10.07.2015 Views

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Mª Teresa Vera, Natalia M<strong>el</strong>éndeztido, Carm<strong>en</strong> es una mujer hechicera, de <strong>en</strong>canto irresistible que aboca a la perdición,domina la brujería y dice t<strong>en</strong>er tratos con Satanás e incluso se dice de <strong>el</strong>la quehabita <strong>en</strong> <strong>el</strong> infierno. Además, la id<strong>en</strong>tificación con esta mujer demoníaca se refuerzacon la evocación de uno de los escritores románticos que <strong>en</strong> mayor medida contribuyóa crear <strong>el</strong> arquetipo de la diablesa. En un mom<strong>en</strong>to de la p<strong>el</strong>ícula, Carm<strong>en</strong> <strong>en</strong>tonacon fines seductores una canción que es precisam<strong>en</strong>te la rima XXII de GustavoAdolfo Bécquer: Por una mirada, un mundo. Todo este juego de ritos oscuros y tácticasde seducción refuerzan la interpretación ori<strong>en</strong>talista de lo castizo.Otro guiño romántico lo <strong>en</strong>contramos <strong>en</strong> la definición de la mujer andaluza de laque Mérimée se sirve <strong>para</strong> describir a Carm<strong>en</strong>: Tres cosas negras: los ojos, las cejasy las pestañas. Tres blancas: <strong>el</strong> cutis, los di<strong>en</strong>tes y las manos. Tres sonrosadas: loslabios, las mejillas, las uñas (La Ilusión, 1850). Y que no es otra que la primera definiciónde mujer objeto publicada <strong>en</strong> la pr<strong>en</strong>sa fem<strong>en</strong>ina española (Jiménez Mor<strong>el</strong>l,1992). Tampoco podemos obviar la música que su<strong>en</strong>a <strong>en</strong> <strong>el</strong> admirado r<strong>el</strong>oj de Mériméeque no sólo es contemplado, desde <strong>el</strong> atraso español, como una innovacióntecnológica traída por <strong>el</strong> progreso foráneo, sino que d<strong>el</strong>eita a los nativos con <strong>el</strong> ParaElisa de Beethov<strong>en</strong>, cumbre d<strong>el</strong> romanticismo musical.Desde nuestro punto de vista, pese a los aciertos reseñados <strong>en</strong> la construcción d<strong>el</strong>personaje, la p<strong>el</strong>ícula desaprovecha la ocasión de realizar una lectura <strong>en</strong>raizada <strong>en</strong>las circunstancias históricas y sociales de la España que se repres<strong>en</strong>ta, alejándolade una imag<strong>en</strong> parcial de la realidad. Indudablem<strong>en</strong>te, <strong>el</strong> contexto se inscribe <strong>en</strong> <strong>el</strong>proceso de as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to tardío de las revoluciones liberales ral<strong>en</strong>tizada por <strong>el</strong> neocatolicismoimperante, malinterpretado por <strong>el</strong> francés –que no <strong>en</strong> vano se llamabaPróspero– como singularidad racial de unas g<strong>en</strong>tes atadas a un destino inmutablepor su terquedad <strong>en</strong> permanecer aj<strong>en</strong>os a la civilización y al progreso.Así pues, nuevam<strong>en</strong>te esta Carm<strong>en</strong> reedita la <strong>para</strong>doja <strong>en</strong>tre dos tópicos de loespañol, a los ojos d<strong>el</strong> extranjero, y de lo andaluz visto por <strong>el</strong> resto de id<strong>en</strong>tidadesespañolas o como g<strong>en</strong>eralización de lo hispánico, tal y como muestra, por ejemplo,que sea la Carm<strong>en</strong> de Vic<strong>en</strong>te Aranda la p<strong>el</strong>ícula s<strong>el</strong>eccionada como repres<strong>en</strong>taciónde Andalucía <strong>en</strong> una obra que propone un recorrido cinematográfico por cada unade las comunidades autónomas <strong>en</strong> la reci<strong>en</strong>te producción española (Pérez Romero,2006: 41-58). Indefectiblem<strong>en</strong>te, nos re<strong>en</strong>contramos con los esc<strong>en</strong>arios y actitudesfestivas, <strong>el</strong> reiterado tópico de la alegría, la broma y la simpatía, acompañadas siemprede ecos musicales, baile y cante. Si bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> una de las esc<strong>en</strong>as, al otro lado d<strong>el</strong>a guitarra un bandolero oculta un trabuco, imag<strong>en</strong> de la otra cara de la id<strong>en</strong>tidadque se nos pres<strong>en</strong>ta: la fatalidad, la viol<strong>en</strong>cia, los c<strong>el</strong>os y la posesión, la pasión y lamuerte, a las que aboca <strong>el</strong> primitivismo de los personajes.4. SECUELAS MANIERISTASEngrosando la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, a cada recreación dramática ha seguido la musical queconjuga, ya <strong>en</strong> este siglo, la faceta lírica y la danza. En 2001, Jérôme Savary y GérardDeguerre idean una ópera bufa interpretada por Cristina Hoyos; optan por unacomposición anacrónica donde conviv<strong>en</strong> los personajes d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato originario conFranco, Hemingway o Ava Gadner, y arreglos musicales jazzísticos y latinos con351

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!