10.07.2015 Views

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El mito de Carm<strong>en</strong>: exotismo, romanticismo e id<strong>en</strong>tidadsalta <strong>el</strong> carácter heterogéneo de lo español: don José, católico fervi<strong>en</strong>te, visita laIglesia con frecu<strong>en</strong>cia mostrando la curiosa r<strong>el</strong>ación de los españoles con las imág<strong>en</strong>esv<strong>en</strong>eradas, que tanto asombra a los extranjeros por lo exacerbado de las manifestacionesde una espiritualidad barroca, sust<strong>en</strong>tada –como todo lo reciéncon<strong>ver</strong>tido– <strong>en</strong> mero ejercicio de ost<strong>en</strong>tación. Por <strong>el</strong> contrario, pero de la mismaforma expresiva, Carm<strong>en</strong> se jacta de ser sierva de Satanás y practica toda clase deritos oscuros de adivinación y sortilegios maléficos. La mezcla de ambas cre<strong>en</strong>ciasse hace evid<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la dueña d<strong>el</strong> burd<strong>el</strong>, que echa las cartas con la misma naturalidadcon que pone v<strong>el</strong>as a una Virg<strong>en</strong> o se santigua. En <strong>el</strong>la, como <strong>en</strong> <strong>el</strong> país míticoque se nos int<strong>en</strong>ta transmitir, conviv<strong>en</strong> sin empacho todo tipo de cultos misteriosos.Conjugando todos estos aspectos exóticos, la piedra angular d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato es un personajedominado por la contradicción: esta Carm<strong>en</strong> r<strong>en</strong>iega de la raza gitana yadesde la primera secu<strong>en</strong>cia; sin embargo, es de los gitanos de qui<strong>en</strong>es ha recibido<strong>el</strong> modo de vida sin ataduras d<strong>el</strong> que no está dispuesta a prescindir, pese a los requerimi<strong>en</strong>tosde don José. Pero aquí aparece una segunda contradicción, pues apesar de su deseo constante de libertad, que se traduce <strong>en</strong> una exist<strong>en</strong>cia marginal,Carm<strong>en</strong> se si<strong>en</strong>te también atraída por ciertas manifestaciones de boato que sólo <strong>el</strong>modo de vida burgués puede proporcionarle. Ello se percibe, por ejemplo, <strong>en</strong> suapego al recatado vestido blanco que trae de la emboscada urdida por su marido(que le quita <strong>el</strong> d<strong>el</strong>icado sombrero de un manotazo) o <strong>en</strong> su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la plaza detoros y su atracción por <strong>el</strong> torero Lucas Domecque, qui<strong>en</strong> repres<strong>en</strong>ta las más altascotas de éxito, lujo y aceptación social de la época, y cuyo ap<strong>el</strong>lido rememora a unaoligarquía andaluza fraguada sobre la propiedad de la tierra e impulsada por los vínculosexternos que son los de las r<strong>el</strong>aciones comerciales.Como justificación de estas contradicciones, la Carm<strong>en</strong> que interpreta Paz Vegaes <strong>el</strong> producto de una trayectoria vital sembrada de innumerables cicatrices emocionalesy físicas que marcan sus r<strong>el</strong>aciones con los hombres. Este sombrío pasado,contado a don José por la dueña d<strong>el</strong> burd<strong>el</strong>, contribuye a hacer algo más compresibleun comportami<strong>en</strong>to que, <strong>en</strong> otras <strong>ver</strong>siones, la exhibe como voluble y car<strong>en</strong>te demotivación. Esta Carm<strong>en</strong> –quizá la más agresiva y hosca, la m<strong>en</strong>os festiva, debidoa la ya m<strong>en</strong>cionada r<strong>en</strong>uncia al folklorismo– pres<strong>en</strong>ta <strong>el</strong> carácter práctico, más apegadoa la realidad, de qui<strong>en</strong> ha t<strong>en</strong>ido que apr<strong>en</strong>der a subsistir <strong>en</strong> las calles. Ademásde esta aportación novedosa y alguna otra como la masculinización d<strong>el</strong> personaje repres<strong>en</strong>tada<strong>en</strong> su pl<strong>en</strong>a integración <strong>en</strong> <strong>el</strong> grupo de bandoleros, des<strong>en</strong>volviéndosecon <strong>el</strong>los <strong>en</strong> la sierra <strong>en</strong> igualdad de condiciones, montando su propio caballo, participando<strong>en</strong> los asaltos e incluso dejándose <strong>ver</strong> mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do r<strong>el</strong>aciones sexuales,etc., <strong>en</strong>contramos también algunos toques algo ing<strong>en</strong>uos, o al m<strong>en</strong>os, poco sutiles:por ejemplo, la variedad de trabajos plagados de tipismo que simultanea (además de,como es razonable, <strong>en</strong> la fábrica de tabacos la vemos como bailarina, echadora decartas, prostituta y contrabandista) o también la insist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> su primitivismo y sus<strong>en</strong>sualidad t<strong>en</strong>tadora haciéndola aparecer hasta tres veces mordi<strong>en</strong>do fruta fresca.En cualquier caso, no nos pasan desapercibidas las claves simbólicas que se utilizan<strong>para</strong> adornar al personaje como una Eva moderna (Andreu Miralles, 2004):Carm<strong>en</strong> toma la fruta, seduce a don José atravesando la calle Sierpes y lo incita aad<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> <strong>el</strong> camino d<strong>el</strong> mal, de tal modo que <strong>el</strong> soldado acaba trasponi<strong>en</strong>do suadoración mariana hacia su amada. Áng<strong>el</strong>es y demonios, vírg<strong>en</strong>es y seductoras,son dualidades inher<strong>en</strong>tes a la construcción literaria d<strong>el</strong> Romanticismo. En este s<strong>en</strong>-350

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!