DOCTRINA DE SALVACION I - Cumorah.org
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Además, a Timoteo le escribió: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, pararedargüir, para corregir, para instruir en justicia.” 34En razón de esto, él sostuvo que los santos de su época debían estudiar los escritos proféticos de lossiervos del Señor, a fin de poder aumentar su conocimiento de los escritos sagrados y crecer en graciadelante del Señor, y en comprensión de los principios de la Iglesia, y así recibir consuelo en la esperanzade la salvación eterna...DIFICULTADES PARA EL ESTUDIO EN LA IGLESIA PRIMITIVA. En la época en que Pabloescribió a Timoteo y a los santos de Roma, no había Biblias disponibles, dado que los libros quecomponen nuestras Sagradas Escrituras, no habían sido recopilados. Tampoco era posible encontrarlos enlos archivos de cada una de las iglesias. Afortunados en verdad, eran los miembros de cualquiera de lasramas de la Iglesia, en esa época, que poseían un juego completo de los libros de Moisés, de los escritosde los antiguos profetas y cierto número limitado de epístolas de los apóstoles. Los cuatro evangelios nose habían escrito y los santos dependían casi completamente del testimonio de los testigos vivientes encuanto a las enseñanzas del Hijo de Dios.Los pocos libros que estaban en su poder, habían sido escritos a mano sobre pergaminos en forma derollos. Estos, por lo general eran guardados celosamente y bien cuidados por los escribas o sacerdotes, loscuales encerraban tales escritos con celoso esmero dentro de los recintos sagrados de las sinagogas, dondeno eran expuestos al público común ni se permitía que fuesen tocados por la mano del hombre.ESTUDIOSOS DEL EVANGELIO ENTRE LOS SANTOS DE LA IGLESIA PRIMITIVA. El artede imprimir era desconocido en aquella época y copiar los libros sagrados requería mucha paciencia,tiempo y habilidad, a fin de poderlos preparar para el uso en las sinagogas o lugares de reunión de lagente. Por lo tanto, el estudio de las Escrituras —cuando tenían la fortuna de poseerlas— por parte de lagente de aquella época, era, ciertamente, un gran privilegio.La habilidad en el leer y escribir no era un hecho universal entonces, sino que estaba limitado casiexclusivamente a los escribas que copiaban los escritos sagrados, quienes eran considerados tambiéncomo los intérpretes de la palabra sagrada, y a los sacerdotes y maestros que eran entrenados para serinstructores del pueblo.Sin embargo, y a pesar de sus limitadas oportunidades, los santos recibieron el mandato, de parte delos apóstoles y del Señor, nuestro Redentor mismo, de familiarizarse con los escritos de todos losprofetas; y a pesar de la gran dificultad bajo la que trabajaban, muchos de los santos antiguos llegaron aser sumamente hábiles en el conocimiento del evangelio del Señor y celosos defensores de la palabraescrita. 35CÓMO ATESORAR LA PALABRA DEL SEÑOR. Sería bueno que siguiéramos el consejo que elSeñor nos ha dado que dice: “Y el que atesore mi palabra no será engañado”. 36 Atesorar su palabrasignifica mucho más que leerla. Para atesorarla uno debe no solamente leer y estudiar, sino buscar enhumildad y obediencia cómo aplicar los mandamientos dados, y ganar la inspiración que le impartirá elEspíritu Santo. 37DEJAD A UN LADO LOS “MISTERIOS”. Deberíamos mantener nuestros pies firmes en el suelo yno levantarlos en pos de las cosas misteriosas y poco claras que el Señor aún no ha dado a conocer bien.¡Hay tantas cosas importantes relativas a nuestros deberes y a nuestra salvación que han sido reveladasclara y positivamente! Es con ellas con las que deberíamos ocupar nuestro tiempo y a las cualesdeberíamos prestar atención y estudio.El comentario de los misterios y de los principios parcialmente revelados, puede esperar a la venidadel Señor, pues entonces “él revelará todas las cosas —cosas que han pasado, y cosas ocultas que ningúnhombre conoció; cosas de la tierra, mediante las cuales fue hecha y su propósito y estado final”. 38Los principios fundamentales del evangelio —todo lo que tiene que ver con la salvación delhombre— son muy claros y pueden ser comprendidos aun por quienes son poseedores de una inteligenciacomún y corriente. Ocupar el tiempo para comentar preguntas inútiles que no tienen caso para nuestrasalvación y que no tiene relación con los mandamientos y obligaciones requeridas de nosotros por el plande salvación, es, por decirlo así, un pasatiempo inútil.150
