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José Henrique Rizo PomboHistoria del Centro deConvenciones de CartagenaGestación y nacimientoJosé Henrique Rizo PomboCartagena, Colombia - 20123


José Henrique Rizo PomboA quien me ha acompañado en la aventura de mi vida,Carmencita.A los tesoros que hemos encontrado,Mercedes Amelia y Daniele Henrique y Diana Elisa di Silvio,José Henrique y Lina María, y José Henrique, SalvadorEduardo y Alejandro.Santiago Luis y Blanca Cecilia, y Santiago Luis y Sebastián.A mi hermana, Amelia Stella, que ha sido parte de mi vida.A la memoria de mis padres.5


José Henrique Rizo PomboPRESENTACIÓNDe una plaza de mercadoa un Centro de Convenciones.Esta obra de José Henrique Rizo Pombo que hoyTECNAR se honra en presentar, es la historia de unsueño hecho realidad gracias “a la decisión de dospresidentes de Colombia y a la convicción, el empeño,las intensas gestiones y aún los sacrificios personales”,la confianza, el tesón y los esfuerzos tenaces del autor.De lectura ágil y fluida, “muy fácil de digerir”, el documentonos cautiva desde la primera a la última página por ladinámica narrativa de eventos, anécdotas y detalles (degente, fechas, años, meses, días, horas y minutos, a sol ysombra), todo esto acompañado de la chispa y el humorque caracterizan a José Henrique. El lector comienza yno lo suelta hasta que lo ha leído “de pe a pa”.La Historia del Centro de Convenciones de Cartagena,su gestación y nacimiento, es historia patria de la ciudadheroica y de toda Colombia, cuyos protagonistas son figurasde talla presidencial, ministros, gobernadores, alcaldes,concejales, gerentes, secretarias, banqueros y empresarios,comerciantes, operarios, tenderos y puesteros, diseñadoresy obreros, vendedores ambulantes, policías, trabajadorassociales… todo un elenco de personajes a quienes RizoPombo agradece por su apoyo y valiosa colaboración. Noolvida a sus asesores, amigos, familiares y, mucho menos, a“Carmencita, su mujer” -como lo anota él mismo en repetidasocasiones-.7


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Por el trabajo de todos, liderado por José Henrique ysu equipo de colaboradores, hoy los cartageneros,locales y foráneos disfrutamos de un moderno Centrode Convenciones, testimonio del siglo XX que contrastacon el pasado colonial y que parece emergiera de labahía de las Ánimas al “corralito de piedra”.¡Enhorabuena!DIONISIO VÉLEZ WHITERectorFundación Tecnológica Antonio De ArévaloTECNAR8


José Henrique Rizo PomboPRELUDIOYa se ha dicho muchas veces que quien no conoce suhistoria está condenado a repetirla, pero resulta quela que más se conoce es la de un pasado lejano, yainamovible y en circunstancias casi imposibles de volvera vivir para no caer en el error de repetirla. En cambiosí puede ocurrir con la más reciente, la que se ha idoformando en el lapso de nuestras vidas o muy pocoantes. Es la que aún se puede repetir.Un día me comentó Carmencita, mi mujer, en una denuestras conversaciones hogareñas cotidianas, “la gentevive sin darse cuenta de que está haciendo historia”, loque nos hizo pensar que, así como hacemos la historia,también la olvidamos y lo mucho que esto puede significaren una ciudad cuya historia trascendió sus murallaspero que también evoluciona hacia la postmodernidadproduciendo aceleradamente nuevos hechos y generandocambios que en pocos años caen fácilmente en el olvido.Por eso hay que dejar constancia de la historia quevivimos para que los historiadores del futuro no tenganque estar averiguando qué pasó y nadie mejor paracontarla que los mismos protagonistas que no sólotienen frescos los hechos sino que conocen la intimidadde las causas y las motivaciones. Muchas veces esasintimidades se mantienen secretas o poco divulgadas,lo que da lugar a elucubraciones, desinformación yequívocos sobre los verdaderos autores y responsablesde los hechos y la razón de los cambios.11


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Debo reconocer como ingeniero consultor que soy y comoservidor público que se preocupó por la planeación, queuna obra de la importancia del Centro de Convencionesde Cartagena debió surgir tras la juiciosa maduración deuna idea y un adecuado proceso de planeación, pero enrealidad ha sido el producto de la convicción sobre labondad de una idea, el empeño de proponerla y el haberlogrado acceso a quienes toman las decisiones.Estos pensamientos me hicieron dedicar a terminarlo que había iniciado para conmemorar los veinticincoaños de la inauguración del Centro pero las obligacionesprofesionales no me lo permitieron. Este año, cuando secumplen los treinta, hice el esfuerzo para completarlay contar detalles sobre cómo se concretó realmente laconstrucción del Centro de Convenciones de Cartagenacon las intimidades, anécdotas y peripecias, y con losdos hechos que lo hicieron posible, el traslado del viejomercado público de Cartagena a Bazurto y el plan dedesarrollo para el municipio con proyecciones hasta 1990.Más de una vez se me ha pedido que escribiera ese relato.Para mí fue definitivo el entusiasmo de Juliana LópezBermúdez, la dinámica gerente del Centro, en buena horaentregado por la Corporación de Centros de Convencionesy Exposiciones de Colombia en concesión desde 2010al Grupo Heroica, que está conformado por prestantescolombianos. La intención era conmemorar los 30 añosdel Centro con una historia completa hasta nuestros díaspara publicarla con la celebración en abril de 2012 de laSexta Cumbre de las Américas. Infortunadamente hubouna enorme dificultad para encontrar archivos que en12


José Henrique Rizo Pombobuena parte se perdieron o dañaron por una inundaciónde las bodegas del Centro de Convenciones de Bogotáadonde se habían llevado antes de entregar la concesión.Decidí entonces escribir la primera parte, la de lasgestiones que hicieron posible el Centro de Convenciones,la que viví y conocí íntimamente, la que he denominadode la gestación hasta el nacimiento. Afortunadamenteconté, para poder hilvanarla, con numerososdocumentos y correspondencia oficial y personal asícomo con recortes de periódicos y revistas localesy nacionales sobre noticias, comentarios, artículos,reportajes y fotografías, que han sido suministradas porla Fototeca Histórica de Cartagena salvo indicación encontrario, todo cuidadosamente clasificado, ordenadoy conservado durante más de treintaicinco años en unarchivo que ha servido para recordar eventos, personas,fechas, anécdotas y detalles y como valioso respaldotestimonial para esta y otras historias de muchos años deservicio a Cartagena y Colombia que también merecenser conocidas.Mi idea inicial fue concentrar el relato en lo que tuvierarelación directa con el Centro de Convenciones hastallegar a su inauguración, pero con la aceptación quedio el BID a la invitación para realizar su asamblea enCartagena, el traslado a Bazurto del mercado públicoy el plan de desarrollo pasaron de ser una necesidadpropia de la ciudad a un compromiso que permitieracumplir el que habían adquirido el país y la ciudad conel Banco, pues sin ellos el Centro de Convenciones noexistiría.13


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Por eso la importancia que se les da en esta historiaque tiene como prolegómeno un resumen generalpara resaltar que, si bien el Centro lleva el nombre delpresidente Julio César Turbay Ayala, lo que ha hechoque se piense que se debe solamente a él, la verdades que él autorizó continuar el proceso que llevó a lainauguración del Centro para confirmar la decisión yatomada por su antecesor, el presidente Alfonso LópezMichelsen, de autorizar la construcción y adquirir elcompromiso con el BID para inaugurarlo, expedir losdecretos para autorizar la financiación y la realizacióncon Proexpo y otras entidades públicas y privadas yparticipar activamente en la constitución de la entidadque se creó especialmente para construirlo e iniciar suoperación.El Autor14


José Henrique Rizo PomboEl Centro de Convenciones de Cartagena,obra de dos presidentes.15


José Henrique Rizo PomboEl Centro de Convenciones de Cartagena en todo su esplendor.Parqueadero del Centro de Convenciones en El Arsenal.17


José Henrique Rizo PomboEl Centro de Convenciones de Cartagena,obra de dos presidentes.El 24 de Julio de 1978, a las 11 de la mañana, en una sobriapero significativa ceremonia se puso la primera piedra delCentro de Convenciones de Cartagena.Fue esa primera piedra el hito que demarcó, y al mismotiempo enlazó, la efectiva intervención de dos presidentespara que el Centro de Convenciones se convirtiera enrealidad: Alfonso López Michelsen y Julio César TurbayAyala.Sólo diez meses antes de ese 24 de julio, el 22 demayo de 1977, el presidente López Michelsen habíaacogido la idea que le planteara el entonces gerentede las Empresas Públicas Municipales de Cartagenade construir un centro de convenciones y de invitar alBanco Interamericano de Desarrollo, BID, a inaugurarlo.La estrategia de invitar al BID tenía el doble propósitode conseguir con el banco una posible financiación parael centro de convenciones y de crearle tanto al gobiernonacional como al banco el compromiso de construirlo.El presidente López aceptó la propuesta y autorizó lainvitación al BID y, mediante decreto, la construcción delCentro y su financiación con la participación de Proexpoy entidades públicas o privadas.Ocho meses después de puesta la primera piedra, el30 de marzo de 1979, el sucesor de Alfonso López,19


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.el presidente Turbay Ayala le dio su espaldarazo ala construcción del Centro que, tres años más tarde,el 19 de marzo de 1982, inauguró en otra igualmentesignificativa ceremonia a la que siguió, pocos díasdespués, la realización de la XXIII Asamblea deGobernadores del BID.Esa asamblea fue la respuesta a la invitación que elgerente de las Empresas le propuso al presidente Lópezy que el Ministro de Hacienda, doctor Abdón EspinosaValderrama, presentó como gobernador del BID porColombia en la que se realizó en Guatemala a partir del30 de mayo de 1977.La rápida construcción del Centro se debió aldinamismo de Rafael Gama Quijano, que se interesóen la idea propuesta por el gerente de las Empresas,y sacó adelante el proyecto, primero como director deProexpo en el gobierno de López Michelsen y luegocomo gerente del Banco de la República del presidenteTurbay Ayala.La instalación de la primera piedra se realizó el 24 dejulio, día de la Armada Nacional, en agradecimiento porla gran ayuda que la Fuerza Naval del Atlántico, hoydel Caribe, significó para la organización, la logísticay el orden en el traslado del viejo mercado público deCartagena que, aunque construido y puesto en servicioen 1904, hizo parte del conjunto de obras que loscartageneros realizaron para celebrar, en 1911, loscien años de su declaración de independencia absolutade España.20


José Henrique Rizo PomboEl mercado fue trasladado al sitio de Bazurto como parteculminante del proceso que se había iniciado en 1962y había arrancado en firme en 1967 con importantesinversiones para adquirir los predios y preparar elterreno. En mayo de 1976, se había construido la partesustancial de las obras del nuevo mercado y se contabacon una guía para un plan de mercados pero faltaba ladecisión y los recursos para aplicarlo. Las circunstanciasno eran favorables.Sólo dos años después, en febrero de 1978, habríaelecciones de congreso, asambleas y concejosmunicipales, el 4 de julio las presidenciales y en agostohabría cambio de gobierno nacional y, por consiguiente,de las administraciones departamentales y municipales,lo que implicaba riesgos de que la aplicación del plan sedilatara aún más.Pero mientras tanto, la expansión del mercado público,su acelerado deterioro y el de su entorno y la crecienteocupación de las vías de acceso y de comunicación conel resto de la ciudad amenazaban el barrio de Getsemaníy aún el centro amurallado.Había dos opciones. Continuar con el plan de mercadoscon el ritmo de los últimos años, lo que, con cambiode gobierno y de mandatarios nacionales y locales y,lógicamente de funcionarios de todos los niveles, bienpodría significar otros diez años. La otra opción, erahacer el máximo esfuerzo para acelerar el proceso conel propósito de, al menos, asegurar la adopción oficialdel proyecto antes del cambio de gobierno. Fue esta21


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.última la opción que se escogió pero con dos previsionesque se consideraron imprescindibles: qué hacer conel espacio que dejaría el viejo mercado en un sitio tanimportante para la ciudad y como prepararla para losgrandes cambios que se iban a producir.El Centro de Convenciones de Cartagena fue la soluciónpara el espacio que quedaría en Getsemaní por eltraslado del mercado a Bazurto, y el Plan de Desarrollodel Municipio de Cartagena 1978-1990 la respuesta parapreparar la ciudad para los cambios que avendrían.22


José Henrique Rizo PomboGESTACIÓN Y NACIMIENTO23


José Henrique Rizo PomboEPISODIOSEl comienzo de una aventuraLa posesiónLa situación general de las Empresas y delmercadoEl deterioro del mercadoUn plan general de acciónLa escuelitaUn plan con cinco acciones simultáneasEl acueducto y el alcantarilladoLos servicios variosGestiones financierasBreve historia del mercadoLa escogencia de BazurtoEl propósito de año nuevo para 1977El arranque de 1977, los cartelitos de IgapéUna emergencia imprevistaEl plan de trabajoLas comisiones y las plenarias de los miércolesLas trabajadoras socialesLas primeras gestiones para el Centro deConvencionesLa propuesta a la Corporación Nacional deTurismoLos mercados de MéxicoEl BID y CartagenaDos días providencialesEl 22 de mayo, un día clave y una propuestaatrevidaUna semana crucialEl regreso de MinHacienda de Guatemala293133363839404144474853575960626364666869707173758225


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.La maquetaLa maqueta en ProexpoUn almuerzo con maquetaExpocosta 77El decreto 1743La maqueta ante el Honorable Concejo Municipaly ante el públicoDe gerente a alcalde¡Con música!Mis colaboradores en la alcaldíaMis primeros tropezonesLas visitas del BIDPrimeros pasos como alcaldeUnos cambios radicales que salvaron eltraslado del mercadoEl nuevo plan del traslado, las previsiones paraGetsemaní y BazurtoLa cuidadosa preparación del sector de BazurtoEl nombre de BazurtoLas gestiones para la central de abastosModus operandi para el trasladoLa necesidad del plan de desarrolloEl aguinaldo del ConcejoLa formulación del plan de desarrollo y laampliación de las facultadesEl coctel de la ANDILa constitución de la Asociación Promotora enBazurtoHemos CumplidoOtro almuerzo por el Centro de ConvencionesSe acaba 1977 pero sigue el propósitoUna carta amenazante y una visita tranquilizante84868789919294969710010210410610811111812012212312512713213313714114214326


José Henrique Rizo PomboNi un rasguñoUn día difícilUn tropezón por un pañueloEl cierre definitivo del viejo mercado públicoUnas fotos irrepetibles y una noche de apuestasLa desratizaciónAl fin el trasladoLa despedida de los carnicerosNi el remolino chupa manchasY ahora, los vendedores callejerosAlgunas observaciones y aportes para el futurode BazurtoLas nuevas prioridadesEl jurado para el diseño del Centro deConvencionesEl arranque de la APCICLa OICI y el tour promocional por CentroaméricaLa organización de la Asociación, el primergerentePrimeras actividades de APCICEl terrenoLa demolición del viejo mercadoLa gran plazaLa primera piedraRelevosEl concurso arquitectónicoCierre del concursoLa decisión del juradoLa localización del proyectoCambios en Proexpo y en APCICLa crisisLa renuncia14514614815015215415616116216316517217417517718018118218518818919319519819920120220520727


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.La alarmaEl respaldo del presidente TurbayHaroldo Calvo, gerente de APCICAjustes de última horaPrimeros pasosBalance de una amistad por CartagenaReacciones y contrastes19 de marzo de 1982A guisa de coda y reconocimientos20820920921121321421721922228


José Henrique Rizo PomboEl comienzo de una aventuraNo llegué a imaginarme, cuando aquel jueves 29 de abrilde 1976, caminaba a las once de la mañana de mi oficinade la calle de la Mantilla al palacio de La Proclamacióna atender una insistente citación del gobernador Nicolásdel Castillo Mathieu, que estaba a punto de entrar en unafascinante aventura ni que, al final, podría darle a él, amis conciudadanos, a mi mujer y mis hijos y a mí mismo,un triple parte de victoria: había trasladado el mercadode Getsemaní a Bazurto, había formulado el Plan deDesarrollo de Cartagena hasta 1990 y había puesto laprimera piedra y dejado aseguradas la construcción y lafinanciación del Centro de Convenciones de Cartagena.Necesito que te hagas cargo de la gerencia de lasEmpresas Publicas. Más que una propuesta, ni siquierauna solicitud, fue la imperiosa exigencia con que elgobernador me sorprendió, tras el amable saludo conque me recibieron sus elegantes maneras de gran señor.¿Yo, Nicolás?, fue lo que pude contestar casi alarmado,pues había decidido no cambiar mis planes de seguirejerciendo mi ingeniería, en mi cómoda y espaciosaoficina de la calle de la Mantilla, con la compañíade ingeniería que había fundado tres años antes,el maravilloso grupo de ingenieros y colaboradoresque había logrado reunir y el soporte tranquilizador einvaluable ayuda de Carmencita, mi mujer.Todos esos planes quedaron momentáneamente comoen una nebulosa ante la mezcla de orden perentoria y29


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.angustiante súplica con que el gobernador me conminóa asumir la responsabilidad de manejar los sieteservicios públicos que tenían a su cargo las formalmentedenominadas Empresas Publicas Municipales deCartagena. Tienes que aceptarme, y tiene que ser ya,fue la frase final antes de despedirme con un ¡Yo sé quetú eres muy capaz y la ciudad te lo agradecerá! con queintentó dorarme, a posteriori, la píldora que me acababade hacer tragar.El regreso a mi oficina estuvo enredado con la atropelladalista de lo que tenía que hacer para cumplirle, másque al gobernador, a Nicolás mi amigo, la promesa deposesionarme en diez días. Intentaba tranquilizarmepensando que podría seguir orientando el manejo de micompañía y la actividad de mis ingenieros yendo todoslos días desde las cinco de la tarde.La idea no pasó de ser una especie de placebo mental.Lo cierto es que jamás volví ni pude reservar un minutopara enterarme si estaba funcionando y mucho menos,cómo. Lo que sí me confortaba era saber que estaba enbuenas manos con los ingenieros, el estupendo equipohumano de administración y la invaluable ayuda de miprimo Rafael Eduardo de Pombo que generosamente seavino a cuidar que la organización siguiera funcionandoy aún mejorara contando para ello con el vigilante apoyode Carmencita, mi mujer. Y a buena fe que todos lohicieron maravillosamente, lo que me permitió dedicarmepor entero a lograr lo que había anunciado que realizaríaal posesionarme primero como gerente de las EmpresasPúblicas y luego como alcalde de Cartagena.30


José Henrique Rizo PomboAdemás de estos dos encargos, otras responsabilidadespostergaron aún más el regreso a mi oficina deingeniería en los años siguientes. Me tocó aceptar otrocometido también conminatorio, no sólo por quienesse apersonaron en crear la entidad que se constituiríaespecialmente para construir el Centro de Convencionesde Cartagena sino por mi propio interés en que la gestiónque yo mismo había iniciado culminara exitosamente.Por esa razón, lo ejercí dedicándole el tiempo necesario,hasta dejar asegurada la construcción del Centro, enmarzo de 1979.Los resultados obtenidos por quienes quedaron a cargode mi oficina y por mí en la gestión que se me habíaencomendado fueron el mejor motivo de la sonrisa queme acogió cuando regresé casi tres años después deaquella entrevista con el gobernador.La posesiónA las siete de la mañana del jueves 6 de mayo, me hicepresente en el despacho del alcalde de Cartagena, en eseentonces en las buenas manos de un viejo amigo, CiroCastillo Cabarcas, para posesionarme como gerente delas Empresas Públicas. Me acompañaron en esa diligenciaademás del gobernador Nicolás del Castillo Mathieu yMiguel Botta Rosanía, secretario general de la alcaldía,algunos de mis compañeros de muchos años de la juntadirectiva de la Cámara de Comercio de Cartagena, entrequienes recuerdo a Antenor Barbosa Avendaño, LuisSierra Sabalza y Ricardo Ibarra Bustamante y AugustoMartínez Martínez, el director de la Cámara. Estuvieron31


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Con Nicolás del Castillo, gobernador de Bolívar. De espaldas, Ciro Castillo Cabarcas,alcalde de Cartagena y Ramón del Castillo Restrepo. Foto de Álvaro Delgado.también a amigos personales siempre pendientes de lascosas de Cartagena como, Ramiro Martínez Martínezy su hijo Javier Martínez Ibarra, Hans Gerdts Martínez,Ramón del Castillo Restrepo y Ricardo Segovia Morales,miembros de la junta directiva de las Empresas, JorgeBenedetti González, primer gerente de las Empresas,Xavier Fernández Bustamante, ex gerente, lvaro de laVega Schemell y Óscar Gómez Caycedo, entre otros,así como el Secretario General de las Empresas, JulioVarela Escudero y los cuatro directores, Luis Bustamantedel Valle, Raúl Quintero Lyons, Eduardo Yabrudy Eslaity Eduardo Merlano Domínguez.Fue corta y sobria la firma del acta de posesión tras labienvenida y los buenos deseos del alcalde. Agradecí conunas pocas palabras para enunciar lo que me proponíarealizar, para lo que acudí a la experiencia que me había32


José Henrique Rizo Pombodejado el haber sido director técnico de las Empresaspara acompañar a sus gerentes, en 1964-65 a AntonioPaz Franco y en 1966-69 a Alberto Araújo Merlano.Recibí, brindando con un buen tinto, los abrazos de rigory los elogios por estar tan enterado de la situación queenfrentaría. Pocos minutos después, entraba al reciénestrenado edificio de las Empresas, que yo mismo habíaayudado a construir como socio de Rodrigo Puente& Cía. Ltda., y, saludando a todos y cada uno de losempleados, fui subiendo los cuatro pisos hasta llegar alde la gerencia donde me recibió la encantadora sonrisade Hortensia de Ávila, la secretaria de muchos gerentesque se convirtió en mi gran apoyo.La situación general de las Empresas y del mercadoEn 1976, las Empresas Públicas Municipales deCartagena, cuya historia se enmarca en el proceso demodernización de Cartagena durante el siglo XX, teníaa su cargo todos los servicio públicos de Cartagenasalvo los de telefonía y de energía eléctrica: acueducto,alcantarillado, aseo, mantenimiento de parques y zonasverdes, conservación de vías, manejo del mercadopúblico y del Cuerpo de Bomberos.El servicio de teléfono lo prestaba desde sus comienzosla Compañía Telefónica de Cartagena. El de energía fueentregado por Alberto Araújo en 1968 a ICEL, InstitutoColombiano de Energía Eléctrica, a cambio de que éstese hiciera cargo de pagar al BID el préstamo recibido en1961 para el ensanche del acueducto y el alcantarillado33


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.con lo que mejoró notablemente la situación de carterade las Empresas.Una de mis primeras actuaciones como gerente de lasEmpresas, una vez recibí información general sobre elestado de la entidad y de cada uno de los servicios a sucargo, fue realizar una inspección personal del mercadoen Getsemaní y del edificio de Bazurto con José Genes,administrador del mercado. Él me actualizó la informaciónque yo había recibido como Director Técnico.En 1976, el mercado público tenía unos 2.000puesteros, 1.988 para ser más exactos, parte en elinterior de su pabellón principal y el de carnes, y elresto en la parte exterior alrededor de los pabellonesy a lo largo del espacio entre la calle del Arsenal yla bahía. Por el frente amenazaba con estrangularla vía que lo separaba del Camellón de los Mártiresy, a lo largo del muelle de los Pegasos, se acercabaamenazantemente al centro amurallado.Tanto dentro como fuera del pabellón principal delmercado, muchos de los puestos, originalmentedestinados a víveres y abarrotes vendían cualquierotra cosa o se habían convertido en una diversidad detalleres. El segundo piso que se había adicionado en elala occidental, era casi exclusivamente para ventas dezapatos.En la parte posterior del pabellón principal se habíanconcentrado depósitos de tabaco en hoja traído deOvejas. Allí, así como en el exterior, frente al pabellón de34


José Henrique Rizo Pombogranos, manos ágiles y expertas con mayoría femenina,enrollaban tabacos y puros así como las populares“calillas” que muchas personas, en particular laslavanderas de ropa fumaban aprisionándolas entre losdientes y con la candela dentro de la boca, que sacabande cuando en cuando para botar la ceniza.A lo largo de la calle del Arsenal, se alojaban mayoristasy depósitos de víveres, abarrotes y otras mercancías, ygrandes depósitos de madera. Del lado del borde sobrela bahía, además de depósitos de carbón de leña yotras actividades algunas “non sanctas” y hasta algunasviviendas en la parte más cercana a El Reducto, habíavarias carpinterías de ribera para las canoas o goletas,como llamábamos a las embarcaciones de madera y velaque hacían intenso cabotaje entre Cartagena y el Sinú yChocó y el archipiélago de San Andrés y Providencia y queatracaban en el muelle de la Bodeguita y el de los Pegasos.Vista aérea general del mercado, Getsemaní con la calle Larga y el Arsenal y el Surgidero.Por los cuatro costados del pabellón principal, laproliferación de ventas estacionarias y ambulantes35


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.había invadido las vías. Por el frente avanzaba haciael Camellón de los Mártires obstaculizando cada vezmás el tráfico y ocupando espacios que aún se notabanlibres frente al muelle de los Pegasos.¡En fin, en 1976 el mercado se había salido de madre!Definitivamente había que tomar de inmediato unadecisión para trasladarlo pero no a la topa tolondra.Consideré prudente conocer mejor cómo había sidotodo el proceso del mercado público y sobre todo lamanera cómo se había producido el deterioro con elpropósito de impedir que la historia de Getsemaní serepitiera en Bazurto, como infortunadamente ocurrió apesar de las medidas y decisiones tomadas.Fue una interesante tarea investigativa que, con lasgestiones para obtener la financiación indispensablepara continuar con el proceso del mercado, ocupó elaño 1976 y se fue complementando con la terminaciónde lo que faltaba en Bazurto y con los preparativos y laejecución del traslado.El deterioro del mercadoDe la primera información del administrador José Genesque se completó con más datos provenientes del mismoy de otros funcionarios de las Empresas, logré apreciarmejor la real situación del mercado público.En un proceso que venía ocurriendo desde hacía muchotiempo, había una gran alteración en el registro de losadjudicatarios de todos los puestos, en especial en36


José Henrique Rizo Pombolos exteriores de los pabellones. Los titulares vendían,cedían o subarrendaban sus puestos, muchas veces sinautorización o a espaldas de los administradores.Los cánones de arriendo estaban desactualizados por elrechazo de los que atendían las colmenas y los puestos.Lo grave era que mientras éstos, si algo pagaban, lohacían con los desuetos valores oficiales, pero lesentregaban directamente a los titulares sumas hastadiez veces superiores.Ni para qué pensar en aplicar un reglamento paraasignación de puestos y sus tarifas, y para horarios ynormas de operación y de seguridad que hacía tiempose había dejado de seguir.La fijación de los cánones para los vendedores exterioresera prácticamente arbitraria por la gran variedad detipo, tamaño, localización y estabilidad de los puestos ypor la enorme dificultad de llevar un registro ordenadode puestos tan cambiantes. En consecuencia, habíauna enorme dificultad para el recaudo de los derechosde uso que, por las mismas circunstancias, había querealizar a diario. Por supuesto que estas irregularidadesfacilitaban que no todo lo que se recaudaba entrara a lacaja de la administración del mercado.Consecuencia de todo lo anterior, grandes pérdidas paralas Empresas por los altos costos de mantenimiento yvigilancia y los muy bajos recaudos agravados porrecurrentes pérdidas de lo recaudado.37


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.En fin, congestión, desorden, desaseo, invasión crecientede áreas vecinas, todo complementado con secuelascomo prostitución, proliferación de ratas, cucarachas yotras plagas, fuente de enfermedades y contaminacióndel espacio circundante y, sobre todo, del Surgidero, elrecodo de la bahía conocido como “de las Ánimas”, alque se asomaban en la otra orilla el centro amurallado yla alcaldía de Cartagena desde cuando se instaló en elPalacio de la Aduana.El mercado público de Getsemaní, por su localización,su función social, económica y urbana y su arquitectura,fue uno de los rasgos sobresalientes de la fisonomía deCartagena durante tres cuartos del siglo XX. Cumplidosu servicio vital por el inevitable cambio que exigía laevolución de la ciudad, tuvo que ceder su sitio a otroelemento de igual y, para muchos, mayor importanciapara la vida urbana y el beneficio económico y social deCartagena pero de muy diferente función, el Centro deConvenciones de Cartagena de Indias.Un plan general de acciónMe hice entonces una composición de lugar. En primerlugar, todos los servicios necesitaban mucha atencióny los domiciliarios estaban en proceso de ensanche ode transformación para atender los requerimientos delacelerado desarrollo urbano de Cartagena que habíapromovido el sistema UPAC, o Unidades de PoderAdquisitivo Constante, para financiar vivienda y, enparticular, el “boom” hotelero que se había aprovechadopara construir aparta-hoteles.38


José Henrique Rizo PomboLos ensanches del acueducto y el alcantarillado exigíangestiones ante el Instituto Nacional de Fomento Municipal,Insfopal, para la aplicación de los créditos conocidoscomo BIRF II y BIRF III del Banco Mundial, ante la JuntaNacional de Tarifas para la actualización de estas, ypara poder trasladar el mercado, faltaban gestiones parala financiación de Bazurto ante el Fondo Financiero deDesarrollo Urbano, FFDU, que administraba el BancoCentral Hipotecario.Por otro lado, el 7 de agosto de 1978, habría cambio degobierno y, por lo tanto, de gobernador de Bolívar, dealcalde de Cartagena y muy probablemente de gerentede las Empresas.En conclusión, había que actuar rápidamente peroen forma ordenada y eficiente. Además, contaba conexcelentes colaboradores. Por último, todo ello deberíarealizarse en forma muy discreta para no generar falsasexpectativas y, sobre todo, evitar el crecimiento delproblema por aprovechadores que nunca faltan parabeneficiarse de los cambios que sobrevendrían.La escuelitaPara poder acometer eficiente y eficazmente estasacciones, comencé por reimplantar la “escuelita”, comollamábamos la reunión diaria de las siete de la mañanade la época de Alberto Araújo en su despacho de gerentede las Empresas, para revisar y planear las actividadesde la entidad y la marcha de los proyectos. Además deél, asistíamos Alfonso Martínez Emiliani, como Director39


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Administrativo, Julio Rafael Lorduy Esquivia, másconocido como Julio Lorduy, como Director Financieroy yo como Director Técnico que me ocupaba de losaspectos técnicos de la operación de los servicios ytambién de dirigir lo relacionado con su planeación ycon los estudios y diseños.Nuestra nueva “escuelita” era ahora un poco másnumerosa, con cuatro directores que eran Raúl QuinteroLyons, Director Operativo, Luis Bustamante del Valle,Director Administrativo, Eduardo Yabrudy Eslait,Director Financiero y Eduardo Merlano Domínguez,Director Técnico. Con frecuencia asistían Julio VarelaEscudero, Secretario General de la Empresas y,ocasionalmente, otros altos funcionarios como lossuperintendentes de los servicios, Abed SoleimánMelais, del Acueducto, Ignacio Rivera Consuegra,del Alcantarillado, Harold Fortich Baena, de ServiciosVarios (Aseo, Mercados, Conservación de Vías yParques y Arborización), Rafael Salas Infante, Directorde Interventorías, Hernando Sará Domínguez, Directorde Planeación e Igapé, el inolvidable periodista IgnacioAmador de la Peña, que había sido por varios añossecretario general de las Empresas que había sidocontratado como asesor especial para atender laadquisición de predios necesarios en Bazurto.Un plan con cinco acciones simultáneasEn 1976 ya se había hecho evidente la necesidad decomplementar el plan de traslado del mercado con labúsqueda de una solución para el espacio que quedaría40


José Henrique Rizo Pombovacío en Getsemaní y, con base en la experiencia quehabía adquirido en los dos períodos como DirectorTécnico, preveía la urgente necesidad de una guía de laexpansión de la ciudad que sirviera de base y orientaciónpara los ensanches de los servicios públicos.De esta manera, hubo que redoblar esfuerzos paraacometer, en el lapso que faltaba para agosto de 1978,cuatro acciones casi simultáneas y ligadas entre sí: lamejora del proyecto de Bazurto y la terminación de estasobras, el traslado del mercado, un plan de desarrollourbano para preparar la ciudad y la consecución definanciación faltante para todas estas acciones.Estas cuatro acciones, que eran imprescindibles porsí mismas, lo fueron también para la quinta acciónque en ese momento se inició como complementariay terminó por ser la justificación de todas: el Centro deConvenciones.Pero hay más, el conjunto de efectos benéficos que seesperaban del Centro de Convenciones para Cartagena,era un acicate adicional que justificó plenamentelos esfuerzos para mejorar los servicios públicos, lamovilidad, la seguridad y la presentación de la ciudad,en fin, para prepararla para la intensidad y calidad delturismo individual y de congresos que vendría.El acueducto y el alcantarilladoUn esfuerzo que demandó tiempo y atención fue el dellegar a un acuerdo definitivo con Álcalis de Colombia,41


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.la entidad propietaria de la Planta de Soda sobre lasdiferencias que habían surgido por el convenio que habíalogrado Alberto Araújo en 1969 para adquirir el sistemade acueducto que había construido para su serviciocomo la solución más rápida a la mano para aumentarla capacidad de suministro que nuevamente estabanecesitando la ciudad. El pago convenido era en metroscúbicos de agua que las Empresas le suministrarían ala Planta de Soda a los valores del agua cruda de 1969.Las diferencias eran por la medición de los volúmenesde agua, las variaciones que se habían producido en elvalor por insumos como la energía eléctrica, los interesesy la tasa de inflación y de cambio.En mayo de 1976, gracias al plan BIRF II de financiacióndel Banco Mudial, estaba muy adelantada la construcciónde la tubería para traer el agua cruda desde el sistema dela Planta a Cartagena y estaba abierta la licitación parael ensanche de la planta de tratamiento. Las Empresascontaban con buenos interventores y contratistas, conquienes me mantenía en contacto, pero a veces metocaba intervenir para que el Banco Mundial diera su“no objeción”, que era su fórmula para aprobar, a lasdecisiones para adjudicar contratos de obras queCartagena necesitaba con urgencia para salir de lanueva crisis de agua.Así fue durante una de las visitas de la misión del Banco.Debían aprobar la adjudicación de la nueva planta detratamiento cuyos documentos se les habían enviadocompleta y oportunamente con argumentos para justificarnuestra escogencia. Dudaban ante la insistente propuesta42


