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Descargar - Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires

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PRIMER ESFUERZOAlejo Erroz, Pepe, Daniel Erroz y Roberto Luciano.El primer objetivo fue alcanzar el Cerro López. Esamañana, cuando partimos, hacía mucho frío y habíapronóstico <strong>de</strong> nevadas. Guiándonos siempre con elmapa <strong>de</strong> los sen<strong>de</strong>ros que te llevan a los refugios,tomamos un colectivo hasta Colonia Suiza y allí iniciamosel ascenso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ubicar el camino <strong>de</strong>acceso.Los sen<strong>de</strong>ros están marcados con círculos <strong>de</strong> pinturaroja, sin embargo, al estar sobre piedras, a veces quedantapados por <strong>la</strong> nieve. Por suerte, con <strong>la</strong> ayuda <strong>de</strong>los mapas <strong>de</strong>l Club Andino <strong>de</strong> Bariloche y unos círculosmarcados sobre los árboles pudimos orientarnosbastante bien.Ya en el camino, transitando por sen<strong>de</strong>ros y bosques,comenzamos a ver paisajes hermosos a cada paso.A<strong>de</strong>más, a medida que se ascien<strong>de</strong>, <strong>la</strong> vegetación seiba achaparrando, <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Nahuel Huapi y losespejos <strong>de</strong> agua nos <strong>de</strong>leitaban <strong>la</strong> vista y el silencionos llenaba <strong>de</strong> p<strong>la</strong>cer.A mitad <strong>de</strong>l recorrido <strong>la</strong> nieve comenzó a ser importante,<strong>la</strong>s rocas se tornaron grisáceas y el sen<strong>de</strong>ro setransformó en un pasaje zigzagueante con alre<strong>de</strong>dor<strong>de</strong> 15 cm. <strong>de</strong> nieve. A media tar<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificamos elrefugio López, pero faltaba bastante por recorrer y elclima y el cansancio empezaban a convertirse en nuestrospeores enemigos. Finalmente llegamos <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> 11 km. <strong>de</strong> recorrido y unas seis horas <strong>de</strong> marcha.EL TRAYECTO MÁS DIFÍCILDes<strong>de</strong> octubre hasta fines <strong>de</strong> abril se encuentran los“refugieros”, que, por una módica suma <strong>de</strong> dinero,preparan comidas fuertes para combatir el frío y permitenpernoctar en el lugar. El <strong>de</strong>l refugio López tienecapacidad para 100 personas divididas en habitacionescomunitarias. Por ese motivo uno <strong>de</strong>be llevarse <strong>la</strong>bolsa <strong>de</strong> dormir.Durante <strong>la</strong> estadía tuvimos que modificar nuestrop<strong>la</strong>n inicial: unir por arriba el Cerro López con <strong>la</strong> LagunaNegra. Ese recorrido no era recomendable porque<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> nevada, todo se transformó en hielo.Para transitar por él <strong>de</strong>bíamos contar con equiposapropiados y ver c<strong>la</strong>ramente <strong>la</strong>s señales <strong>de</strong>l trayecto,dos condiciones que no estaban dadas y que hacíanque <strong>la</strong> aventura se tornara muy peligrosa.Al día siguiente, que amaneció radiante, todo alre<strong>de</strong>dorera un cuadro. Desayunamos y emprendimos el<strong>de</strong>scenso, tarea nada fácil para <strong>la</strong>s piernas y los tobillos<strong>de</strong>l equipo que, salvo los <strong>de</strong> Alejito, ya superabanlos 50 abriles holgadamente. Ahora el p<strong>la</strong>n era llegarnuevamente a <strong>la</strong> Colonia Suiza, encontrar el camino<strong>de</strong> ascenso y subir por el bosque en paralelo al arroyoGoye.La mayor parte <strong>de</strong> ese recorrido es <strong>de</strong> exigencia media,hasta que se llega a una cascada <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>unas dos horas y media <strong>de</strong> andar por lugares <strong>de</strong> encantosiempre acompañados por <strong>la</strong>s caídas <strong>de</strong> aguacristalina y casi tan rica como el vino. Esa parte sehizo difícil porque había sectores muy empinados, intransitablesy he<strong>la</strong>dos junto con piedras sueltas quehacían que “el f<strong>la</strong>co” expresara una mezc<strong>la</strong> <strong>de</strong> dolor ysorpresa al caer <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un resbalón.Cuando ya nos inquietaba el cansancio, divisamos aunos 200 metros <strong>la</strong> maravillosa <strong>la</strong>guna al pié <strong>de</strong>l CerroNegro, quien le da su nombre y en su oril<strong>la</strong> el tanansiado refugio, atendido <strong>de</strong> maravil<strong>la</strong>s por Martín.El lugar estaba lleno <strong>de</strong> jóvenes <strong>de</strong> distintas nacionalida<strong>de</strong>s.El menú fue una rica sopa <strong>de</strong> cebol<strong>la</strong>s conpimienta y un guiso <strong>de</strong> lentejas, realmente reconfortantesy muy necesarios. Recuerdo que cuatro fin<strong>la</strong>n<strong>de</strong>ses,a pesar <strong>de</strong> que fue una noche muy fría (entre 6y 12 grados bajo cero), durmieron en una carpa fuera<strong>de</strong>l refugio.UN MERECIDO DESCANSOA <strong>la</strong> mañana siguiente, nos tomamos un tiempo paraadmirar los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>guna e ingerimos unabundante <strong>de</strong>sayuno que nos permitió cargar fuerzaspara <strong>la</strong> extenuante caminata que nos esperaba. La| 31

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