Nº 23, Enero 2008 - Centro de Estudios Garrigues

COLABORACIONESbuto que nace con una finalidad extrafiscal,finalidad amparada por el artículo2.1 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,General Tributaria.No basta esa declaración de intencionescontenida en la Exposición deMotivos para poder afirmar que estamosante un tributo de naturaleza extrafiscal.Es necesario analizar en profundidadla estructura y características delimpuesto en atención a los objetivosque justifican su implantación.Por lo que respecta al objeto delimpuesto, tal y como aparece definidoen la Ley 16/2000, se aparta en ciertamedida de esta finalidad ya que, segúnse indica en el artículo 2 de la citada ley,el objeto del mismo es gravar “la singularcapacidad económica que concurreen determinados establecimientoscomerciales como consecuencia deestar implantados como grandessuperficies, dado que esta circunstanciacontribuye de una manera decisiva atener una posición dominante en el sectory puede generalizar externalidadesnegativas en el territorio y el medioambiente, cuyo coste no asumen”.El objeto de este impuesto, pues, noparece muy coherente con su finalidadanunciada en la Exposición de Motivos.Si, en teoría, estamos ante un impuestoextrafiscal, no puede establecerse despuésen base a una función recaudatoria.Pasando a la base imponible delimpuesto, ésta se establece en funciónde la superficie total del gran establecimientocomercial individual, expresadaen metros cuadrados, superficie que seobtendrá mediante la suma de la superficiede venta, la destinada a almacenes,talleres, obradores, espacios deproducción y la del aparcamiento. Esevidente que mediante estos parámetrosse está gravando el valor de las instalaciones.El hecho imponible del impuesto,analizado conjuntamente con su baseimponible, lleva a la conclusión de queestamos ante un impuesto que recaedirectamente sobre las instalacionesde las grandes superficies. La concordanciaentre el impuesto catalán y elImpuesto sobre Bienes Inmuebles esabsoluta. Por tanto, y para concluir estabreve colaboración, podemos afirmarque el Impuesto sobre Grandes Superficiescatalán podría ser declaradoinconstitucional, ya que, a pesar defundarse en el impacto medioambiental,territorial y sobre el pequeñocomercio de las grandes superficies,no es sino una figura tributaria queprescinde de esta finalidad, y quegrava objetivamente la superficie deestos centros comerciales, coincidiendode nuevo con el Impuesto sobreBienes Inmuebles.7