José Henrique Rizo Pombode un sistema francés que no nos habían recomendadoen Barranquilla. Organicé la última reunión antes de suregreso a Washington en el salón de juntas e invité avarios periodistas a que se reunieron discretamente enel salón contiguo de la gerencia. Una vez mas le solicitéa la misión dar su visto bueno. De nuevo arguyeronrequerir más análisis y se aprestaron a retirarse. Lespedí entonces que, antes de hacerlo, les explicaran alos periodistas el porqué no se podían iniciar las obrasque la ciudad entera reclamaba clamorosamente. Nohubo necesidad. Dieron su visto bueno y se fueron. Losperiodistas recibieron alborozados la buena noticia.En noviembre de 1976 pusimos en servicio en Gambotela segunda de dos nuevas bombas Sulzer, que se habíancomprado para reforzar las tres más pequeñas que sehabía instalado en 1968, para aprovechar al máximo lacapacidad de suministro del acueducto a través de lanueva conducción de acero que duplicaba la de LockJoint instalada en 1937, lo que nos dio un respiro parasurtir la ciudad. Con esta adición, Gambote suministraríacerca del 80% del agua que consumía la ciudad y el 20%restante, el sistema de Conejos de la Planta de Sodaque inicialmente sería prácticamente para consumo dela industria de Mamonal. Podíamos tener la tranquilidadde contar con agua para Cartagena pues estaban enmarcha las obras de la nueva planta de tratamiento y lasconducciones.También intervine en las negociaciones que condujeronal programa BIRF III para realizar el plan maestro paralos nuevos ensanches de acueducto y alcantarillado,43


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.que se aprobó en 1989 y que luego se extendió paraincorporar el emisario submarino del alcantarillado.Hacia mayo de 1977, por primera vez se aplicó flúor al aguaen Cartagena con equipos que suministró el ministerio deSalud Pública, gracias al ministro Haroldo Calvo Núñezy a la intervención de Jaime Trucco Lemaitre comoDirector del Servicio Seccional de Salud de Bolívar queme informó en marzo sobre la existencia de los equiposy montamos después de consultar y asesorarnos con laasesoría de la Facultad de Odontología de la Universidadde Cartagena, en especial el doctor Wolfrang Ripoll.Los servicios variosEl servicio de parques y arborización se reorganizócon base en un censo completo de las 130 hectáreasde zonas verdes y parques de la ciudad y asignarresponsabilidad individual para vigilancia, limpieza y lasdiferentes labores de jardinería repartidas entre las 45personas que conformaban este servicio, para lo que fuemuy útil la colaboración activa y con ejemplar dedicaciónde las señoras del Club de Jardinería, con su presidentaJosefina Chica de Méndez y sus entusiastas socias, entreellas Elizabeth Noero de Lemaitre, Angelina Martínez deChalela y Tania Borge de Lequerica.Para complementar el cuidado de los parques y zonasverdes del sector histórico, se mejoró el vivero quelas Empresas tenían en la loma del Marión, al lado dela planta de tratamiento del acueducto, y se adelantóuna intensa labor de siembra en vías principales.44


José Henrique Rizo PomboEn cercanías del monumento a los alcatraces y laTenaza de la avenida Santander se sembraron cientoveinticinco palmas de coco que llegaron a crecer porquecada año, en la época de las brisas fuertes del norte,aún después de mi retiro de las Empresas, insistíaen que les pusieran mamparas para protegerlas. Enel separador central de la avenida Pedro de Herediaintentamos crear un seto de mangle que no pudomedrar. Los dieciséis mil esquejes que se alcanzarona sembrar fueron arrancados por los transeúntes. Algoquedó, sin embargo, frente al Liceo de Bolívar. Másduraron los trescientos dieciséis trupis, o trupillos, queescogimos por encontrar más de veinte característicasque los hace el árbol más apropiado para Cartagena,y sembramos en las zonas verdes de los andenesdel tramo entre el sector de María Auxiliadora y “loscuatro vientos” de los que aún muchos siguen dando suagradable sombra así como los que logramos sembraren varios parques.Para mantener la ciudad “como una tacita deplata” acudimos a la generosa colaboración de loscartageneros y, muy especialmente las cartageneras y,entre ellas las que formaron las igualmente entusiastasy efectivas Inspectoras Cívicas que creamos como unvoluntariado cívico que aún subsiste y que han sido unagran ayuda para la limpieza y el ornato de la ciudad,tanto en el centro como en los barrios. Ellas crearon yhan seguido manteniendo el concurso de balcones. Delas primeras fueron Leonor Bula, Rosa Emilia Salóm deGalindo y Graciela Rengifo de Martínez, que aún siguensirviéndole a la ciudad.45


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Ellas en cierta labor siguieron la labor de dos líderescívicas que, por muchos años, actuaron activamentepor la ciudad, y me ayudaron mucho durante mis dosperíodos de director técnico de las Empresas, perocon las que infortunadamente ya no podía contar yme hicieron mucha falta: doña Josefina Tono de Covo,presidente de la Junta Cívica Femenina, que murió eseaño y doña Blanca Hincapié de Escobar, muy recluidapor razones de salud.Para ayudar a las inspectoras cívicas a controlar elsector histórico y las vías circundantes exteriores comola Avenida Santander, donde a diario se arrojaban yacumulaban escombros y hasta basura, establecimosun sistema de vigilancia con personal de las Empresasal que dotamos de bicicletas para hacer recorridospermanentes.Algo similar a lo de parques y arborización se hizorepartiendo, entre el personal disponible, la conservaciónde los 450 kilómetros de longitud total que en esaépoca tenían las vías de la ciudad. Así, también hubocapacidad para realizar mejoras muy especiales y fuerade las rutinarias.También por primera vez en Cartagena y con ayuda de laOficina Panamericana de la Salud se realizó un estudiogeneral de basuras con ruteo eficiente de recolección yde barrido de vías, áreas públicas y playas. Se mejoró elrelleno sanitario, y se adoptó un reglamento general deaseo y el cálculo de las tarifas. Además se importaron losrepuestos necesarios para mantener en perfecto estado46


José Henrique Rizo Pombolas tres barredoras mecánicas de que disponíamos paralas vías y zonas públicas pavimentadas.En materia de seguridad se mejoraron los cuartelesdel Cuerpo de Bomberos del Limbo y el Bosque y llegóuna máquina con escalera de extensión y canastillapara rescate en edificios altos, que había adquiridoel gerente Argemiro Bermúdez, que se complementócon un gran colchón de aire para escapes hasta de unsexto piso para lo que organizamos una demostracióndesde el cuarto piso del edificio Andian a la plaza dela Aduana por parte de la representante y vendedora,la inolvidable e intrépida ingeniera alemana María deKraft. Y para las necesidades de todos los servicios,la reorganización y dotación del taller de vehículosy maquinaria, que ya había sido trasladado a lasinstalaciones de la antigua planta eléctrica de Manga,contigua al club de Pesca.Gestiones financierasPara organizar y mejorar la situación financiera de lasEmpresas, dimos el máximo impulso a un proyecto yainiciado, la implantación de sistemas de computacióncon sus aplicaciones para todas sus necesidades lo quepermitió modernizar y agilizar la facturación y el recaudode los servicios y de los impuestos y contribuciones cuyomanejo les había sido entregado.Además, logramos incrementar el pago de los servicios ylos ingresos con una campaña diseñada por el publicistaGastón Calvo, que aún muchos recuerdan, con la47


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.réplica de “De qué se queja, si usted no paga” a quienescriticaban la calidad de los servicios para no pagarlos.Pero se requerían gestiones adicionales en busca delos recursos para implementar el plan de mercadosincluyendo la central de abastos, la terminación deBazurto y poder realizar el traslado del mercado. Poreso, durante el segundo semestre de 1976 realizamosintensas gestiones en el Departamento Nacional dePlaneación, donde fue de gran ayuda Alfredo SolarteLindo, hasta cuando exigieron que la localización sedefiniera con un plan de desarrollo cuya gestión deberíaestar a cargo de la administración municipal.Concentramos entonces los esfuerzos en los numerosostrámites, permisos, documentos, llamadas telefónicasy entrevistas en Bogotá con María Cristina Rivera,directora del Fondo Financiero de Desarrollo Urbano, oFFDU, que actuaba como banco de segundo piso y conMario Rivera, gerente del Banco Central Hipotecario quelo administraba, y otros funcionarios. En Cartagena, conlas corporaciones financieras y bancos que pudieranservirnos como bancos de primer piso. Estas gestionessólo dieron resultado en abril de 1977.Breve historia del mercadoUna labor interesante y necesaria para poder actuarcon propiedad en los problemas del mercado y lasEmpresas y acometer las soluciones, pero también paraque se valorara aún más las razones de descartar loque había sido el mercado para construir el centro de48


José Henrique Rizo Pomboconvenciones, era conocer mejor lo que había sucedidoy los criterios con que se habían tomado las decisioneshasta el momento. Ello me impulsó a investigar lo que seresume en esta breve reseña.El mercado de Getsemaní, nunca ostentó este nombre,en Cartagena siempre fue simplemente el mercadopúblico. Fue construido en 1904, como parte del conjuntode obras que los dirigentes y las señoras de Cartagenarealizaron para celebrar, en 1911, los cien años de suindependencia absoluta de España.Fue diseñado por el arquitecto cartagenero Luis FelipeJaspe en el sitio más accesible para el centro amuralladoy la barriada de Getsemaní, y construido por el con otrogran cartagenero como maestro constructor, JoaquínCaballero, con recursos del departamento de Bolívargestionados de sus gobernadores entre 1890 y 1904.Fue un bello y amplio edificio de estilo neoclásico, deplanta rectangular, con una amplia área interior semicubierta y grandes puertas de acceso en cada uno delos cuatro costados, con locales exteriores y un grancorredor techado a todo alrededor.En poco tiempo el mercado se convirtió en lo que siempreha debido ser, un calidoscopio de colores, olores ysabores, un animado y abigarrado centro de encuentrode los cartageneros y con los parientes y amigos de lospueblos vecinos que traían sus productos y portabannoticias y recados de ida y de venida, y años después,un atractivo adicional para el creciente flujo de turistasque visitaba la ciudad.49


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Con el crecimiento de la población el mercado rebasósu capacidad y exigió la adición de pabellones que sedestinaron a carnes en 1920 y granos en 1925, pero elcrecimiento se extendió, ya en forma desordenada a lo largodel borde de la bahía donde junto a la carpintería de riberapara construir y mantener las numerosas embarcacionesde madera, hubo talleres de toda clase y viviendastuguriales, algunas de mala reputación. Al otro lado de lavieja calle del Arsenal ocupaban sus casonas depósitos demadera y de los negocios de los mayoristas. Al tiempo, enel pabellón principal, muchas ventas de víveres y abarroteseran desplazadas por comercios de otro género y aún portalleres.. Poco a poco, fueron cambiando de manos lospuestos y se fue dificultando el control y el manejo delmercado y el recaudo de los arriendos.En 1956 el alcalde Rodrigo Méndez Lemaitre intentócorregir el desorden y el deterioro ordenando, medianteel decreto 136, desocupar los puestos que no fuerande víveres lo que generó protestas de la Unión dePequeños Comerciantes y una demanda ante el TribunalContencioso Administrativo lo que impulsó al nuevoalcalde, Ernesto Carlos Martelo, a derogar el decreto.En 1930 en el pabellón de granos, y en 1952 en el principal,se produjeron incendios de mediana importancia, y en1962 otro devastador que arrasó el interior del pabellónprincipal, que fue reconstruido en 1963 por el arquitectoJacobo Kuperman ya con techo completo. Hacia 1955 sehabía construido un segundo piso sobre el ala occidentalque fue destinada casi exclusivamente a ventas y talleresde zapatos.50


José Henrique Rizo PomboEl mercado público recién puesto al servicio, entre 1905 y 1915.El mercado en 1937,en 1957,51


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.En 1965, cubiertas provisionales en el ala desaparecida con la explosión.¡y en 1976!52


José Henrique Rizo PomboEl 30 de octubre de 1965, la explosión de dinamitasubrepticiamente almacenada en uno de los localesdel ala frontal derecha hizo desaparecer todo esesector de la edificación que miraba hacia el Camellónde los Mártires. También desapareció, quedandosolo el arco de la puerta principal, la gran portadaneoclásica tras la cual se alojaban, en el segundopiso, las oficinas de administración del mercado. Laexplosión causó 52 muertos y numerosos heridos.Como director técnico en ese momento me tocóestar al frente de las labores de rescate de heridosy cadáveres y de la remoción de escombros queestuvieron a cargo del Cuerpo de Bomberos y depersonal y equipo de las Empresas.Desde 1960, el mercado ya no sólo ocupaba los trespabellones sino el espacio a su alrededor en formacreciente que amenazaba con obstruir la gran calzadaque los separaba del camellón de los Mártires comolo había ya hecho ya con las calles del Mercado ydel Arsenal donde el tráfico estaba limitado al de lospocos vehículos de carga de los locales del área y delos mayoristas.La escogencia de BazurtoEsta situación, ya casi caótica, había comenzado asuscitar protestas, entre las que se destacaban lascolumnas periodísticas en El Universal que firmabaGustavo Lemaitre Román como Panoptes al que lehacía eco don José Vicente Mogollón, el gestor ydueño de Mogollón & Cía.53


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Jorge Benedetti González, gerente de las EmpresasPúblicas, se apersonó del problema. Contrató alarquitecto bogotano Gabriel Andrade Lleras paraque estudiara la situación y propusiera una solución.Andrade realizó serios estudios urbanísticos y socialesy propuso un nuevo mercado en el lote donde habíanfuncionado los talleres del ferrocarril a Calamar, en elbarrio de El Espinal sobre el lago de Chambacú. Lapropuesta se presentó el 26 de septiembre de 1962 enla Cámara de Comercio y el 27 en las instalaciones deFenalco, ante un selecto grupo de dirigentes cívicos yde comerciantes. Se suscitó un gran debate en el queparticipó un gran líder cívico, Ramón León y B., y enel que, lógicamente terciaron Panoptes y don PepeMogollón.En su columna “Mirandopor la Rendija” del 29 deseptiembre de 1962 enEl Universal, Panoptesdemostró, con un mapageneral de Cartagena yun círculo que abarcabatoda el área urbanacuyo centro era el sitiode Bazurto, para indicar que ese debía ser el sitio paraun nuevo mercado porque confluían las vías desdetodos los sitios de la ciudad salvo las de los barrios queya comenzaban a formarse hacia el norte, para los queincluyó un mercado más pequeño en el sector de SantaRita.54


José Henrique Rizo PomboProvidencialmente, Gustavo Lemaitre Román fuenombrado alcalde de Cartagena en 1967. Con elinvaluable apoyo de Alberto Araujo Merlano a quiennombró en la gerencia de las Empresas PúblicasMunicipales de Cartagena, Lemaitre inició de inmediatolos preparativos para sacar el mercado de Getsemaní.Con diligencia confirmaron el sitio de Bazurto para elnuevo mercado, abrieron un concurso arquitectónicoque ganaron los arquitectos Gastón Lemaitre y ManuelDelgado e iniciaron la construcción del mercado deSanta Rita.Maqueta del proyecto de Lemaitre y Delgado.Con el cambio de gobierno, Lemaitre entrega el 3 deseptiembre de 1968 la alcaldía a Álvaro de Zubiría quemantiene a Alberto Araújo en la gerencia de las Empresas.En noviembre de 1970 inauguraron Santa Rita con elnombre de Pedro Antonio Salazar, S.J. muy recordadopor su intensa labor apostólica en todo ese sector.55


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.La construcción de Bazurto continuó con Alberto Araújo ycon Orlando Vélez González, que lo había acompañadocomo Director Administrativo y lo sucedió en 1971,mediante un contrato de administración delegada queganó Civilco. Las obras fueron administradas y dirigidaspor el ingeniero Alfonso Martínez Emiliani, hasta concluirel proyecto original del edificio que fueron entregadas enjulio de 1975. Faltaba el amueblamiento interior que secompletó para 1976 así como la pavimentación de lasvías de acceso y de los parqueaderos, aun pendientesde la adquisición de algunos predios aledaños.En 1972, Xavier Fernández Bustamante, nuevo gerentede las Empresas, considera acertadamente que para lamudanza del mercado se debía contar con el manejointegral y técnico del sistema de suministro de víveresde la ciudad, y contrata con el Centro de Estudios eInvestigaciones sobre Mercadeo Agropecuario, CEIMA,de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, el “Estudio delMercadeo de Alimentos” de Cartagena que entregan enoctubre de 1973. En julio de 1974 contrata la elaboracióndel “Programa de Implantación de un Nuevo Sistemade Mercadeo de Alimentos en Cartagena” que proponeconvertir a Bazurto en mercado sectorial con nuevodiseño de colmenas y puestos prefabricados y con otrosmercados sectoriales, inicialmente Santa Rita y Blas deLezo, creado por el Instituto de Crédito Territorial, ICT,para atender sus nuevas urbanizaciones.El programa fue entregado en julio de 1975 al nuevogerente, desde abril, Argemiro Bermúdez Villadiego que,como Director Financiero de las Empresas desde 1971,56


José Henrique Rizo Pombohabía realizado una importante gestión de recursos paralas Empresas y el mercado, entre ellos una solicitudde crédito por $30 millones al Fondo Financiero deDesarrollo Urbano, FFDU, que administraba el BancoCentral Hipotecario.El propósito de año nuevo para 1977Al finalizar el año de 1976, y como era tradicional enlas Empresas, se organizó un almuerzo de despedidade labores el 28 de diciembre de 1976 en el Club dePesca para la junta directiva y los altos funcionario delas Empresas. Asistieron los miembros de junta VíctorCamacho, Francisco Camacho y Fernando Marrugo ylos directores Lucho Bustamante, Eduardo Merlano,Eduardo Yabrudy y Raúl Quintero.Al final del almuerzo expuse como propósito de añonuevo para las Empresas, realizar en 1977 el trasladodel mercado de Getsemaní a Bazurto. Creo que elentusiasmo debido a los vinos y al buen informe delabores superó el escepticismo de algunos miembros dela junta, por lo que el alegre y ruidoso brindis de todos,fue por ese propósito. La idea había sido propuesta el día23 por Luis Bustamante del Valle, director administrativode las Empresas, durante la escuelita de ese día.En la primera reunión de 1977 de la junta directiva delas Empresas, que se logró concretar para el primero defebrero, propuse preparar un proyecto para el lote queaún ocupaba el mercado para iniciar su construcciónapenas se produjera el traslado y evitar así que se57


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.regenerara el mercado como había ocurrido en Medellíncon el de Guayaquil y en otros lugares, o que el árease deteriorara por falta de un proyecto apropiado ala importancia que le daban al sitio su extensión y sulocalización en el corazón del centro histórico de laciudad.La junta conceptuó que suficiente trabajo significaríala preparación y ejecución del traslado del mercado,que este era una gran responsabilidad que justificabaconcentrar todos los esfuerzos para llevarlo a cabo y queeran más bien del resorte de la alcaldía las funcionesy responsabilidades sobre qué hacer con el lote delmercado.Yo acepté la decisión pero in pectore me propusecontinuar las gestiones del nuevo proyecto en el lote delmercado con el fin de facilitarle la tarea a la alcaldía yasegurarme de que se adelantara adecuadamente parapoder cumplirla a más tardar en agosto de 1978.Pero tenía un escollo, no tendría autorización de la juntadirectiva y mucho menos presupuesto para realizarviajes y gestiones en Bogotá con ese propósito. Metocó entonces programarlos aprovechando las diversasgestiones que había que adelantar en la capital, anteel Fondo Financiero de Desarrollo Urbano, FFDU queadministraba el Banco Central Hipotecario para concretarla financiación de Bazurto, ante el INSFOPAL sobre laaplicación de los créditos BIRF II y III del Banco Mundialpara los ensanches del acueducto y el alcantarillado,ante la Junta Nacional de Tarifas para la actualización58


José Henrique Rizo Pombode las de estos servicios y aseo y, ante el DepartamentoNacional de Planeación, para trámites relacionados contodas estas gestiones.El arranque de 1977, los cartelitos de IgapéEl 5 de enero, apenas comenzado el año, hice unavisita a Bazurto en compañía del secretario general y loscuatro directores y también de representantes de dos delas varias asociaciones de puesteros que se manteníanpendientes del tema del mercado, la UPC o Unión dePequeños Comerciantes y Adovisa, una asociación devendedores estacionarios. Fue el inicio de una intensaactividad que ocupaba buena parte de las escuelitas decasi todos los días y que prácticamente duró todo el añohasta cuando se realizó el traslado.El 17 de enero de 1977, en parte para entusiasmar alos miembros escépticos de la junta directiva peroprincipalmente para ir socializando, como se dice ahora,la idea del traslado del mercado y, para precisar metasy asumir así un compromiso público, comenzamos afijar en todos los buses urbanos pequeños cartelesalgo más largos que una placa de vehículo, de cartónazul claro, y con una leyenda bien visible en gruesasletras negras que decía: “1977, año del traslado delmercado de Getsemaní a Bazurto”. Igapé se encargó demandar a confeccionar los cartelitos y a fijarlos en lossitios favoritos de los choferes para imágenes religiosas,rosarios, zapaticos de niño y otras curiosidades, comohabíamos escogido, para que los vieran fácilmente lospasajeros al salir.59


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.A los pocos días, el traslado era tema de conversación.Aunque un gran número lo consideraba imposible, unautopía, pero el número de vendedores callejeros en elmercado aumentó. Un nuevo censo ya dio cerca de2.300 puesteros en total.Una emergencia imprevistaNo nos imaginamos que solo dos meses después deinstalada la última bomba de Gambote, Cartagena sepodría quedar sin agua por el inesperado descenso decaudal del río Magdalena. El nivel del río había quedadoa ras con el lecho del canal del Dique en Calamar por loque escasamente entraba agua que llegara a Gambotey Conejos, el sitio de captación del acueducto de Plantade Soda en el canal del Dique.Pedí ayuda a Arnoldo Martínez Emiliani, DirectorTécnico de la Junta de Conservación del Canaldel Dique, de la que yo era miembro, y decidimossobrevolar el canal en el helicóptero del Ministerio deObras que en ese momento estaba en Cartagena. EnCalamar aterrizamos en el lecho del canal en mediode bongos varados y al lado de una pequeña corrienteque con dificultad pasaba bajo un remolcador. Teníamuy pocos metros de ancho y unos 20 centímetros deprofundidad. El caudal difícilmente llegaba a la dársenadel acueducto en Gambote. En Conejos, el agua de labahía subía por el canal comenzaba a salinizar la delcanal y amenazaba con seguir hacia Gambote.60


José Henrique Rizo PomboEnero de 1977. Lecho del canal del Dique frente a Calamar.Al fondo el puente de la Troncal de Occidente.La crisis era inminente. La ciudad se quedaba sin agua.En una reunión de emergencia en las oficinas de laRefinería con los gerentes de Mamonal, analizamosla situación y las medidas por tomar, y les anunciéque para el suministro del agua se daría prioridadabsoluta a la población de Cartagena. La dirigencia deMamonal ofreció su total respaldo y la reducción de susoperaciones. Con discreción, para no causar pánico,se promovió el ahorro del agua y el mantenimiento dereservas en las viviendas.Para enfrentar la emergencia acudimos a la compañía quegerenciaba Willam Gil. En 48 horas trajo de Bogotá dosbombas agrícolas que se instalaron en un bongo en dosdías. La entrada de la dársena de Gambote, se tapó consacos rellenos de tierra a los que se adosó el bongo. Con61


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.el trasiego del agua del canal y una cuadrilla permanentede personal para evitar que el dique de sacos colapsara seintentó mantener el nivel mínimo del agua en la dársenapara que las bombas del acueducto pudieran succionar.Solicité al ingeniero Alfonso Olarte de la firma Olap-Conscaribe, que había construido el acueducto de Plantade Soda, que alistara equipo para taponar rápidamenteel canal aguas abajo de Gambote con un dique a travésdel lecho para represar el agua dulce que venía del ríoy cortar el paso al agua de mar. Decidimos ese sábadopara actuar si los niveles en el río Magdalena seguíanbajando. Cada seis horas, día y noche, se tomabanniveles del agua en Gambote.El viernes víspera del dia D llamé a Alfonso Olarte, quese había mantenido sobre aviso para actuar, y le grité:¡Alfonso, suspende la operación, el río comenzó a subir!El nivel del agua en el río y el canal había comenzado asubir pero muy lentamente. Las dos bombas instaladasno fueron suficientes. Rápidamente se trajo y se montóuna tercera. Tuvimos que mantener el trasiego durantecasi un mes hasta que se regularizara la situación.El plan de trabajoAfortunadamente, desde enero habíamos previsto,además de lo que tratábamos en las escuelitas paraatender el día a día de la marcha de las Empresas y delos servicios a su cargo, estructurar un plan de accióny un modus operandi que nos garantizara cumplir en1977 con el propósito de año nuevo, como lo puse de62


José Henrique Rizo Pombopresente en la del 5 de enero. Ese día invité a los cuatrodirectores de las Empresas a realizar una detallada visitaa las obras de Bazurto para tener una visión general decómo organizar el mercado en su nuevo sitio.Hasta ese momento, las obras de Bazurto exteriores aledificio habían avanzado muy lentamente al ritmo delos escasos recursos económicos. Elaboramos un plande trabajo que realmente se reactivó hacia mayo con elrecibo del préstamo del FFDU para completar lo faltante.Lo más urgente era legalizar los terrenos y acometer suadecuación, loteo y habilitación para locales comerciales,definir y construir los accesos y el sistema vial internodel nuevo mercado, habilitar las redes de serviciospúblicos, y redactar un nuevo reglamento que permitieracontrolar las fallas que habían permitido el deterioro deGetsemaní.Por supuesto que las escuelitas de finales de eneroy hasta mediados de febrero se concentraron en laemergencia del acueducto.Las comisiones y las plenariasde los miércolesCon el fin de atender apropiada e integralmente laslabores del plan de trabajo, creamos comisionesconformadas por personal de las Empresas, delmunicipio y, posteriormente, de otros organismos.Raúl Quintero, Director Técnico, y Eduardo Merlano,Director Operativo, se encargaron de elaborar una listadetallada de obras por diseñar y las pendientes de ejecutar63


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.o completar, en espacial los accesos viales y peatonales, ydefinir los terrenos necesarios. Ellos dirigieron los aspectostécnicos de la contratación y recibo de los trabajos con elsoporte para la interventoría de Rafael Salas, jefe de ladivisión, con Noel Mena como ingeniero residente.De las negociaciones y formalización de los terrenos seencargó Julio Varela, Secretario General, con el apoyode Igapé.De todo lo relacionado con la reglamentación estuvo acargo Luis Bustamante del Valle, con sus colaboradoresde la Dirección Administrativa y José Genes, eladministrador del mercado. La consecución y trámite delos recursos, fue responsabilidad de Eduardo Yabrudy,Director Financiero.Con el fin de revisar lo ejecutado en la semana e introducirmodificaciones o mejoras y asegurar la coordinacióne integración de todas las actividades, adoptamos unprograma de reuniones con todas las comisiones todoslos miércoles a partir de las tres de la tarde en el salón dejuntas cuya organización y monitoreo encomendamos aHernando Sará Domínguez, director de Planeación,con el soporte de Celso Santís, jefe de Organización yMétodos, y su compañero Hugo Gentile.Las trabajadoras socialesUno de los temas, tan importante como los otros peroque tuvo un papel decisivo en la forma de realizar lospreparativos para producir el traslado y para ejecutarlo64


José Henrique Rizo Pomboasí como en los ajustes que se hicieron necesariosintroducir en el plan originalmente trazado para poderconseguir el éxito final, fue el del trabajo social.A comienzos de mayo escogimos los miembros de estacomisión. Por la experiencia que había adquirido en elproceso de traslado de las viviendas de Chambacú en1965 y la que comenzaba a adquirir en la ejecucióndel plan de rehabilitación de la Zona Suroriental deCartagena, y por su capacidad ejecutiva, designamosal ingeniero Edgardo Martínez Pareja, Director delInstituto de Crédito Territorial, ICT, como coordinadorde la comisión. Otros dos miembros fueron MarthaBarboza, trabajadora social de las Empresas, y DellysBustillo, del ICT.Mi experiencia en INSFOPAL como interventor delas obras de acueducto y alcantarillado en diferentespoblaciones del Bolívar grande y de las campañasde educación sanitaria, el cuidado del agua y laresponsabilidad en el pago de los servicios, y la adquiridaen el manejo de los servicios de Cartagena comoDirector Técnico de las Empresas en dos ocasiones, mehabía enseñado a conocer, entender y valorar el modode ser y de reaccionar de la gente, su idiosincrasia y laenorme importancia de tenerla en cuenta para el éxitode cualquier proyecto, en especial los de fuerte impactosocial como sería el traslado del mercado.Por eso, cuando el 10 de mayo me visitó Luz AmaliaTrujillo Vélez, Decana de la Facultad de Trabajo Social dela Universidad de Cartagena, a ofrecerme ayuda con las65


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.estudiantes de último año, me apresuré a aceptarle. Erandieciocho entusiastas universitarias que se organizaronbajo la experta dirección de Beatriz Bechara de Borge,que años después fue rectora de la Universidad.Con Luz Amalia y Beatriz planeamos una estrategia envarias etapas. Una primera para conocer la realidad dela situación y de lo que pensaban sobre la misma todaslas personas que trabajaban directa e indirectamente enel mercado y, algo adicional y quizás más importante,averiguar cómo y por qué se había producido el deterioropara estudiar formas de evitar que se reprodujera enBazurto. La segunda etapa, que se traslapaba con laprimera, para informar, motivar y organizar el traslado.De esta manera tendríamos muy en cuenta lo másimportante de todo, la gente, la gente que se movía en ypor el mercado y la gente de la ciudad.Las primeras gestiones para el Centro de ConvencionesAnte el efecto de los cartelitos, decidí intentar, esperandoque con mejor éxito, la propuesta que había hecho AlbertoAraújo al Banco de la República de construir en el lote delmercado un nuevo edificio para sus dependencias conun auditorio para reuniones nacionales e internacionalespor una suma que se destinaría a la construcción deBazurto. Me lo recordó Alberto en una conversación quesostuvimos en noviembre. La propuesta la llevó en 1969, anombre de Araújo, Alfonso Martínez Emiliani como DirectorAdministrativo de las Empresas, al gerente Eduardo AriasRobledo. Su respuesta fue que al Banco no le interesabaconstruir un nuevo edificio en Cartagena.66


José Henrique Rizo PomboOtro intento de un centro de convenciones para serconstruido en la isla de Chambacú había sido promovidopor el empresario del turismo Antonio Dáger Gerala a raízdel traslado de las viviendas que la ocupaban que habíarealizado Reynaldo Martínez Emiliani como Gerenteen Cartagena del Instituto de Crédito Territorial entre1969 y 1971. Dáger me propuso a mediados de 1977que acogiera su idea pero ya no había posibilidades,estaban muy adelantadas mis propias gestiones con elpresidente López, Proexpo y el BID.Con mi amigo José Vicente Mogollón Vélez, en eseentonces Senador de la República, conseguí para el 20de enero a las 11 de la mañana una cita con GermánBotero de los Ríos, el nuevo gerente del Banco. JoséVicente me invitó a alojarme en su apartamento y meacompañó a la cita. Después de poner al doctor Boteroen antecedentes sobre el problema del mercado, losavances de Bazurto, la inminencia del traslado, y lascondiciones excepcionales del lote por su localización,extensión y forma, le planteé una idea parecida a la de1969.Su respuesta fue también muy parecida a la de AriasRobledo, al Banco no le interesaba construir un nuevoedificio y mucho menos un auditorio para reunionesinternacionales. Pero me sugirió algo adicional, quehablara con Rafael Gama Quijano, director de Proexpo,organismo creado para promover las exportacionescolombianas y contaba con recursos además, comohabíamos comentado en la reunión, los eventosinternacionales implicaban exportación de servicios.67


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Al salir de la reunión, José Vicente me comentó queProexpo se había concentrado en la exportación deproductos y manufacturas y que difícilmente contaríacon la ayuda de Gama, por lo que decidí regresar aCartagena a buscar otras opciones.La propuesta a la Corporación Nacional de TurismoEl 10 de febrero decido volver a Bogotá a hablar conRaymundo Angulo Pizarro, a la sazón gerente de laCorporación Nacional de Turismo, para que al menos seacometiera el proyecto turístico que la Corporación habíapreparado para el espacio ocupado por el mercado unavez se trasladara.Por haber participado en los estudios y diseños, queconcluyeron en 1974, y que fueron realizados porConsulcar, yo conocía bien el proyecto que incluíauna marina para el área más cercana al baluarte de ElReducto, y en el resto del área, a lo largo de la calle delArsenal, y la ocupada por los pabellones del mercado,pequeños edificios para locales turísticos alternadoscon espacio público. Los del área del pabellón principaldel mercado que hoy ocupan el Claustro y la Explanadadel Centro de Convenciones, con instalaciones paraembarcadero turístico con muelle longitudinal a lo largodel borde que mira hacia el Palacio de la Aduana.Angulo me respondió que no podía comprometer recursosde la CNT sin disponer del terreno, que prefería esperarel traslado y me ofreció una estatua si lo lograba. Paramí ha seguido siendo una estatua virtual algo así como68