Tengamos la razón o no en el campo de los misterios, eso no afectará nuestros actos personales, nitampoco nos glorificará ni nos condenará, siempre y cuando no nos obsesionemos con nuestras ideas ninos desviemos por una tangente y nos destruyamos a nosotros mismos.LAS RESPUESTAS DADAS EN EL EVANGELIO NO SATISFARÁN A TODOS. Comprendo quees imposible satisfacer a cada alma con relación a muchas interrogantes. El Salvador no pudo satisfacer atodos los que escucharon sus enseñanzas. Para muchos, El no era coherente: era amigo de publicanos ypecadores, bebedor de vino, sanaba a los enfermos mediante el espíritu de Beelzebú; algunas de suscostumbres, por ejemplo, mostraban desapego al ceremonial judío del lavamiento antes de comer, y,naturalmente, fueron condenadas.Si nosotros buscamos el Espíritu del Señor para recibir su guía, en humildad, con “el corazónquebrantado el espíritu contrito”; 39 no encontraremos muchas dificultades que no podamos vencer; losdesacuerdos aparentes se desvanecerán y podremos ver la sabiduría del Altísimo en todo lo que El harevelado. 401 2 Tim. 3:7.2 Joseph Fielding Smith, Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 333, 361. 367, 399-400.3 D. y C. 93: 36-37.4 D. y C. 93: 26-27.5 Millennial Star, vol. 102, págs. 514-516.6 Church News, 13 de feb. de 1952, págs. 3-4. Estas palabras fueron pronunciadas en el servicio fúnebre en memoria del élder Joseph F. Merrilldel Consejo de los Doce.7 Conf. Report, abril de 1951, pág. 59; Mat. 7:7-11, Sant. 1:5.8 Conf. Report, abril de 1940, págs. 98-99; D. y C. 50:2-35.9 Juan 7:16-17.10 Mat. 27:52-53.11 Juan 6:63.12 Juan 8:12.13 1 Juan 2:3-5.14 Church News, 3 de junio de 1933, pág. 5; Juan 14:26; 15:26-27; 16:13-14.15 3 Ne. 17:17.16 Alma 12:9-11.17 Juan 3:3.18 D. y C. 50:23-28; 93: 26-28.19 1 Cor. 1:17-31; 2:1-16.20 Correspondencia personal; 2 Tim. 3:7.21 Church News, 31 de mayo de 1947, pág. 1.22 Conf. Report, oct. de 1924, pág. 99.23 D. y C. 93: 27-28.24 Church News, 30 de marzo de 1940, págs. 1, 4-5; D. C. 50:23-28.25 Conf. Report, abril de 1916, pág. 71.26 Correspondencia personal; 1 Cor. 2:1-16.27 Conf. Report, oct. de 1917, pág. 69.28 Conf. Report, oct. de 1931, pág. 15; 1 Juan 4:1; 1 Tim. 4:1.29 Church News, 6 de mayo de 1939, pág. 8; Juan 5:39; D. y C. 1:37.30 Conf. Report, oct. de 1934, pág. 65.31 Noveno Artículo de Fe.32 Mat. 7:8; D. y C. 6.l-l0; 98:11-15; 121:26-32; 128:21; Isa. 28:9-13.33 Rom. 15:4.34 2 Tim. 3:16.35 Young Women’s Journal, págs. 591-592.36 José Smith 1:37.37 Era, vol. 45, pág. 780.38 D. y C. 101:32-33.39 D. y C. 59.8.40 Correspondencia personal.151
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Tengamos la razón o no en el campo de los misterios, eso no afectará nuestros actos personales, nitampoco nos glorificará ni nos condenará, siempre y cuando no nos obsesionemos con nuestras ideas ninos desviemos por una tangente y nos destruyamos a nosotros mismos.LAS RESPUESTAS DADAS EN EL EVANGELIO NO SATISFARÁN A TODOS. Comprendo quees imposible satisfacer a cada alma con relación a muchas interrogantes. El Salvador no pudo satisfacer atodos los que escucharon sus enseñanzas. Para muchos, El no era coherente: era amigo de publicanos ypecadores, bebedor de vino, sanaba a los enfermos mediante el espíritu de Beelzebú; algunas de suscostumbres, por ejemplo, mostraban desapego al ceremonial judío del lavamiento antes de comer, y,naturalmente, fueron condenadas.Si nosotros buscamos el Espíritu del Señor para recibir su guía, en humildad, con “el corazónquebrantado el espíritu contrito”; 39 no encontraremos muchas dificultades que no podamos vencer; losdesacuerdos aparentes se desvanecerán y podremos ver la sabiduría del Altísimo en todo lo que El harevelado. 401 2 Tim. 3:7.2 Joseph Fielding Smith, Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 333, 361. 367, 399-400.3 D. y C. 93: 36-37.4 D. y C. 93: 26-27.5 Millennial Star, vol. 102, págs. 514-516.6 Church News, 13 de feb. de 1952, págs. 3-4. Estas palabras fueron pronunciadas en el servicio fúnebre en memoria del élder Joseph F. Merrilldel Consejo de los Doce.7 Conf. Report, abril de 1951, pág. 59; Mat. 7:7-11, Sant. 1:5.8 Conf. Report, abril de 1940, págs. 98-99; D. y C. 50:2-35.9 Juan 7:16-17.10 Mat. 27:52-53.11 Juan 6:63.12 Juan 8:12.13 1 Juan 2:3-5.14 Church News, 3 de junio de 1933, pág. 5; Juan 14:26; 15:26-27; 16:13-14.15 3 Ne. 17:17.16 Alma 12:9-11.17 Juan 3:3.18 D. y C. 50:23-28; 93: 26-28.19 1 Cor. 1:17-31; 2:1-16.20 Correspondencia personal; 2 Tim. 3:7.21 Church News, 31 de mayo de 1947, pág. 1.22 Conf. Report, oct. de 1924, pág. 99.23 D. y C. 93: 27-28.24 Church News, 30 de marzo de 1940, págs. 1, 4-5; D. C. 50:23-28.25 Conf. Report, abril de 1916, pág. 71.26 Correspondencia personal; 1 Cor. 2:1-16.27 Conf. Report, oct. de 1917, pág. 69.28 Conf. Report, oct. de 1931, pág. 15; 1 Juan 4:1; 1 Tim. 4:1.29 Church News, 6 de mayo de 1939, pág. 8; Juan 5:39; D. y C. 1:37.30 Conf. Report, oct. de 1934, pág. 65.31 Noveno Artículo de Fe.32 Mat. 7:8; D. y C. 6.l-l0; 98:11-15; 121:26-32; 128:21; Isa. 28:9-13.33 Rom. 15:4.34 2 Tim. 3:16.35 Young Women’s Journal, págs. 591-592.36 José Smith 1:37.37 Era, vol. 45, pág. 780.38 D. y C. 101:32-33.39 D. y C. 59.8.40 Correspondencia personal.151