Pulse aquà para ver el número completo en formato PDF
Pulse aquà para ver el número completo en formato PDF
Pulse aquà para ver el número completo en formato PDF
- No tags were found...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Leonarda García JiménezSobre la modificación de la tradición, podría decirse que ha superado las limitacionesque suponía su única transmisión y perdurabilidad a través d<strong>el</strong> intercambiocara a cara, como sucedía <strong>en</strong> épocas anteriores:La tradición se desritualizó; perdió sus lazos con la experi<strong>en</strong>cia de la vida cotidianade las personas. Sin embargo, <strong>el</strong> desarraigo de las tradiciones no les privó d<strong>el</strong> sust<strong>en</strong>to.En vez de <strong>el</strong>lo, preparó <strong>el</strong> camino <strong>para</strong> ampliarlas, r<strong>en</strong>ovarlas y reincorporarlas<strong>en</strong> nuevos contextos y unidades espaciales que se <strong>en</strong>contraban más allá de loslímites de la interacción cara a cara (Thompson, 1998: 239).También Vattimo (1998) señala la modificación de la tradición por la influ<strong>en</strong>cia d<strong>el</strong>os media. Así, los medios de comunicación liberan al individuo, desempeñando unpap<strong>el</strong> fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> <strong>el</strong> nacimi<strong>en</strong>to de la sociedad posmoderna, dado que la caracterizanno como una sociedad más transpar<strong>en</strong>te (título de su obra), sino como unasociedad más compleja, incluso caótica, situación <strong>en</strong> la que reside la esperanza deemancipación d<strong>el</strong> hombre. Los media han jugado un pap<strong>el</strong> preponderante <strong>en</strong> la disoluciónde los puntos de vista c<strong>en</strong>trales, <strong>en</strong> la caída de los grandes metarr<strong>el</strong>atos(Dios, la razón, la libertad), ya que, y he aquí la posible liberalización d<strong>el</strong> individuo,ofrec<strong>en</strong> una explosión de las visiones d<strong>el</strong> mundo. En esta multiplicidad de la comunicación,un importante número de subculturas ha tomado la palabra (Vattimo, 1998:80), pluralización que hace imposible concebir al mundo desde un único punto devista. El resultado será que la realidad objetiva (<strong>en</strong> <strong>el</strong> s<strong>en</strong>tido positivista clásico) noexiste, sino que es <strong>el</strong> resultado d<strong>el</strong> <strong>en</strong>trecruzami<strong>en</strong>to de las muchas imág<strong>en</strong>es, interpretacionesy reconstrucciones que compit<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre sí y que son distribuidas porlos media. Este hecho es <strong>el</strong> que abre la puerta a la emancipación d<strong>el</strong> ser humano;<strong>en</strong> cuanto cae la idea de una racionalidad c<strong>en</strong>tral de la historia, <strong>el</strong> mundo de la comunicacióng<strong>en</strong>eralizada estalla <strong>en</strong> la multiplicidad de las racionalidades locales (minoríasétnicas, sexuales, r<strong>el</strong>igiosas, culturales o estéticas) que toman la palabra alno ser, por fin, sil<strong>en</strong>ciadas ni reprimidas por la idea de que hay una sola forma <strong>ver</strong>daderade realizar la humanidad, <strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to de todas las individuales. El efectoemancipador de la liberación de las racionalidades locales no consiste sólo <strong>en</strong> lamanifestación de lo que cada uno es de <strong>ver</strong>dad (negro, mujer, homosexual, musulmán)sino que está más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> extrañami<strong>en</strong>to que acompaña al primer paso deid<strong>en</strong>tificación. Si soy consci<strong>en</strong>te de que mi sistema de valores (r<strong>el</strong>igiosos, éticos, políticos,étnicos) no es <strong>el</strong> único, sino que convive con otros muchos <strong>en</strong> este mundo deculturas plurales, tomaré conci<strong>en</strong>cia de las limitaciones de todos estos sistemas, empezandopor <strong>el</strong> mío (Vattimo, 1998: 85).La perspectiva de Vattimo podría ser definida como excesivam<strong>en</strong>te optimista dadoque habla de una liberación que es negada de manera sistemática por otros autoresposmodernos 3 . Por ejemplo, Baudrillard (2002) señala que vivimos <strong>en</strong> una era de simulaciones<strong>en</strong> la que lo real ha quedado finalm<strong>en</strong>te disu<strong>el</strong>to <strong>en</strong> <strong>el</strong> artificio. El filósofo2 El sistema capitalista ha evolucionado de un capitalismo de producción (a partir d<strong>el</strong> siglo XVIII, implicaba<strong>el</strong> acceso principalm<strong>en</strong>te a bi<strong>en</strong>es primarios), a uno de consumo (a partir de la segunda mitad d<strong>el</strong>siglo XX, donde cobró especial importancia <strong>el</strong> sector servicios, se abrió al acceso al consumo de bi<strong>en</strong>es,al ocio y al <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to), <strong>para</strong> terminar <strong>en</strong> <strong>el</strong> contemporáneo de acceso (García Jiménez, 2003).3 Por <strong>el</strong>lo es muy complejo definir a la posmodernidad con un discurso unitario, porque d<strong>en</strong>tro de la propiacorri<strong>en</strong>te se incluy<strong>en</strong> a autores de muy difer<strong>en</strong>te p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to.317