José Henrique Rizo Pombouna forma de valorar el esfuerzo que se necesitaría parael cambio en Getsemaní y la importancia que significaríapara Cartagena.Los mercados de MéxicoDel 26 de febrero al 12 de marzo, para ilustrarme mejorsobre las posibilidades y alcances del programa decomputación que desde 1968 habíamos comenzado ainstalar en las Empresas siendo yo Director Técnico, laIBM, que tenía el contrato para implementarlo, me invitójunto con directivos de otros países de América Latina conproyectos similares, a “IBM Villa”, Centro Educacionalpara Ejecutivos en Cuernavaca, México. Uno de elloscon quien hice amistad, fue Jorge Pareja C., que añosdespués fue Ministro del Petróleo en Ecuador.Además de cumplir con el propósito del viaje, aprovechépara visitar los mercados de Cuernavaca y de la ciudadde México y comprobé una cosa interesante: se parecíanmás, mucho más, al mercado público de Cartagena quea la concepción que le habían dado al de Bazurto lasrecomendaciones de CEIMA.CEIMA o Centro de Estudios e Investigaciones sobreMercadeo Agropecuario de la Universidad Jorge TadeoLozano fue la entidad que contrató en 1972 el entoncesgerente de las Empresas, Xavier Fernández Bustamante,para realizar un estudio de la situación del mercado yproponer soluciones. Le encargó enseguida elaborar unplan de ejecución que fue entregado en 1975. El planincluía, además del mercado principal, otros mercados69


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.menores que denominó sectoriales aprovechando losque existían en Santa Rita y en Blas de Lezo, paraposteriormente añadir uno en la Zona Suroriental, otro enel sector de Ceballos y los que requiriera el crecimientode la ciudad.El BID y CartagenaEl lunes 14 de marzo, a mi regreso de México encuentroen el despacho de la gerencia de las Empresas una cartadel BID, el Banco Interamericano de Desarrollo. Erauna invitación a asistir a la asamblea de gobernadoresque se realizaría a fines de mayo en San Salvador. Lainvitación se debía a que Cartagena había recibido en1961 el noveno crédito y segundo en Colombia otorgadopor el recientemente creado Banco, sólo dos años antes.El primero en Colombia fue a Medellín.El crédito había sido tramitado desde 1960 por JorgeBenedetti González, gerente de las entonces EmpresasPúblicas de Cartagena, y José Vicente Mogollón Zubiría,miembro de la Junta Administradora, con el apoyotécnico de Antonio Paz Franco, Director de la SecciónTécnica. El Banco condicionó la entrega del crédito ala transformación de las Empresas en una entidadautónoma, descentralizada, con personería jurídicay patrimonio propios y que, además, mantuviera lacomposición de su junta directiva durante la vigencia delpréstamo.En cumplimiento de lo anterior, y gracias a la gestióndel alcalde de Cartagena, Ricardo Segovia Morales,70


José Henrique Rizo Pomboel concejo municipal dio vida a las Empresas PúblicasMunicipales de Cartagena mediante el acuerdo número12 del 4 de abril de 1961. Su primer gerente fue JorgeBenedetti González. El segundo, en 1964, Antonio PazFranco, que me llamó a Bogotá, donde tenía mi oficinade ingeniería, para que fuera su Director Técnico.La invitación del BID me hizo recordar la llamada aWashington que había hecho en octubre para felicitar ami amigo Luis Fernando Jaramillo por su nombramientocomo Subgerente Administrativo del Banco.Dos días providencialesEl 15 de abril fue un día especial. Con la correspondenciade las cinco de la tarde, Hortensia me entregó Noticiasdel BID, una publicación mensual tamaño carta que dabacuenta de las actividades del Banco y que, esta vez, traíaalgo muy interesante, la información sobre el préstamode 24.5 millones de dólares que el Banco había otorgadoa Panamá para un centro de convenciones y restaurar elviejo Panamá, parte importante de la primera fundaciónde la ciudad.Era la primera vez que yo conocía el término de“centro de convenciones” y apreciar su importancia.De inmediato llamé a Luis Fernando Jaramillo. Merecomendó contactar a Augusto Ramírez Ocampoque era Director del BID por Colombia. Le escribícontándole del programa del mercado, del deterioradobarrio de Getsemaní y de la aspiración de contar conun préstamo a las Empresas, que yo estimaba de diez71


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.millones de dólares, que se destinaría a construir uncentro de convenciones para Cartagena y a restaurarel barrio de Getsemaní donde se emplazaría el centroen reemplazo del mercado.Al comienzo de esa tarde, a las dos pm, se habíaformalizado la autenticación de firmas del contrato depréstamo de 12.6 millones de pesos suscrito el díaanterior en mi despacho. Al fin, lo había concedido elFFDU con el Banco del Comercio como intermediariodespués de casi un año de solicitado.El 4 de mayo llega una nueva carta del BID, esta vezpara informar que, por problemas de orden público en ElSalvador, la asamblea de gobernadores, que comenzaríael 30 de mayo, se trasladaba a la ciudad de Guatemala.También llega la respuesta positiva de Ramírez Ocampocon un entusiasta “querido José Henrique, cuenta connosotros, ¡tenemos ciudad!”. Me recomendaba conseguirel aval de la Nación.¡No había tiempo que perder, había que aprovechar elinterés de Augusto Ramírez y las posibilidades de suayuda por su posición en el Banco, así como la de LuisFernando Jaramillo!De inmediato avisé a los miembros de la Junta Directivay les pedí autorización para las gestiones por el centrode convenciones sin dejar de atender el proceso delmercado. Todos se mostraron muy complacidos. Ramóndel Castillo me recordó que Carlos su hermano era elSecretario General del presidente López.72


José Henrique Rizo PomboLlamé también a contarle a mi primo Augusto de PomboPareja, gobernador de Bolívar. Me comentó que queríahacerle una atención privada al presidente y estabaen espera de convenir fecha, pero que mantuviera elsecreto.Decidí entonces esperar en forzado y cumplido silenciopues ni siquiera a Carmencita, mi señora, le habíacontado en lo que andaba. Me sirvió para cavilar sobrela mejor estrategia para informarle al presidente y pedirleapoyo, pero el tiempo pasaba y se acercaba en formaangustiante el 30 de mayo, una excelente oportunidadpara ambientar el crédito a que aspiraba del BID.El 22 de mayo, un día clave y una propuesta atrevidaAl fin, el viernes 20 me informa personalmente elgobernador que el presidente López le había aceptadoun almuerzo en su casa, pero muy privado, para eldomingo 22 de mayo, apenas una semana antes de laasamblea del BID en Guatemala.Hacia las cuatro de la tarde me senté al lado del doctor Lópezy aproveché que estábamos solos para decirle: Presidente,le propongo que en la asamblea de gobernadores del BIDque se celebrará en Guatemala el 30 de mayo, se invite acelebrar la de 1980 en Cartagena. ¿Dónde?, me preguntó.En el centro de convenciones que vamos a construir dondeestá el mercado, respondí, y rápidamente le conté del crucede cartas con Augusto Ramírez Ocampo. ¿Tú estás loco?,me replicó, eso es tema de relaciones exteriores que sedebe tramitar con antelación, y ya no hay tiempo.73


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Debió ser con una mirada suplicante, pero con grandeterminación, que le dije: Presidente, no me diga quesí, pero tampoco me diga que no. Por favor, déjemeactuar. Me devolvió en silencio una mirada de esos ojosazules en los que me pareció vislumbrar una chispa deentendimiento. Lo que sucedió después me lo confirmó.El presidente López nunca dejó de recordar estapropuesta. La mencionaba en las conversaciones y en lacorrespondencia personal que mantuvimos Carmencita yyo con él hasta el final de sus días. Lo hizo en el discursoque improvisó cuando protocolizamos la constitución dela asociación que construiría el Centro de Convencionesy se lo recordó a Stephen J. Randall, el autor de subiografía “Alfonso López Michelsen, Su Vida y su Obra”,que lo relata en la página 414 de la versión en español:“Ya fuera que se buscase mejorar la productividadde la agricultura en el país, o la ventaja competitivade los exportadores industriales, el presidente LópezMichelsen asumía un esquema evolutivo de gobierno,enfoque que incluso se hacía evidente en lasiniciativas concretas de la administración, como la depromover el turismo en una de las más espléndidasciudades de la región caribe: Cartagena. La ideahabía partido del alcalde de la ciudad, José HenriqueRizo Pombo, pero pudo llevarse a cabo gracias alpresidente, al director de Proexpo, Ra fael GamaQuijano, y al ministro de Desarrollo Económico, DiegoMoreno Jaramillo; se desplazó entonces el mercado aBazurto para dar lugar a la construcción del Centrode Convenciones y, el 19 (sic) de julio de 1978, elarzobispo de Cartagena bendijo la primera piedra, enun acto que contó con la asistencia del presidente yotros funcionarios del gobierno.”74


José Henrique Rizo PomboUna semana crucialEn camino de regreso a casa le conté a Carmencita quecompartió exultante mi alborozo y me ayudó a esbozarla agenda de lo que debería acometer enseguida.Tempranito, el lunes 23, le pedí a Hortensia que meconsiguiera dos llamadas a Bogotá. Una a Carlos delCastillo Restrepo, Secretario General de la Presidenciade la República, para pedirle me ayudara a conseguircita con Abdón Espinosa Valderrama, ministro deHacienda que era uno de los dos gobernadores del BIDpor Colombia, y otra a Eduardo Soto Pombo, gerentegeneral del Banco de Colombia, para conseguirla conel otro gobernador, Germán Botero de los Ríos, gerentedel Banco de la República y con Rafael Gama Quijanocon quien decidí hablar a pesar de las advertenciasde José Vicente Mogollón. Ambos cumplieron sucometido. Carlos me comentó que pudo lograr la citacon el doctor Espinosa para el viernes 27 a la una dela tarde, dos horas antes de salir para el aeropuertohacia Guatemala. Eduardo no la pudo conseguir con eldoctor Botero de los Ríos pero sí con el doctor Gamapara el jueves por la mañana.El martes 24, le pedí a Eduardo Ferrer González, directorde la seccional de ANDI en Cartagena, algunos folletosque había editado con información sobre Cartagenapara repartirlos entre los gobernadores del Banco. Meentregó cincuenta. Al día siguiente por la noche, viajéa Bogotá.75


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.A las ocho de la mañana del jueves 26 me fui para laCorporación Nacional de Turismo con el propósito de pedirlea Raymundo Angulo Pizarro, su gerente, unos bellos librossobre Cartagena que él había publicado en noviembre delaño anterior con fotografías urbanas y de las actividadeseconómicas de la ciudad y con textos de Eduardo Lemaitre,Nicolás del Castillo Mathieu, y Sergio Espinosa Posada.Raymundo Angulo no estaba, pero sí su asistente, RaquelFernández, cariñosamente “la Raca”, esposa de DanielHernández García. Tras varias averiguaciones y visitas ala bodega, logró que me vendieran diez ejemplares quepagué enseguida de mi bolsillo.Apenas tuve tiempo de encontrarme con Eduardo Sotopara ir a las diez de la mañana adonde Rafael Gama.Nos recibió muy amablemente. Eduardo me presentó.Le conté de mis gestiones con el BID y de su interésen otorgarle un crédito a las Empresas Públicas, que yoestimaba de diez millones de dólares, para construir uncentro de convenciones y restaurar el vecino barrio deGetsemaní, pero con un buen aval.Le mostré las fotos del mercado en el libro de la Corporación.Estas fotos ya no aparecen en la edición corregida que sepublicó en octubre de 1977. En la foto final, con una bellapanorámica aérea de la bahía de las Ánimas, parte deGetsemaní y el mercado, le indiqué lo que se despejaríadespués del traslado del mercado a Bazurto y el sitio dondese construiría un centro de convenciones y le propuseque Proexpo nos diera el aval puesto que se trataba deun proyecto que promovería la exportación de servicios aconvencionistas y turistas provenientes del extranjero.76


José Henrique Rizo PomboPortada del libro “Cartagena de Indias”de la CNT, noviembre de1976.Panorámica del Centro y el mercado.Gama escuchó atentamente y nos pidió unos minutospara consultar con su asesor jurídico y los economistas.Después de dos o tres llamadas telefónicas, una de ellas aRamiro Sanín Posada, su asesor económico, regresó paradecirme que no podrían darnos el aval. Debió preocuparsecuando me vio la cara de desilusión y tristeza porque seapresuró a decirme: más bien Proexpo te otorga el crédito.Fue explosiva mi expresión de alegría y efusivo el abrazode agradecimiento que les di a él y a Soto.Medio recobrada la ecuanimidad, me dice Gama: Peronecesito que la decisión la apruebe la Junta Directiva ypara conseguirlo es mejor que la propuesta la haga elpresidente. Le conté que no había podido conseguir citacon Botero de los Ríos y su respuesta del 20 de enero.Me explicó que el gerente del Banco de la República erael representante legal de Proexpo y que el presidentede la junta era el Ministro de Desarrollo Económico, eldoctor Diego Moreno Jaramillo. Le pedí de inmediatoque me consiguiera una cita con él. La consiguió paraesa tarde a las tres.77


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Ya para despedirnos, le pregunté a Gama cómo serealizaría el proyecto y nos explicó que los recursospodrían provenir de los intereses producidos porlos depósitos de la tasa del 5% sobre el valor de lasimportaciones del país que en ese momento eran delorden de 250 millones de pesos anuales y estabacreciendo geométricamente y que, como le sugirieronlos abogados, se podría crear una entidad mixta que seencargaría de la ejecución. Comentamos que esa entidadpodría estar conformada por Proexpo, la CorporaciónNacional de Turismo, Avianca y organismos del sectorprivado. Eduardo sugirió la Asociación Bancaria y ANIFy yo a Cotelco y otras agremiaciones del sector turístico.A las tres en punto estaba yo entrando al despachodel Ministro con mi libro de la Corporación bajo elbrazo. Me estaba esperando. Fue una hora larga deentusiasta explicación por mi parte y de mucha atencióny preguntas claves del Ministro. Mostrándole la foto delárea del mercado, le expliqué los planes de traslado delmercado y le hablé de la posibilidad de hacer en esesitio un centro de convenciones y arreglar el barrio deGetsemaní, como en Panamá, de lo que significaríapara la economía colombiana la exportación de serviciosy de mis gestiones preliminares con el BID. El Ministrose despidió diciéndome: Doctor Rizo, muy interesantesu propuesta, pero necesito una maqueta y un estudiode factibilidad, ¿cuándo me los trae? Deme un mes,Ministro, le dije sin pensarlo dos veces.Volé para donde Gama y le propuse: Yo me encargo dela maqueta y tú del estudio, tú cuentas con economistas78


José Henrique Rizo Pomboque pueden hacerlo. Así quedamos, pero quedamostambién en aprovechar la mañana del viernes paravisitar algunas de las entidades que se vincularían alproyecto. Sólo se consiguió cita con el presidente de laAsociación Bancaria que era Eduardo Arias Robledo, elgerente del Banco de la República de 1969.El viernes, a las diez y media, llegamos Rafael y yo.Nos recibió su presidente, en compañía de AndrésDelgado Mallarino, Vicepresidente Administrativo.más tarde llegó Eduardo Wiesner, VicepresidenteFinanciero. Con el consabido libro de la CNT, yoles expliqué el plan del mercado de Cartagena y laidea del centro de convenciones. Gama les planteóla importancia de la vinculación de la Asociación alproyecto. Eduardo Arias nos oyó muy atentamente.Recordó que como gerente del Banco de la Repúblicano había aceptado en 1969 la propuesta de AlbertoAraújo de construir en nuevo edificio del banco conun auditorio en el sitio del mercado y arguyó que laAsociación, aunque estaba constituida por entidadesfinancieras, no disponía de recursos. Yo comenteque una respuesta parecida había recibido en enerode Germán Botero de los Ríos y reiteré la importanciadel proyecto para Cartagena y Colombia. Mallarinoestuvo siempre entusiasta. En contraste, Wiesnerse mostró muy escéptico. No se imaginó, ni yotampoco, que sólo cinco años después sería, comoMinistro de Hacienda, el anfitrión de la asamblea degobernadores del BID que inauguraría el Centro deConvenciones. Convinimos en continuar explorandola vinculación de la entidad al proyecto.79


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Apenas tuve tiempo de ir al hotel a buscar los libros dela CNT y los folletos de la ANDI sobre Cartagena y antesde la una de la tarde me presenté ante la secretaria delMinistro de Hacienda. En la agenda estaba registradami cita pero el Ministro había ido a la peluquería, lasecretaria no sabía a qué hora regresaría, y a lastres de la tarde tendría que prepararse para viajar.No estuvo dispuesta a llamarlo para avisarle de millegada. Intenté tranquilizarme sentado en la recepcióny revisando el libro y los folletos.A la una y media llegó el Ministro. Me hizo seguirenseguida. Escuchó atentamente mi historia y misargumentos mientras firmaba papeles. Por el muchopeso sólo me recibió cinco de los diez ejemplares dellibro de la Corporación y diez de los cincuenta folletosde la ANDI y con una mirada que yo interpreté como deentendimiento, me dijo: Veremos lo que puedo hacer.Para mí fue suficiente. Tuve la certeza de que lo haría.El Ministro salió para su casa y yo para el aeropuerto.Realmente satisfecho, regresé esa tarde del viernes27 a Cartagena. También viajó Rafael Gama conGilma, su señora. Por la noche comimos Carmencitay yo con ellos. Conté detalles de lo sucedido esatarde y comenzamos a soñar y a esbozar un plan deactividades.Sobre nuestro primer encuentro, me escribió RafaelGama en una de sus comunicaciones:80


José Henrique Rizo Pombo“Mil gracias por tu gentileza de enviarme copia de la cartadirigida al Director del Diario El Universal a la cual porencontrarla muy completa, no tengo ninguna observación.Permíteme sólo recordar, que fuiste tu la primerapersona que me presenta en Bogotá, el Proyecto delCentro de Convenciones en compañía de Eduardo SotoPombo con argumentos tan convincentes que desde esemomento desplegué toda la actividad necesaria paraque en breve termino se hiciera realidad esta magníficaobra, que tantos beneficios ha traído para el País y paraesa noble Ciudad de Cartagena de la cual he recibidotantos gestos de nobleza y generosidad. Indudablementefuiste tu el principal promotor de tan importante iniciativaRecuerdo la frase del Presidente López de que despuésde las murallas, Cartagena podría determinarse como“antes y después del Centro de Convenciones”.También viene a mi memoria que varios críticos deaquella época, la mayoría de buena fe, entre ellosun ilustre hombre público se opusieron a la obra,argumentando entre otras razones que PROEXPOestaba desviando recursos que eran exclusivamentepara promover las exportaciones. Me permití replicar,que con esa y otras obras semejantes emprendidas porPROEXPO, se propiciaría la exportación de servicios,lo cual se ha corroborado durante este cuarto de siglo.Estoy de acuerdo contigo: Qué sería hoy de Cartagena,sin el Centro de Convenciones”.81


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El regreso de MinHacienda de GuatemalaEl jueves 2 de junio hubo graduación en la EscuelaNaval de Cadetes. Después de la ceremonia, tan lucidacomo siempre, se realizó una cena en los jardines.Esa tarde, a las cinco, regresaba de Guatemalael ministro Espinosa Valderrama. Fui a recibirlo yentré a esperarlo al pie de la escalerilla del aviónque lo transportó directamente vía San Andrés. Fueel primero en salir junto con su señora, doña IrmaFernswarth.Al llegar al final de la escalerilla me dice con miradade entendimiento: Doctor Rizo, ¡misión cumplida! Nopude evitar el efusivo abrazo que le di y el beso queme atreví a darle a doña Irma. En el camino al hotel losinvité a acompañarnos a la graduación de cadetes, a loque accedieron. El doctor Espinosa me comentó que laaceptación había sido en principio y condicionada a unanueva decisión en una próxima asamblea de acuerdocon el avance del proyecto del centro de convenciones.Era apenas lógico.Del hotel los llevé a la Escuela Naval. Cuando llegamos,ya había comenzado la cena. Habían dispuesto cercade la piscina una mesa para el presidente y quienesle acompañábamos. Después de los saludos y deacomodarnos en los puestos, me acerqué a comentarlealborozado al presidente el resultado de la invitación.Con una mirada de picardía me dice como en un secretoentre los dos: ¡Si yo siempre te apoyé!82


José Henrique Rizo PomboEstábamos en la mesa, Alfonso López Michelsen,Presidente de Colombia, y Cecilia Caballero de López,Augusto de Pombo Pareja, Gobernador de Bolívar,y Marcela Piedrahita de Pombo, Abdón EspinozaValderrama, Ministro de Hacienda, e Irma Fenwarth deEspinosa, Fidel Borge Escobar, Alcalde de Cartagena, yAlicia Stevenson de Borge, Ramón del Castillo Restrepoy Mayito Trucco de Del Castillo, y José Henrique RizoPombo, Gerente de Empresas Públicas Municipales deCartagena, y Carmencita Delgado de Rizo.En carta de años después, el doctor EspinosaValderrama recordaría: “Le he agradecido vivamentesu interesantísima carta de fecha 7 de noviembre contan valiosos recuerdos de las gestiones adelantadas porUd., primero como Gerente de las Empresas Publicas deCartagena y luego como Alcalde, para la construcci6ndel imponente y funcional Centro de Convenciones en elsitio privilegiado que ocupaba el mercado publico.Con mucho gusto atendí sus insinuaciones para que suinauguración estuviera solemnizada por la reunión de laAsamblea General del BID, aprovechando mi asistenciacomo Ministro de Hacienda a la que se celebró enGuatemala. Después, por invitaci6n de Rafael Gama,tuve la oportunidad de seguir los progresos de laportentosa obra.Sea esta la ocasión de felicitar a Ud. por sus desvelosde entonces, ahora cuando se aproxima su trigésimoaniversario y se recordaran los pasos que llevaron a sufeliz realización.”83


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.La maquetaEl lunes 4 de julio, después de mi regreso de la semanacrucial en Bogotá, llamé temprano a Rafael CepedaTorres, amigo personal y arquitecto fundador y socioprincipal de la firma constructora Cívilco Ltda., parahablarle de la maqueta. Por sus compromisos, sólo mepudo visitar el jueves a las 10.30 de la mañana. Le contéde mis gestiones con el BID y mi compromiso con Gamay, sobre todo, con el Ministro de Desarrollo, y le advertíque en el presupuesto de las Empresas no tenía rubropara una maqueta. Era el 2 de junio.Le di a Rafael mi concepto sobre el proyecto de un centrode convenciones en el lote del mercado: debería ser untestimonio de los cartageneros del siglo XX, no tratar deimitar el estilo colonial, dejar despejado todo el espaciode la plaza que quedaría con el traslado del mercado,mantener despejada la visual desde las calles Larga yArsenal hacia el Centro, como se conoce en Cartagenael centro amurallado y no sobrepasar la altura de lasedificaciones de Getsemaní. Rafael estuvo totalmentede acuerdo y simplemente me dijo: Dentro de un meshablamos.Exactamente un mes y cuatro días después, el 6 de julio,me llama Rafael. Te tengo una sorpresa, me dijo, estáen Bogotá. Esa misma noche viajamos y a la mañanasiguiente fuimos al apartamento del arquitecto Alex Barónen Residencias Tequendama. Nos esperaba, y sobrezancos estaba una gran caja de madera, de metro y mediode largo, un metro de ancho y unos 35 centímetros de alto.84


José Henrique Rizo PomboAlex alza la tapa que estaba fijada con bisagras y apareceuna maqueta espectacular que reproducía con pequeñosbloques blancos a escala los edificios de Getsemaní desdela calle de la Media Luna hasta la bahía de la Ánimas ydesde el baluarte del Reducto, aún con el monumento a laVirgen, hasta mostrar la fachada del Palacio de la Aduanasobre la muralla.La maqueta promocional. Foto de Jorge Delgado,Revista Diners, mayo de 1980.En el sitio del mercado, un bloque de planta rectangularenmarcado entre la calle Larga y el Arsenal y soportadopor cuatro robustas columnas alejadas de las fachadasque lo elevaban sobre la gran plaza que aún ocupabael mercado público. El bloque cubría el espacio desdecerca del borde del agua y las edificaciones entre lasdos calles pero con una separación adecuada. En lacubierta plana, que quedaba a la altura del tejado de laiglesia de la Tercera Orden, se disimulaba un helipuerto.Las cuatro fachadas eran lisas, de vidrio que reflejabalas edificaciones circunvecinas incluyendo la muralla yla Alcaldía. La maqueta se basaba en el proyecto de1974 de la CNT para el Arsenal. Por eso mostraba lostestigos de los baluartes y de la muralla y la marina consus instalaciones.85


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El azul del agua de la bahía contrastaba con el restode la maqueta que tenía una cubierta transparente deplexiglás resistente.La maqueta en ProexpoSuperada la emoción, decidí llevarle la maqueta a RafaelGama. Las oficinas de Proexpo quedaban en el edificioInternacional, a poca distancia del Hotel Tequendamapero del otro lado de la carrera 13. La maqueta erapesada pero insistí llevarla. Convencí a Rafael Cepeda yAlex Barón y con la ayuda de dos botones y yo pudimosbajarla por el ascensor de carga hasta la acera de lacarrera 13 y estar listos para atravesar lo más rápidoposible cuando cambiara el semáforo. Seguimos por laacera occidental de la carrera 13 hasta la calle 28, entrela mirada extrañada de los transeúntes, para bajar hastael edificio, en la carrera 13A. Lógicamente los porteros nonos dejaron subir sino cuando llamaron directamente a ladirección de Proexpo a pedir autorización y yo expliquéa la secretaria de qué se trataba. Afortunadamente, losascensores eran suficientemente grandes y cupimoscargadores y maqueta para llegar al piso 18 y llevarladirectamente al salón de juntas, donde ya nos esperabaRafael Gama. Eran casi las doce del día.Su reacción ante la agradable sorpresa, además defelicitarnos a los arquitectos y a mí, fue dar instruccionesde inmediato para mostrarla esa misma tarde y ordenarinvitaciones telefónicas. A las tres presentamos la maquetaa Diego Moreno, Raymundo Angulo, Eduardo Arias, quellegó acompañado de Andrés Delgado, Eduardo Soto y86


José Henrique Rizo Pomboaltos funcionarios de Proexpo. Realmente impresionados,todos coincidieron con Rafael y conmigo en lo atractivoque resultaba un centro de convenciones en ese sitio deCartagena y lo importante que era para la imagen y laeconomía del país.Al final de la reunión en Proexpo, comenté que yo queríamostrarle la maqueta al presidente López. Alguienme contó que él viajaría a Cartagena el viernes auna graduación de cadetes navales. Para mí era másfácil y significativo mostrársela allá que en Bogotá. Lepedí entonces a Gama que me mandara la maquetaa Cartagena y que por favor me comunicaran con miseñora. más tarde, Rafael Cepeda y yo regresamos aCartagena.Un almuerzo con maquetaLa alegría de Carmencita cuando brevemente le contétodo lo ocurrido fue tan grande, que fácilmente aceptóencargarse de organizar un evento que yo preferíaque fuera muy privado pues la decisión aún no estabaoficializada y por respeto a la decisión de mi juntadirectiva de concentrar la actividad en el proyecto delmercado. Convinimos en un almuerzo en nuestra casade Turbaco, por ser un sitio alejado de Cartagena y fácilde controlar para efectos de privacidad y seguridad parael presidente.Para el domingo 10 de julio organizó un almuerzomuy informal y muy privado para el doctor López y la“niña Ceci” como llamábamos cariñosamente a doña87


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Cecilia Caballero de López. Fueron invitados también,la comitiva presidencial con los ministros de Gobierno,Alfredo Araújo Grau, y de Guerra, General AbrahamVarón Valencia, y altos mandos militares nacionales.De Cartagena asistieron con sus señoras el gobernadorAugusto de Pombo, el alcalde Fidel Borge, el hoyAlmirante Guillermo Uribe Peláez, comandante de laFuerza Naval del Atlántico, después del Caribe, y amigosdel presidente y nuestros, varios de ellos aficionados a lamúsica que por ratos amenizaron la tarde con sus vocesy sus guitarras, Orlando Lecompte, Javier Martínez,Ligia y Julita Revollo, esposas de Joaquín y GermánGómez Pombo y Margarita Pombo Zubiría, gran pianista,cantante y compositora que se sentó al piano entre dosde la tarde y las once de la noche a acompañar a losinvitados, entre ellos, el propio presidente.Nunca nos imaginamos Carmencita y yo que la maquetase convertiría en plato principal de más de un almuerzo,como se verá más adelante en esta historia.Pasadas las cinco de la tarde me avisa el Jefe de la CasaMilitar que el presidente debía regresar a Cartagenapara viajar a Bogotá. Se había trasladado desde la BaseNaval en helicóptero que aterrizó en la cercana finca ElBalcón de don Rafael del Castillo, el padre de Ramón yCarlos. Afortunadamente, ya habíamos almorzado.Acompañé al presidente a salir y lo llevé hasta una mesaen el gran prado del antejardín de la casa en la que habíapuesto la maqueta tapada con un mantel. Nos acercamosy con un movimiento teatral, como el de un mago,88


José Henrique Rizo Pomboquito el mantel. El presidente mira entre asombrado einteresado y pregunta, ¿Y eso qué es? Ese es el centrode convenciones que usted y yo vamos a construir enCartagena, le respondo. ¿Y cuánto cuesta?, pregunta denuevo. Sin vacilar y recordando que la tasa de cambio erade algo menos de cuarenta pesos por dólar, le respondocon una gran firmeza: ¡Cuatrocientos millones de pesos!¿Y cuánto se demora?, pregunta ahora. Con la mismafirmeza le digo: ¡Dos años, presidente! Me mira y medice ¡Eso lo hacemos! Mientras le doy un emocionadoabrazo le respondo con los ojos llorosos: ¡Eso es lo quequería oír, presidente!Por supuesto que, con los que quedaron, el almuerzo sevolvió fiesta que se prolongó hasta las once de la noche.Expocosta 77El lunes me llevé la maqueta para la sala de juntas delas Empresas y cité a la junta directiva para las ochode la mañana del doce de julio. Relaté las gestionesdesde cuando la junta me recomendó dedicar todoslos esfuerzos al traslado del mercado, hasta ponerlesde presente la maqueta como resultado, explicarles elproyecto y rematar con la información sobre la decisiónpresidencial de construir el centro de convenciones.Sobra describir la sorpresa, el asombro y la complacenciade la junta que, además de profusas felicitaciones, meofreció su respaldo.Esa tarde invité a todo el personal de las Empresas quelaboraba en el edificio a mostrarles lo que venía dentro89


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.de la extraña caja que algunos habían visto subir el díaanterior, a contarles como había conseguido la maqueta,explicarles el proyecto y a pedirles su colaboración encuidarla, pues me proponía mantenerla exhibida por unbuen tiempo en el vestíbulo de entrada al edificio paraque pudieran verla todas las personas que fueran alas Empresas a pagar sus servicios o a cualquier otradiligencia.Alguno me recordó que la ANDI había organizado en elColiseo Cubierto de la Base Naval, una feria exposiciónindustrial durante el mes de julio que denominó Expocosta77. Era un escenario más que apropiado para presentara propios y extraños un proyecto de exportación deservicios y promoción de Cartagena como el del centrode convenciones. Pedí un cupo a Eduardo Ferrer. Todoestaba vendido y ocupado desde el comienzo del mes.Le recordé que tenía relación con los folletos que mehabía regalado en mayo para invitar al BID. Se ingeniópara despejar un área en un rincón pero suficientementevisible y protegida de accidentes. Se puso la maquetaen un mesón con un gran cartelón azul que repetía laleyenda de los cartelitos de los buses: ¡1977, año deltraslado del mercado de Getsemaní a Bazurto! Y otrocon explicaciones sobre la maqueta y la propuesta delcentro de convenciones en la gran plaza sobre la bahíade las Ánimas.El último día de la feria, vino de Bogotá el ministro DiegoMoreno Jaramillo. Al entrar, me saludó diciéndome:Doctor Rizo, le traigo un regalo, y se dispuso a decirlas palabras de clausura rodeada de público y de los90


José Henrique Rizo Pombomás importantes periodistas de Cartagena. Finalizó sucorto discurso leyendo el decreto número 1743 que elpresidente López y él habían firmado en Bogotá el martes,que hizo posible construir el Centro de Convenciones,“por el cual se autoriza la creación de una asociación sinánimo de lucro para construir un centro internacional dereuniones y remodelar el sector del mercado público deCartagena”.Mientras los asistentes se deshacían en efusivosaplausos, no pude reprimir el impulso de saltar hasta elcentro del ruedo y estamparle al ministro un beso en laincipiente calva. Era el domingo 31 de julio de 1977.El decreto 1743El decreto 1743 del 26 de julio de 1977 constaba de trespartes importantes:La primera, “autoriza la creación de una asociación sinánimo de lucro para construir un centro internacional dereuniones y remodelar el sector del mercado público deCartagena”.La segunda autoriza a Proexpo, a la Corporación Nacionalde Turismo y a la Corporación Financiera Popular aconstituir con otras entidades públicas o privadas laAsociación Promotora del Centro Internacional deCartagena, y, la tercera, autoriza que las entidades dela asociación que estuvieran interesadas en construirobras en Getsemaní las contraten con la Asociaciónsufragándolas mediante entrega de abonos anticipados,91


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.aclarando que las obras quedarían de propiedad de laentidad interesada.En resumen, el decreto autorizaba a entidades oficiales aconstituir con entidades del sector privado, la AsociaciónPromotora del Centro Internacional de Cartagena deIndias como entidad sin ánimos de lucro y de derechoprivado. Las entidades interesadas en construir obrasen Getsemaní, estaban autorizadas a contratarlas conla Asociación, pagándolas con anticipos y a conservarsu derecho de propiedad. Esto fue lo que hizo Proexpoy luego entregó a la Corporación de Centros deConvencioes de Colombia que, a su vez, lo dio, enbuena hora, en concesión al Grupo Heróica.Este fue el mecanismo que posibilitó agilizar laconstrucción y dotación de una obra tan compleja y queresultó tan completa como el Centro de Convenciones deCartagena y poder inaugurarla sólo tres años despuésde haber sido iniciados en firme los trabajos.La maqueta ante el Honorable Concejo Municipal yante el públicoYa con el espaldarazo del decreto 1743, era fundamentalinformar y motivar a los concejales de manera quetuvieran suficientes elementos de juicio para apoyary aprobar las actividades y decisiones del ejecutivomunicipal para la gestión del centro de convenciones.Aunque yo mantenía excelentes relaciones con losconcejales Víctor Camacho, Fernando Marrugo y92


