10.07.2015 Views

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

Pulse aquí para ver el número completo en formato PDF

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to político de Blanco-White...la libertad r<strong>el</strong>igiosa y civil (Tobajas, 1984: 179-181). Sus palabras finales son toda unareflexión sobre <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que ha jugado España <strong>en</strong> los últimos años. Las Cortes, <strong>en</strong>su opinión, han traicionado <strong>el</strong> ideal liberal que las inspiraron <strong>para</strong> ser otro mecanismode control político, otra expresión o manifestación de poder, que crea sus propiosinstrum<strong>en</strong>tos de ejecución como las Juntas de C<strong>en</strong>sura.La llegada de Fernando VII hizo que Blanco albergara esperanzas de r<strong>en</strong>ovación<strong>en</strong>tre los sectores liberales y serviles, marcados por un tono extremado <strong>en</strong> sus convicciones,<strong>en</strong> que se había dividido España. Sin embargo, se equivocó como lo demuestra<strong>el</strong> decreto de 4 de mayo de 1814 que fue publicado <strong>en</strong> <strong>el</strong> último número deEl Español. El decreto de Val<strong>en</strong>cia de 4 de mayo de 1814 señala <strong>el</strong> reconocimi<strong>en</strong>toexpreso de Fernando VII de no jurar ni acceder a la Constitución de 1812, ni a losdecretos de las Cortes G<strong>en</strong>erales y Extraordinarias ni de las Ordinarias actualm<strong>en</strong>teabiertas, considerándolos como nulos, y de ningún valor ni efecto (Flaquer Montequi,1991: 64-65). Todo <strong>el</strong> trabajo de las Cortes es tirado abajo <strong>en</strong> un desplante deautoridad, absolutismo y prepot<strong>en</strong>cia d<strong>el</strong> monarca Fernando VII a su llegada. Lascríticas a las Cortes que Blanco había realizado t<strong>en</strong>ían como objeto mejorar la situaciónpolítica de España; de hecho p<strong>en</strong>saba que <strong>el</strong> monarca iba a mant<strong>en</strong>er <strong>el</strong> sistemade las Cortes limando sólo los defectos que <strong>en</strong>contrara <strong>en</strong> <strong>el</strong> sistema, pero loque realm<strong>en</strong>te ocurre es una ruptura total con las Cortes y una vu<strong>el</strong>ta al despotismod<strong>el</strong> Antiguo Régim<strong>en</strong>.Los artículos de El Español que estuvieron sali<strong>en</strong>do <strong>en</strong> <strong>el</strong> periodo de vida de la publicaciónfueron obra d<strong>el</strong> propio Blanco-White y van firmados con las iniciales queadoptó <strong>en</strong> Inglaterra “B. W.” También firmó con <strong>el</strong> seudónimo de Juan Sin Tierra, queadopta especialm<strong>en</strong>te a partir d<strong>el</strong> número 12 <strong>para</strong> artículos escritos con un tono másdes<strong>en</strong>fadado propio de la evolución de sus ideas hacia un carácter más moderadoo <strong>para</strong> contestar a los amigos que lo traicionaban. Sin embargo, es justo m<strong>en</strong>cionarla participación <strong>en</strong> la publicación de autores como Flórez Estrada o Martínez de laRosa. Como hemos observado a lo largo d<strong>el</strong> caso analizado de los Diarios de Sesionesde las Cortes de Cádiz, se m<strong>en</strong>ciona por parte de los diputados la refer<strong>en</strong>ciaal nombre Juan Sin Tierra. Este seudónimo, que ocultaba al editor Blanco-White, sirvió<strong>para</strong> dar un tono hiri<strong>en</strong>te pero dotado de un carácter sarcástico y <strong>en</strong> algún mom<strong>en</strong>tohumorístico a determinados escritos. Blanco-White vio como sus amigosdiputados le descalificaban <strong>en</strong> público, e incluso le atacaban <strong>en</strong> las sesiones de lasCortes. La humillación y <strong>el</strong> escarnio a que fue sometida su persona y <strong>el</strong> periódico queeditaba, tuvieron como resultado una contrarréplica a través de artículos de opiniónque criticaban las decisiones políticas de las Cortes. Había, según Blanco, una mal<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida idea d<strong>el</strong> liberalismo y eso era conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te ponerlo de manifiesto, aunque<strong>para</strong> <strong>el</strong>lo utilizara sobr<strong>en</strong>ombres que reflejaban <strong>el</strong> s<strong>en</strong>tir de un hombre que había dejadosu patria.Las campañas políticas de El Español de 1810 a 1814 lo <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taron de tal maneracon los liberales de Cádiz, que prácticam<strong>en</strong>te fue imposible su reconciliación.Para la mayoría de los refugiados <strong>en</strong> Londres, Blanco seguiría si<strong>en</strong>do Juan Sin Tierra(Lloréns, 1979: 411).Blanco-White recibió d<strong>el</strong> Gobierno inglés una p<strong>en</strong>sión vitalicia por los serviciosque había prestado <strong>en</strong> <strong>el</strong> tiempo que trabajó informando a los ciudadanos. El propioBlanco explica que El Español había t<strong>en</strong>ido una gran influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> <strong>el</strong> público espa-304

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!