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1.karlheinz_deschner- historia criminal del cristianismo

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En realidad, Majencio (emperador desde 306 a 312) suspendió las persecucionescontra los cristianos, refrendó el edicto de Galerio por el que se había concedido a estos,en 311, la libertad bajo condiciones, y lo hizo cumplir escrupulosamente yendo, en Romay en África, incluso más allá de lo estrictamente obligado. Con razón le llamó libertadorde la Iglesia el obispo Optato de Mueve. Es verdad que desterró de Roma al obispoEusebio y a Marcelo, sucesor de éste, pero fue debido a las trifulcas subsiguientes a otrastantas elecciones poco limpias, es decir, a título de “medidas de policía, estrictamente”(Ziegler). Devolvió a las comunidades cristianas los bienes que les habían confiscado,incluidas las fincas —y eso que el edicto no le obligaba a tanto, y sorprende tanto más sihemos de creer lo que cuentan, en el sentido de que Majencio saqueó los templospaganos—, les concedió nuevos cementerios y autorizó la celebración pública <strong>del</strong> culto yla libre elección de los obispos. Majencio siguió la misma política de tolerancia con loscristianos de África. Algunos de los beneficios que concedió al clero fueron atribuidosluego a Constantino. Por otra parte, Majencio no fue más incapaz que otros emperadoresy procuró embellecer la capital; llamado desde el primer momento “conservator urbissuae”, no abandonó nunca la ciudad y respetó las tradiciones municipales como ningúnotro emperador lo había hecho. Pese a la brevedad de su mandato y a las dificultades <strong>del</strong>a situación en todos los sentidos, emprendió grandiosas construcciones, entre ellas, enrecuerdo de su hijo, el circo de la vía Apia, el gran templo doble a Venus y Dea Roma(posteriormente destruido por un incendio), así como “la mayor obra cubierta de laAntigüedad clásica”, llamada “Basílica Constantiniana”, aunque Constantino sólo laterminó. Más que ningún otro emperador <strong>del</strong> período tardío, procuró mejorar la redviaria, sobre todo alrededor de Roma, pero también en el resto de Italia y en África hastalos confines <strong>del</strong> desierto. Sin duda, no fue el horrible tirano que nos presenta la odiosapropaganda clerical. Verdad es que agobió a la clase terrateniente, una clase que notardaría en mantener muy buenas relaciones con la Iglesia, a base de impuestos, lo queprecisamente le hizo muy popular entre el pueblo llano. Pero, más tarde, perdió todo sucarisma, al faltar el trigo y declararse una gran hambruna, tras caer África durantemucho tiempo en manos de un usurpador y haberse perdido España, que Constantino learrebató en 310. 402Majencio mimó a los romanos de la capital, mientras sangraba mediante nuevostributos a los labradores, y sobre todo a los más ricos de entre éstos; en el caso de losgrandes terratenientes, que eran además senadores inmensamente ricos y que por ellodebían pagar en oro, se dice que el emperador recurrió a la violencia e hizo desterrar,encarcelar o ejecutar sin juicio previo a muchos de ellos. En realidad, no se conoceningún nombre de senador ejecutado por orden de Majencio. Lo que sí consta es cómo laaristocracia romana, “terriblemente diezmada por la espada <strong>del</strong> verdugo” según Seeck,III318. Seeck, Untergang I 64, 114 s. Hónn 103. Baus, Von der Urgemeinde457.402 Euseb., h.e. 8,14,1; 8,14,6 ; V.C. 1,33,1 s; 3,52. Scor. h.e. 1,12. Chronogr. a. 354, 62. M. Optat. Mil.c. Donat. 1,18. Aurel. Vuict. 40,24. CU. VI 37118. August. brev. coll. 3,18,34. CSEL LUÍ p. 84 s.Groag 2457 ss, 2462 ss, cf. nota 13. R. Hanslik en Pauly III 1103 ss. dtv Lex. Antike, Geschichte II287. Altendorf, Galerius RAC VIII 794 s. Ehrhard, Urkirche 311. Schoenebeck 5 ss. Schwartz,Kaiser Constantin 60. L'Orange 177 ss. Ziegler, Gegenkaiser 36. Hónn 101 s, 109. Grant, DasRómische Reich 288. Doerries, Konstantin 27 s.Historia Criminal <strong>del</strong> Cristianismo Vol I 172

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