José Henrique Rizo PomboFrancisco Camacho, que eran miembros de la juntadirectiva de las Empresas, busqué el apoyo de loslíderes conservadores Joaquín Franco Burgos y RaúlGuerrero Porras y, por intermedio de Luis Bustamante,de los líderes liberales, Marún Gossain, su gran amigo, yCarlos Facio-Lince para, invitar o convencer a los demása respaldar las gestiones que se habían adelantado.Resultado, los diecinueve Honorables Concejales deCartagena asistieron a las seis y media de la tardeal salón del Club de Profesionales adonde se habíallevado la maqueta para presentársela con una detalladaexplicación de lo que podría ser el centro de convencionesy la remodelación de la zona ocupada por el mercado.Lógicamente, todo dependería del éxito en el traslado,para lo que pedí su apoyo.Fueron realmente muchas y variadas las inquietudesque manifestaron todos los concejales sobre lo quele ocurriría al barrio de Getsemaní y a los barriosalrededor de Bazurto con el traslado del mercado. Delas anotaciones que hice esa noche, fue surgiendo lanecesidad de preparar todo un plan de acción urbanapara las dos zonas. A la larga, el plan se incluyó en unplan general de desarrollo urbano en el que tuvimosmuy en cuenta los aspectos socio-culturales y socioeconómicospara preparar la ciudad para los grandescambios que sobrevendrían y tener también respuesta ala inquietud que ya había tenido como Director Técnico, yahora como gerente, de contar con un plan de desarrollourbano sobre el cual prospectar y orientar los ensanchesdel acueducto, el alcantarillado y los demás servicios93


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.públicos de una ciudad que ya había comenzado aacelerar su crecimiento.Mi presentación fue apropiada y clara, a juzgar por elvisto bueno que dieron a todo el proceso preparatoriodel traslado, así como a variaciones importantes quehubo necesidad de adoptar en el camino. Sobre el plande desarrollo y, en general, sobre las gestiones comogerente de las Empresas y, posteriormente, comoalcalde de la ciudad, bien valió la pena la reunión de esatarde del 3 de agosto con el Concejo.Ahora sí podía poner la maqueta a exposiciónpermanente al público y qué mejor sitio que el accesoal edificio de las Empresas Públicas en La Matuna. Allípermaneció hasta un mes antes del cierre del concursoarquitectónico para diseñar el Centro de Convencionescuando se les devolvió a sus autores, Rafael Cepeda,Alex Barón y Giovanni Macchi.De gerente a alcaldeA mediados de agosto, el presidente López decidenombrar a Haroldo Calvo Núñez, su ministro de SaludPública, como nuevo gobernador de Bolívar, que seposesiona el 26. Esa misma tarde firmó el decreto No.818 con el cual me nombró alcalde de Cartagena.Pocos días antes de su posesión me había llamado muyprivadamente el doctor Calvo a ofrecerme la alcaldía.Siempre he tenido la sensación de que lo hizo por un“guiño” del presidente López. A su vez, el gobernador94


José Henrique Rizo Pombome sugirió que nombrara de gerente de las Empresasa Eduardo Piñeres Vergara aquien yo bien conocía yapreciaba. Por supuesto que de inmediato acepté ambosguiños. Iba a tener la autoridad para que el trasladodel mercado se produjera y realizar lo que le tocara almunicipio para construir el Centro de Convencionesy contar con un excelente apoyo de Eduardo y todoslos estamentos de las Empresas, su junta directiva, losdirectores y el personal en general.Durante la última reunióncomo gerente con la juntadirectiva de las Empresasinformé de mi nombramientoy presenté renuncia formaldel cargo. Recibí unreconocimiento inesperado:una placa de agradecimiento “por los servicios prestadosen forma dinámica y eficiente”. Después supe que habíasido por propuesta de Ricardo Segovia y Ramón delCastillo que la junta aprobó en pleno.Mi posesión fue a las cinco de la tarde del lunes 5 deseptiembre en el salón Martínez Martelo de la alcaldía ante latitular del Juzgado Primero Municipal del Circuito, la doctoraYolanda de Hernández que me acompañó en la mesa dehonor con el gobernador Haroldo Calvo Núñez y su señoraAmelia Stevenson de Calvo, el alcalde saliente RicardoBarrios Villarreal, encargado de la alcaldía por renuncia deltitular Fidel Borge Escobar dos meses antes, y su señoraPrince Martínez de Barrios, y Carmencita, mi señora. El 15de septiembre le di posesión a Eduardo Piñeres.95


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.En la mesa, Amelia de Calvo, el gobernador Haroldo Calvo Núñez,Carmencita de Rizo, el nuevo alcalde, Yolanda de Hernández, JuezPrimero Municipal del Circuito, Ricardo Barrios Villarreal, alcalde saliente.De pié: Bruno Hernández, Tesorero Municipal, SantiagoRizo Delgado, José Henrique Rizo Delgado.Foto de Álvaro Delgado.¡Con música!Como había sido tradicional en Cartagena, después desu posesión el gobernador se trasladó a su despachoseguido de invitados especiales, aspirantes a cargos,periodistas y curiosos a firmar los primeros decretosde nombramiento de sus secretarios de despacho y delalcalde de Cartagena.Ya se había regado la voz de que el alcalde sería yo ymientras un grupo numeroso esperaba en el gran corredorexterno con balcones sobre la Plaza de la Proclamación,se me acerca, micrófono en mano, Carlos Mouthon, deRCN Radio, que me pregunta sorpresivamente: Alcalde,¿como piensa usted trasladar el mercado?, ¡Conmúsica!, saltó Carmencita mi mujer que estaba a mi lado¡Con música!, repetí yo de inmediato con toda firmeza.96


José Henrique Rizo PomboY así fue. Con música de papayera en Getsemaní y enBazurto se realizó el traslado dando un ejemplo nacional,en medio de una gran alegría y sin el menor problema deorden público.Mis colaboradores en la alcaldíaDesde finales de los años 1960, el alcalde de Cartagenasólo tenía un secretario general que dirigía las laboresadministrativas y coordinaba las dependenciasoperativas, y dos secretarías más, la de Hacienda y lade Planeación. Fue una medida que adoptó para losmunicipios el gobierno del presidente Carlos LlerasRestrepo, que dio mucha importancia a la planeación,y para el efecto fortaleció la Oficina de Organización yMétodos de la presidencia de la república que dirigíael abogado Pedro Pablo Morcillo y que replicó en losmunicipios y sus entidades descentralizadas como lasEmpresas Públicas Municipales de Cartagena.Mis primeros nombramientos, la misma tarde de miposesión, fueron el del abogado Hernando Sierra Peñacomo Secretario General, que fue mi gran soporteadministrativo y para manejo político, en especial para lasfrecuentes solicitudes por nombramientos y reemplazos delos Concejales, y de otros dos grandes amigos y excelentesprofesionales, el arquitecto Óscar Gómez Caycedo, Directorde la Oficina de Valorización y el ingeniero FranciscoGonzález Tatis, Jefe de la Oficina de Planeación.En mi caso, aprovechando su experiencia política, lepedí a Hernando Sierra se encargara también de las97


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.muchas veces intensas y difíciles relaciones con lospolíticos y los concejales en lo relativo a nombramientosde personal y yo reservarme para las relacionadas conmis dos grandes planes: el mercado y el Centro deConvenciones.Salvo los anteriores nombramientos, mantuve en suspuestos a todo el personal. De todos guardo gratorecuerdo y agradecimiento por su dedicación y su ayuday, en nombre de todos ellos, me referiré sólo a los quefueron mis directos colaboradores.Un gran soporte para mí fueron las tres excelentessecretarias que encontré, Zoila Margarita Cabralesde Sarabia, Maruja Castillejo de Bustillo y MaríaPadrón Martínez, que se ocupaba principalmentedel teléfono y la agenda de citas. Ellas para mieran Chola, o Cholita, Marujita y Mayo. Otros dosgrandes soportes fueron Juan Vélez Racero, a quientodos conocían como Juancho Vélez, jefe de laoficina jurídica, así como Josefina Pretelt de Urzolaen las Relaciones Públicas, Reynaldo Burgos, enel Departamento Financiero y Bruno Hernandez enel manejo de la Tesorería. Otros tres inolvidablescolaboradores fueron los eficientes y contrastantesujieres que ayudaban a guiar y atender visitantes ya llevar mensajes, Rigoberto Valbuena, alto y magro,y Aguaslimpias, Daniel Murillo Aguaslimpias, bajitoy regordete, y Lucho del Real Torres, amigo de lainfancia, que tuvo a su cargo el manejo del enormeLincoln negro que encontré y mantuve a pesar deuno que otro detalle.98


José Henrique Rizo PomboCon todo lo eficientes y ágiles que eran, Chola y Marujatenían a veces que quedarse por la noche para evacuarel trabajo. A veces recurrían a María Padrón. Segúnellas, nunca les había pasado antes. La causa, quizás,era evitar pérdidas de tiempo o, quizás también, pormi descubrimiento de las mini grabadoras de manodesde cuando estuve en la gerencia de las Empresas,en las que yo registraba los detalles por corregir oproblemas en las vías y el tránsito o en los serviciospúblicos, en especial el acueducto y el aseo y barridode calles, que observaba durante mis recorridos ydiariamente en mis traslados entre casa y alcaldía, asícomo órdenes o instrucciones para atender solicitudesasí como memorandos, cartas, y hasta decretos, quese me venían a la mente. Apenas llegaba al despacho,las entregaba las grabadoras a Chola y Marujita paraque transcribieran lo dictado y los enviaran a losresponsables. En las Empresas se las daba a Hortensia.Juancho Vélez, sin ser abogado titulado, era laconciencia jurídica y la memoria de la alcaldía. Tras casitreinta años había ascendido a la posición que tenía.Hombre de pocas palabras y trabajador incansable,se limitaba a traer el documento o el proyecto dedisposición que se le había pedido y lo ponía en elescritorio limitándose a decir: ¡Aquí tiene!Fue una gran ayuda para mí, pero creo que yo tambiénlo fui para él. La inusitada expedición de decretosque requeríamos para preparar Getsemaní y Bazurtoy también toda Cartagena para los cambios que seproducían exigían precisión y brevedad en la redacción.99


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Yo mismo redactaba muchos cuando se trataba deasuntos en los que necesitaba mucha claridad, se losentregaba a Juancho diciéndole: ¡Quítale lo ilegal!La vigilancia de Edmon Félix, como Contralor delmunicipio y de Judith Camargo de Borré y César ArrietaVásquez como Personeros, fueron importantes ayudaspara la marcha del municipio y el buen manejo de todo lorelacionado con el cierre del viejo mercado, la realizacióndel traslado, la organización en Bazurto y la demoliciónde los edificios en Getsemaní.Mis primeros tropezonesEl primer día en el despacho, después de recorrer todaslas dependencias y saludar a los funcionarios que yaestaban presentes, (y tomar nota de los ausentes), mesenté en mi escritorio. Examiné los cajones vacíos.No había nada. Tampoco en las dos papeleras, las deentrada y salida de documentos. El escritorio estabalisto para su nuevo ocupante. Sólo hubo un cambio,en vez de la silla empresarial que había, hice traer delas Empresas, a donde lo había llevado de mi oficina ala que después volvió, el mecedor momposino al quele había mandado cortar los balancines e instalar unsoporte de silla ejecutiva que permitiera mecer y rodar,para lo que fue necesario instalar una gran lámina deplástico resistente sobre el embaldosado de barro quetenía la alcaldía.Cuando me paré de la silla para pedirle a Chola queme hiciera traer el mecedor, me tropecé con la gran100


José Henrique Rizo Pombofigura tamaño natural, con armadura anacrónica, porqueera más bien medieval, y supongo que para ambientarel despacho haciendo guardía junto al escritorio. Lafigura sostenía, con las dos manos enguantadas sobrela empuñadura, una enorme espada en punta contrael suelo. Con el tropezón la figura se tambaleó y laespada se soltó. Instintivamente la sostuve y repuse laempuñadura bajo las manos mientras miraba exclamabarepetidas veces mirando a la visera: perdón, perdónperdón. Por supuesto que, en medio de risas, el guardíasalió con su espada para otro lado antes de la llegadadel mecedor.Otro percance, más que tropezón, fue una semanadespués, que me rompí cuatro costillas por tosermientras hacía un esfuerzo en casa de mi mamá adondeiba a almorzar diariamente por la lejanía de Turbaco.Duré un mes con el tórax fuertemente forrado y, parafacilitar el examen del médico y las curaciones diarias sintener que quitarme la camisa, tomé la decisión, que yahabía comenzado a acariciar, de usar guayabera comoatuendo Diario aprovechando para ello las de variadodiseño y manga larga que había comprado en México,en el pequeño taller de una familia maya en la avenidaInsurgentes muy cerca del monumento a la Revolución,que conocí durante el viaje como Director Técnico en1968. Posteriormente les compré por correo varias hastacuando dejaron de hacerlas de algodón o lino.Los tropezones posteriores, aunque mucho máscomplejos e importantes, tuvieron también una adecuadasolución.101


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Las visitas del BIDEl viernes 16 de septiembre me anuncian una inesperaday muy bienvenida visita. Nadie menos que JorgeHazera, Secretario General del BID, que había venidoa Cartagena con su señora, Bárbara, acompañados deAugusto Ramírez Ocampo y Armando Kruge, ambosmiembros del directorio del Banco por Colombia y Perúy, si no recuerdo mal, también por Bolivia. Venían aparticipar en una reunión regional de gobernadores delBanco Mudial y aprovecharon para que Hazera y Krugeconocieran Cartagena y hablaran conmigo sobre elproyecto del Centro de Convenciones.Les expliqué lo adelantado hasta el momento en lospreparativos para trasladar el mercado al nuevo sitio deBazurto con lo que quedaría despejada el área donde sepodría construir el centro de convenciones. Les hice verque, ya como alcalde, tendría la autoridad para asegurarque el mercado se trasladaría y quedaría disponible el sitiopara el centro de convenciones. Les conté también que yaestaba abierto el concurso arquitectónico para su diseño.102Visita de Jorge Hazera, secretario general del BID,16 de septiembre de 1977. Foto de Álvaro Delgado.


José Henrique Rizo PomboAunque ya lo había hecho por carta, le agradecí aAugusto su generoso ofrecimiento y a todos su interéspor el proyecto. Los invité a trasladarnos a las EmpresasPúblicas a ver la maqueta. No podían ir porque teníanotros compromisos pero me aceptaron la invitación acomer. Esa noche hablamos largo de la historia del BIDen Colombia y Cartagena y las grandes perspectivasque se nos abrían.Al día siguiente tuvimos otro encuentro en un coctel quese ofreció en las instalaciones del SENA de la plaza de laAduana, para los gobernadores del Banco Mudial dondepudimos vernos con el ministro Espinosa Valderrama ycon Germán Botero, gerente del Banco de la República,como gobernadores por Colombia.Un año después, el 13 de noviembre de 1978 volvió JorgeHazera a Cartagena. Vino expresamente a conocer losavances del proyecto para presentar un informe en laasamblea de gobernadores que se llevaría a cabo enmayo de 1979 en Montego Bay, donde se confirmaríala asamblea en Cartagena para 1981. Le mostré el áreaya despejada en el sitio del mercado y le conté que el13 de diciembre se adjudicaría el diseño del centro deconvenciones y del interés del señor Glazer de realizarallí el Concurso de Miss Universo.Con la ayuda de Josefina Delvalle de la CNT le reuníinformación hotelera, facilidades de acceso a la ciudad,medios de transporte externo y local, sistema detelecomunicaciones y de seguridad y demás informaciónde interés turístico. Me dijo que el BID requiere de un103


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.auditorio de sólo 600 personas pero con excelentesoficinas, comunicaciones y sistema de traducciónsimultánea. Me invitó a Montego Bay para observar laorganización y la realización de la asamblea y me ofrecióenviar los requisitos del BID para sus reuniones.Primeros pasos como alcaldeMi paso a la alcaldía, más que un cambio de actividades yresponsabilidades, significó el cambio en la posición desdela cual ejercerlas. Ahora no sólo era el presidente de laJunta Directiva de las Empresas, tenía no sólo la posibilidadde mando como primera autoridad para asegurarme deque las cosas marcharan en particular las del traslado delmercado y la consecución del centro de convenciones. Yalgo también muy importante: era la máxima autoridad depolicía para garantizar la seguridad que se requeriría paraque ambos transcurrieran sin problemas.Pero era consciente de que faltaba ya sólo un año parael cambio de gobierno y por ende de gobernadores yalcaldes y no podía perder tiempo. Había además unapotencial fuente de interferencias: las elecciones del26 de febrero para cuerpos colegiados. Bien conocíalas demoras y los errores que se producen en laadministración pública, de manera que decidí actuarcon criterio gerencial y dedicar especial atención a lodel mercado y el centro de convenciones pero vigilandotodo lo demás.Convine con Hernando Sierra, el Secretario Generalde la alcaldía, en que él se ocuparía en atender a los104


José Henrique Rizo Pombopolíticos y concejales y solucionarles los cambios depersonal subalterno frecuentemente solicitados porellos los que, lógicamente, serían autorizados por mí,mientras yo me dedicaba a gerenciar la ciudad. Así se mefacilitó mantener excelentes relaciones con el concejoy los concejales a pesar de restricciones u objecionesque personalmente aplicaba para gastos y viajesinnecesarios y de negarme a aceptar nombramientos ytraslados que favorecerían en las elecciones de febreroa quienes los solicitaban.Cambié los nombramientos de Óscar Gómez y FranciscoGonzález para que éste se encargara de la Oficina deValorización y Óscar de la de Planeación. Ambos eranidóneos para dirigir el funcionamiento normal de ambasdependencias, pero en pocos días se hizo evidenteque era más apropiada la preparación del ingenieroGonzález para los cálculos y la precisión que iba requerirel riegue de valorización y el recaudo para la carreteraa Mamonal, que era parte importantes del proyecto dela Zona Franca que dirigía Héctor Trujillo Vélez confinanciación del Banco Mudial.Por su parte, Óscar Gómez, por su preparación comoarquitecto urbanista, su experiencia en la gerencia delICT con sus grandes planes de vivienda ejecutados enCartagena y como consultor en planeación urbana, erala persona indicada para encargarse de la incidencia deltraslado del mercado en los aspectos urbanos.Como presidente de la junta directiva de las Empresas,propuse la creación del Departamento de Mercados105


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.dentro de la Superintendencia de Servicios Varios, acuyo frente se encontraba el ingeniero Haroldo FortichBaena, y nombrar al coronel retirado Orlando ArévaloCastillo, su primer director. Así fue aprobado.Adopté una política de puertas abiertas para las diferentesasociaciones de pequeños comerciantes, puesteros yvendedores callejeros, fijos y ambulantes que, cada vezcon más frecuencia, pedían información o presentabanreclamos y objeciones.Le pedí especial apoyo al comandante de la Policía deCartagena, para guardar el orden público y, en especial,para evitar la proliferación de vendedores en las calles yen el mercado y le sugerí una fórmula para aprovecharmejor los agentes de que disponía en las zonas críticasdel Centro y Getsemaní: destacar un agente en esquinascada dos manzanas para vigilar dos tramos de calles enlas cuatro direcciones. No siempre se aplicó.Unos cambios radicales que salvaron el trasladodel mercadoEn los cambios que se requirieron para realizar eltraslado del mercado, fue fundamental el papel de lastrabajadoras sociales. A comienzos de junio se leshabía dado una inducción general sobre el mercado y elplan del traslado de acuerdo con las etapas convenidasy con la estrategia de no mencionarlo inicialmente sinoen averiguar los conceptos y opiniones de los puesterosy del público sobre la situación de los dos mercadosmenores y el de Getsemaní para tener un panorama106


José Henrique Rizo Pombogeneral y poder ajustar la forma de promover y realizarel traslado.El gran cambio sobrevino cuando las trabajadorassociales se me acercan preocupadas en la reunióngeneral de seguimiento del 14 de septiembre adecirme en voz baja, como para que los demás no seenteraran, que la inmensa mayoría de los puesteros senegaban a separarse en los tres mercados. Aducíanque el traslado se tenía presente entre los puesteroscomo algo que tarde o temprano debería ocurrir peroveían remoto, pues desde el 31 de julio de 1975 habíanconcluido las obras del edificio de Bazurto y no habíapasado nada.Además, conocían el escaso éxito que había tenido elmercado de Santa Rita y las limitaciones de espacioy acceso del existente en Blas de Lezo. Muchosrecordaban el viejo mercadito del Prado, que languidecióhasta obligar a las Empresas a cerrarlo y organizar allílos talleres para sus vehículos y equipos. En el sectorde Olaya Herrera se había formado espontáneamentey de manera muy informal un grupo de vendedoresde víveres, incluyendo carne de res, en condicionesinapropiadas y que difícilmente podía ser el comienzode un mercado sectorial.La negativa se basaba, no en el traslado a Bazurtosino en separarse, con el argumento de que a los quese fueran para Santa Rita o Blas de Lezo les iría mal.,incluso muchos pretendían quedarse en Getsemaní.Fue entonces cuando les mandé a decir a través de107


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.las trabajadoras sociales y les dije personalmente a lospresidentes de las diversas asociaciones: ¡Se van todosjuntos, pero se me van!El nuevo plan del traslado, las previsiones paraGetsemaní y BazurtoEsta decisión no se tomó a la ligera. Ya como alcaldey con la ayuda de Óscar Gómez como director dePlaneación, revisamos la situación con el gerente y losdirectores de las Empresas. Confirmamos lo que sevenía revelando, el proyecto era mucho más complejoque el aparentemente simple de realizar una mudanza.Además, había pasado mucho tiempo desde cuandose comenzó a pensar en serio en trasladar el mercadoen los años 1960, se había consolidado la idea deBazurto y se habían realizado cuantiosas inversionesen tiempo, esfuerzos y recursos económicos para elnuevo mercado.Sabíamos también que la Cartagena de 1977 era muydiferente de la de 1962 cuando Lemaitre publicó elplano del área urbana con Bazurto como punto centraly esgrimió sus argumentos que se basaban en elcrecimiento de la ciudad y en el concepto de facilitarpor distancia y por la confluencia de vías y la cercaníadel agua el acceso para transporte de productos yde las personas. El estudio de CEIMA, de 1972 a 74,demostró que sólo el 6% de los víveres llegaban aGetsemaní por agua y el resto por carretera, 50% por lade La Cordialidad y 50% por la que viene por Turbacodesde el interior del país.108


José Henrique Rizo PomboLa ventaja del acceso vial desde cualquier sitio de laciudad seguía siendo válida en 1977 pero el crecimientoprevisible de los años futuros, con la expansión urbana,el desarrollo económico y la inmigración de poblacióninducidos por el “boom” de la construcción, aumentaríael tráfico vehicular. El crecimiento previsible de los añosvenideros, ameritaba revisar lo que se había previstopara Bazurto a la luz de la experiencia de Getsemaní.Afortunadamente, tanto Óscar como yo, habíamosparticipado activamente en los estudios de 1974 para elplan vial de la ciudad que alcanzó a ejecutar, junto conmuchos otros estudios importantes para el país y paraCartagena, la firma de consultoría multidisciplinaria Yotenía la convicción de que sin una posición firme sobrela decisión de traslado que ya era bien conocida en laciudad, había grave riesgo de que se volviera a demorary se perdieran los grandes esfuerzos y los recursosya invertidos. Además, una decisión pospuesta odébilmente sostenida, aumentaba el riesgo de que seaprovecharan las elecciones de febrero para afectar ocancelar el traslado y faltaba un año escaso para elcambio de gobierno nacional y de la administraciónmunicipal.Era imperativo realizar el traslado pero también lograrlocon el menor traumatismo para todo lo relacionado conel área del nuevo mercado y para toda la ciudad, y sinafectar los suministros a la población y, como quedóanotado, al mismo tiempo era imperativo tener en cuentala experiencia de Getsemaní para no repetirla en Bazurtoy programar todo para que se cumpliera antes de la fechaimpostergable del 7 de agosto de 1978.109


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Tomé una decisión: mantener la fecha del trasladopreestablecida del 3 de diciembre y redoblar esfuerzospara lograrlo. Afortunadamente contaba ahora conel apoyo de Eduardo Piñeres en la gerencia de lasEmpresas y de mis colaboradores de la alcaldía.Además, le pedí al comandante de la Fuerza Navaldel Atlántico, el contralmirante Guillermo Uribe Peláez,que nos ayudara a las Empresas y a mí a programar,organizar y ejecutar el traslado para tener en cuenta lapreparación de las Fuerzas Armadas para la logísticaque se requiere para la movilización másiva de grandesgrupos humanos con la organización y el cuidadoque sólo dan la disciplina y el orden de la Armada.Las Empresas se responsabilizarían de destinar elpersonal y el equipo de cargue y transporte necesariospara la mudanza. La respuesta del almirante Uribe fueentusiasta y tranquilizante.Comenzamos por revisar nuevamente y hacer un ajusteal plan CEIMA. Se iniciarían de inmediato las gestionespara la central de abastos y se decidió acometer laadecuación de los mercados de Santa Rita y Blas de Lezouna vez realizado el traslado de todos los puesteros deGetsemaní. Estos se dividieron en dos grandes grupos,los de víveres y abarrotes para el edificio y sus áreascubiertas diseñados por Manuel Delgado y GastónLemaitre, los demás comercios y los talleres a localesque se habilitarían cerca pero fuera del lote del edificio.En el nuevo censo que se realizó para el efecto seencontró que los 1500 puesteros de víveres y abarrotes110


José Henrique Rizo Pombocabían en las áreas cubiertas del edificio. Los localesnecesarios para los demás requerían ocupar incluso unárea del barrio Chino para lo que fue necesario adquirirnuevos predios. Pero se encontró un buen número depuestos y comercios que no encajaban en ninguno delos dos grupos.Para estos comercios encontramos una solución. Elantiguo teatro Granada, situado en el Píe de la Popa,no muy lejos de Bazurto, había cerrado y estabadisponible. Cupieron casi todos. Le cambiamos elnombre por Mercado Turístico de Cartagena. Por otraparte, los propietarios del pasaje Leclerc, el edificio conel pasadizo entre las calles Larga y del Arsenal a mediacuadra del viejo mercado, lo adecuaron para ese tipo decomercios. De esta manera quedaron instituidos los quese han conocido como Sanandresitos por alusión al tipode comercio que permitía el régimen especial que teníala isla de San Andrés.Más de un alcalde me llamó después a preguntarmelas bases jurídicas para crear también Sanandresitos.En cierta forma, y sin proponérnoslo, habíamos creadoalgo así como una jurisprudencia especial basada en lasnormas legales y la conveniencia.La cuidadosa preparación del sector de BazurtoFue intenso y arduo el trabajo que realizó el equipoconjunto de la alcaldía y las Empresas con la ArmadaNacional, para cubrir el complejo de temas que eranecesario definir teniendo en cuenta la experiencia de111


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Getsemaní y las nuevas condiciones de la ciudad ytratando de mantener la esencia del plan CEIMA.Para la preparación de Bazurto y del trasladoreestructuramos las comisiones de acuerdo con lostemas asignados y teniendo en cuenta el estado de lasobras entregadas por Civilco en 1975.Comenzamos por establecer dos grandes divisionesdentro del plan: por una parte Bazurto y el traslado delmercado y por otra, la central de abastos. La primeraseguiría a cargo del equipo humano con el sistemade trabajo que venía desde comienzos de año. De lacentral de abastos, que se comenta más adelante, meencargaría directamente yo con la ayuda de ÓscarGómez, Francisco González y Eduardo Piñeres.Una comisión se encargó de todo lo relacionado con ladelimitación de áreas para la organización de la zona112Bazurto en 1975. Foto de Jorge Delgado,Revista Diners, mayo de 1980.


José Henrique Rizo Pombode Bazurto con el área para el mercado propiamentedicho de acuerdo con el diseño de Lemaitre y Delgado,áreas fuera del mercado y en la zona aledaña, partede ella en el Barrio Chino, para los comercios que nofueran de víveres y abarrotes y, en los lados opuestosde las avenidas Pedro Heredia y Crisanto Luque, áreaspara comercios de productos que no son de comprahabitual en el mercado con el propósito de evitar lanecesidad del cruce de las vías a los compradoresde Bazurto. La tesis fue que quien va al mercadopara comprar víveres y abarrotes no aprovecha paracomprar muebles o un automóvil o artículos que noson para la canasta familiar. Prohibidos los comercios“turísticos” que se concentran en el antiguo TeatroGranada y el pasaje Leclerc. Clara delimitación delbarrio Martínez Martelo y de la parte que se conservaresidencial del Barrio Chino.Otra se ocupó de las medidas de protección para elbarrio Martínez Martelo y del área del mercado con lacreación, en el límite entre ambos, de una inspecciónespecial de policía, lo que fue autorizado por el concejomunicipal en acuerdo No. 11 del 14 de febrero de1978. Al lado se construyó una guardería infantil paralos hijos de los puesteros. Para el mercado se dispusouna valla perimetral por el límite del área, con tramostransparentes de malla eslabonada y tramos con murospara publicidad de ambos lados. Dentro de la valla,un espacio para parqueo de vehículos con vigilanciay control. En la valla se insertaron estratégicamentepuertas de acceso y una gran puerta para vehículos decarga, en el área para entrada de productos.113


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Con otra comisión pusimos especial atención al delicadotema vial y de transporte. El sistema vial interno deBazurto comenzaba por una entrada directa desdela Avenida Pedro de Heredia hacia la entrada generalprincipal del mercado, para seguir por fuera de la vallay rodear todo el mercado incluyendo el tramo sobre laciénaga de La Quinta, que posteriormente hizo partede la avenida Jacob Delvalle popularmente conocidacomo “del Lago”, y empalmar con la transversal 23 queconectaba directamente con la avenida Crisanto Luque yera el límite entre el mercado y el barrio Martínez Martelo.Para los diseños se tuvieron en cuenta paraderos debuses, parqueaderos cerrados para taxis y vehículosde puesteros y compradores, estacionamiento en laplazoleta de descarga para los vehículos de transportede productos y paraderos especiales para los busesintermunicipales.Todas estas precauciones de carácter urbanístico y vial,quedaron plasmadas en decretos para poder trabajaren la organización y la consolidación del mercado en elsitio de Bazurto, como se muestra en el plano que seinserta, mientras se completaba el plan de desarrollo alque finalmente se incorporaron.Plan de Desarrollo 1978-1990,área de influencia de Bazurto.114


José Henrique Rizo PomboLa comisión de vías y transporte estuvo coordinadapor Eduardo Merlano y se conformó con el director deplaneación municipal, Óscar Gómez Caycedo, el directorde tránsito Fabio Rueda Gómez, el coronel OrlandoArévalo, los empresarios de transporte público PedroPereira y Cecilio Montero, y el ingeniero Noel MenaCórdoba. Con ellos se diseñaron rutas de buses directasde los diferentes barrios a Bazurto y rutas directas alcentro unas sin parar en Bazurto y otras parando. Paraello hicimos múltiples pruebas en las que todos nosmontábamos en buses para recorrer las posibles rutas.Los resultados del trabajo de esta comisión se plasmaronen los decretos que se hicieron efectivos el 26 de enerode 1978 para el traslado, el número 24 por el cual semodificó el sentido de tránsito en la ciudad y el número25 con el nuevo sistema de rutas de transporte urbano.La organización interna del edificio estuvo a cargo de unacuarta comisión con Orlando Arévalo, Celso Santís, eljefe de Organización y Métodos de las Empresas, variospresidentes de las diversas asociaciones de puesterosy comercios que existían y las trabajadoras sociales.La comisión respetó el proyecto original en cuanto ala distribución general de los puestos y las áreas decirculación y se basó en el proyecto original con unazonificación por tipo de productos como la del mercado deGetsemaní. Los puestos que había recomendad CEIMA,y que no les habían gustado a los puesteros, estabanarmados con unos paralelepípedos prefabricadosde concreto. Decidimos entonces reemplazarlos porpuestos “a la cartagenera” con las características yforma de uso de los puestos y colmenas de Getsemaní.115


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Para lograrlo, autorizamos al gerente de las Empresas aadquirir a fines de septiembre los materiales necesarios.Se comisionó entonces al ingeniero Noel Mena Córdoba,el interventor de las obras de Bazurto desde enero de1972, para viajar urgentemente a Bogotá a adquirir, enuna reconocida ladrillera, 602.000 ladrillos tolete quecostaron $402.000.Interior de Bazurto.Puestos con prefabricados deCEIMA. Foto de Álvaro Delgado.Estrenando Bazurto, elmercado mas funcional delmundo: revista CromosN° 3133 de 1 de febrero de1978. Con los puestos “a lacartagenera”.Especial cuidado se puso en un nuevo reglamento deadministración y operación que quedó a cargo de laquinta comisión coordinada por Luis Bustamante delValle en la que participaron Julio Varela, Orlando Arévaloy Celso Santís con importante participación de lastrabajadoras sociales, El reglamento, uno general paralos mercados e individuales para Bazurto y los otros dosmercados, incluía la zonificación por especialidades paraexpendio, almacenamiento, cuartos fríos, el tamaño, las116


José Henrique Rizo Pomboespecificaciones, la distribución y el uso de los puestosy colmenas, los horarios de funcionamiento para laadministración, los puesteros y el público, las normas deseguridad y de aseo y el sistema de vigilancia y control.Igual cuidado se dio al régimen de asignación de puestos,y los procedimientos para cesiones y traspasos, con unacontratación basada en derecho de uso y tarifas segúntipo y localización de los puestos y colmenas y conclara forma de pago. El reglamento incluyó un sistemasancionatorio por incumplimiento en los términos delcontrato de uso y del reglamento, y por morosidad enlos pagos de los derechos.Con estas dos últimas comisiones, orientadas porlos oficiales de la Armada Nacional y con la ayuda deoficiales de la policía, se diseñó un sistema especialde registro de los puesteros de Getsemaní según suespecialidad, con sus preferencias en la zonificaciónde Bazurto. La asignación inicial del puesto seríaexclusivamente por sorteo. Con el fin de incentivar eltraslado y la participación en el sorteo, se ofreció nocobrar derecho de uso durante seis meses a los quese mudaran el primer día, con reducción de un mes porcada día que se atrasaran en la mudanza. El primer díase mudó el 40% los puestos de víveres y abarrotes. Alsiguiente fin de semana se habían mudado todos.Los demás comercios, comenzando por los máspequeños como los del Sindicato de VendedoresAmbulantes liderados por su presidente José Cabarcas,se fueron mudando a medida que quedaban listos los117


