Nº 16, Julio-Septiembre 2005 - Centro de Estudios Garrigues

EL CENTRO POR DENTROIN MEMORIAMHastasiempreAMIGOSi me hubieran dicho hace unosmeses “describe a Jose Antonio,cuéntanos como es”, y lo hubiera tenidoque hacer en pocas palabras comoahora, las dos que primero me hubieranvenido a la cabeza como imagensuya, hubieran sido, sin lugar a dudas,su absoluta bondad y su inmensagenerosidad.Era una persona sin un ápice demaldad, todo corazón y absolutamentegeneroso con todo el mundo que lorodeaba. Siempre preocupado por losdemás y siempre con la más absolutasinceridad y honestidad, con el ánimode ayudar, mostrándose siempre dispuestoa echarnos una mano en cualquiercosa que pudiera acaecer sobrecualquiera de nosotros.A día de hoy, no he conocido anadie que lo hiciera como él, con elcariño y aprecio que él ponía.Siempre tenía una mano tendidahacia todos nosotros, una palabra dealiento cuando la necesitábamos, unasonrisa y la mejor predisposición parahacer cosas juntos.Fue, a mi juicio,uno de los compañeros que másesfuerzos hizo por seguir manteniendoal grupo unido y que nos siguiéramosviendo. Tiraba de lista. Eso era loque nos decía cuando recibíamos esaRealmente se hace complejo redactar algunas líneas en memoria deun maravilloso compañero y gran amigo de todos.Ya no solo por ladureza del momento, sino porque tratar de describir o dedicar unaspalabras a una persona con multitud de cualidades como JoseAntonio no es tarea fácil para nadie.Podríamos tirarnos horashablando y rellenar páginas y páginas enumerando virtudes.llamada que siempre te alegraba elmomento.Hoy, conociendo su historia y suverdad, su realidad, la imagen de personabuena que ya tenía de él, no solocobra mayor relevancia y se ve agrandada,sino que estas palabras con lasque trato de describirlo brevemente sequedan muy muy cortas.Ahora aprecio con verdaderaadmiración que fueras de las personasmás positivas y divertidas que había,capaz de conseguir lo que te propusieses,de sacar un Máster de cuya exigenciasabemos todos, de trabajarcomo cualquier otro teniendo quehacer mucho mas esfuerzo que cualquierade nosotros para conseguir lomismo.Ante todo esto, solo puedo decirque nuestro valiente amigo Jose Antonioes una lección en sí mismo paratodos nosotros.Una lección de sacrificio, de ánimode superación, de lucha, de no rendirse,y de cómo ver la vida con sentidodel humor aún cuando ésta a uno no lesonría demasiado. Ahora que te hasmarchado, a nosotros nos sonríemenos.¿Quién no se acuerda de las ocurrenciasque tenías o de tus ingeniosasideas que nos hacían mucho másdivertidas y llevaderas las clases?Yo, que me sentaba justo a su lado,os puedo asegurar que fue el año académicoque más me he reído y, podríaafirmar, y creo que no me equivocaría,que lo fue para todos los que estábamoscerca de él. Era un tío simpáticocomo el que más.Lamentablemente hoy ya novamos a saber qué más cosas, y seguroque había una infinidad de ellas,hubiera seguido aportando a nuestrasvidas.Solo nos queda pensar que, ojalá,esa persona bondadosa, generosa,divertida, alegre, que siempre nos ayudaba,con la que siempre se podíacontar, preocupado por todos, y quesiempre te brindaba una sonrisa (auncuando imagino no tendría ningunagana de hacerlo).Nos ayudará a todos, desde dondeDios quiera que esté, a ser un pocomás JOSE ANTONIO GASCUEÑALOPEZ.Hasta siempre, amigo.Pablo Nieto RaposoMáster en Derecho Empresarial 2000-200119