10.07.2015 Views

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El mito de Carm<strong>en</strong>: exotismo, romanticismo e id<strong>en</strong>tidadLévi-Strauss (1987: 229-252) interpreta que los pueblos acuñan mitos <strong>para</strong> ayudara suavizar las t<strong>en</strong>siones que resultan de las apar<strong>en</strong>tes contradicciones <strong>en</strong>tr<strong>el</strong>as cre<strong>en</strong>cias y la práctica y reconcilian lo que debería ser con lo que realm<strong>en</strong>tees. Interpretados unas veces como <strong>en</strong>soñaciones de la conci<strong>en</strong>cia colectiva, y otrascomo mecanismos de divinización de personajes históricos (o a la in<strong>ver</strong>sa), lo ciertoes que los mitos recrean los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tales de cualquier sociedad: <strong>el</strong>amor, <strong>el</strong> odio, la v<strong>en</strong>ganza. En tanto que esto es así, <strong>el</strong> valor intrínseco atribuido almito provi<strong>en</strong>e de que estos acontecimi<strong>en</strong>tos, que se supon<strong>en</strong> ocurridos <strong>en</strong> un tiempopretérito, forman también una estructura perman<strong>en</strong>te; se refier<strong>en</strong>, pues, simultáneam<strong>en</strong>teal pasado, al pres<strong>en</strong>te y al futuro. Desde luego, la abundancia con la que hasido recreado nuestro objeto de estudio corrobora este hecho.Afirma también <strong>el</strong> antropólogo que la mitología es considerada un reflejo de la estructurasocial y de las r<strong>el</strong>aciones sociales. Sin duda, y a pesar de las transformacionesnarrativas, Carm<strong>en</strong> es es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te la historia de una r<strong>el</strong>ación triangularimposibilitada por obstáculos de clase, de raza y de sexo; la cigarrera, <strong>el</strong> soldado y<strong>el</strong> torero son arquetipos irreconciliables: uno repres<strong>en</strong>ta <strong>el</strong> ord<strong>en</strong> institucional, otro <strong>el</strong>tipo folklórico, la otra la transgresión, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de que la historia se desarrolle<strong>en</strong> la España napoleónica o <strong>en</strong> los suburbios de Los Áng<strong>el</strong>es.Cuando Prosper Mérimée conoció <strong>en</strong> 1830 a la Condesa de Montijo que le narróla historia d<strong>el</strong> soldado que pierde profesión, fortuna y honra por una ardi<strong>en</strong>te gitana,poco podía suponer que su interlocutora sería por <strong>el</strong>la misma objeto de ley<strong>en</strong>da alcon<strong>ver</strong>tirse <strong>en</strong> la esposa de Luis Napoleón. Una y otra, la cigarrera y la emperatriz,<strong>en</strong> una suerte de asimilación constituían la resolución –al m<strong>en</strong>os ficticia– de la largarivalidad franco-española: si <strong>el</strong> siglo XIX se inicia con una invasión, llegado a suecuador España pone a una española (granadina, andaluza, los matices se ac<strong>en</strong>túansegún las <strong>ver</strong>siones) <strong>en</strong> <strong>el</strong> trono de Francia. Como si de un happy <strong>en</strong>ding se tratara,<strong>el</strong> amor lo resu<strong>el</strong>ve todo, si bi<strong>en</strong> antes ya se había <strong>en</strong>cargado de complicarlo.Más allá de las ley<strong>en</strong>das, que su<strong>el</strong><strong>en</strong> ser afirmaciones falsas, <strong>el</strong> mito de Carm<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>e compon<strong>en</strong>tes socio-históricos fundam<strong>en</strong>tados y, no pocas veces, contradictorios.Si <strong>el</strong> Romanticismo –afirma Raymond Williams (1985)– surgió como una reacciónfr<strong>en</strong>te al industrialismo, lo cual provocó un interés y una idealización de lassociedades preindustrales, resulta que nuestra Carm<strong>en</strong> es <strong>el</strong> prototipo de una nuevaclase, un proletariado fem<strong>en</strong>ino con una <strong>en</strong>orme carga de reb<strong>el</strong>día, formado por mujeresindep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> lo económico y s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te activas. El mito de Carm<strong>en</strong>es revolucionario <strong>en</strong> tanto destructora d<strong>el</strong> ord<strong>en</strong> social establecido y de las bu<strong>en</strong>ascostumbres burguesas. Pero más allá d<strong>el</strong> mito romántico y folklórico, la realidad históricaes que la Fábrica de Tabacos de Sevilla era <strong>el</strong> más importante establecimi<strong>en</strong>toindustrial de la época <strong>en</strong> Andalucía, que <strong>el</strong> siglo XIX <strong>ver</strong>á como se va proletarizandoeste sector de la actividad y, por <strong>en</strong>de, increm<strong>en</strong>tándose la conflictividad nacida noya de lances amorosos, sino de las condiciones de trabajo que culminará, <strong>en</strong>tre 1918y 1923, con la organización y sindicación <strong>en</strong> torno a la Sociedad de cigarreras y tabaqueros“Nicot” (Ba<strong>en</strong>a Luque, 1993).Si la actividad laboral –originariam<strong>en</strong>te cigarrera, luego cantante y bailarina, otrasveces actriz de teatro y <strong>en</strong> una ocasión trabajadora <strong>en</strong> una fábrica de <strong>para</strong>caídas–es una característica importante a la hora de definir a nuestra protagonista, <strong>el</strong> restode personajes también vi<strong>en</strong><strong>en</strong> determinados por esta circunstancia; así, tanto <strong>el</strong> sol-344

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!