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.locales que se habían diseñado en el exterior de lavalla de cerramiento del mercado. Los que comerciabanen víveres y abarrotes tuvieron su cupo en puestosdistribuidos ordenadamente en el gran espacio fuera deledificio pero dentro de la valla.Otros, como los agrupados en la Unión de PequeñosComerciantes dirigidos par Rafael León Pereira,presidente, y Santiago Osta, vicepresidente, y losmercaderes de coco y plátano que traían en goletas,fueron muy exigentes y pusieron muchos obstáculospara mudarse. Para ayudarlos a decidirse, comenzamosla demolición del pabellón principal de Getsemanídejando en pie las paredes de los que aún permanecían.La noche del 18 de julio de 1978 cayó el último muro, eldel lado de la bahía de las Ánimas.El nombre de BazurtoEl nombre de Bazurto se le dio originalmente en laépoca republicana al caño que separa la isla de Mangade tierra firme y que en la colonia se conoció como cañode Gracia. Desde los años 1960, cuando el nombre deBazurto pasó al terreno donde se construyó el nuevomercado probablemente a raíz de la campaña dePanoptes en El Universal, el caño se denominó de laQuinta y, más recientemente, de las Quintas por un errordel IGAC, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi.Según el historiador Donaldo Bossa Herazo en suNomenclator Cartagenero, el nombre original eraBasurto probablemente por el del propietario de un118


José Henrique Rizo Pomboterreno de la isla de Manga frente al gran playón sobre laciénaga de La Quinta, donde quedó el mercado entre losbarrios Chino y Martínez Martelo, que se conoció comode Gavalo y de Gabala por un ocupante también durantela colonia.Playón de Gavalo en 1964, construcciones en área de Bazurto entre los barriosMartínez Martelo y Chino, salvo el área cercana a la ciénaga de La Quinta.Foto de Jiri Pitro M.El playón se formó, al igual que todos los de Cartagena,como terrenos de aluvión con material arrastrados porlas lluvias a lo largo de siglos del suelo de La Popa yotras partes altas y, como deben haber sido todos, eraun baldío que la nación que le cedió al municipio deCartagena con base en la ley Tocaima, lo que permitióconstruir el barrio Martínez Martelo y el mercado deBazurto, y también dio pie para las invasión que luegose convirtió en el barrio Chino.En las Empresas se había decidido ponerle al nuevomercado el nombre de su promotor y gestor GustavoLemaitre Román, que murió en mayo de 1970. A mime pareció que por sus condiciones personales eintelectuales, por su sensibilidad para la cultura y el119


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.arte, su nombre era más apropiado para una bibliotecao una edificación más relacionada con el cultivo delhumanismo que para un mercado donde también seaporta al bienestar de la humanidad pero de una maneradiferente. Consulté con su hijo Gustavo que prefería nocambiar el nombre y con el historiador Eduardo Lemaitre,su hermano, que estuvo totalmente de acuerdo conmigo.El mercado quedó con su nombre de Bazurto y con zetacomo se había popularizado.Las gestiones para la central de abastosPara iniciar las gestiones de la central de abastostuvimos que actualizar la información que conteníael plan CEIMA. Nos enteramos de que el gobiernonacional adelantaba un gran plan nacional de sistemasde abastos que manejaba el Departamento Nacionalde Planeación. Hice contacto con el doctor ÁlvaroSilva, a quien le explicamos el plan y las aspiracionesde Cartagena.En un proceso que duró muchos días y múltiplescomunicaciones telefónicas me explicó que el gobiernoya había adoptado un plan con grandes centralesregionales y que para la costa atlántica, (que aún nose conocía como región Caribe), la central quedaría enBarranquilla.De nada valieron mis argumentos de que igual podríaquedar en Cartagena donde teníamos la ventaja de lossuministros por mar y el fácil acceso al río Magdalenapor el Canal del Dique y habíamos tenido la iniciativa120


José Henrique Rizo Pombode organizar una central de abastos que era parteimportante del plan de traslado del mercado que llevabavarios años de estar adelantándose y contábamos conlos estudios y el plan de CEIMA.La única solución que me daba Silva era organizaruna central de suministros para el área de influenciainmediata de Cartagena y que a la larga dependeríade la central de Barranquilla. Además, me dio unaserie de indicaciones sobre lo que debía constituir unacentral de abastos o de suministros cuya diferenciaera el radio de acción que en la central de Barranquillaera todo el país para el acopio de productos y la regiónpara los abastos.Llegamos a una especie de transacción teniendoen cuenta la demora que podía tomar la central deBarranquilla. Me ofreció respaldo del DNP con algunascondiciones y advertencias. Las centrales de abastono son organizaciones oficiales. Son el resultado deasociaciones del sector público y privado.No son simples centros comerciales de mayorista.Deben contar con cadenas comerciales desde losproductores hasta los mayoristas con facilidadesde transporte y sistema de frío para los productosperecederos. Las centrales de abasto deben garantizarla libre competencia a suministradores y la ventade productos a cualquier minorista y a grandescompradores. El control de precios debe producirse porla libre competencia de mercado para evitar controlesoficiales de precios, fuente de corrupción.121


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Deben localizarse con fácil acceso desde las víasnacionales y en áreas alejadas del perímetro urbanopero se debe prever que tarde o temprano generarádesarrollo urbano aledaño. Por sus características, nodeberían ser para compradores sin carro y de pocascantidades. Para estos se pueden complementar con unmercado minorista cercano.La tarea no era fácil pero logramos interesar gremios,mayoristas y supermercados en crear una Promotorapara la Construcción de la Central de Abastos deCartagena. Se registraron Eduardo Ferrer Gonzálezy Jorge Ochoa Covo de ANDI, Freddy López Vergarade Fenalco, Edgardo de la Cruz de Acopi, JorgeVélez Pareja de Fundecar, Ricardo Martínez delSipur, Javier Porto Lagonterie de Frigocosta, VíctorNates de Supermercados Nates, Florencio Mercadode Supertienda Olímpica, Manuel Rodríguez deSupermercado Carulla. Alcanzaron a firmar un actade intención el 28 de julio de 1978 Eduardo Ferrer,Javier Porto, Víctor Nates, Florencio Mercado, RicardoMartínez, Edgardo de la Cruz y el alcalde, José HenriqueRizo Pombo.Modus operandi para el trasladoEn reuniones en mi despacho con Óscar Gómez,el gerente, los directores y el secretario generalde las Empresas, el coronel Orlando Arévalo y loscomandantes de la Fuerza Naval del Atlántico, FNA, yde la Policía, adoptamos un sistema de comunicación,de transmisión de órdenes e información y de controlar122


José Henrique Rizo Pomboel avance del proceso en estrecha coordinación conel que se llevaba en las reuniones generales de losmiércoles.Con base en eso, se elaboró un plan que se plasmóen lo que, en términos castrenses, se denomina unadirectiva general que era la guía sobre qué hacer ycomo hacerlo con identificación de los responsablesde cada actividad. Con base en este plan general, seelaboraban directivas para cada día.El comandante de la FNA designó dos oficiales de enlace,el Capitán de Fragata Pablo Galindo y el Teniente de NavíoJosé Urrego. Ambos se presentaban diariamente a las sietede la mañana a la alcaldía, me informaban de los avancese incidencias del día anterior y procedíamos a revisar yactualizar la directiva del día y, si era del caso, introducíamosajustes o adiciones con los que actualizábamos la directivageneral para el traslado que elaboramos durante lasprimeras reuniones en mi despacho.En las reuniones generales de los miércoles a las tresde la tarde en las Empresas, a las que seguí asistiendo,hacíamos seguimiento del cumplimiento de las directivascon todas las comisiones y se adoptaban los grandesajustes y modificaciones a la directiva general.La necesidad del plan de desarrolloTodos esos cambios y las implicaciones que tenía elconcentrar en Bazurto la actividad del mercado, pusieronde bulto la conveniencia de reglamentar el área así como123


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.la de Getsemaní, directamente afectadas por el trasladodel mercado, y también preparar la ciudad para las nuevassituaciones que se iban a presentar. Esta evidencia sesumaba a la necesidad que había encontrado cuandohabía ejercido la dirección técnica de las Empresas decontar con una guía sobre la expansión de la ciudadpara poder planear y programar los ensanches de losservicios que la población pedía a diario.El plan regulador que había elaborado en 1948 elarquitecto planificador José María González Conchapor contrato con el departamento de Bolívar, había sidorebasado por el crecimiento de la ciudad, que fue mayorque el previsto.. En 1965, la Corporación Nacional deTurismo, CNT, preparó con la firma consultora ArthurD. Little de Estados Unidos, un plan que fue más bienorientado al desarrollo turístico. En 1974 el alcaldeLeón Trujillo Vélez había contratado la calificadafirma consultora Compañía de Estudios Urbanos paraactualizar y completar el plan de 1965, pero no sealcanzó a adelantar significativamente por dificultadesen los pagos a los contratistas debido a los cambios dealcaldes y de directores de planeación del municipio.Logramos que de este último trabajo se nos entregara enoctubre el material informativo que se había compiladoy estaba almacenado en las oficinas de la CNT. Segúncálculos con Óscar Gómez, que había conocido el trabajoadelantado por los contratistas, y los de sus colaboradoresde planeación, con la información que debía contener elmaterial podrían bastar unos cuatro meses para completarla actualización del plan de desarrollo.124


José Henrique Rizo PomboUna opción para lograrlo era intentar actualizar el contratode los consultores pero habría que negociarlo con ellosy subsistía el problema económico. Consultamos con uncomún amigo, el arquitecto planificador Alberto FulledaFontalvo que en esos momentos estaba dirigiendo elSIPUR o Sipur, el Sistema Integrado de PlaneaciónUrbana y Regional de la costa Caribe y que habíaconocido el trabajo de la CNT.Convinimos en que podríamos formular el plan en cuatromeses y con un gran ahorro económico si lo acometíamosdirectamente y con amplia participación comunitariacon lo que sentaríamos un precedente en Colombiacontando para ello con las buenas relaciones con elconcejo, las experiencias positivas de colaboración quehabíamos recibido de los cartageneros y el apoyo quenos ofreció Fulleda para contratar a través del SIPUR losespecialistas que se necesitaran.Decidimos entonces solicitar al concejo que dierafacultades extraordinarias al alcalde para formulardirectamente el plan de desarrollo de Cartagena conatribuciones suficientes para realizar los contratos quefueren necesarios. Así lo solicité en la instalación de lassesiones de noviembre del concejo y les expliqué duranteel almuerzo que posteriormente ofrecí en el Club Naval.El aguinaldo del ConcejoEl 26 de diciembre se me presenta para sanción elacuerdo aprobado por el Honorable Concejo Municipalque otorgaba facultades extraordinarias al alcalde125


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.para formular el plan de desarrollo de Cartagena. Ennoviembre habían alcanzado a aprobarlo en segundodebate, pero faltaba definir el modus operandi para laformulación del plan de manera que el concejo tuvieramás participación en el proceso.Cité entonces a reuniones extraordinarias paradiciembre y el día ocho ofrecí un almuerzo, también enmi casa de Turbaco al que me acompañó Óscar Gómez.Asistieron el presidente del concejo Raúl GuerreroPorras, el vicepresidente Yamil Guerra, y los líderesde ambos partidos Joaquín Franco Burgos, VíctorCamacho, Carlos Facio Lince, Fernando Marrugo,Olegario Barbosa, Javier Caballero y Ricardo Miranda.En la reunión convinimos un modus operandi con lossiguientes pasos. La oficina de Planeación elaboraríauna lista de los múltiples temas por tratar. A cadauno de esos temas se le nombraría un monitor yse abrirían a debate público y, al final, una reunióncolectiva de conclusiones. El monitor organizaríalas conclusiones y con el visto bueno del director dePlaneación se redactaría un proyecto de decreto paraser sometido a aprobación de la Junta Municipal dePlaneación en la que tenían asiento varios concejales.El proyecto aprobado sería sancionado por el alcalde,para vigencia inmediata. De esta manera se preveíany se atendían en seguida los aspectos más relevantesmientras avanzaban los procesos del mercado y elcentro de convenciones, pero al mismo tiempo secompilaría los decretos para incorporarlos al plan dedesarrollo.126


José Henrique Rizo PomboMi gran ayuda para el éxito en la invitación y la aprobacióndel acuerdo, el número 32 del 26 de diciembre de 1977,fue Joaquín Franco Burgos, el Mono Franco, ese grancartagenero que con su lema “Hechos y no palabras”vivió en función de servirle a su ciudad durante su largavida política y como congresista y concejal, y consiguióimportantes obras que son un testimonio perenne de sucapacidad de convocatoria y de gestión.La formulación del plan de desarrollo y laampliación de las facultadesPara comenzar la tarea esbozada con el Concejo duranteel almuerzo, realicé en los primeros días de enero unaamplia convocatoria de entidades y funcionarios públicosy privados tanto nacionales como locales. La respuestafue extraordinaria. Logramos asignar labores específicasy responsabilidades sobre los múltiples temas a 65profesionales aportados por 35 entidades oficiales yprivadas. Fue de gran ayuda para Óscar Gómez y paramí Alberto Fulleda al frente del SIPUR para organizarloslocativa y operativamente y contratar a los especialistasque faltaran. No fueron muchos. De esta manera, elcosto total del plan fue mucho menor. Un especialistamuy importante fue un experto en tránsito de Cali donde,con campaña liderada por la Cámara de Comercio deesa ciudad, se logró transformar el transporte colectivoy disciplinar a los conductores de buses a respetar lasparadas y al público a hacer cola.Pero cuando Gómez y Fulleda, con la gente de planeacióny los monitores de los diferentes temas, examinaron127


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.en detalle el material recibido de los consultorescontratados en 1974, se dieron cuenta de que el avancehabía sido menos del esperado, y estimaron que,contando con el gran equipo de trabajo que ya teníamos,sólo se necesitarían dos meses más. Con base enesta conclusión solicité entonces la ampliación de lasfacultades extraordinarias. Una vez más, el concejo,consciente de la importancia de poder completar el plan,dio rápida aprobación a la solicitud.El 14 de febrero recibo el nuevo acuerdo, el número 9de ese año, que amplió las facultades hasta el 26 dejulio. Recibo también el Acuerdo número 11 que creala Inspección de Policía de Bazurto, una medida quehabíamos propuesto como necesaria para preservar elorden en el sector y que demostró ser muy útil.Se trabajó muy intensamente siguiendo el procedimientoque habíamos convenido con el concejo. Cada semanase realizaba un taller abierto al público para discutir losdiferentes temas. Fue una gran experiencia percibir elinterés de los numerosos asistentes cuyas intervencionesy propuestas se anotaban y era ordenadas por el personalde Planeación bajo la dirección de Óscar Gómez, con lasque luego se redactaban los textos que se presentabanpara discusión y ajuste y aprobación de la Junta dePlaneación. Las reuniones con la Junta se realizabancasi todas las semanas y usualmente duraban desde las3 de la tarde hasta altas horas de la noche. En los seismeses transcurridos entre enero y julio, la Junta realizó19 reuniones, más que todas las que había realizadodesde que había sido conformada hacía varios años.128


José Henrique Rizo PomboCon base en el acuerdo 32 de 1977 dicté el 20 deenero, dos días antes del traslado, el decreto No. 19de 1978 que ordenaba el cierre del mercado público ydaba autorización a los negocios que no eran de víveresni abarrotes para permanecer en Getsemaní hastamarzo mientra se mudaban para Bazurto u otros sitiosapropiados. El jueves 26 salieron los decretos 24 y 25sobre modificación del sentido del tránsito en la ciudady el nuevo sistema de rutas de transporte urbano y, el 9de febrero, el decreto 46 que reglamentó los comerciosque quedaran en Getsemaní que se complementó conel decreto 113 del 26 de abril con normas urbanas paraGetsemaní, ya sin el mercado. El 16 de febrero, con eldecreto 53 se reglamentaron las venta ambulantes loque permitió despejar totalmente las vías y las áreaspúblicas del centro y la Matuna, incluyendo el parquedel Centenario. Todas las medidas anteriores, y muchasotras que hubo necesidad de producir mientras secompletaba el plan de desarrollo, fueron incorporadas alcuerpo del plan.129


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El 10 de agosto, y ante unos 300 cartageneros presentépersonalmente, en compañía de Óscar Gómez, AlbertoFulleda, los funcionarios de Planeación y un buen númerode los profesionales del equipo de trabajo, el Plan deDesarrollo del Municipio de Cartagena 1978-1990, en elsalón Martínez Martelo de la alcaldía. El Plan, contenidoen el decreto 184 de ese año con 1785 artículos y plande inversiones con profusión de planos, incluía, además,el más completo código de construcción preparado poruna comisión de ingenieros dirigida por Rafael RicaurteHerrera y, por primera vez en el país, un reglamento deinstalaciones eléctricas, de gas y de ascensores y transportevertical, y un código de aseo urbano elaborado poringenieros de las Empresas Públicas con la coordinaciónde Haroldo Fortich y el gran aporte de la Oficina Panamericanade la Salud, OPS, y su experto el ingeniero peruanoGuido Acurio y en el cual participé activamente.Presentación del plan. De pie, Raúl Guerrero Porras, presidente del Concejo.Sentados, Alcalde, Rafael Ricaurte Herrera, Alberto Fulleda, oyendo laexplicación de Óscar Gómez Caycedo. Foto de Álvaro Delgado.130


José Henrique Rizo PomboEl plan con los códigos fue editado en cuatro volúmenesgracias a generosa contribución de Araújo y Segovia pordecisión de Alberto Araújo y Ricardo Segovia. La ediciónse realizó en Talleres Mogollón dirigida por AntonioSanfeliú.Cuando el plan se aprobó, a fines de julio de 1978 se habíaprevisto que el centro de convenciones quedaría dentrode las cinco hectáreas de los terrenos que habían sidodel mercado pero sin las precisiones que comenzarona definirse con el cierre del concurso arquitectónicoque fue cinco meses más tarde y se concretaron conlos diseños definitivos un año después. El plan eraadecuar el barrio para interactuar apropiadamente conel centro de convenciones manteniendo su condicióntradicional.Para eso se previó propiciar usos y actividades turísticosen el área del mercado y el sector del Arsenal paraconcentrar la actividad comercial en las calles Larga yMedia Luna y vías perimetrales del barrio y revitalizarsu interior de barrio para uso residencial. El usoturístico del Arsenal se inició con la construcción delCentro de Convenciones pero no se ha mantenido encierta forma por el impedimento del acceso a la bahíadebido al cerramiento, por razones de seguridad, delárea destinada al parqueadero. Sería deseable que,con la transformación espontánea que se ha producidoen el barrio con la proliferación de hoteles y sitios deesparcimiento de variado tamaño, estilos y calidades sebeneficie el barrio sin perder su amable estilo tradicionalresidencial.131


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El coctel de la ANDIDesde julio, aún antes de promulgado el decreto 1743,se había promovido con la Asociación Bancaria queparticipara en la Asociación Promotora del CentroInternacional, por ser entidad privada y porque realizabasus asambleas anuales en Cartagena. Eduardo Ariasnos respondió que los miembros de la entidad teníanrecursos pero la asociación no, y ofreció programarreuniones futuras en el Centro de Convenciones.Mediante intensas gestiones se logró interesar aimportantes entidades públicas y privadas que semencionan en el acta de constitución de la asociación,como se verá más adelante, pero faltaba algofundamental: suscribir y protocolizar el documento, yestaba volviéndose difícil definir la fecha y el sitio parallevarlo a cabo.A fines de octubre realizó la ANDI su asamblea anual,como siempre en Cartagena, y el 28 la clausuró con uncoctel en el Club Naval al que asistió el presidente Lópezpara imponerle la Medalla al Mérito Industrial a EnriqueZurek, gerente de Indufrial.Aproveché la ocasión para contarle cómo iban losavances para el Centro de Convenciones y el trasladodel mercado y pedirle que fijara fecha para suscribirel acta de constitución de la Asociación en Cartagena.Escogió el 21 de diciembre y me prometió que estaríapresente.132


José Henrique Rizo PomboLa constitución de la Asociación Promotora enBazurtoExactamente un mes y un día antes del traslado, alas cinco de la tarde del 21 de diciembre de 1977, serealizó en el vestíbulo del mercado de Bazurto la firmadel acta de constitución de la Asociación Promotora delCentro Internacional de Cartagena, también conocidapor la sigla APCIC.Entran a Bazurto el presidente Alfonso López Michelsen y el gobernadorde Bolívar Haroldo Calvo Núñez, en compañía de doña Cecilia Caballerode López y doña Amelia de Calvo. Foto de Álvaro Delgado.133


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Mesa de honor con Diego Moreno Jaramillo, ministro de Desarrollo Económico,Haroldo Calvo Núñez, gobernador de Bolívar, Alfonso López Michelsen,presidente de la república, doña Cecilia de López, Alfredo Araújo Grau,ministro de Gobierno, el alcalde de Cartagena y Rafael Gama Quijano,director de Proexpo. Foto de Álvaro Delgado.El acta fue suscrita “en presencia del señor Presidente dela República, doctor Alfonso López Michelsen, del señorMinistro de Desarrollo Económico, doctor Diego MorenoJaramillo, del señor Gobernador del Departamento deBolívar, doctor Haroldo Calvo Núñez y del señor Alcaldede la ciudad, doctor José Henrique Rizo Pombo”, quefirmaron como testigos de excepción.La suscribieron por Germán Botero de los Ríos, comogerente del Banco de la República y representante legaldel Fondo de Promoción de Exportaciones, Proexpo;Rafael Gama Quijano, Director General de Proexpo;Raymundo Angulo Pizarro, Gerente de la CorporaciónNacional de Turismo; Carlos Mario Londoño Mejía,Gerente de la Corporación Financiera Popular; EduardoPiñeres Vergara, Gerente de las Empresas Públicas134


José Henrique Rizo PomboMunicipales de Cartagena; Álvaro Cala Hederich,primer suplente del presidente de Avianca, y GermánGómez Pombo, en representación de Álvaro JaramilloVengoechea, presidente de la Corporación Financieradel Norte. Poco después, la firmó el doctor ErnestoSamper Pizano, presidente de ANIF, que no pudoestar presente el 21 en Bazurto. En ese mismo acto sedesignó Secretario ad hoc a Guillermo Arévalo Amadory se definió la junta directiva con seis principales ysuplentes personales.La primera junta quedó conformada por los miembrosprincipales Diego Moreno Jaramillo, Rafael GamaQuijano, Raymundo Angulo Pizarro, Luis Bustamantedel Valle, Carlos Mario Londoño del sector oficial y delsector privado, Ernesto Samper Pizano. Los suplentesfueron Rafael Espinosa Gray, Gilberto Ramírez, JosefinaDelvalle, Eduardo Merlano Domínguez; Mario Betancourty Álvaro Jaramillo Vengoechea. Como revisor fiscal senombró a Carlos J. Galindo.Quise organizar el acto en el vestíbulo de un edificioque jamas volvería a verse igual, recién pintado,limpio y listo para recibir el mercado, para demostrarcomo la constancia y la fuerza de la convicciónlograban convertir en realidad algo que había sidouna idea, y como un homenaje de agradecimientopara el presidente Alfonso López que desde uncomienzo creyó en mi propuesta y confió sin dudasen que lograría mis propósitos: trasladar el mercado yconseguir el Centro de Convenciones.135


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Firman como testigos de excepción el presidente López y el alcaldecon la atenta mirada de doña Cecilia de López y Rafael Gama.Fotos de Álvaro Delgado.Firma del ministro de Desarrollo en presencia de Germán Botero de los Ríos,gerente del Banco de la República, el gobernador Calvo Núñez y elpresidente López.136


José Henrique Rizo PomboAsí lo dije en las cortas palabras que pronuncié despuésde la firma del documento. Luego habló Rafael Gamapara reiterar el interés de Proexpo y agradecer el apoyodel presidente López y del ministro Moreno Jaramillo.Eran ya casi las seis de la tarde y la luz del ocasopintaba de dorado el blanco convento de La Popa. Elpresidente López se pone de pie, alza los ojos hacia LaPopa y desde la mesa de honor improvisa un emotivodiscurso que se inspira en el verso del gran poetaGuillermo Valencia, “hay un instante del crepúsculo enque las cosas brillan más…”. y cuyo texto, transcritoen el periódico el Nuevo Siglo con el título de HemosCumplido, es el siguiente:Hemos Cumplido“Algunos de los que me escuchan, tal vez muy pocos,recordarán un hermoso verso del poeta GuillermoValencia que nos enseñaban en la escuela como unejemplo de la poesía castellana. Es aquel verso quedice: ‘hay un instante del crepúsculo en que las cosasbrillan más’.Es una verdad de la naturaleza que se pone de manifiestoen meses como este, en la ciudad de Cartagena, cuandotodas los monumentos históricos y la misma naturalezabrillan con especial resplandor a la hora del crepúsculo.Pero también, y no en sentido figurado tratándose delos gobiernos que hacen obras sólidas, sí que pudieradecirse que hay un momento del crepúsculo en que lascosas brillan más.137


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Yo digo que en las palabras pronunciadas, tanto por elseñor Alcalde de Cartagena como por el señor directorde Proexpo, no hay cifras insignificantes ni cifras fácilesde olvidar: aquellas que señalan en el crepúsculo desu administración como este Gobierno no se redujoa realizar la tarea de relumbrón, a iluminar con lucesde mercurio ciertas avenidas, a pavimentar calzadas,obras todas muy meritorias y que embellecen a muchasciudades, sino que fuimos a cosas tan hondas comola promoción de exportaciones, el robustecimiento deProexpo.En cuanto a obras sociales, difícilmente existeen todo el territorio nacional algo comparable alreacondicionamiento de la Zona Suroriental deCartagena. Es una inversión vecina a los 500 millonesde pesos, que va a redimir la zona más tugurial del país.Como la obra de Chambacú, modificaron, en su tiempo,totalmente, y seguirán modificando con las inversionesdel Instituto de Crédito Territorial, todo el paisaje y elambiente de Cartagena.Se dice que a veces manifiesto una preferencia pordeterminadas regiones del país, concretamente por leCosta Atlántica. Ello no es así. El afecto no me haceperder la cabeza. Si hoy estamos firmando el contratopor medio del cual, con el concurso del sector privado, elGobierno proyecta el más grande centro de exposiciónde la industria nacional y un auditorio capaz de albergaral Banco Interamericano de Desarrollo, que escogiócomo sede a Cartagena precisamente en razón deesta promesa, yo me digo para mis adentros que hace138


José Henrique Rizo Pomboapenas dos semanas hicimos en Buenaventura unaceremonia semejante, por medio de le cual aspiramosa que esa ventana colombiana sobre el Pacífico, conuna inversión de 3 mil millones de pesos, sea dignaexponente de la pujanza, de la riqueza, del desarrollode nuestra nacionalidad, como lo es Cartagena.Quiero rendir aquí especial testimonio de admiracióny de gratitud a todos aquellos que han participado eneste ambicioso proyecto del auditorio en el muelle de losPegasos, sobre el cual yo mismo me mostraba escépticola primera vez que José Henrique Rizo me habló de pedircomo sede de la reunión del Banco Interamericano deDesarrollo, la ciudad de Cartagena.Me asaltaban las dudas tradicionales en nuestramentalidad colombiana: no vamos a tener tiempo,no vamos a tener recursos, vamos a pedirlo cuandoprobablemente ya otros países estén en turno. Perocon esa voluntad callada y discreta que ustedes leconocen al señor Alcalde, vino un día y me dijo quehabía conseguido para Colombia la sede de la reunióndel Banco Interamericano y que no sólo íbamos a hacerla sala de conferencias, sino a capacitar a la ciudad entodos sus aspectos para que recobrara este carácter deciudad, centro de gravedad de la América Latina, que sehabía ido perdiendo en el curso de los años.Para, quien entonces era gerente de las EmpresasPúblicas Municipales y hoy es Alcalde, va mi testimoniode reconocimiento tanto como para los colaboradoresque han permitido la realización de todas estas obras.139


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Ellas demuestran, entre otras cosas, algo que yo repetíaconstantemente en el curso de mis campañas: que enlos costeños se podía confiar.La capacidad administrativa, la capacidad laboral delos cartageneros, unos como diseñadores y otros comoobreros, con que se construyeron estos monumentosque todavía son la admiración y el estupor del mundo,no han desaparecido. Los cartageneros de 1977son capaces de hacer obras como la Zona Francade Cartagena, como este auditorio que se proyecta,como estos desarrollos que vemos por toda la ciudadque parecía dormida y aletargada y que demuestranque, por igual la clase dirigente y la clase trabajadorade Cartagena, sigue siendo la misma que asombró almundo.”No alcanzaba a terminar el doctor López, cuandoCarmencita, que estaba sentada entre los invitadosespeciales, saltó y, por encima de la mesa, le estampaun sonoro beso. Ambos se sonrojaron entre unatronador aplauso. Así lo recordó el presidente Lópezen un párrafo de una de sus cartas: “Alcancé a darlea conocer a María Carmenza el simpático texto, conel recuerdo de aquellas jornadas inolvidables. Leítambién, en El Universal, el escrito de José Enrique,que me trajo a la memoria muchos recuerdos. Entreotros, el beso en público, que en aquellas épocas no sepracticaba ni en público ni en privado”. María CarmenzaArenas era consejera de la presidencia y había sidogobernadora de Norte de Santander.140


José Henrique Rizo PomboOtro almuerzo por el Centro de ConvencionesAl día siguiente, 22 de diciembre, nuevamente en micasa de Turbaco, pero esta vez compartidos los gastoscon Ramón del Castillo y Augusto Pombo, que quisieronparticipar en la atención al presidente así como algobernador Calvo Núñez, festejamos la suscripción delacta de constitución de la APCIC.Los invitados eran los mismos del almuerzo de juliopero adicionados con los que habían participado en elacto de la tarde anterior. Una vez más, el presidente yla niña Ceci tuvieron su helipuerto improvisado en ElBalcón.Aproveché un momento de esa tarde para agradecerleal presidente López su gran apoyo y sus bella palabrasen Bazurto pero, sobre todo, su inmensa confianzateniendo en cuenta que el mercado aún estaba enGetsemaní.Mientras hablábamos, se me acerca Carmencitapreocupada porque no veía a varios de los invitados,entre ellos, los ministros. Nos extrañó que no se hubierandespedido. Los encontramos todos apeñuscadossobre las camas de mis hijos frente al televisor quehabíamos escondido en su cuarto con otros mueblespara despejar el resto de la casa. Era la final de la copade fútbol de 1977, entre el Junior, que quedó campeón,y el Deportivo Cali.141


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.La niña Ceci, acompañada del almirante José Alfonso Díaz,Jaime Trucco Lemaitre, almirante Rafael Grau Araújo, Stefano Leonardo,el alcalde, Javier Martínez Ibarra, capitán de navío Guillermo Uribe Peláez,Alfredo Mogollón Zubiría, capitán de navío Hernando Salas, Rafael Espinosa Grey.Se acaba 1977 pero sigue el propósitoEl 27 de diciembre organicé el almuerzo de despedidade año de la junta directiva, esta vez en el salón dejuntas de las Empresas. Durante el almuerzo reiteramosel propósito de realizar el traslado. Yo había accedidoa posponerlo para el seis de enero ante las súplicas delos vendedores del mercado de no realizarlo el tres dediciembre, última fecha prevista, para no dañarles lasventas de navidad.La noche de año nuevo la pasé con mi familia en islaPirata y en compañía del doctor López y la niña Ceci,invitados por Ramón del Castillo y Mayito, como ya eratradición desde 1970, cuando me mudé con mi familia ala casa de Turbaco. Esta vez, y desde que era presidente,142


José Henrique Rizo Pomboel doctor López se alojó en la casa que, con diseño delarquitecto cartagenero Hernán Piñeres de la Espriella sehabía construido especialmente para la presidencia enla isla de la Marina.Aproveché para agradecerle de corazón su apoyo y laconfianza que había depositado en mí hasta el puntode haber suscrito el acta de constitución de APCICen Bazurto con plena conciencia de que, si no setrasladaba, tanto él como yo quedaríamos muy malante la opinión pública.Le informé plenamente de todas las gestionesrealizadas, las decisiones tomadas y las ayudasrecibidas, en especial de la Armada, y le aseguré quepor encima de mi cabeza haría el traslado en enero,aún a sabiendas de que estaríamos en finales de lacampaña electoral para elegir, sólo un mes después, el26 de febrero, todos los cuerpos colegiados: Senado,Cámara, Asambleas y Concejos.Una carta amenazante y una visita tranquilizanteEl primero de enero de 1978 tuve que venirme madrugadode las islas a Cartagena para inaugurar las sesiones delconcejo. Logré hacerlo con un discurso improvisado ysobreponiéndome a los efectos de la celebración de añonuevo, agradeciéndoles una vez más las autorizaciones parael plan de desarrollo así como su apoyo, y haciendo énfasisen la importancia de su colaboración individual y como cuerpo,para el éxito en el traslado del mercado y las gestiones quefueran necesarias para el centro de convenciones.143


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Al día siguiente, lo primero que encuentro en mi despachoes una carta suscrita por los presidentes de todas lasconfederaciones sindicales nacionales. Me conminabana no realizar el traslado del mercado contra la voluntadde los puesteros y vendedores, y amenazaban con unparo nacional si lo hacía.En el momento en que termino de leerla, me anuncianla visita de la Consejera Presidencial, María CarmenzaArenas. En el instante en que entra, volteo la carta y meapresto a saludarla. Venía comisionada expresamentepor el presidente para averiguar como iban las cosaspara el traslado del mercado y, en especial, si no habíariesgos de que se alterara el orden público.Yo tenía conciencia del gran paro laboral del 11 deseptiembre anterior, pero tampoco me quería arriesgara una negativa o a tener que posponer el traslado.Con toda tranquilidad le dije a María Carmenza quetodo iba bien y la invité a cerciorarse por sus propiosojos. Guardé la carta en un cajón y nos fuimos a piehasta el mercado. Lo recorrimos por fuera y por dentro.Pudo observar el apeñuscamiento de los puestos y losvendedores callejeros y el desorden de los puestosinternos, pero también apreciar el abigarrado atractivodel mercado y, sobre todo, la alegre jovialidad generalcon que nos recibían.Se fue convencida de poder darle un parte positivo alpresidente. Y así fue, durante el traslado no hubo elmenor problema.144


