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DOCTRINA DE SALVACION I - Cumorah.org

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CAPÍTULO 8La Expiación de CristoLA EXPIACIÓN SE BASA EN LA CAÍDALA CAÍDA Y LA EXPIACIÓN FUERON PREORDINADAS. El plan de salvación, o el código deleyes que conocemos como el evangelio de Jesucristo, fue adoptado en los cielos antes que fuesencolocados los fundamentos del mundo. Se señaló que Adán, nuestro padre, vendría a esta tierra y secolocaría a la cabeza de toda la familia humana. Parte de este gran plan era que él participara del frutoprohibido y que cayera, para acarrear así el sufrimiento y la muerte al mundo, aun para el beneficio finalde sus hijos.Muchos han criticado severamente a Adán a causa de su caída, pero los Santos de los Ultimos Días,por medio de la revelación moderna, hemos aprendido que ésta fue necesaria a fin de que el hombretuviese su libre albedrío y, mediante las distintas vicisitudes a las que debe enfrentarse, recibiese conocimientodel bien y del mal, sin lo cual le sería imposible obtener la exaltación preparada para él.También resultó necesario a causa de la transgresión de Adán, que el Hijo Unigénito del Padre viniesea redimirnos de la caída de Adán. Esto también fue parte del plan elegido antes de que la tierra fueseformada, puesto que Jesús es llamado el Cordero que fue crucificado desde antes de la fundación delmundo. El vino y nos redimió de la Caída; aun a todos los habitantes de la tierra. No solamente nosredimió de la transgresión de Adán, sino también de nuestros propios pecados, y a condición de queobedezcamos las leyes y ordenanzas del evangelio. 1DOBLE NATURALEZA <strong>DE</strong> LA CAÍDA, La transgresión de Adán acarreó estas dos muertes: laespiritual y la temporal, la expulsión del hombre de la presencia de Dios y también su conversión a un sermortal y sujeto a los males de la carne. A fin de poder ser llevado de nuevo a la presencia del Señor, eranecesario que hubiese una reparación de la ley quebrantada, la justicia así lo demandaba.La Caída trajo la muerte. Esta no es precisamente una condición ideal puesto que nosotros noqueremos ser expulsados de la presencia de Dios, ni queremos estar sujetos para siempre a lascondiciones mortales. Tampoco querernos morir y que nuestros cuerpos se conviertan en polvo, ni quelos espíritus que han poseído estos cuerpos por derecho, se vayan al dominio de Satanás quedandosujetos a él.LA JUSTICIA <strong>DE</strong>MANDA EXPIACIÓN POR LA CAÍDA. Pero esa era la condición y si Cristo nohubiese venido con su sacrificio expiatorio, en demanda de la ley de justicia, a reparar o expiar o aredimirnos de la condición en la que se encontró Adán y en la cual nosotros nos encontrarnos aún,entonces la muerte física habría venido; el cuerpo habría vuelto al polvo del cual provino; el espírituhabría ido a las fronteras del dominio de Satanás y quedaría sujeto a él para siempre. La justiciademandaba que la ley quebrantada fuese reparada, también demandaba que, mediante el sacrificio de unavida, Adán y su posteridad fuesen llevados otra vez a la presencia de Dios. 2Para enmendar la ley quebrantada y redimirnos del poder que la muerte tenía sobre nosotros mediantela Caída, era necesario ser redimidos por un sacrificio infinito mediante el derramamiento de sangre. Coneste propósito vino Jesucristo al mundo, pues El se había ofrecido en la preexistencia para venir y morir afin de que nosotros pudiésemos vivir. 3CRISTO SATISFACE LAS <strong>DE</strong>MANDAS <strong>DE</strong> LA JUSTICIA. Nunca se ha cometido un pecado eneste mundo por el que no se haya hecho una reparación, o por el que no tenga que hacerla. Si yo peco,debe haber una reparación o penalidad requerida para pagar la deuda. Si vosotros pecáis, es lo mismo. Noha habido ningún pecado cometido, grande o pequeño, por el que no se haya expiado o por el que no hayaque expiar.La justicia hizo ciertas demandas y Adán no pudo pagar el precio, de manera que se presenta lamisericordia. El Hijo de Dios dice: “Yo iré y pagaré el rescate, seré el Redentor y redimiré de la63

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