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Nº 16, Julio-Septiembre 2005 - Centro de Estudios Garrigues

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EL CENTRO POR DENTROANÁLISIS PRÁCTICOINTEGRADOCONDICIÓN DE “TERCERO” EN EL NEGOCIO JURÍDICOELABORADO POR:Pedro Roiz Fernán<strong>de</strong>z-Escárzaga. Antiguo alumno <strong>de</strong>l Máster en Derecho Empresarial 2003-2004Armando Guerra acaba <strong>de</strong> terminar su Máster en Derecho Empresarial en el <strong>Centro</strong> <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>Garrigues</strong>.Ha trabajado duro y ha aprendido mucho, por lo que se siente motivado y preparado para enfrentarse conel competitivo mundo profesional.32Armando es contratado en prácticasen un <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> abogadosal cual, con el tiempo, seincorpora como abogado junior. Un buendía, uno <strong>de</strong> los socios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spacho don<strong>de</strong>Armando trabaja, le pi<strong>de</strong> la elaboración <strong>de</strong>un dictamen sobre el supuesto que a continuaciónse expone:En una ciudad <strong>de</strong> España, D. JoséGómez era propietario y titular registral <strong>de</strong>la finca “X”, la cual era una vasta extensión<strong>de</strong> terreno calificado <strong>de</strong> rústico, alejada <strong>de</strong>lnúcleo urbano pero incluída <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l términomunicipal <strong>de</strong> la ciudad en cuestión.D. José era un hombre <strong>de</strong> campo, agricultory gana<strong>de</strong>ro, aunque no excesivamentemayor. Deseaba retirarse <strong>de</strong>l arduo trabajo<strong>de</strong> cuidar la tierra y el ganado, por lo que, afinales <strong>de</strong> 1982, aceptó la oferta <strong>de</strong> D. LuisPérez, vecino y amigo <strong>de</strong> toda la vida paraven<strong>de</strong>rle y transmitirle la finca “X”.Ambos acordaron formalizar la ventaen documento privado en el que se fijabaun precio <strong>de</strong> 150 millones <strong>de</strong> pesetas por lafinca, paga<strong>de</strong>ro en tres plazos anuales <strong>de</strong>50 millones <strong>de</strong> pesetas cada uno, pudiendoD. Luis comenzar a explotar la finca conel pago <strong>de</strong>l primer plazo.Asimismo, ambos acordaron en dichocontrato que la falta <strong>de</strong> pago <strong>de</strong> cualquiera<strong>de</strong> los plazos restantes facultaría a D. Josépara resolver el contrato notificándolo fehacientementea D. Luis.Más <strong>de</strong> dos años <strong>de</strong>spués, D. Luis noprocedió a satisfacer el último pago <strong>de</strong> 50millones <strong>de</strong> pesetas, por lo que D. José,que tenía encima <strong>de</strong> la mesa otra oferta porla misma finca, envió a D. Luis requerimientonotarial comunicándole la resolución <strong>de</strong>lcontrato.Al cabo <strong>de</strong> año y medio, a mediados <strong>de</strong>1986, D. José vendió y transmitió la finca“X” a D. Manuel, también vecino y amigo<strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempo inmemorial, quien le entregópor la misma 180 millones <strong>de</strong> pesetas enbilletes <strong>de</strong> 10.000, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una bolsa <strong>de</strong><strong>de</strong>porte. Ambos firmaron un documentoescrito a mano en casa <strong>de</strong> D. José, en elcual se recogía el acuerdo <strong>de</strong> venta y el preciopagado. Ese mismo día, D. Manuel sepersonó en la finca y procedió a cercarla.Es entonces cuando D. Luis <strong>de</strong>claró aD. José que no pagó el último plazo <strong>de</strong> 50millones <strong>de</strong> pesetas porque se encontrócon que, en la lin<strong>de</strong> sur <strong>de</strong> la finca, <strong>de</strong>trás<strong>de</strong> una colina natural, había una pista forestalpor don<strong>de</strong> pasaban semanalmentecamiones en dirección a la carretera generalproce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> una fábrica situada enuna finca colindante. Cuando indagósobre ello se enteró <strong>de</strong> que por allí ya pasabanlos carros <strong>de</strong> caballos al fundarse lafábrica, allá por los años treinta. Ello le enfureció,puesto que D. José nada le habíacomunicado al respecto y no pagó el últimoplazo.Diecisiete años <strong>de</strong>spués, la finca “X” seconvirtió en la prolongación natural <strong>de</strong>l crecimientourbanístico <strong>de</strong> la ciudad en cuestión.La misma se encontraba aún inscritaen el Registro <strong>de</strong> la Propiedad a nombre <strong>de</strong>su antiguo propietario, D. José Gómez,quien un buen día recibió una llamada proveniente<strong>de</strong> un muy prestigioso <strong>de</strong>spacho<strong>de</strong> abogados que representaba a unimportante grupo empresarial español elcual planeaba la construcción <strong>de</strong> un grancentro comercial y <strong>de</strong> ocio en la ciudad encuestión. La finca “X” resultaba perfectapara sus planes dada su extensión, situacióny posibilida<strong>de</strong>s.El citado <strong>de</strong>spacho realizó las correspondientesindagaciones en el catastro <strong>de</strong>fincas rústicas y en el Registro <strong>de</strong> la Propiedadcorrespondiente (a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l estudio<strong>de</strong> implicaciones <strong>de</strong> normativa administrativay urbanística, contando con la consabidacomisión al concejal correspondientepor la cuasiautomática recalificación <strong>de</strong>lsuelo) y concluyó que D. José era el titularregistral <strong>de</strong> la finca “X” y, por tanto, a quien<strong>de</strong>bía comprarse, quedando <strong>de</strong> estemodo la adquisición protegida <strong>de</strong> posiblesvicios, una vez se procedió a la alteración<strong>de</strong>l Registro <strong>de</strong> la Propiedad.Así pues, los abogados rápidamentese pusieron en contacto con D. José y lecomunicaron el interés <strong>de</strong> su cliente en laadquisición <strong>de</strong> la finca “X”, trasladándoleincluso una oferta, aunque no vinculante,por la ella.El hijo <strong>de</strong> D. José, astuto don<strong>de</strong> loshaya, advirtió enseguida la posibilidad <strong>de</strong>realizar el negocio <strong>de</strong>l siglo, habida cuenta<strong>de</strong> que, con el paso <strong>de</strong>l tiempo, la revalorización<strong>de</strong>l suelo haría que este tuviera unvalor <strong>de</strong> mercado espectacular.Con ello, D. José, ya un hombre <strong>de</strong>avanzada edad y acompañado siemprepor su hijo, que actuaba <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ronegociador y portavoz, acudió con el título

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