José Henrique Rizo PomboNi un rasguñoCasualmente ese fin de año estuvo en las islas con sufamilia el ministro de Obras Públicas de los cuatro añosdel presidente López, Humberto Salcedo Collantes.Con él tuvimos varias oportunidades de hablar sobreel canal del Dique y el estudio del ensanche que seadelantaba en esos momentos, sobre el futuro delpuerto con el plan de desarrollo de Cartagena queíbamos a formular para el que coincidimos en que elterminal debía salir de Manga hacia Mamonal, sobreel estudio del grupo NACO de consultores holandesespara la relocalización del aeropuerto y sobre la nueva víapor el mar que ya comenzaba desde Barranquilla haciaCartagena. Cuando le pregunté hasta donde llegaríalo contratado me contestó con su acostumbrada sornay en son de chanza, hasta mi finca, pero me prometióque pronto comenzarían las gestiones para el tramoinicial desde Cartagena, como en efecto ocurrió.Un tema de discusión con Salcedo Collantes fue eltraslado del mercado. El argüía que antes del cambio degobierno trasladaría el de Barranquilla, para sanear elsector de Barranquillita y el vecino caño de la Ahuyamay no me creía que en Cartagena estábamos a puntode hacerlo o sería con serios problemas. Hicimos unaamistosa apuesta. El lunes 30 de enero, cuando sóloquedaban en el mercado público los que no vendíanvíveres ni abarrotes, me di el gusto de enviarle unmarconigrama que decía: Mercado trasladado conmúsica ni un rasguño. Nunca me lo contestó.145


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Y a propósito de música, por esos días comentó en suhabitual columna deportiva de El Espectador el médicoFidel Mendoza Carrasquilla, que yo me había ganado laalcaldía y el respaldo del presidente López en las islascon una guitarra al hombro.Un día difícilEl lunes 2 de enero me piden del comando de la FuerzaNaval del Atlántico una reunión sobre el traslado delmercado. La cito para el día siguiente a las 7:30 dela mañana en el salón de juntas de las Empresas conlos coordinadores de todas las comisiones. Despuésdel saludo y de explicar el origen de la reunión, mepide la palabra el Capitán de Navío Hernando Salas,comandante encargado de la Fuerza Naval del Atlánticodurante las vacaciones del titular, el ContralmiranteGuillermo Uribe.Informa que el día anterior había ordenado unainspección de Bazurto y llegado a la conclusión de queel traslado no podía realizarse el día seis. Pregunto losmotivos y dice que falta una gran cantidad de detalles.Aduzco que todos son fáciles de solucionar y que eltraslado debe realizarse como se había previsto.El comandante se pone en pie y dice que el mercadono se puede trasladar sino con todo debidamenteterminado. Que de otra manera, la Armada Nacionalno se hace responsable del traslado. De inmediatome pongo también de pie y con un fuerte palmotazoen la mesa le replico, ¡Comandante, la Armada146


José Henrique Rizo Pomboqueda relegada de la responsabilidad! Y agrego conun golpe en el pecho, ¡La responsabilidad la asumoyo!Intervino Eduardo Piñeres para calmar los ánimos ypropuso que dirimiéramos el asunto con el gobernador.Ambos aceptamos y lo llamó para explicarle. Nos diocita para esa tarde a las dos en punto.A esa hora estuvimos todos. El gobernador nosexplicó la ausencia de Eduardo Piñeres. Lo habíacomisionado para que rindiera un informe sobrela verdadera situación. A los pocos minutosanuncia la secretaria la llegada de Piñeres. Meapresuro a abrirle personalmente la puerta y measomo para recibirlo dispuesto a decirle que si elinforme era negativo lo destituiría. Me hizo unaseña tranquilizante y le di paso. Ya en la mesa dela reunión informó que faltaban las bisagras enalgunas puertas de las colmenas y los candados delas puertas principales del mercado, además, habíaun buen número de detalles de albañilería y en lasinstalaciones eléctricas, pero que todos eran fácil yrápidamente solucionables.El gobernador propuso que diéramos unos díaspara tener la seguridad de que todos los detalles secorregirían. Yo hice ver los riesgos de acercarnos a lafecha de las elecciones y pedí que fuera cuando yaestuviera de regreso el Contralmirante Uribe Peláez.Convinimos en fijar la nueva fecha para el domingo 22de enero a las siete de la mañana.147


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Un tropezón por un pañueloEl cinco de enero tuve un tropezón taurino que hubierapodido generar un grave problema para el traslado delmercado.Como alcalde de Cartagena me tocó vivir la grata einteresante pero a la vez estresante experiencia deser presidente de las corridas de toros. Las de 1978 seprogramaron entre el 3 y el 8 de enero en la nueva plaza“Cartagena de Indias” que se inauguró en 1974 y sedebe al empeño de Joaquín Franco Burgos que atendióla solicitud del taurófilo Roberto Arrázola Juliao comoSecretario General del alcalde Juan C. Arango, segúnrelato en “Cartagena Taurina 20 años” de Alberto BordaMartelo y Armando González Crismatt.Mis dos excelentes asesores de presidencia fueronJaime de la Vega Gerlein y mi amigo de infancia AlfonsoMartínez Pareja, dos grandes conocedores de la fiestataurina que insistieron en acompañarme al tiempo porlo que tuve unos asesores “al alimón” como lo comentó,lógicamente en términos de toros, otro gran profesional yexperto taurino, Licho Sebá, el médico Luis Carlos SebáObregón. A veces no coincidían en el reconocimiento detrofeos lo que para mí se convertía en un dilema difícil.Decidí atenderlos alternativamente cuando discrepaban.En la novillada del día anterior encontré difícil el manejode los finos pañuelos de diferentes colores con que, deacuerdo con el estricto reglamento taurino, se deben darlas órdenes. Eran de seda pesada, se resbalaban con148


José Henrique Rizo Pombofacilidad y difíciles de mantener en orden en la mesitadispuesta en el balcón. Mandé ponerles unas pequeñasargollas para ensartarlos en una cuerda que se fijó en elborde interior de la baranda del balcón para mantenerlosorganizados y a la mano, y siempre disponibles y aprueba de caídas dentro o fuera del balcón. El primeroera el blanco, que es el más usado,El cartel del cinco eran Palomo Linares, José MariManzanares y el colombiano Jairo Antonio Castro.Con mucho orgullo les mostré durante el paseíllo lospañuelos ensartados a Jaime y Alfonso, que no pusieronobjeción pero me hicieron ver que el sistema no eramuy ortodoxo y no le gustaría al inspector de plaza queera nada menos que el insigne modelo de rectitud, eljurisconsulto, catedrático y cronista taurino, el doctorAugusto Tinoco Pérez.Me arriesgué. La corrida y los pañuelos funcionabansin tropiezos. Alcanzamos a concederle, con el pañueloblanco, una oreja del segundo toro a Palomo Linaresque comenzó la vuelta al ruedo con su trofeo. En esemomento se me acerca alguien a preguntarme cómo semanejaban los pañuelos. Por mostrarle, moví un pocoel pañuelo blanco que alcanzó a asomarse fuera de labaranda. Instantáneamente sonaron los clarines paraordenar la salida del siguiente toro. Palomo se para,se voltea y me increpa a grito herido con los brazosextendidos mientras el público al unísono me insultabaa voces y yo de pie me desgañitaba gritando no, no,no. Bajé de inmediato a ofrecerle excusas al diestro quelas recibió fríamente como era de esperarse. Durante149


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.el resto de la corrida seguí preocupado acordándomeque sólo un año y medio antes siendo gerente de lasEmpresas Públicas, el concejo me había declaradopersona no grata a raíz de problemas para regar el ruedopor falta de suficiente agua.Afortunadamente, al día siguiente los periódicos nomencionaron el incidente. El doctor Tinoco tampoco, peroel Palomo no asistió al acto de entrega a Manzanaresdel trofeo como triunfador de la temporada.El cierre definitivo del viejo mercado públicoLa tarde del viernes 20 de enero, Juancho Vélez me trae,ya pulido, el decreto número 19 de 1978 que ordenaba elcierre definitivo del mercado público. Yo lo había redactadoesa mañana y le había pedido como muchas veces:Juancho, por favor, quítale lo ilegal. Lo leí y lo releí mientrasse me agolpaban en la mente casi setenta y cinco años deestar funcionando y más de cien de ser parte de la historiade Cartagena desde cuando propuso su construccióndon Juan Mainero Trucco, el pariente lejano del DirectorSeccional de Salud que ayudaba a cerrarlo.En la penumbra del ocaso, y desde la soledad de midespacho, me sentí culpable de que desparecieran esoscaserones que veía desde las ventanas y que habíansido rasgo principal de la fisonomía y elemento vital deCartagena. Me asomé a contemplar el mercado que aúnbullía con las últimas actividades del día, y las goletasatracadas en el muelle de la Bodeguita donde se iniciabala actividad nocturna.150


José Henrique Rizo PomboSentí en mis hombros todo el peso y la nostalgia de esahistoria y de la responsabilidad que asumía. Lo aliviaronlos pensamientos de lo que el fin del mercado y elCentro de Convenciones significarían para el futuro dela ciudad y para el gran cambio que traerían. Yo mismolo había imaginado en varios documentos, entre ellos unartículo en El Cartagenero, la revista que publicaba elentusiasmo juvenil de David Turbay Turbay.Sobrecogido y con un nudo en la garganta, pero decididopor la convicción de que era lo mejor para la ciudad y lasalvación del Centro y Getsemaní, firmé el decreto. Erala última página de una historia pero también la primerade otras tres, la de Bazurto, la del plan de desarrolloy la del centro de convenciones. Con lágrimas en losojos firmé el decreto y le pedí a Juancho que hicierauna amplia divulgación de inmediato. Al día siguienteapareció en carteles públicos.Enero 20, Decreto 19: Cierre Mercado. Fotografía de Francisco Angulo.151


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El decreto 19 autorizaba a los comercios diferentesa víveres a permanecer en Getsemaní mientras sehabilitaban locales en Bazurto pero sólo hasta el 31de marzo. Se complementó con el decreto 46 del 9 defebrero que reglamentó con más detalle los comerciosremanentes.Unas fotos irrepetibles y una noche de apuestasEn la mañana del sábado 21, quise ir temprano almercado y a Bazurto a ver como andaba todo. Enel mercado a cerciorarme de que todo transcurrieranormalmente como habíamos previsto y en Bazurto, adar la última mirada a ver si todo estaba listo.Les pedí entonces a Carmencita y a nuestros tres hijos,Mercedes Amelia, José Henrique y Santiago que se alistarany les dije: ¡Prepárense que nos vamos a tomar unas fotos endos sitios que mas nunca se van a ver como están hoy, elmercado público y el nuevo mercado de Bazurto!Llegamos a la alcaldía de donde nos fuimos a píehasta el mercado para llegar sin que fuera muy notorianuestra visita. Nos acompañaba un amiguito de mi hijo,Santiago, Juan Carlos Varela, el hijo menor de nuestrosamigos el capitán retirado de la Armada Rafael Varelay su señora Edith Rodríguez de Varela, que había idoa pasar el día en nuestra casa. Recorrimos por todoslados el mercado como cualquier parroquiano, perotomando fotografías como todo turista, sin que nadie nosmolestara, a pesar de que me reconocían y saludaban.Muchos de los vendedores nos manifestaron su alegría152


José Henrique Rizo Pombopor estrenar nueva casa y su esperanza de que les fueraal menos igual que donde estaban mientras que algunoscompradores me expresaban sus dudas de que lamudanza se fuera a poder producir y me preguntaban sila habría. Algunos me preguntaron por María CarmenzaArenas, con quien había hecho el mismo recorrido tressemanas antes. Uno pocos, precavidamente habíancomenzado a prepararse para el día siguiente.Hacia las diez de la mañana, a quienes comenzarona invitarme a brindar con toda diversidad de licores lespedía que lo dejaran para el día siguiente. A esa hora, nostrasladamos a Bazurto en el carro de la alcaldía para bajarnosen la avenida Pedro de Heredia y llegar también a pié. Esatarde volví con el columnista de El Espectador HernandoGiraldo, Víctor Nieto y otras personalidades cartageneras.1978. Enero 21. Último día en Getsemaní.153


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.1978. Enero 21. En la entrada de Bazurto. Tras la valla perimetral delmercado, el vestíbulo del edificio donde el 21 de diciembre se firmó el actade constitución de APCIC con el presidente Alfonso López Michelsen.Por la noche atendí con Carmencita la invitación a unacomida para Rodolfo Segovia Salas, de los amigosRodolfo Porto Rodríguez y Norah Méndez de Porto, enla que se suscitó una animada discusión entre quiénesconfiaban en que el traslado del mercado se produciría ylos escépticos. Alguno me preguntó con toda la seriedaddel caso: ¿Tú sí crees que mañana vas a trasladar elmercado? Deja que amanezca y verás, fue mi respuesta.La desratizaciónLa noche anterior a la mudanza acometimos algoindispensable para evitar un grave mal a Cartagena,que se dispersaran por la ciudad las ratas que pululabanen el mercado así como las miríadas de cucarachasdel pabellón de carnes. Las cucarachas eran tantasque el ruido que producían al tratar de escapar durantelos lavados periódicos del pabellón y la aplicación deinsecticidas sonaba como si se estuviera arrugando unagran cantidad de papel de envolver.154


José Henrique Rizo PomboFue una gran ayuda la que nos prestó el ServicioSeccional de Salud de Bolívar a cuyo frente seencontraba el doctor Jaime Trucco Lemaitre. Con élhabíamos comentado la necesidad de la desratización.Me ofreció ayuda y productos para el procedimiento yel personal entrenado para la fumigación. Convinimosen aprovechar la ausencia de público y de vendedoresla noche anterior y en la madrugada del traslado y endivulgar, con la ayuda de las trabajadoras sociales,información con instrucciones para que facilitaranel procedimiento y precauciones para proteger losalimentos y demás productos y a ellos mismos. El 16de enero, el Servicio Seccional de Salud de Bolívaremite la resolución que ordena el cierre del mercado eldía 21 a las 18 horas para la desratización.Efectivamente, el sábado 21 después de que se cerrópor última vez la jornada del mercado y con tiemposuficiente para que se produjera el efecto del raticida,los fumigadores del Servicio de Salud lo aplicaron entodos los sitios posibles. A la madrugada se hizo larecolección de ratas muertas que se llevaban a un granhoyo que se excavó entre el pabellón principal y el degranos, de donde se cargaban para llevarlas a incinerar.Alguien calculó que se habían eliminado cuatrocientasmil ratas, una por cada habitante de Cartagena.A las siete de la mañana se permitió la entrada alos puesteros y vendedores para prepararse para eltraslado. más de uno llevó hasta el hueco una ratainánime o moribunda, agarrada por la cola.155


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Al fin el trasladoY con música, como lo prometí con Carmencita el díade la posesión del gobernador Calvo Núñez, comenzóa las doce del día del domingo 22 de enero de 1978 eltraslado del mercado de Getsemaní a Bazurto.A las siete de la mañana, cuando cerramos el mercadopara acceso al público, pusimos frente al pabellónprincipal una “papayera”, como llamamos en Cartagenaa las bandas populares de viento, que animó el carguede camiones, volquetas y demás vehículos de lasEmpresas, y mantuvo el ambiente de alegría paradespedirlos, en buena parte animados por el clarinetedel gran músico Michi Sarmiento hasta caer la tarde,cuando el traslado se había vuelto un carnaval conbaile y hasta harina.Domingo 22 de Enero de 1978, 12:00 m. comienza el traslado.156


José Henrique Rizo PomboCada cual en lo que tiene. Foto de Jorge Delgado, Revista Diners, mayo 1980.1978 Enero 22, 2:15 p.m. ¡A Bazurto! Foto de Álvaro Delgado.157


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.1978. Enero 22, 1 p.m.Mudanza con lo que se puedapero con alegría.Foto de Álvaro Delgado.1978. La mudanza en la atiborrada calle del Mercado. Foto de Álvaro Delgado.158


José Henrique Rizo Pombo¡Chau, Getsemaní! Foto de Jorge Delgado, Revista Diners, mayo 1980.1978, Enero 22, 4 p.m. Festejo, Michi Sarmiento, su clarinete, harina y amigos.159


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Celebración a la cartagenera, más que justificada. Foto de Álvaro Delgado.En Bazurto los saludaba otra papayera en la entradaprincipal que alegró el estreno de la nueva casa tambiénhasta cuando hubo luz del día. Ese día se mudó elcuarenta por ciento de los puesteros de víveres yabarrotes. Los demás se mudaron durante el resto de lasemana. Al final, sólo quedaron los puestos que vendíancualquier otra cosa menos alimentos y elementos deuso doméstico, así como los diversos talleres, depósitosy viviendas y, con ellos, los mayoristas y grandesdepósitos de madera que ocupaban las viejas casonassobre el Arsenal.160


José Henrique Rizo PomboLa despedida de los carnicerosLos carniceros debían mudarse también durante lasemana pero se me acercaron a pedirme que losdejara hasta el sábado para hacerle una despedida a laCarnicería. Accedí y les ofrecí acompañarlos.A las nueve de la mañana del sábado 28 me visitabanen el despacho Guillermo Liévano, alcalde de Neiva, yMatilde Bonilla de Perdomo, gerente de las EmpresasPúblicas de Neiva, que planeaban mudar el mercado yhabían venido expresamente a ver como era el procesode Cartagena. Los invité a que me acompañaran ysalimos a pie hacia el pabellón de carnes.Había mucha gente en la calle de acceso y en la puertadel pabellón esperaba un grupo grande. Nos abrimospaso y al momento de entrar, todos los carnicerosse pusieron de pie sobre sus mesas y chocaron suschampetas formando una sonora bóveda de honorcomo se acostumbra en la Armada con las espadas. ¡Lovan a matar! gritó Liévano mientras se agachaba, peroseguí con la cabeza en alto, mirándolos a todos, y paséresueltamente bajo las champetas mientras daban vivasy otros aplaudían.Al final, yo también aplaudí llorando de la emociónmientras recibía uno, tras otro, muchos y efusivosabrazos. Con las manchas, la guayabera más parecíaun delantal de matarife. Fue una bella despedida.A la media tarde, la Carnicería había quedado vacía.161


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Sábado 28 de enero, 9 a.m.,despedida de los carniceroscon arco de champetas.Cromos N° 3133, 1 de febrerode 1978.Ni el remolino chupa manchasEntre el domingo 22 y el sábado 28 de enero, seterminaron de mudar a Bazurto los puestos y las colmenasde víveres y abarrotes. Muchos aprovecharon esos díaspara liquidar buena parte de su mercancía. En el viejopabellón principal del mercado quedaron los puestosque vendían otras cosas o donde se desarrollaban otrasactividades como talleres de orfebrería, de hojalatería yde zapatería, marqueterías y carpinterías.A lo largo del Arsenal, seguían los depósitos de losmayoristas y de madera, y sobre el borde de la bahía,comercios de carbón, actividades de carpintería derivera y hasta 62 viviendas diseminadas de entre uno y19 ocupantes, en más de una como casa de citas. El 9 de162


José Henrique Rizo Pombofebrero firmé el decreto número 46 que reglamentó el tipode comercios que podían permanecer temporalmente enel mercado. Tarde o temprano, todos tuvieron que salir.A fines de julio el área estaba prácticamente despejada.Se había cumplido lo que un escéptico miembro de lajunta directiva de las Empresas, el recordado alcaldeJuancho Arango, había comentado haciendo alusión auna propaganda en boga en esos días sobre un jabónpara lavar ropa: ¡al mercado no lo muda ni el remolinochupa manchas!Y ahora, los vendedores callejerosUno de los problemas que me decidí atender ya comoalcalde fue el de los vendedores callejeros, ambulantesy fijos, que habían invadido las áreas turísticas, algunascalles del centro y La Matuna e incluso el parque delCentenario y se acercaban a lo largo del muelle de losPegasos hacia la avenida Blas de Lezo.El 8 de septiembre, a los tres días de posesionado,suspendí los permisos de funcionamiento para nuevosvendedores en el Centro, Bocagrande y las áreasturísticas y con las trabajadoras sociales de la oficinade Planeación, dirigidas por la arquitecta NancyAriza, levantamos un censo con identificación de losvendedores, tipo de productos y localización.El día 29 sostuve una larga reunión con José Cabarcas,Presidente del Sindicato.de Vendedores Ambulantes.Se comprometió a colaborar para tratar de evitar nuevosvendedores y en no ocupar nuevas áreas.163


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El en ese entonces teniente coronel Octavio VargasSilva, comandante de la policía de Bolívar, que añosdespués fue comandante general, me dio todo surespaldo. Entre septiembre y diciembre hubo reunionescon diferentes grupos, como loteros, emboladores,voceadores de prensa y varias con la policía para uncontrol efectivo.Yo me había guardado las intenciones de desalojar alos vendedores ambulantes de las vías y los espaciospúblicos para un momento propicio. Con el traslado delmercado habíamos logrado acomodar holgadamente,en las áreas descubiertas que había entre el edificio yla valla de cerramiento, a los vendedores callejeros quepululaban cerca al mercado en Getsemaní. Para el efectose habían demarcado espacios de 1,0 por 1,5 metrosy con suficiente separación entre ellos, organizados enfilas ordenadas en arcos paralelos a la fachada. Quedabaentonces cupo. También lo encontramos en Santa Ritapero decidí esperar para después de las elecciones defebrero.El 16 de febrero firmé el decreto número 53 con unacompleta reglamentación de las ventas ambulantes.Se permitía permanecer en el centro y La Matuna apuesto de prensa y lotería, de cocteles de mariscos ychazas de dulces y cigarrillos, pero estratégicamentesituados y con localización definida y, a los demásvendedores con carnet; 280 escogieron Bazurto y 95Santa Rita. En marzo quedaron despejadas las vías yaceras del centro, La Matuna, el Parque del Centenarioy Bocagrande.164


José Henrique Rizo PomboAlgunas observaciones y aportes para el futuro deBazurtoA pesar de las precauciones que se tomaroncon reglamentos muy completos de operación ymantenimiento para la organización del mercado enBazurto, y con decretos específicos para el ordenamientourbanístico de las áreas de Getsemaní y Bazurto, comoquedó plasmado en el Plan de Desarrollo con previsionesal menos hasta 1990, en pocos años Bazurto se convirtióen el problema que afecta el paso por las avenidas que locircundan, y cuya congestión atribuyen exclusivamentea su localización.Un análisis objetivo de cómo se escogió el sitio, cómofue el proceso del traslado del mercado y cómo se hizolo necesario para que no se repitiera la historia delmercado en Getsemaní, demuestra que el problema sedebe a que no se respetaron ni conservaron las medidasque se adoptaron para Bazurto. Es evidente que nosfaltó una medida final que garantizara la permanenciade lo realizado y que las decisiones y medidas tomadasno pudieran ser alteradas o modificadas posteriormente,lo que en administración pública es difícil. Al menos sehubiera frenado el desborde desaforado que ocurrió,incluso más rápido que en Getsemaní.Una realidad es que, en nuestro país una cosa es loque se planea, y otra lo que se ejecuta, en gran partepor la presión de los intereses económico y políticos yla tendencia de la gente a evadir cambios si implicanesfuerzos personales y económicos, pero también por la165


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.forma como se cumple, cada cuatro años, la obligaciónconstitucional para gobernantes a nivel nacional,departamental y local de elaborar su propio plan dedesarrollo en lo que poco se tienen en cuenta lo yahecho.Es lamentable que en vez de analizar y evaluar el procesode Cartagena, que debe ser base inevitable para poderencontrar la solución, se acudió sólo a las experienciasen otros países o a decisiones judiciales totalmentecarentes de los análisis técnicos, sociales y económicosque se requieren. Esta circunstancia amerita el repasodel proceso que vivió la ciudad desde su fundación conrelación al sistema de suministro de víveres, y de loacaecido en el último medio siglo.Hicimos un repaso similar para preparar el pasode Getsemaní a Bazurto. Esta experiencia y la quepersonalmente adquirí con las visitas a los mercados delas ciudades en 1977 y 1978 así como la de averiguarqué había ocurrido en otras ciudades del país, lacomplementé con observaciones e informacionesde los mercados durante viajes posteriores y condocumentación compilada durante varios años.Este bagaje me permite exponer algunos puntos de vistay hacer algunos aportes que espero sean útiles para elfuturo del sistema de suministro de víveres a Cartagena.Ayuda a comprender la razón de estos comentarios unasimágenes que ilustran las similitudes y diferencias en losprocesos del mercado en Getsemaní y en Bazurto y que,como en toda imagen, ilustran más que mil palabras.166


José Henrique Rizo Pombo1976. El Mercado Público de Getsemaní. Es evidente el estrechamientode la vía por el avance de los puestos hacia el Camellón de los Mártiresy, a lo largo del muelle de los Pegasos, hacia el Centro.Bazurto en 1986, fotografía de Jaime Borda. Ocupada toda el área exteriory obstruido el acceso principal al edificio. Se mantienen la valla, parte deun parqueadero y la vía perimetral aún despejada.167


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Bazurto 2008. Los puestos de ventas y locales prácticamente obstruyeronel acceso al pabellón del mercado y la vía perimetral.Bazurto 2008, Avenida Pedro de Heredia semi obstruida por puestos yvendedores, congestión de tráfico.168


José Henrique Rizo PomboGetsemaní 1976, Calle del Mercado prácticamente ocupada porpuesteros y compradores.1976, Avenida del Arsenal, totalmente obstruida por puestos y compradores.Al fondo las ventanas de la alcaldía.169


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Entrada principal de Bazurto antes y ahora. Fotografías tomadas desde elvestíbulo del edificio hacia la cima de La Popa, como punto de referencia. En1977, se observa la valla de cerramiento de Bazurto.21 de Diciembre de 1977, 5 p.m.Constitución de APCIC, entran elPresidente López y el GobernadorCalvo, con sus señoras.2 de Junio de 2008, 1 p.m.Espacio totalmente ocupado,salvo estrecho pasadizo.170


José Henrique Rizo PomboSin pretender ahondar en el tema de la disponibilidad ylos precios de los alimentos, aún más complejo por lasincidencias de la economía mundial y el cambio climático,se puede considerar que, en los países industrializados,los mercados públicos de víveres son la mejor respuestapara encontrar, en un solo sitio la cantidad, la calidad y lavariedad de productos que exigen el afán consumista yla capacidad de pago. En los países en desarrollo tienen,además, una función social por los menores precios y elpoder aprovechar lo que otros desechan.Para el sistema general de mercadeo y suministros deCartagena, Bazurto es un elemento muy importante, pero noel único, y menos con el gran auge de los negocios privados,y por la existencia de las tiendas de barrio, que siguenmanteniendo sus características de gran ayuda para quienestienen bajos ingresos o no los reciben en forma regular.Los mercados sectoriales son necesarios para elabastecimiento de una ciudad mucho más extensa quela de 1978, sobre todo con la incorporación de grandesáreas como la Zona Norte, las de las islas de Barú yTierrabomba y las de expansión creciente hacia Turbacoy Turbana, además de la industrial hacia el sur. Esosmercados requieren de un sistema de suministro enigualdad de condiciones para todos, lo que implica unaorganización central de acopio y almacenamiento, perocon oportunidad de entregas, características, y preciosiguales para todos los puntos de venta.Aún con esa igualdad de condiciones, es previsible queuno de los mercados sectoriales vaya teniendo más171


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.afluencia de compradores por sus facilidades de accesolo que motiva mayor oferta de productos en calidad ycantidades que permiten mejores precios, con lo quese crea el círculo virtuoso de más compradores porquehay mejores productos y viceversa que, a la larga, loconvierte en un mercado principal. Esto habría ocurridocon Bazurto en el caso hipotético de que se hubierapodido poner en marcha como un mercado sectorialsimilar a los demás.Cartagena tiene unas particularidades que no se puedendejar de tener en cuenta. La morfología y la conformaciónurbana necesariamente crean facilidades muy diferentespara el acceso vial y la movilidad entre los diferentessitios de la ciudad actual y futura. Por otra parte, lastiendas de barrio y un mercado central, serán necesariosmientras subsista un porcentaje apreciable de esapoblación de muy escasos recursos que vive cerca delsitio de suministro por no poder gastar en transporte, oque encuentra, además de menores precios, fuentes deempleo y trabajo y sitio de encuentro y de correo paraquienes no tienen otros medios para comunicarse comoocurre en Bazurto.Ciertamente, quienes tanto se quejan de Bazurto no lonecesitan como fuente de suministros ni de trabajo, encambio, quienes sí lo necesitan, guardan silencio.Las nuevas prioridadesLa responsabilidad primordial cuando asumí lagerencia de las Empresas en 1976 fue la prestación172


José Henrique Rizo Pombode los servicios públicos cuya demanda aumentabadía a día por el “boom” de construcción que desató elsistema UPAC del presidente Misael Pastrana y que enCartagena estimuló el desarrollo hotelero. Además eraimprescindible continuar su ensanche ya en marcha,con una nueva planta de tratamiento del acueductoya en construcción y realizar las gestiones con labanca internacional asegurar su mejoramiento y susensanches futuros.Pero cuando conocí el alcance y la magnitud delproblema en que se había convertido el mercadopúblico para la ciudad y para la imagen y la estabilidadeconómica de las Empresas, asumí su solución conuna prioridad igual a la de los servicios públicos. Estadecisión se reforzó cuando me enteré del proceso quese venía desarrollando y que había promovido GustavoLemaitre Román desde los años 1960 e iniciado enfirme cuando el gobernador Donaldo Badel Buelvaslo nombró alcalde de Cartagena en octubre de 1966.Por eso en los meses de 1976 y de 1977 en que fuigerente de las Empresas, dediqué mucha atención ala preparación de Bazurto y el traslado del mercado sindescuidar las otras obligaciones.Ya con el mercado trasladado y despejado el centro delos vendedores ambulantes, podía dedicar mucho mástiempo a dos temas que debían quedar listos para elcambio de gobierno del 7 de agosto: la consolidacióndel proyecto del Centro de Convenciones y laformulación del plan de desarrollo.173


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El jurado para el diseño del Centro deConvencionesPara celebrar la fiesta de la Epifanía a la usanza italiana,cuando la bruja Befana, antes de ser desplazada porSanta Claus, entregaba los regalos a los niños, HumbertoSchiappa, miembro de una familia de empresariositalianos que había emigrado a Colombia, y gran amigo deRafael Gama, ofreció el 6 de enero de 1978 un almuerzoen su honor en su finca de Turbaco. Para mi era muyimportante asistir, pero también a la corrida de esa tardepor el incidente de la tarde anterior. Me puse de acuerdocon Gama para llegar temprano y darme tiempo de salirantes de las cuatro hacia la plaza de toros.Como siempre que nos veíamos, de lo primeroque hablábamos era de nuestro plan del centro deconvenciones. Le conté el lio de los pañuelos en la corridadel 5 y le comenté las incidencias sobre la fijación definitivade la fecha para el traslado del mercado y comentamosque era ya tiempo de poner a marchar la Asociacióny pensar en el diseño del centro de convenciones yconvinimos en que debíamos escoger entre las firmasmás reconocidas. Yo sugerí que fueran de Cartagena.Podíamos hacerlo por el carácter privado de la APCIC,pero por tratarse de una obra costosa y, sobre todo, quedebía ser importante internacionalmente, convinimosen que era más conveniente escoger el diseñador pormedio de un concurso arquitectónico público.Le hice ver a Rafael que era necesario prever unjurado calificador muy representativo. Rafael insistía174


José Henrique Rizo Pomboen que deberían ser personas con conocimientosarquitectónicos. Le comenté que no deberían ser losarquitectos más conocidos porque les impediríamosparticipar en el concurso y que no era apropiado quefueran de los menos reconocidos. Le comenté queasí como las señoras escogían un proyecto para suscasas sin saber de arquitectura, podríamos escogertres personas con buen criterio y representativas deCartagena. Propuse entonces al historiador EduardoLemaitre, al humanista Ramón de Zubiría y al alcalde deCartagena. Así lo convinimos.Meses más tarde, cuando íbamos a abrir el concursoarquitectónico, me comentó Gama que si Proexpofinanciaba el proyecto, era necesario que nombrarauno de los jurados. Le recordé que el jurado no podíaser de cuatro miembros para evitar empates y que yalos doctores Lemaitre y Zubiría estaban notificados porlo que habría que agregar dos jurados para completarcinco con el alcalde.Ya para cuando debía reunirse el jurado, en noviembre,Proexpo nombró de jurados a Manuel José Cárdenas,su director, y a Raymundo Angulo, el gerente de la CNT.El arranque de la APCICAdemás del tema del jurado, tuvimos tiempo en elalmuerzo de Schiappa de hablar Rafael y yo delarranque en firme de APCIC y de las actividades parallegar al Centro de Convenciones. Lógicamente habíaque comenzar por organizar unas oficinas, y realizar175


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.el concurso arquitectónico para seguir con los diseñosy acometer las obras. Decidimos ocuparnos de estosdetalles al día siguiente para darme tiempo de salir parala plaza de toros.La mañana siguiente continuamos nuestra conversaciónen el apartamento de Rafael. Convinimos en designarun gerente para manejar la Asociación. Debía ser deconfianza, con experiencia administrativa, conocidoen Cartagena, y una verdadera ayuda para nuestroproyecto. Rafael ofreció personal de confianza paracolaborarle en todo. Propuse entonces a un amigo deinfancia, con gran experiencia administrativa y excelenteingeniero, Javier Martínez Ibarra. Rafael Gama no sólo loconocía, conocía mucho a Ramiro, su padre, que habíahecho toda una carrera en el Banco de la Repúblicahasta llegar a gerente en Cartagena. De inmediato nospusimos de acuerdo. Sería Javier.Con relación al concurso arquitectónico, convinimostambién que para preparar las bases, deberíamosconocer mucho mejor cómo debía ser un centrode convenciones, cómo debía funcionar y con quécondiciones externas debía contar. Para el efecto, Rafaelencargaría a un grupo de profesionales de Proexpo ocontratados. Aunque ya contábamos con lo que habíaninvestigado Cepeda con Barón y Macchi, como lerecordé, él prefería que Proexpo, que a la larga sería elpropietario del centro, acopiara su propia información.Yo le sugerí ir a conocer los existentes, primero en elárea del Caribe que podrían ser la competencia directa176


José Henrique Rizo Pombodel de Cartagena y, de ser posible, otros de sitios máslejanos. Ello significaba investigar donde había centrosde convenciones.Nos dimos cuenta de que estas actividades y la redacciónde las bases del concurso arquitectónico tomaría variosmeses. Convinimos entonces en posponer para abril omayo la apertura de la oficina de Cartagena.Yo le comenté que aún tenía pendientes el traslado parael 22 de ese mes de enero, las elecciones de febrero26 y la organización inicial de Bazurto. Además, aunquecontaba con Óscar Gómez para el plan de desarrollo, miapoyo como alcalde era importante para la promoción yla organización del mismo.La OICI y el tour promocional por CentroaméricaComo si no hubiera bastante actividad pendiente, adquirídos compromisos que me ocuparon buena parte defebrero y marzo. Por una parte, invitado por un importantegrupo de hoteleros, a acompañarles a una gira por todaCentroamérica para promover el turismo hacia Cartagenay, por otra, realizar el congreso de la OICI, la OrganizaciónIberoamericana de Cooperación Intermunicipal, y evitarque Cartagena quedara mal, como estuvo a puntode ocurrir. Además, no podía dejar que fuera a perderesas oportunidades, y mucho menos una de carácterinternacional, una ciudad que estaba en pleno “boom”hotelero y pretendía tener un centro de convencionespara poder recibir muchos turistas centroamericanos ymuchas OICIS.177


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El 4 de marzo iniciamos el tour de dos semanas porCentroamérica. Durante mi ausencia, el gobernadorCalvo Núñez nombró como alcalde encargado aGuillermo Vergara López, su Secretario de Fomento.El viaje comenzó en Panamá. Allí aproveché paraconocer el sitio donde se encontraba ya en construcciónAtlapa, el centro de convenciones financiado por el BID.Seguimos por las capitales de los demás países salvoNicaragua y Honduras para terminar en México. Comoalcalde me tocaba saludar a nombre de Cartagena y delgrupo hotelero en la recepción oficial que nos prepararonen todas las capitales e invitar a visitarnos. En lasconversaciones personales aprovechaba para hablarde mercados y de convenciones. No tuvimos tiempo devisitar ninguno. En México, sólo el mercado turístico conuna escapada al de San Juan.El grupo hotelero estaba encabezado por Alberto Araújoy Ricardo Segovia del hotel Capilla del Mar, EduardoMonroy del hotel El Dorado, Ramon Peñaranda delPlaya, Carlos Zubiría del Bahía. Todos íbamos connuestras señoras.178Visita con Alberto Araújo a la construcción de Atlapa,el centro de convenciones de Panamá.


