Nº 16, Julio-Septiembre 2005 - Centro de Estudios Garrigues

EL CENTRO POR DENTROACTO DE CLAUSURAMarcelo Said NazarMáster en Banca y FinanzasDice una vieja canción que el hombre nace y muere a veces sinvivir, que camina desde niño a viejo sin gozar, y a eso que élmismo le llama felicidad, si la tiene aquí la va a buscar allá....Suele decirse también que al final de cada etapa uno debehacer un balance del camino recorrido y, al parecer, eso es lo quedebería encaminar en estas líneas.Pero no, no quiero hacer de esto un balance, ni un preámbulo.No quiero que esto sea el principio del final, ni mucho menos. Quieroque esto sea para mí la crónica de un epitafio anunciado.Podría contar cómo fue la vida del Máster, pero no deberíahacerlo pues es reconocida y sobrada mi subjetividad en el tema.Entonces sólo me puedo permitir hacer una breve pero sistemáticaretrospectiva de lo que fue para mí un año singular. Cierto será admitirque los días pasaron al galope. Horas tras horas se pasaron entreprofesores, trabajos, deportes, entrevistas con ilustres y con no tanilustres, dinámicas y psicotécnicos, sin mencionar las tantas horasbien utilizadas en cafés, copas y otras tertulias.Cómo no mencionar las continuas comparativas hispano-americanasdonde las diferencias no hacían otra cosa que unirnos más,Cada decisión que tomamos va forjando el carácter y definiendonuestra vida. Gracias a la voluntad, al trabajo y al compromiso,vamos subiendo peldaños que quizás nos parecían imposiblesde alcanzar en un momento dado. Nuestras decisiones tambiénimplican riesgos. Por ello es tan importante tener muy claro elrumbo al que queremos dirigir nuestros esfuerzos; quizás a vecesno es tan fácil definirlo concretamente, pero una vez que lo hacemoshay que luchar contra viento y marea, no desistir hasta alcan-Martha Elena García del BarrioMáster en Recursos Humanoszarlo.Hace un año yo sabía que quería prepararme para participaren un mundo profesional competitivo y exigente. Y hacerlo lo mejor posible. Qué mejor que una experiencia en el extranjero… Europa, elsueño de millones de personas en América. Además, España, un país al que en particular los mexicanos tenemos un gran cariño. Un crecimientoimportante para mí en todos los aspectos. En ese momento eso era todo lo que sabía, pero ahora, de vuelta en mi país, no dejande venirme a la mente motivos para agradecer el que en un momento se me planteara la oportunidad de ingresar al Centro de EstudiosGarrigues, y el haber tomado la decisión acertada.La preparación profesional: estupenda. Los resultados ya se verán, hasta ahora solo puedo confirmar que cada clase, cada profesor,cada interminable trabajo en equipo, el material proporcionado, los seminarios y presentaciones de empresas, entre otras cosas; sonmuestra de la calidad de las herramientas que en Garrigues nos han proporcionado para estar preparados ante las exigencias del mundoprofesional. Si pudiéramos ver hacia atrás, cuando comenzamos con las clases, muertos de miedo ante las primeras presentaciones enpúblico, seguramente nos sorprenderíamos de los cambios que hemos experimentado. No somos los mismos.Algo característico del Centro es que aun cuando se nos hacía reflexionar acerca de la complejidad del entorno profesional al que esta-Rafael Díaz-Cañabate S.Máster en Asesoría Jurídico-LaboralCreemos que puedes ser tú quien escriba algo sobre el Máster–me dijo Mónica hace unos días– ¡¿Yo? –pensé de inmediato,–¿Y sobre qué hablo? ¿Qué digo, si todavía uso esas palabras “extrañas”traídas de Venezuela donde me gradué y viví hasta hace poco,mientras miraba de reojo la madre patria? Son miles las cosas quese pueden destacar de un periodo de la vida que comprende nuevemeses intensos en todos los aspectos. Aprender, trabajar, compartir,sufrir, reír, llorar; no hay nada que se escape a esta gestación deconocimientos en el vientre de Garrigues. Desde lo que nos aportanlos profesores, hasta lo que te regalan tus compañeros cada día.Todas son experiencias que marcan a cualquiera, experienciasmemorables que señalan un antes y un después y que comprendenun periodo que puede que nunca más se vuelva a repetir y que difícilmentese podrá olvidar. Pero, ¿sobre que puedo hablar?Para quien no creció en España resulta extraño saber que quienesimparten sus conocimientos día a día constituyen un pilar fundamentalde la vida jurídica de un país. Leer los nombres de tus profesoresen la prensa, en los libros de texto o como colaboradores en laredacción de una ley, no es cualquier cosa; es un privilegio del cualpuedo presumir y que me indica que no me equivoqué al decidir28