Nº 23, Enero 2008 - Centro de Estudios Garrigues

COLABORACIONESSantiago Iguaz CamposHILTI. Antiguo alumno Máster de Recursos Humanos 01-02Actitudes frente al cambioLos cambios son una constante en lavida, una constante en la vida de las personas,de las empresas, de las naciones…pero sobre todo es una constanteen la vida de cada uno de nosotros.Cuando estos cambios son queridospor nosotros, somos nosotros quienesdecidimos y somos nosotros quienescontrolamos dichos cambios, seproduce una identificación entre lavoluntad propia y la acción o el hecho.De esta forma, la gestión personalde un proceso de cambio tal es bastantesencilla, puesto que no existe resistenciay todo alrededor del proceso esvisto como positivo.Muy distinta situación podemos vivircuando el cambio no es algo que nosotrosbusquemos, sino que resultasobrevenido. La gestión de un cambioimpuesto tiene matices muy distintos, elesfuerzo personal es mayor y necesitaser racionalizado para no dejarnos llevarpor la resistencia natural que vivedentro de todos nosotros.Cómo enfrentarse al cambio, ya seaprofesional o personal, que nos afecta ysobre el cual no tenemos escaso poderde decisión es a lo que con este artículovoy a tratar de dar algo de luz.1.- Ideas claras:Darle vueltas a las cosas sin saberqué queremos tiene el mismo efectoque andar en círculos: es seguro que nollegaremos a ningún sitio y terminaremosagotados.Necesitamos saber qué queremosrealmente y poner todo de nuestra partepara obtenerlo. “De nada sirve quereralgo y no hacer nada, y de nada sirvehacer algo si no queremos nada”.Nuestro pensamiento es lo que motivanuestros actos y ese pensamiento estácondicionado por nuestros valores. Portanto, sin unos fuertes valores personaleses difícil guiar nuestra actuación con firmezahacia lo que realmente queremos.Por todo esto, es importante un ejercicioprevio de análisis, saber qué queremosy reconocer cuáles son nuestrosvalores. Ambos elementos son la basede una actuación firme.2.- Coger las riendas:Es mucho más fácil y menos dolorosocreer que lo que nos ocurre es culpade otro o simplemente que está fuera denuestro control: Pero esto no conducesino a callejones sin salida.La actitud inteligente y exigente y,desde luego, más difícil, es hacernosresponsables de nuestras acciones aunen respuesta a circunstancias de lascuales nosotros no somos responsables.Lo único que podemos controlares a nosotros mismos. En definitiva, hayque coger las riendas y tirar firmementede ellas para evitar que el victimismo seapodere de nosotros.3.- Predicar con el ejemplo:Una campaña pública que se emiteestos días muestra a un padre y a una hijaleyendo; la una imitando al otro. Esta es,gráficamente, la actitud de ejemplo y derealidad personal necesaria para cambiarlas cosas. No podemos decir unacosa y hacer otra. Sin una actitud real ysincera, nuestras acciones difícilmentevan a producir el efecto deseado.Esta es, básicamente, la diferenciaentre un líder y un “seguidor”. Uno piensay actúa en consecuencia (hace quelas cosas sucedan); el otro piensa,incluso se apasiona por una idea, perono llega a pasar a la acción (nada sucedebajo su control).4.- A río revuelto…:El crecimiento profesional se acentúacuando uno sabe afrontar los momentoso las situaciones más complejas. Enestas situaciones una ayuda muy importanteson los buenos hábitos profesionales(esas cosas que hacemos sin pensarpero que tanto esfuerzo cuesta llegar atener), ya que en las peores circunstanciasel “buen hacer automatizado” nospermite centrar nuestra atención en lo verdaderamenteimportante y crítico.Hay siempre grandes oportunidadesen las grandes crisis. Aquellos conla actitud y los hábitos adecuados sonlos únicos capacitados para encontrarlasy aprovecharlas.Una actitud proactiva, firme, positiva,coherente y sincera (en especial,con nosotros mismos) es la mejor herramientapara sacar lo mejor de cadasituación. Porque aun en el peor de loscasos, el crecimiento personal y profesionalresultará ser la palanca perfectapara afrontar el futuro y mover, de nuevo,nuestro propio mundo.8