José Henrique Rizo PomboA mediados de febrero, llegó a la alcaldía una carta dela secretaría de la OICI. Informaba que por no haberseocupado oportunamente Cartagena en organizar paramarzo el congreso para el que había sido elegida comosede hacía dos años, el evento se pasaría a otra ciudad.No podía permitir que Cartagena quedara tan mal. Deinmediato escribí ofreciendo excusas y asegurando queel congreso se realizaría si daban un plazo prudente.Lo dieron para mayo. El congreso se realizó entre el 17y el 20 de mayo.Traje de Medellín a Jaime Tatis Delvalle, expertoorganizador de congresos. Trabajando intensamente,logramos reunir algo menos de trescientos alcaldes devarias capitales y principales ciudades latinoamericanas.El congreso duró tres días. Muchos alcaldes trajeronregalos. El de Madrid trajo una interesantísima exposiciónbibliográfica organizada por el Instituto de Estudios deAdministración Local, ILEAL, con preciosos libros queles donamos a la biblioteca Bartolomé C. Calvo. Metocó recibirle la presidencia a Patricio Meckis, alcaldede Santiago de Chile y muy poco tiempo después firmecandidato a la presidencia de su país, pero murió unaño después en un infortunado accidente en su casade campo en las montañas chilenas.El congreso fue por demás interesante con temas comoel desarrollo urbano y económico, el transporte urbano,los vendedores ambulantes, y el turismo individual y deconvenciones. En la clausura elegimos a Montevideopara el siguiente congreso.179


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.La organización de la Asociación, el primer gerenteEl 27 de marzo me llama Gama a insistirme en que elgerente de APCIC debía ser yo cuando saliera de laalcaldía, y que contando con eso, estaban conformandola junta directiva, que la primera reunión sería el 29 en eldespacho del ministro Moreno Jaramillo.A esa primera reunión asistieron Diego Moreno Jaramillo,Germán Botero de los Ríos, Raymundo Angulo Pizarro,Rafael Gama Quijano y un delegado del presidente deANIF, Ernesto Samper. Nombraron a Javier MartínezIbarra, gerente de APCIC.El lunes 10 de abril, tuvimos Javier y yo un almuerzode trabajo con Gama, Alberto Herrera y GuillermoArévalo, de Proexpo, comisionados para ayudar en lospreparativos para la organización de APCIC. A las tresde la tarde se posesionó Javier en la gerencia del Bancode la República y comenzó a trabajar activamente.Tomó una cómoda oficina en el piso 18 del edificioAmérica Latina, hoy Banco del Estado, en La Matuna,con una espléndida vista sobre el centro amurallado y elmar. Era un amplio salón en el que se acomodaron losescritorios del gerente, la secretaria, el contador y unamesa de reuniones. La primera secretaria fue GladysArbeláez de Morales, muy conocida por Javier y granapoyo para él.El 18 de abril llegaron dos funcionarios de Proexpodesignados por Rafael Gama para colaborar desde180


José Henrique Rizo PomboBogotá en las gestiones de APCIC, el economistaCarlos París, para asuntes económicos, legales yadministrativos, y un joven arquitecto, FranciscoBohórquez Riveros. Ambos fueron de gran ayuda parala gerencia de la Asociación y frecuentemente asistíana las reuniones de la junta directiva de APCIC parainformar detalles de las actividades a su cargo y aportarideas sobre el proyecto.Primeras actividades de APCICLa semana siguiente al 10 de abril, día de su posesión,fui con Javier para presentarlo como gerente deAPCIC a las principales autoridades, entidades ygremios y pedir apoyo y colaboración para el proyectodel centro de convenciones. Visitamos al gobernador,a los gerentes y directivos de las Empresas Públicas,Electrificadora de Bolívar, Compañía Telefónica deCartagena, al director de Tránsito así como a loscomandantes de la Fuerza Naval del Atlántico y de laPolicía y otros altos funcionarios de la alcaldía y lasEmpresas.Uno de los primeros actos de Javier Martínez fueprotocolizar en la Notaría Segunda de Cartagena comorepresentante legal de APCIC, el acta de constitucióndel 21 de diciembre de 1977 con todos sus documentosde soporte y el mismo decreto 1743 de 1977, así comolos estatutos aprobados ese día y los nombramientosrealizados de junta directiva y revisor fiscal. Todoquedó registrado en la escritura número 522 del 24 deabril de 1978.181


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Las primeras actividades de APCIC se relacionaroncon dos temas fundamentales, ligados entre sí yabsolutamente indispensables para poder realizar elproyecto y, por lo tanto, para tener en cuenta en lascondiciones para el concurso arquitectónico. Por un lado,las normas urbanas de Cartagena y las específicas deGetsemaní para adecuarlas, si era necesario, a lo querequería el proyecto del centro de convenciones y comoinformación básica indispensable. Por otro, el terrenoque se dispondría para el proyecto, lo que implicabasu plena identificación y aclarar su situación legal y depropiedad.Lo primero estaba ya previsto en la labor que se estabaadelantando para el plan de desarrollo bajo la direcciónde Óscar Gómez. Para lo segundo, encargamos a LuisBustamante del Valle, Director Administrativo de lasEmpresas, con el apoyo de Julio Varela, el SecretarioGeneral y de Igapé que también tuvieron a su cargo, conla participación del coronel Orlando Arévalo, el nuevoreglamento general de admiuistración y operación de losmercados y de Bazurto. Un gran soporte para ambostemas fue Juancho Vélez, es decir Juan Vélez Racero.El terrenoFue necesario realizar una intensa búsqueda deinformación suficiente para poder formalizar el traspasode los terrenos para el centro de convenciones.Logramos identificar tres predios cuyas referenciascatastrales eran 01-1-218-002, 01-1-221-001 y 01-1-222-001 con un área total de 9.967 metros cuadrados182


José Henrique Rizo Pomboy cuyo avalúo catastral era de $4.293.000. Los prediossolo cubrían el área que ocupaba el pabellón principaldel mercado con el de granos y el de carnes, pero todael área entre la calle del Arsenal y el borde de la bahía,y desde los pabellones hasta el baluarte de El Reducto,que se conocía como “playa del Arsenal”, había estadoocupada durante años por toda clase de puestos yventas y usada por la actividad del mercado.Recurrimos entonces a un expediente, la denominada leyTocaima o ley 137 de 1959, que cedía a los municipioscomo baldíos los predios que eran de la nación, como loson los terrenos de bajamar. Preparamos una escriturade englobe y aclaración de linderos de los tres predios ydel resto del área, con base en los argumentos de quese incluían áreas de bajamar con naturaleza de playa ydestinación permanente de uso público con el mercadopúblico, que era una zona aún bajo el dominio de laNación, es decir un bien baldío transferible al municipio.Solicitamos entonces al Instituto Geográfico AgustínCodazzi, IGAC, por intermedio del personero municipal,César Arrieta Vásquez, a quien le correspondía deacuerdo con la ley, la inscripción en el registro catastralincluyendo los tres predios antes mencionados que elpersonero y yo como alcalde, protocolizamos ante elNotario Público Segundo de Cartagena, don Rafael H.de Lavalle, en la escritura número 141 del 17 de febrerode 1978.En cierta forma, todo lo anterior se realizó, en parte,para lograr que el Ministerio de Desarrollo pagara por los183


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.terrenos para el centro de convenciones, pero tambiénpara regularizar la situación jurídica de esos terrenos.Fue la solución que se nos ocurrió para poder obtenerlos recursos necesarios para concluir las labores depreparación de Bazurto, las demoliciones de Getsemaníy los costos del traslado que, según las cuentas, costaba35 millones de pesos. Por lo créditos ya obtenidos, lacapacidad de endeudamiento de las Empresas estabacopada. En iguales condiciones estaba el municipio.No había tiempo para tramitar algo con la nación. Lasolución más a la mano era ponerle un precio a losterrenos. El ministro Diego Moreno Jaramillo argüíaque el municipio debía aportarlos al proyecto ya quela construcción del centro de convenciones correríapor cuenta de los socios de APCIC. Lo convenció miargumento de que sin recursos para el traslado, no habríacentro de convenciones. Me exigió entonces un avalúooficial del IGAC, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi.Le solicité directamente a su director, Álvaro GonzálezFletcher, un primer avalúo aproximado de toda el área. Enpocos días me lo envió: ¡setenta millones de pesos!. Yosabía que por ese valor no habría acuerdo con el ministroMoreno Jaramillo. Le expliqué al director la situación, laimportancia del proyecto, el monto de las necesidadesde las Empresas y la urgencia de traspasar el lote, quepodría ser como un aporte del municipio y las Empresasa título gratuito, y que el valor de 35 millones tenía uncarácter más bien nominal para justificar el desembolsode los recursos de Proexpo que se necesitaba paraterminar Bazurto. El avalúo llegó por ese valor.184


José Henrique Rizo PomboEl 3 de agosto, durante el homenaje que le organicé aRafael Gama en la alcaldía para entregarle la medallacívica de Cartagena que no había podido venir a recibirel 24 de julio, firmaron la escritura de traspaso del lotedel mercado, él como Director de Proexpo, y RaúlQuintero Lyons como gerente de las Empresas PúblicasMunicipales de Cartagena. A continuación, Gama leentregó a Quintero un cheque por los 35 millones depesos del lote del mercado.La demolición del viejo mercadoComo ya se anotó, una de las preocupaciones derivadasdel traslado fue el destino y el uso que tendrían lasedificaciones del viejo mercado. El bello y funcionaledificio neoclásico de 1904, había dejado de ser eso,bello y funcional El análisis de las características y, sobretodo, el estado del pabellón principal por los incendiosdel 52 y el 62 y, más que todo, la explosión de 1965que afectó seriamente la estructura, hizo descartar laposibilidad de reconstruirlo para destinarlo a otros usos,pues ninguna opción competía con la de un centro deconvenciones.Por otra parte, reconstruirlo implicaba comenzar desdecero un proceso cuya iniciación para arrancar en firmetomaría un tiempo del que no se disponía, y nadagarantizaba que ese nuevo proceso seguiría. Existía elriesgo de que se prolongara como ya había ocurrido conel proyecto de Bazurto y, otro riesgo peor, que retornarael mercado o se regenerara uno nuevo, como habíasucedido en el de Guayaquil en Medellín.185


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Y algo más, no se contaría con el respaldo del presidenteLópez ni de Proexpo ni del BID, que ya había aceptado enprincipio la invitación a Cartagena. Todos vislumbrabanun centro de convenciones nuevo, moderno y a la alturade lo que se merecía Cartagena.A pesar de todas estas consideraciones, la decisión dedemoler el viejo caserón de Getsemaní y los edificiosanexos no fue fácil. Recibí fuertes presiones y hastaamenazas de los comerciantes, grandes y pequeños,que aún pretendían permanecer en Getsemaní y de lospropietarios de inmuebles aledaños que temían perdersus inquilinos y sus ingresos. También la recibí, nadamenos que de las confederaciones sindicales nacionales.Igualmente recibí un buen número de súplicas,argumentos y hasta amenazas de ser declarado personano grata, evidentemente organizadas por asociaciones dearquitectos y urbanistas, colombianas e internacionales.Por todas estas manifestaciones, que comenzaron allegar desde septiembre y se intensificaban con el tiempo,decidí realizar la demolición del mercado de manera quese fueran creando hechos cumplidos que debilitarancada vez más las expresiones de oposición. Para ello,y con base en los procedimientos legales, las Empresascontrataron al mejor demoledor de la ciudad, y hasta dela costa atlántica, como decía el mismo Aníbal Schiffino,propietario de Schiffino Martínez & Cía. Ltda., que seapoyó en otro gran demoledor, Reynaldo Trillos, que sehizo cargo, con su hijo Germán, del pabellón de carnes ytodas las construcciones en el Arsenal hasta el Reducto.186


José Henrique Rizo PomboCon ellos programamos demoler primero todo lo quefuera exterior a los pabellones para evitar el regresode vendedores callejeros o la aparición de nuevos yproseguir con los edificios, comenzando por los localesy sitios que quedaran vacíos para seguir a medida quese fueran vaciando y, de inmediato, realizar el cargue yretiro de los escombros. A pesar de esos esfuerzos, el18 de julio aún quedaban en pie muchas paredes delmercado.Con un trabajo intenso de ese día y esa noche, el 19,para admiración de quienes llegaban temprano a susquehaceres, amaneció despejada el área que había sidoocupada durante casi 75 años como parte importante dela actividad y la historia de Cartagena y que de ahí enadelante habría de ocupar el Centro de Convenciones.Vista aérea del proceso de demolición del mercado.187


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.La gran plazaEl 19 de julio de 1978, después de inspeccionar a lassiete de la mañana los trabajos de despeje de escombros,subí al despacho y me asomé para apreciarlos mejordesde la ventana.Fue impactante el espectáculo de aquél enorme rectángulo,remate de la calle Larga y el Arsenal sobre la bahía delas Ánimas. Era un espléndido espacio con vista sobrey desde el cordón amurallado del Centro. Se me vino ala mente, guardadas las proporciones, la Plaza de SanMarcos en Venecia.Menos mal que el proyecto de la maqueta dejabadespejada la plaza, pero… ¿no sería mejor que quedaratotalmente libre? El Centro de Convenciones podríadesplazarse hacia la gran área que también quedaríadespejada a lo largo de la calle del Arsenal y aún así,18818 de julio, muros demolidos. Fotos de Álvaro Delgado.


José Henrique Rizo Pomboquedaría suficiente espacio para parqueaderos en elArsenal, incluso para la gran marina que Consulcar,diseñó para la Corporación Nacional de Turismo en 1974y quedó incluida en el Plan de Desarrollo de Cartagena1978-1990. Esa idea tentadora me quedó veladamenteen el trasfondo de la mente.Por lo pronto, lo importante era poner la primerapiedra como arranque efectivo del proyecto y reforzarel concepto de que ese sería el sitio para el Centro deConvenciones.La primera piedraLa gran plaza. Foto de Álvaro Delgado.Y el 24 de julio, día de la Armada Nacional, a las10:3 de la mañana, el señor arzobispo de Cartagena,monseñor Rubén Isaza Restrepo, bendijo la primerapiedra del Centro de Convenciones con la presenciadel presidente López, el ministro de Gobierno AlfredoAraújo Grau, el Ministro de Defensa, general AbrahamVarón Valencia, el ministro Moreno Jaramillo, el ministroJorge Mario Eastman, el gobernador de Bolívar, HaroldoCalvo Núñez, el comandante de la Armada Nacional,189


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.almirante José Alfonso Díaz, el almirante GuillermoUribe Peláez, comandante de la Fuerza Naval delAtlántico, el comandante de la Policía Departamentode Bolívar, Coronel Octavio Vargas Silva, Carlos delCastillo Restrepo, quien como secretario general delpresidente López había sido con su hermano Ramón elgran apoyo ante el presidente y para las gestiones delCentro de Convenciones.Estuvieron también presentes, Jaime TruccoLemaitre, Director Seccional de Salud, el presidentedel Concejo municipal Raúl Guerrero Porras, muchosconcejales, Raúl Quintero Lyons, nuevo gerente de lasEmpresas Públicas, los directores de las EmpresasPúblicas, Luis Bustamante del Valle, Administrativo,Eduardo Yabrudy, Financiero, Eduardo Merlano,Técnico, y funcionarios y el personal de éstas; eldirector de Planeación de Cartagena, Óscar GómezCaycedo, el director de Tránsito Fabio RuedaGómez, el administrador de los mercados coronelOrlando Arévalo, invitados especiales y muchos delos que, en una u otra forma, habían participado enla preparación y ejecución del traslado del mercado,en la consolidación de las gestiones por el Centrode Convenciones y en la elaboración de las normasadministrativas y urbanísticas municipales que ledieran piso legal a todas las actuaciones.El acto fue engalanado con la asistencia de la niña Ceci,doña Amelia de Calvo, Carmencita de Rizo y de lasesposas de muchos de los asistentes. Por razones desalud, Rafael Gama no pudo viajar para asistir.190


José Henrique Rizo PomboEse día, agradecí con la Medalla Cívica de Cartagenaa quienes intervinieron de manera realmente directa yefectiva en la gestión para el centro de convenciones:Diego Moreno Jaramillo, Germán Botero de los Ríos,Contralmirante Guillermo Uribe Peláez, Carlos delCastillo Restrepo y Ramón del Castillo Restrepo. Lade Rafael Gama Quijano se la impuse en homenajeespecial que le organicé el 2 de agosto en el Palacio dela Inquisición.24 de Julio de 1978. Instalación de la Primera Piedra del Centro deConvenciones. Fotos de Álvaro Delgado.191


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El presidente AlfonsoLópez devela la Primera Piedra en presencia delgobernador Calvo Núñez y el alcalde Rizo Pombo192Monseñor Rubén Isaza Restrepo, arzobispo de Cartagena,bendice la Primera Piedra. Fotos de Álvaro Delgado.


José Henrique Rizo PomboLa primera piedra del Centro de Convenciones de Cartagena.Foto de Álvaro Delgado.La primera piedra, con la leyenda conmemorativa queenvió Proexpo, fue labrada por el escultor y pintor españolresidenciado en Cartagena Eladio Gil, autor de interesantesobras entre ellas la estatua de la India Catalina.RelevosCon el cambio del gobierno nacional del presidenteAlfonso López al presidente Julio César Turbay el 7de agosto, se produjeron también importantes relevosque tuvieron significativa incidencia en el devenir delproyecto del centro de convenciones.La nueva gobernadora de Bolívar era Elvira Faciolincede Espinosa. Ella nombró de alcalde de Cartagena aRoberto Gedeón Ghisays, que se posesionó el viernes 8de septiembre a las cinco de la tarde. Durante ese messeguí siendo alcalde de Cartagena.193


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.En el plano nacional, el nuevo ministro de DesarrolloEconómico era Gilberto Echeverri Mejía y Rafael Gamahabía sido nombrado gerente del Banco de la República.El nuevo gerente de Proexpo era el ex vicepresidente deANDI, Manuel José Cárdenas.El lunes 11 me reuní con Javier Martínez para recibirlela gerencia de APCIC. Esa tarde realizamos el empalmecon la participación de la secretaria Gladys de Morales ydel contador Carlos Galindo U.El sábado 9 fue un día muy movido. Desde las ocho dela mañana me posesioné formalmente como gerentede APCIC durante la reunión de la junta directivade APCIC, la primera en Cartagena, con GilbertoEcheverri, y con Rafael Gama, ya como gerente delBanco de la República y los nuevos miembros de lajunta, A Álvaro Jaramillo Vengoechea, Rafael EspinosaGray y Josefina Delvalle Jimeno. Actuó como secretariaGladys de Morales.Poco antes de las nueve, salimos Rafael Gama y yocon el ministro Echeverri a mostrarle el Arsenal y todael área donde había estado el mercado. Al mediodía,fuimos al almuerzo ofrecido por Héctor Trujillo Vélez,gerente del proyecto de la Zona Franca Industrial yComercial de Cartagena. El sábado 14, atendí de muybuen grado el pedido de Roberto Gedeón de explicarlelo que yo había realizado. En el despacho de la alcaldíale hice verbalmente un pormenorizado informe de los tresprocesos principales, el traslado del mercado, la gestióndel centro de convenciones y el plan de desarrollo, con194


José Henrique Rizo Pombodetalles sobre las razones para las decisiones tomadasy con recomendaciones para prevenir en Bazurto lo quehabía sucedido en Getsemaní, y la aplicación del plan dedesarrollo. Le dejé dos memorandos escritos sobre estostemas. Durante todo el tiempo, Roberto estuvo muy atentoe hizo frecuentes e importantes preguntas.El 9 de octubre, Jenny Viaña, que laboraba en la gerenciadel Banco de la República en Cartagena, asumió el cargode secretaria de la gerencia de APCIC. Fue una eficientecolaboradora y gran ayuda para mí y mientras duró lavigencia de la APCIC. Por razones personales, Gladys deMorales, que también fue una gran ayuda, se había retirado.El concurso arquitectónicoDesde enero habíamos decidido Rafael Gama y yoque el concurso arquitectónico no sería abierto por lademora y la dificultad que habría en la evaluación ycalificación de muchos proyectos. Convinimos en quesería cerrado para cinco proponentes entre las mejoresfirmas de arquitectura del país, que nos pareció unnúmero suficiente para un proyecto tan importante. Yosugerí hacerlo entre arquitectos cartageneros. RafaelGama adujo que la importancia de un proyecto quetenía carácter nacional justificaba recibir propuestas decualquier parte del país. Al fin convinimos en que dos delas cinco firmas fueran de Cartagena.Gama había tenido el acierto de escoger por sutrayectoria y experiencia y por su capacidad demostradaen el Centro de Convenciones de Bogotá para que se195


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.ocupara de los aspectos técnicos y arquitectónicosdel proyecto del centro de convenciones a FranciscoBohórquez Rivero que se convirtió en hombre clave.Con base en el proyecto de la Corporación Nacionalde Turismo que había elaborado Consulcar en 1974y que se estaba incorporando al plan de desarrollo yen las características del Centro de Convenciones deBogotá, Bohórquez comenzó a trabajar en el proyectode Cartagena e informó sobre el proceso en variosdocumentos, de los que se toman sus propias palabrascon un mínimos de ajustes.196“Para lograr las metas se hizo imperativo realizarrápidamente, los estudios que respaldarían con un aciertotécnico los propósitos establecidos y para ello, se contócon el gran apoyo institucional del Banco de la Republica,y el Banco Interamericano Desarrollo que facilitó losmedios para que en compañía de otros funcionariosde la institución y a través de las oficinas comercialesde Proexpo, se logró obtener pasantías en más de 10ciudades de Estados Unidos con centros de convencionesy más tarde en ciudades y empresas estatales de turismoen varias ciudades del continente, con proyectos similares,como fue Panamá, México, Guatemala, Lima, Santiagode Chile. El conocimiento adquirido me permitió concretarel programa arquitectónico que se expuso en las basesdel concurso. Era entendible y así lo sabíamos que dichopredimensionamiento, se constituía en una guía paraadecuar los diseños en ese marco pero nunca, se estableciócomo camisa de fuerza.Entre mayo y junio de 1978 elaboré las bases del concursoteniendo en cuenta lo establecido en la ley vigente en losreglamentos para esos concurso por parte de la Sociedad


José Henrique Rizo PomboColombiana de Arquitectos. Estas condiciones fueronestudiadas en su momento por el Departamento Jurídicode Proexpo y en el Banco de la República. Por último, seexpusieron detalladamente en la sociedad promotora y sujunta directiva para su aprobación.Para seleccionar las cinco firmas, entre junio y julio seabrió una amplia convocatoria nacional que se publicó através de la prensa escrita en todo el país. Se inscribieroncincuenta firmas. Una vez se recibieron, únicamente enCartagena, todas las hojas de vida y la información delas empresas interesadas y arquitectos interesados,y utilizando parámetros de selección previamenteelaborados por el suscrito y aprobados por la APCI yProexpo, se seleccionaron las cinco firmas que máspuntaje obtuvieron para participar en el concurso. Esbueno recordar que recibieron un trato preferencial lasfirmas de Cartagena y como resultado de ello, participaroncuatro firmas en dos consorcios. La selección la aprobó laJunta de la promotora.”El 2 de agosto se hizo pública la escogencia de AnguloBenincore y Cía Ltda., Esguerra Sáenz Samper Ltda.,Cuellar Serrano Gómez & Cía Ltda., Civilco Ltda. deCartagena con Barón & Macchi Ltda. de Barranquilla yla firma Arquitectos Asociados Ltda., conformada por losarquitectos cartageneros Hernán Piñeres, RaymundoDelgado, Eduardo Camacho y Manuel Ramón Barbosacon el arquitecto Arturo Robledo de Bogotá.El concurso arquitectónico para el diseño del centro deconvenciones se abrió oficialmente el 17 de agosto de1978, con un plazo de tres meses.197


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Cierre del concursoA comienzos de noviembre viajó Francisco Bohórqueza México donde permaneció entre el 4 y el 12 enbusca de información para adoptar un reglamento deun comité asesor del jurado y para la interventoría delos diseños. Con posterioridad comentamos sobre laconveniencia práctica de aprovechar para este comitéa los asesores del centro de convenciones de Bogotá.A las cuatro de la tarde del 17 de noviembre de 1978se cerró el concurso arquitectónico. Se recibieronanteproyectos de las firmas Angulo Benincore yCía. Ltda., Esguerra Sáenz Samper Ltda., CuellarSerrano Gómez & Cía. Ltda., Civilco Ltda.-Barón &Macchi Ltda. y Arquitectos Asociados Ltda. que fueconstituida especialmente para este proyecto por losarquitectos cartageneros Hernán Piñeres, RaymundoDelgado, Eduardo Camacho, Manuel Ramón Barbosay Rafael Tono, con Arturo Robledo de Bogotá.Las maquetas con los planos descriptivos de laspropuestas se organizaron en el salón Martínez Martelode la alcaldía donde comenzaron a ser revisados porÓscar Gómez Caycedo que había sido el director de laOficina de Planeación durante mi alcaldía, FranciscoBohórquez, que habían preparado las condiciones delconcurso y los términos de referencia, para comprobarsi habían cumplido las especificaciones del concursoy con las normas urbanas del municipio de acuerdocon las disposiciones del Plan de Desarrollo. No huboobservaciones de importancia.198


José Henrique Rizo PomboPara el día 25, las maquetas fueron trasladadas a unsalón del segundo piso del edificio del Banco de laRepública donde se instaló el jurado calificador paraevaluar los anteproyectos con el apoyo de un comitéasesor que estuvo conformado por Francisco Bohórquezy el arquitecto Augusto Sánchez del departamento deConstrucciones del Banco, a los que se sumó el arquitectoHernán Téllez, que había sido invitado por RaymundoAngulo para que lo asesorara en el juzgamiento.La decisión del juradoA las 10 de la mañana del 25 de noviembre se reunióel jurado calificador para ser instalado formalmente.Asistieron Roberto Gedeón, Ramón de Zubiría, EduardoLemaitre y Manuel José Cárdenas. Raymundo Angulollegó de Santa Marta a las 2:30 pm. También asistieronRafael Gama, Haroldo Calvo, José Henrique Rizo y elcomité asesor.Tras unas palabras de Rafael Gama de saludo y recuentode lo ocurrido desde la constitución de APCIC y de cortasintervenciones de Cárdenas, Calvo y Rizo, FranciscoBohórquez hizo una explicación de los proyectos.Ese día el jurado trabajó hasta las cuatro de la tarde. Sereunió el domingo 26 entre 10 de la mañana y una de latarde y, por último, el martes 28 de 4 a 7 de la noche,para producir su fallo: primer puesto, Esguerra Sáenz ySamper Ltda., segundo, Angulo Benincore & Cía. Ltda.y tercero, Civilco Ltda. - Barón & Macchi Ltda.199


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Concluida la labor del jurado, los anteproyectosregresaron al salón Martínez Martelo de la alcaldíapara ser presentados al público, pero después de lapremiación. Las cinco maquetas se distribuyeronconvenientemente para fijar en paneles verticalescerca de cada una, los planos, las perspectivas yrepresentaciones gráficas y las leyendas explicativasde cada proyecto.El acta del jurado quedó redactada el 30 de noviembre yse procedió a pasarla en limpio. El 4 de diciembre la firmóel alcalde Gedeón. Yo me responsabilicé de hacérselasllegar a los demás jurados para sus firmas. El 11 dediciembre la trajo de Bogotá Manuel José Cárdenas conlas firmas de Ramón de Zubiría y Raymundo Angulo. Trasconciliar las agendas de los jurados, logramos definirel acto de entrega de los premios para el miércoles 13de diciembre a las cinco de la tarde. Por dificultades dehorario, no comenzó a las cinco como estaba previsto.Fue un acto muy breve que duró entre casi las seis y lasseis y treinta, pues los viajeros tenían que devolverseenseguida a Bogotá. Rafael Gama no pudo venir poruna reunión importante de la Junta Monetaria. En lamesa principal se sentaron Gilberto Echeverri Mejía,Ministro de Desarrollo, César Gaviria Trujillo, Viceministro,el director de Proexpo Manuel José Cárdenas,el gobernador Haroldo Calvo Núñez, el alcalde RobertoGedeón Ghisays, el Comandante de la Fuerza Navalde Atlántico, Contralmirante Guillermo Uribe Peláez, elComandante Encargado de la Base Naval, Capitán deNavío Luis Cotes, y yo.200


José Henrique Rizo PomboLa localización del proyectoEn mi corto discurso para anunciar los resultados delconcurso arquitectónico, hice un comentario sobre laopción que se tenía de mantener despejada el áreadonde había estado el mercado para convertirla en unabellísima plaza con una espléndida vista y de proponerque el centro de convenciones se localizara en elcentro del gran tramo de la playa del Arsenal dondehabía estado lo que se conocía como la “bodega deGanem”. El comentario causó revuelo y protestas delos ganadores del primer puesto.Muchas personas a quienes expuse mis argumentos y,sobre todo después de apreciar el entorno y las ventajaspara la ciudad del gran espacio que había quedadodisponible, se mostraron estar de acuerdo, entre ellasnada menos que el presidente Turbay durante su visitaal terreno del 28 de octubre y, el 10 de diciembre, duranteel paseo en lancha donde, además del sitio del mercado,le mostramos al presidente y a su comitiva el nuevo sitiode Bazurto y el plan que se podría realizar con los cañosy lagos con una entrada a la laguna de San Lázaro.El tema fue analizado durante reuniones del 20 dediciembre en la dirección de Proexpo en Bogotá y del10 de enero en el despacho del alcalde en Cartagena.En esta última convinimos en definir la localización enreunión que se programó para el primero de febrero enla sede de Proexpo en Bogotá, en la que los diseñadorespresentarían su anteproyecto y una alternativa en elArsenal.201


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.A la reunión, que duró de 3 a 6 y 40 de la noche, asistieronLuis Prieto Ocampo, Director del BID por Colombia yPerú, Manuel José Cárdenas, los arquitectos del Bancode la República Francisco Baracaldo, Álvaro Cárdenasy Augusto Sánchez, Germán Samper y Eduardo Campode Esguerra Sáenz y Samper, Francisco Bohórquez,arquitecto de Proexpo, y el arquitecto Germán Téllezcomo asesor de la Corporación Nacional de Turismo.Prieto manifiesta inquietud pues en el BID se tiene aColombia para 1980. Yo expreso mi complacencia einformo de las gestiones con Jorge Hazera para 1981.Samper presenta un esquema en la esquina dondeestuvo el baluarte de Barahona y otro en el sitio de labodega de Ganem en el Arsenal donde había estado elbaluarte de Santa Isabel. Samper informa que los diseñostomarían más tiempo si cambiaban la localización.Tras amplia discusión, escogen a Barahona perocon una concesión. El proyecto se hizo retroceder losuficiente para que el gran patio de armas del frentepermitiera el paso de la visual de la calle Larga hacia elcentro en la que se destaca la torre de la Catedral. Paraello se rellenaron varios metros en el sector donde habíaquedado el pabellón de granos. Samper informó que conlas decisiones tomadas, los diseños podrían entregarsepara noviembre de 1979.Cambios en Proexpo y en APCICEl relevo en el gobierno y en Proexpo había generadoun cambio en APCIC, no sólo de quienes lo dirigían.Rafael Gama había querido darle a la Asociación mucha202


