielo “al desafíoimprudente <strong>del</strong> tirano contra la divinidad” y “a los decretos de las ciudades contranosotros”. 417Como sucede con tantos otros apologistas, al obispo Eusebio le obsesiona el afán decalumniar a todos los enemigos <strong>del</strong> <strong>cristianismo</strong> hasta que los deja que no hay pordónde cogerlos, bien sea mediante la “santa exageración” o la “santa mentira”. Dice, por416 Euseb. h.e. 8,14,7ss; 8,17,1ss; 9,1,1ss; 9,2,1; 9,2,5; 9,5,1 s; 9,6,4; 9,7,1ss; 9,9a4; 9a,10,l. Cf. Lact. demort. pers. 35,1; 36ss. Pauly III 1111. dtv Lex. Antike, Geschichte II 288. Moreau, Eusebius vonCaesarea RAC VI 1072. Stein, Vom romischen 135 s. Ehrhard, Urkirche 304. Pfister 301ss. AlfoldiHoc signo. Castritius 43, 48ss, 52ss, 60ss, 71ss, 83ss. Grant, Das Rómische Reich 288 s. Baus, Vonder Urgemeinde 452 s.417 Euseb. h.e. 9,8,1 ss. Ehrhard, Die aitchristiichen Kirchen 102. Doergens 446 ss.Historia Criminal <strong>del</strong> Cristianismo Vol I 178

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