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DOCTRINA DE SALVACION I - Cumorah.org

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REVERENCIA A DIOSPROFANACIÓN <strong>DE</strong>L NOMBRE DIVINO. Nosotros deberíamos considerar el nombre de Dios conel respeto más sagrado y solemne. 41 Pocas cosas desaniman tanto, o conmueven los sentimientos de unapersona refinada, como el hecho de oír a alguna criatura tosca, ignorante o corrupta usardesaprensivamente o sin cuidado el nombre de Dios. Algunos individuos han llegado a ser tan blasfemosque parece que para ellos fuese imposible hablar dos o tres frases sin emplear el énfasis —según elloscreen— de un juramento vulgar o blasfemo. Hay quienes parecen pensar, por lo menos esa es laimpresión que dejan en los demás, que si pueden usar un vocabulario blasfemo desarrollan una personalidadque los eleva por encima del común de los hombres.LA BLASFEMIA ES INMUNDICIA. El hombre se da a conocer tanto por su vocabulario como porla clase de personas con las que se asocia. Los que juran y blasfeman pertenecen a la misma clase queaquellos que creen, o dan la impresión de creer, que el sostener en sus labios un cigarrillo, un cigarro ouna pipa, presta dignidad y hombría —¿debemos decir también, femineidad?— a su carácter. Lainmundicia en cualquier forma es degradante y destructiva para el alma y debe ser evitada como venenomortífero por todo miembro de la Iglesia.LA BLASFEMIA EN LA CONVERSACIÓN CORRIENTE. Frecuentemente sucede que lo quepodría ser un buen relato se ve arruinado sencillamente porque su autor no ha entendido el uso correcto delos nombres sagrados. Cuando expresiones de naturaleza blasfema son puestas en boca de personajes quede otro modo son respetables, en lugar de realzar el relato, se le quita valor e interés. ¡Cuán extraño es quealgunas personas, y por lo demás muy buenas personas, piensen que el uso de alguna expresión queinvolucra el nombre del Señor, añade interés, agudeza o fuerza a sus relatos! ¡Cuán a menudo se ve estoen los filmes, aun en espectáculos que de otro modo son dignos de aceptación!Pero expresiones tales en el teatro y el uso de tabaco y licores, son perjudiciales para la moral y laespiritualidad de quienes los ven, y esto es especialmente cierto en el caso de jóvenes de tierna edad cuyocarácter está en formación. Es vergonzoso que tales expresiones se encuentren con tanta frecuencia, aunen publicaciones llamadas de mejor categoría y que entran en los hogares de los Santos de los UltimosDías.Por encima de todos los demás pueblos de la tierra, los Santos de los Ultimos Días deberían atesorartodas las cosas que son sagradas, en la máxima santidad y reverencia. Los pueblos del mundo no han sidoentrenados como nosotros en tales asuntos, a pesar de que hay muchos constituidos por gente honesta,devota y refinada. Pero nosotros tenemos la guía del Espíritu Santo y de las revelaciones del Señor, y Elnos ha enseñado solemnemente en nuestro propio tiempo los deberes que tenemos con relación a talescosas.ALGUNOS HIMNOS PROFANAN EL NOMBRE <strong>DE</strong> DIOS. Aun en algunos de los himnossagrados que se cantan universalmente, el uso frecuente y familiarizado del nombre del Señor, entra enjuego y corrompe su uso en lo que a nosotros atañe. Unos cuantos himnos de esta naturaleza, conteniendopensamientos nobles y edificantes, se han abierto camino en los ejercicios musicales de los Santos de losUltimos Días.USO APROPIADO <strong>DE</strong>L NOMBRE <strong>DE</strong>L SEÑOR. Hay ocasiones, naturalmente, en las que el usodel nombre de Dios es perfectamente adecuado. El Señor nos ha dado tales ejemplos en las bendicionesde la Santa Cena y en la ordenanza del bautismo. Lo mismo se aplica en la ocasión de conferir elsacerdocio, pues, como se nos ha enseñado, todas las cosas son hechas en el nombre del Hijo; todasnuestras oraciones deben ser dirigidas al Padre y finalizadas en el nombre del hijo.USO INCORRECTO <strong>DE</strong>L NOMBRE <strong>DE</strong>L SEÑOR EN LAS ORACIONES. Aun en esto, sinembargo, frecuentemente oímos expresiones inadecuadas que sacuden la sensibilidad de oídos refinados.Arriesgando ser criticado, me gustaría llamar la atención sobre algunas expresiones que sería mejor nousar. Algunas veces oímos una oración ferviente dada en espíritu de pura humanidad e inocencia y quetermina con esta expresión: “...por amor de Cristo. Amén.” Nunca puedo escuchar esa expresión sin que8

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