José Henrique Rizo Pomboimportancia y representatividad. Incluso alcanzó a darleautomóvil al gerente. Con su paso a la gerencia delBanco de la República, el nuevo director de Proexpo,Manuel José Cárdenas, aplicó un criterio más austeropara el funcionamiento de APCIC con decisiones máscontroladas desde Bogotá.Más que para el manejo de APCIC, mi crecientepercepción, derivada de mis conversaciones con RafaelGama y con los funcionarios de Proexpo, era un cambiode apreciación y actitud ante el mismo proyecto delCentro de Convenciones. Pudieron influir el saber queManuel José Cárdenas venía de ser vicepresidente de laANDI y los insistentes comentarios de que nuevamentelos industriales estaban exigiendo más atención deProexpo a las exportaciones manufactureras, como melo había advertido José Vicente Mogollón en enero de1977, al salir de la visita a Germán Botero en el Bancode la República.Pero lo que sí me confirmó que algo de fondo había, fue lanoticia de que en la junta directiva de Proexpo un miembrohabía opinado que primero se debía construír el centrode convenciones de su ciudad que el de Cartagena. Seme corroboró el 20 de diciembre en Bogotá cuando elnuevo director de Proexpo en su despacho me pregunta¿Qué pasa si no se hace el centro de convenciones deCartagena? Que armo el paro cívico más grande que sehaya conocido, fue lo que se me vino a la cabeza.Ese mismo día, Rafael Gama me comentó la convenienciade reducir gastos de APCIC. Hablamos de pasar203


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.las oficinas al edificio del Banco de la República y deprescindir del vehículo y su conductor. Me comentóque se podría prescindir de la gerencia para nombrarun administrador. Yo podría quedar como un asesorgerencial. Mi respuesta fue que mi interés era que seconstruyera el centro de convenciones y de que inclusoaceptaría la gerencia ad honorem.Los meses de enero y parte de febrero transcurrieron conlas reuniones en Cartagena y Bogotá con los arquitectosy con los directivos de APCIC sobre el cambio delocalización del proyecto. Mientras tanto, se manteníanlas noticias y la tensión sobre las aspiraciones de otrasciudades para el centro de convenciones.Aunque no tuviera relación con la situación, la sensaciónde tirantez se acentuaba por las dificultades que seestaban presentando con las entidades socias deAPCIC para que hicieran oportunamente los aportes aque se habían comprometido, a pesar de los constantesrequerimientos para lograrlo.Más de una vez asistí con Rafael Gama a reunionesen Cartagena y Bogotá con otras entidades para quese asociaran al proyecto. Algunas ofrecieron inclusorestaurar las viejas casonas del Arsenal. A la larga, elgran peso de la financiación recayó en Proexpo apoyadopor el Banco de la República. Afortunadamente el interésy la decisión, también.Adicional a todo lo anterior, desde el momento en quese hizo público el resultado del concurso arquitectónico,204


José Henrique Rizo Pombose desató en Cartagena el debate que con frecuenciase produce ante todo nuevo proyecto. No faltaron lasconsabidas críticas y la diversidad de opiniones, hastael punto de que alguien pagó un costoso aviso enprimera página de un diario local solicitando expertos enexplosivos para volar el centro si se construía, lo quecausó gran preocupación en las esferas bogotanas.La crisisMi gran preocupación era que esa acumulación decircunstancias hiciera mella en el ánimo de los directivosde APCIC y de Proexpo e inclinara la balanza haciaquienes pretendían conseguir en su ciudad un centro deconvenciones, en vez de Cartagena. Comencé a madurarla idea de generar una crisis y, para eso, el mayor impactoera que yo renunciara públicamente a la gerencia deAPCIC.El jueves 8 de marzo me llama Rafael Gama, paracomentarme sobre el proyecto de residencia enCartagena para el presidente de la república, teniendoen cuenta las frecuentes visitas de los presidentes ala ciudad, y me anunció que el fin de semana vendríaa Cartagena. Ese sábado diez de marzo, al caer latarde, tuvimos una larga entrevista en su apartamento.Hablamos de la conveniencia de reorganizar APCICcon disminución de gastos y traslado de las oficinas aledificio del Banco de la República, del cambio de revisorfiscal y de la reducción de personal, comenzando porel asesor económico y el chofer. Al día siguiente, almediodía, reanudamos la conversación.205


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Me presenté con un primer presupuesto de $42 millonesde pesos para la restauración del Teatro Heredia quehabía elaborado Óscar Gómez con la ayuda de AnaLuisa Mendoza. Me reconoció que con su paso a lagerencia del Banco, se había producido también uncambio en Proexpo con relación a los proyectos decarácter cultural que habíamos estado considerando yque su continuación dependía de su nuevo director. Ya nopodía ocuparse personalmente con la misma intensidad,pero afortunadamente seguía contando con Ana LuisaMendoza, directora del Fondo de Conservación yRestauración del Patrimonio Cultural Colombiano.Aunque yo seguía madurando la idea de generar unacrisis para asegurar la construcción del Centro deConvenciones, no le comenté nada a Gama, pero si lepedí confirmar que también continuarían los diferentesproyectos en que habíamos venido trabajando, pues mepreocupó que la Casa de Huéspedes Ilustres, como alfin se denominó, copara toda su atención. Me dijo quecon Ana Luisa Mendoza podríamos seguir trabajando enel Teatro Heredia y los demás proyectos.El jueves 15 por la mañana le hice una visita de másde dos hora al alcalde en su despacho. Le comenté loscambios en Proexpo. Sin informarle mis intenciones derenunciar, le pedí encarecidamente que, como Alcaldey allegado al presidente, le recomendara el apoyo alcentro de convenciones. Me prometió hablarle el fin desemana.206


José Henrique Rizo PomboLa renunciaEl miércoles 28 converso dos veces por teléfono conManuel José Cárdenas sobre reunión de la junta directiva.Al fin se fija para el 30. Ni en esas conversaciones nien la que sostuve con Rafael Gama el 19 cuando mellamó sobre una posible visita el fin de semana, que nose realizó, pude conseguir una afirmación categórica deque se mantendría el proyecto de Cartagena.No quise correr el riesgo de que no fuera esa la decisiónde la junta, por lo que decidí renunciar antes de la reunióne informar a la prensa lo que venía sucediendo comoestrategia para alertar a la opinión pública de Cartagenasobre el riesgo, motivar su apoyo al proyecto y conseguirde esa manera que la junta directiva de APCIC y Proexpolo continuara.Envié mi carta de renuncia a Gilberto Echeverri Mejía,ministro de Desarrollo Económico y presidente de lajunta directiva de APCIC, y a los demás miembros de lajunta con una justificación del centro de convenciones,su importancia para Cartagena y el país. Concluía conmi renuncia como una contribución para facilitar queel centro se construyera con los nuevos criterios deProexpo y con mis agradecimientos por la acogida quele dieron.Mandé copia a los periódicos de Cartagena y a loscorresponsales de la prensa capitalina y llamé a lagobernadora Elvira Faciolince de Espinosa. Estaba engestiones en Bogotá. Le informé de lo sucedido y le207


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.pedí encarecidamente que hablara con el presidente yle solicitara su respaldo para la construcción del Centrode Convenciones. Me lo prometió.La alarmaAl día siguiente, jueves 29 de marzo, los primerostitulares de primera página de El Universal y El Diario dela Costa coinciden en reflejar su alarma con: “Peligra elCentro de Convenciones”, lo que fue noticia también enEl Tiempo y El Espectador, que en su edición Caribe medestacó como figura del día. Esa noticia era lo que yobuscaba. La noticia pasó a El Heraldo y otros periódicosdel país.En la reunión del viernes 30, que se celebró entre las4 y las 6:45 pm en las oficinas de APCIC, se hicieronclaras manifestaciones de que el proyecto seguiría.Fue aceptada mi renuncia y se nombró de gerentea Haroldo Calvo Stevenson. Cárdenas presentó laminuta del contrato con Esguerra Sáenz y Samper Ltda.para el diseño del centro de convenciones. Era unaconfirmación de que el proyecto continuaría. Además,presentó, para aprobación de la junta, un comunicadode prensa que esa misma noche ayudé a repartir aperiódicos y noticieros.Con posterioridad, varios periódicos y revistas yprogramas de televisión publicaron crónicas y realizaronentrevistas sobre el tema.208


José Henrique Rizo PomboEl respaldo del presidente TurbayEn declaraciones al Diario de la Costa del 31, lagobernadora informa de su reunión del día anterior conel presidente Turbay con quien almorzó en palacio.Turbay le ratificó la decisión del gobierno de continuarlas obras y de cumplir el compromiso con el BID paracelebrar su asamblea de gobernadores, a comienzosde 1981. El 3 de abril publicó El Diario de la Costa lacarta de agradecimiento que le dirigí a la gobernadoray la confianza de la ciudad en que el centro sería unarealidad.En semana santa tuve oportunidad de sentarme al ladodel presidente Turbay durante un almuerzo informal enel Club Naval, y agradecerle personalmente su apoyo alcentro de convenciones.El respaldo del presidente Turbay Ayala ratificó ladecisión del presidente López Michelsen de construir elcentro de convenciones, le dio continuidad al proyecto ymantuvo el entusiasmo y el dinamismo de Rafael Gama.Haroldo Calvo, gerente de APCICPara continuar el proyecto y llevarlo a cabo, RafaelGama contó con la invaluable participación de HaroldoCalvo Stevenson, que aportó su reconocida seriedady eficiencia en la gerencia general de la Asociación yla dinámica supervisión y dirección de la ejecución delas obras.209


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.El martes 3 de abril entre 11.30 y 12.15 del día, me reunícon Haroldo para hacerle entrega de las oficinas y dela APCIC. Fue entonces cuando regresé de lleno a mioficina después de aquel día de abril de 1976, cuandoNicolás del Castillo me llamó para pedirme que meencargara de la gerencia de las Empresas Públicas.Esa semana asistí a las reuniones de las juntas directivasde las seccionales en Cartagena de Camacol y deCotelco así como a la de Fundecar, la Fundación parael Desarrollo de Cartagena, a informar lo sucedido y asolicitarles que expresaran ante el Presidente Turbay, elministro de Desarrollo Económico y Proexpo su apoyo alcentro de convenciones.Si el Centro de Convenciones se pudo inaugurar con laasamblea del BID, se debió a la tesonera, insistente yexigente labor de Haroldo Calvo desde la gerencia deAPCIC, a su capacidad de organización y dedicación,y de saber aprovechar aportes como el del arquitectode Proexpo Francisco Bohórquez que prácticamentese dedicó a la finalización de las obras durante suúltimo año.Para la etapa final de organización administrativa yoperativa del Centro y en especial para la preparaciónde los eventos de la inauguración, la APCIC encargó dela gerencia a Alvaro Salcedo Muñoz, por su experienciaen organizar eventos internacionales importantes entreellos la reunión del BID en Bogotá en 1968 y ya parala inauguración nombró de primer gerente general aManuel Pretelt de la Vega que había sido gerente de210


José Henrique Rizo Pombola construcción del Hotel Hilton. A Manuel le tocó laterminación de detalles pendientes, y enfrentar lascríticas que nunca faltan en nuestras grandes obras.entre ellas hasta amenazas de explosión con anunciosde prensa en primera plana solicitando expertos, lo queafortunadamente no se cumplió.Así pudo su primer gerente general dedicarse a iniciar enfirme la exitosa y fructífera etapa operativa del Centro.La realidad es que sólo durante los dos primeros añosde operación, produjo ingresos en el país y la ciudadpor una suma mayor que lo que había costado. Segúnalgunos cálculos, mas de dos mil setecientos millonesde pesos.Ajustes de última horaMi retiro de APCIC no significó que yo me desentendieradel proyecto del Centro de Convenciones. Duranteel tiempo en que permaneció despejada el áreadonde estuvo el pabellón principal del mercado, memantuve vigilando que se respetara ese espacio. Poreso avisaba a la alcaldía o a la Dirección de Tránsitocuando comenzaban a parquear allí buses y camiones.Era importante impedir que se convirtiera en costumbreque, de afianzarse, podría crearles dificultades a lasobras. Afortunadamente, a mediados de 1979 seconstruyó una gran valla de lámina ondulada de cincdesde el muelle de los Pegasos hasta el Reducto paraencerrar toda el área que había ocupado el mercado laque al fin del año se fue removiendo para dar comienzoa las obras.211


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Apenas llegaron los planos con los diseños, losexaminé en compañía de Rafael Cepeda. Me parecióque el escenario no tenía la profundidad y la amplitudni había camerinos suficientes para grandes orquestassinfónicas ni presentación importantes de teatro uópera, ni el auditorio estaría adecuado para los doseventos cartageneros que, para mí, debían tener susede permanente en el Centro de Convenciones: elConcurso Nacional de Belleza y el Festival de Cine.Con base en estas observaciones se introdujeronajustes a la disposición y los corredores de circulacióninterna del auditorio pero la localización del proyecto yel espacio disponible entre la vía y la bahía obligaron adisponer los camerinos y las áreas auxiliares detrás deescenario y en dos pisos.Cuando ya se había iniciado la construcción de laestructura del Centro e iniciada la etapa de muros yacabados, me pidió Rafael Cepeda, a nombre de RafaelGama, que le ayudara con las instalaciones hidráulicasdel Centro de Convenciones y de la Casa de HuéspedesIlustres de Cartagena, que ya había comenzado aconstruir en la isla de Manzanillo. Quería algo de primeracalidad para ambos. No podía negarme.Y avanzada la construcción me propusieron quenos responsabilizáramos del montaje del sistemacompleto de manejo y suministro de alimentos ybebidas, lo que realizamos asociados con la firmaFabio Mejía & Cía. con quien trabajábamos en elproyecto del hotel Hilton.212


José Henrique Rizo PomboYo había logrado organizar desde 1972, además demi oficina consultora de ingeniería, una compañía conun excelente grupo de ingenieros, dibujantes, algunosextranjeros, y un personal de campo muy seleccionado,para diseñar y construir instalaciones hidráulicosanitariascon toda la técnica, lo que antes no se hacíaen Cartagena, pues ya vislumbraba la demanda deedificios altos que generaba el “boom” de la construcciónproducida por las UPAC. De esta manera volví avincularme al Centro de Convenciones.Primeros pasosSólo cuatro meses después de la asamblea del BID, el7 de agosto de 1982, el presidente Turbay le entregó lapresidencia al presidente Belisario Betancourt Cuartas,que nombró, a Hugo Palacios gerente del Banco della República en reemplazo de Rafael Gama y a JoséVicente Mogollón gerente de Proexpo y a ManuelPretelt, Superintendente de Subsidio Familiar.En su campaña, el presidente Betancourt no habíamuy de acuerdo con la inversión en el Centro deConvenciones y en la Casa de Huéspedes Ilustres.Opinaba que la nación debía dedicar sus recursos aobras que atendieran las necesidades de la poblacióncomo acueducto, alcantarillado, salud, educación y enespecial la vivienda con su programa sin cuota inicial.En los últimos meses de su campaña, Manuel Pretelt,que colaboraba en la campaña, le expuso suficientesrazones al doctor Betancourt de aprovechar las ventajas213


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.competitivas de Cartagena para apoyar el turismocomo actividad económica tan importante para eldesarrollo como la industrial y, por lo tanto al Centro. deConvenciones para promover un turismo de congresosy eventos colectivos, que permitiría aprovechar mejorla infraestructura hotelera y turística de la ciudad puesnormalmente se realizan fuera de las temporadastradicionales de vacaciones.Ya posesionado de la presidencia, el doctor Betancourtrecibió de la dirigencia de Cartagenera, preocupada porel futuro de esas dos obras monumentales, una bienargumentada defensa, casi un memorial de agravios.Lo cierto es que el presidente apoyó a José Vicenteen la creación de la Corporación de Centros deConvenciones de Colombia, para manejar los deBogotá, Cartagena y de Paipa y atendió la propuestade Mogollón y Hugo Palacio de nombrar de gerente aManuel Pretelt con el especial encargo de atender laCasa de Huéspedes.De esta manera se inició la intensa actividad que indujola creación de centros de convenciones en todo hotel quese respete y la promoción de centros de exposicioneslo que fue la base para la consolidación de Cartagenacomo centro internacional de congresos.Balance de una amistad por CartagenaQuizás por el entusiasmo de ambos por el proyectodel Centro de Convenciones, quizás por la similitud deestilo para pensar y actuar, lo cierto es que desde el214


José Henrique Rizo Pomboprimer momento se produjo entre Rafael Gama y yo unaempatía que de inmediato se convirtió en una amistad,fuente de ideas y proyectos, varios de los cuales seconvirtieron en realidad, comenzando por el propioCentro de Convenciones. En pocas horas, el doctorGama ya era para mí, Rafa.Fueron numerosas las visitas que realicé a la dirección deProexpo y luego a la gerencia del Banco de la Repúblicay numerosas las que le hice, primero al apartamento desu amigo Humberto Schiappa y luego al apartamento quecompró en el mismo edificio de El Laguito. Fueron variaslas veces que estuve en su apartamento de Bogotá y lasque él con Gilma su señora y sus hijos, Claudia y JuanCarlos, estuvieron en “Las Rejas de la Guadalupe”, micasa de Loma de Piedra, Turbaco, y en mi apartamentode Castillogrande. Y fueron numerosísimas nuestrasconversaciones telefónicas de larga distancia.Lo cierto es que de esa amistad surgieron proyectos,unos propuestos por mí como la restauración del teatroHeredia, pero la mayoría de Gama, como los últimos y másimportantes, la Casa de Huéspedes Ilustres y el Museo delOro. Recuerdo el atardecer de comienzos de junio del 78cuando llevé a Rafael a ver los terrenos del mercado yademolido, y lo que estaba en ese proceso en el Arsenal,y luego a los sitios de los diversos proyectos en el centro.Al pasar por el teatro Heredia, el sol dorabamaravillosamente la fachada. Paré y se la mostré.¿Eso qué es?, me dijo. Lo describí y le explique lahistoria y el abandono de varios años por falta de215


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.recursos del municipio y de la Corporación Nacional deTurismo. De inmediato me dijo que, apenas regresaraa Bogotá, iniciaría gestiones para su restauración. Enconversaciones posteriores planteé la posibilidad decrear una fundación para restaurar el teatro. Gamaprefirió hacerlo con la Fundación para la Conservacióny Restauración del Patrimonio Cultural Colombiano quedirigía Ana Luisa Mendoza.Ana Luisa fue una diligente colaboradora de RafaelGama. Con ella hice también una gran amistad quenos ayudó, ella en Bogotá y yo en Cartagena, a agilizartrámites y gestiones para los proyectos, entre los quemerecen mención la Biblioteca Bartolomé C. Calvo,que le había solicitado el gobernador Haroldo CalvoNúñez, y los que se comenzaban a esbozar, el Museodel Oro y la Casa de Huéspedes Ilustres, así comola restauración del tejado de la iglesia de la TerceraOrden que se ejecutó para la inauguración del Centrode Convenciones, y el gran parque de la Marina queinauguró el alcalde Antonio Pretelt Emiliani para lacelebración del trisesquicenternario de la independenciade Cartagena en 1983.Con Rafael Gama ideamos muchos proyectos quepudieron haber sido y no fueron. Son de mencionar:la restauración del parque del Centenario y, en unrincón, un centro de acuñación de monedas, ya queno podríamos ponerlo en los terrenos del Centrode Convenciones. Enfrente, la adecuación del belloedificio del Club Cartagena para museo y escuela debellas artes. La restauración de la Casa de la Moneda,216


José Henrique Rizo Pomboa la sazón del Ministerio de Salud, para instalar ungran museo de Numismática cuya compra intentamosnegociar con el ministro Alfonso Jaramillo. Larestauración del convento de Santa Clara para crear enél una gran Facultad de Restauración y ConservaciónArquitectónica y Monumental para el área del Caribey para cuya compra, de acuerdo con Gama, le ofrecípersonalmente cuarenta millones de pesos a LuisArraut Esquivel, rector de la Universidad de Cartagena,que no aceptó porque “ya tenía otros proyectos”, era yala idea del hotel Santa Clara.Para mí, y para Cartagena, el resultado más importantede esa amistad ha sido la carambola a tres bandasdel traslado del mercado con la puesta en marchade Bazurto, el plan de desarrollo y el Centro deConvenciones, y lo más interesante, que ojalá sirvade lección y referencia futura, es el fuerte contrasteentre lo que sucedió con el plan de desarrollo y elmercado, y la evolución y los efectos benéficos delCentro que, a no dudarlo, se multiplicarán por habersido encomendado al Grupo Heroica de entusiastasy recursivos empresarios colombianos que tuvo elacierto de nombrar de gerente a una mujer joven,bella, inteligente, activa, con gran personalidad yejemplar ejecutiva, Juliana López Bermúdez.Reacciones y contrastesComo toda obra de importancia en Cartagena, el Centrode Convenciones causó debates y críticas. No ocurrió,o al menos no fue notorio, durante las gestiones que217


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.se adelantaron entre enero de 1977 y septiembre de1978, porque estas se realizaron con la discreciónque se requería para garantizar el éxito y porque lasinevitablemente públicas, como el traslado del mercado,la demolición de los pabellones de Getsemaní o la posturade la primera piedra del Centro, fueron profusamentedestacadas como noticia pero nunca utilizadas parapropaganda de la administración.Las manifestaciones de oposición, como el comentariosobre el remolino chupamanchas o la carta delas confederaciones sindicales y las que enviaronasociaciones de arquitectos y otros profesionales paraabogar porque se conservara los viejos caseronesde Getsemaní, se produjeron también dentro de ladiscreción, y las que quisieron llamar la atención comoel aviso de primera página para buscar expertos envoladuras, no lo lograron, quizás porque se pudo generarconciencia de lo importantes que eran para Cartagenalos cambios que se producirían.Era de esperarse, eso sí, que esos cambios tan radicalesdespertaran críticas, reminiscencias y añoranzas comolas del propio Gabriel García Márquez en su columnade El Espectador del 8 de marzo de 1981, “Un domingode delirio”.Dando un paseo por la ciudad con un editor barcelonésque lo visitaba, el escritor lamentaba que el “rincón másnostálgico de Cartagena”…”el muelle de la bahía delas Ánimas, donde estuvo hasta hace poco el fragorosomercado central” que era durante el día “una fiesta218


José Henrique Rizo Pombode gritos y colores, una parranda multitudinaria comorecuerdo pocas en el ámbito del Caribe” y de noche“el mejor comedero de borrachos y periodistas…”había sido demolido y el muelle desmantelado…” yen su lugar se construye un esperpento descomunal–el Centro Internacional de Convenciones– que serátodo lo contrario de la ciudad: el edificio más feo delmundo” y comentaba que “los promotores locales seempeñaron en hacerlo con un argumento magistral:‘La ciudad lo necesita para coronar todos los años a lareina de belleza’.”Quién le hubiera dicho a García Márquez que elCentro de Convenciones se promovió también paraalojar el Festival de Cine que el tanto ayudó y servirde escenario, no sólo para coronar reinas de belleza,sino para coronarlo a él, como lo fue la exaltación desu obra y su nombre y el apoteósico homenaje que lerindió el mundo literario para festejarle su cumpleañosnúmero 80 durante el Congreso de la Lengua que secelebró en Cartagena en 2007.Qué gran casualidad que el Congreso comenzó acelebrarse el 26 de marzo y duró cuatro días, al igualque otra asamblea, la de gobernadores del BID en 1982,pero exactamente 25 años después.19 de marzo de 1982El 19 de marzo de 1982, el Centro de Convencionesfue inaugurado solemnemente por el presidente Turbaycon la presencia del presidente López y de don Antonio219


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Ortiz Mena, gerente general del BID, y ante altosfuncionarios civiles y militares y numerosos invitados.Asistieron también en la mesa principal, el Ministro deHacienda Eduardo Wiesner, Rafael Gama, el Ministrode Desarrollo Jorge Mario Eastman, Diana Turbay,Cecilia Caballero de López, el nuevo gobernadorde Bolívar Roberto Gedeón Ghisays y el alcalde deCartagena Augusto Martínez Martínez.En la inauguración hablaron Manuel José Cárdenas,Rafael Gama y el presidente Turbay. Cárdenas resaltóel esfuerzo realizado por Proexpo con el apoyo delBanco de la República y Gama, que agradeció elapoyo de los presidentes López y Turbay y reconocióla importancia de la gestión de quien fuera gerente delas Empresas Públicas, alcalde de Cartagena y gerentede la Asociación para la selección de los diseñadores.El presidente Turbay hizo en su discurso un merecidoelogio a Rafael Gama y expresó su complacencia porinaugurar esta obra de su gobierno con un gallardoreconocimiento de que el Centro de Convenciones sedebía al esfuerzo iniciado durante la administracióndel presidente López con las siguientes palabras,reproducidas en El Tiempo del 21 de marzo:220“…Yo pienso que la mejor de todas las políticas es lade la continuidad en los esfuerzos y en los propósitosdel Estado, cuando ellos se identifican con el bienestardel país. Durante mucho tiempo, la costumbre de losmandatarios a cualquier nivel: ministros, alcaldes,presidente de la República, era la de mostrar suoriginalidad, tratando de hacer cosas diferentes a lasque sus antecesores habían concebido como buenas.


José Henrique Rizo PomboA mí me ha parecido que la buena política es lade no dilapidar esfuerzos ni energías; la de tenerun sentido de la responsabilidad con que se debeejercer el gobierno, y no de la originalidad quequieran presentar los dirigentes públicos. Por esomuchas de las obras de mi mismo gobierno nopuedo presentarlas como el sólo esfuerzo de miadministración -el de mis colaboradores y el míomismo- sino como la continuación de esfuerzosiniciados -muchos de ellos, la mayoría tal vez- enla administración de mi antecesor, el doctor LópezMichelsen. Desde luego, esto no debilita de ningunamanera el esfuerzo que se ha hecho, sino queprueba bien que si se procede sin egoísmo, desde lapresidencia de la Republica, se puede servir al paíscon gran economía de recursos y gran rendimientoen los resultados…”.Pocos días después de la inauguración, se realizó entreel 26 y el 30 de abril la XXIII Asamblea de Gobernadoresdel Banco Interamericano de Desarrollo. Se habíacumplido lo que le había propuesto al presidenteAlfonso López Michelsen la tarde del 22 de mayo de1978 en casa del gobernador Augusto Pombo.Normalmente, los grandes proyectos se realizantras un proceso lógico de cuidadosa maduración yestructuración pero hay otros en que el gran motores el esfuerzo indeclinable de alguien que se empeñaen convertir un sueño en realidad con tal convicciónque suscita la credibilidad y la confianza de quienesdeben tomar las decisiones definitivas. El Centro deConvenciones es uno de esos sueños.221


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.A Juliana López le debo haberme decidido a completaresta historia, que había comenzado hace cinco años, ycuya primera parte concluyó en 1982 para que el Centrode Convenciones iniciara otra etapa, la de su cadena debeneficios para la ciudad y el país, y de convertirse enejemplo y acicate para impulsar el desarrollo hotelero y desitios para reuniones, conferencias y congresos con lasgrandes cumbres internacionales que permanentementeconfirman la gran función de Cartagena de ser la jefe derelaciones públicas de Colombia.A guisa de coda y reconocimientosMuchas veces se ha afirmado que el viejo mercadopúblico de Cartagena se trasladó para construir el Centrode Convenciones. No fue así, pero no se debe perderde vista que éste no habría existido si el mercado no sehubiera trasladado y sin la guía del Plan de Desarrollo delMunicipio de Cartagena 1978-1990, que son parte integralde esta historia. En realidad, el Centro de Convencionesfue la solución providencial que permitió darle al lote queocupaba el mercado un uso adecuado a su condiciónprivilegiada y de acuerdo con la vocación turística deCartagena, para complementar su infraestructura hoteleralo que ha promovido su desarrollo y su figuración hastaponerla en la mira del interés internacional para beneficiode la misma ciudad y del país.Cartagena y el Centro de Convenciones deben mucho aun numeroso grupo de personas que por sus funciones,su experiencia personal y su interés de servirle a la ciudadfueron factores decisivos en las gestiones realizadas222


José Henrique Rizo Pomboentre mayo de 1976 y septiembre de 1978: en elmunicipio, los concejales y los funcionarios municipalesya mencionados y en las Empresas Públicas, losmiembros de su junta directiva y sus funcionarios.Un buen número de esas personas ayudaron motivadaspor la amistad que nos unía. Entre estas, fueron claveRamón del Castillo Restrepo y su hermano Carlos, conquienes nos conocíamos desde niños. La amistad conRamón se hizo más estrecha por nuestra vecindadcuando vivimos, en la década de los 70, en las cercaníasde Turbaco, al igual que un buen número de amigoscomunes. Varios se acostumbraron a participar de lastertulias que inmancablemente se reunía todos los días,entre 7 y 10 de la noche, en nuestra gran terraza conuna espléndida vista sobre Cartagena, incluso cuandono estuve yo presente durante el tiempo que fui gerentede las Empresas y Alcalde.Por Ramón, conocimos e intimamos con el doctorAlfonso López Michelsen durante los múltiples fines deaño que pasábamos con nuestras familias en las islasdel Rosario. Así conocimos también a muchas personasde la vida nacional. Ramón fue mi gran soporte en lasEmpresas Públicas y respaldo durante la alcaldía.La ayuda de Carlos, desde su importante cargo deSecretario General de la presidencia, fue definitiva parael éxito de las gestiones con Rafael Gama y el doctorEspinosa Valderrama y en las muchísimas ocasionesen que una llamada a él era suficiente para agilizartrámites o conseguir información. También lo fue parael acercamiento con Gama y gestiones financieras y de223


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.importancia en Bogotá, otro gran amigo, el gerente delBanco de Colombia, Eduardo Soto Pombo.Tres miembros de la junta fueron un especial apoyo paramí por sus calidades personales y, quizás en buenaparte, por nuestra amistad personal, además de Ramóndel Castillo, Ricardo Segovia Morales y NabonasarMartínez Martínez. También lo fueron por su liderazgoen el Concejo, Joaquín Franco Burgos y Rafael EscallónVilla y, por su influencia y experiencia política, Juan C.Arango Álvarez, Víctor Camacho Orozco, FernandoMarrugo Pérez, Francisco Camacho Castillo, Acisclode Ávila Torres y Ricardo Miranda Urueta. Aunqueno perteneció a la junta de las Empresas, también lofue, el inolvidable Perucho, Raúl Guerrero Porras, quedesde la presidencia del concejo fue exigente en elcontrol político sobre aspectos administrativos y, juntocon todos los líderes políticos, en mantener prudenciaen las actividades proselitistas para que las campañasno afectaran el traslado del mercado.De igual manera fueron factor determinante en las obras deBazurto y en la preparación de Getsemaní para el CentroConvenciones mientras se atendían las necesidades detoda la ciudad, además de los directores y funcionariosque intervenían en las escuelitas y los que ejercían lainterverntoría de las obras, Hernando Sará Domínguezresponsable de la planeación de las Empresas, lossuperintendentes de los servicios, Abed Soleimán Melaisen acueducto, Ignacio Rivera Consuegra en alcantarillado,y Haroldo Fortich Baena en los servicios varios y losingenieros Benjamín Ochoa Bravo y Miguel Pérez Rivero.224


José Henrique Rizo PomboPero hay tres grupos sin cuya participación, el trasladodel mercado hubiera sido imposible. Por un lado, quienesde una u otra forma trabajaban directa o indirectamenteen el mercado, o derivaban su sustento de la actividaddel mismo, por otro los compradores, los ocasionalespero sobre todo los asiduos, y por último, y quizás elmás importante, la población cartagenera que conoció,vivió y sintió los cambios que se iban produciendo ypresenció sin la menor protesta ni manifestación deinconformidad una transformación tan notoria comola que se producía en Getsemaní y en Bazurto y aúnen el resto de la ciudad con el traslado del mercado,y eso que se produjo mientras se organizaban y seefectuaban las elecciones del 26 de febrero de 1978.Esa confluencia de voluntades y comportamientos quegeneraron el éxito de esa gestión de sólo veintiochomeses pero con efectos para muchos años se debió alclima de apoyo en que se trocó la indiferencia inicial quepasó a actitud escéptica y luego expectante para llegaral asombro. Esa transformación la crearon los mediosde comunicación con las noticias, los comentarios y lascríticas, favorables y desfavorables, de sus directores yperiodistas liderados por Héctor Hernández Ayazo en ladirección de El Universal, Rafael Escallón Villa en la delDiario de la Costa, Antonio J. Olier en la corresponsalíade El Espectador y Juan B. Fernández Renowitzky deEl Heraldo de Barranquilla.A ellos debo agradecer eternamente haber puesto suatención en mí gestión, como se lo debo a muchos entrequienes menciono, a riesgo de dejar alguno por fuera, a225


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.los comentaristas y columnistas de prensa, Carlotica deOlier, Santiago Colorado, Galo Alfonso López, SamuelPinedo Brugés, Juan Zapata Olivella, Igapé (IgnacioAmador de la Peña), Meporto (Melanio Porto Ariza),Fulminante (Antonio González de Langlard), HernandoGiraldo de El Espectador, Luchy del Portillo, Crispín(Ricardo Domínguez Zacar), Edgar García Ochoa, a losreporteros Manuel Peralta Pérez y Guillermo Salcedodel Diario de la Costa, Alfredo Pernett de El Universal,Narciso Castro Yánez de El Tiempo, Guillermo Baenade Prensa Norte y Dairo Martínez Madera de ElEspectador y a la vez director de Radio Sucesos RCN, ysus colegas de noticieros de radio como Libardo Muñozde Supernoticias, Alfredo Pomares de Radio Bahía,Fernando Marimón de Radio Reloj, Carlos Mouthon deNoticiero Todelar y Luis de Ávila de Síntesis y, hablandode síntesis, al genial periodista de la caricatura, El Panti.También aportaron los entrevistadores de los diferentesmedios nacionales y locales, entre ellos Darío Hoyosy Alfredo Iriarte y muchos de Barranquilla, como JorgeCura, Ernesto McCausland, Lola Salcedo y SandraDevia que se interesaron en el proceso que se habíavivido en Cartagena.Especial mención debo hacer a quien, con tino,personalidad, discreción y eficacia, supo ejercerel delicado encargo de actuar como vocero de lasEmpresas Públicas para mantener a sus colegas, a losmedios de comunicación y a todos los cartagenerosinformados sobre todo lo que acontecía con relación alos preparativos y la ejecución del traslado del mercado,Manuel de la Rosa.226


José Henrique Rizo PomboLos comentarios y críticas, muchas favorables, otras no,de todos ellos fueron la guía para persistir en la intensay enormemente satisfactoria tarea que nos habíamosimpuesto y en estar seguros de que lo hacíamos por laruta correcta. Los resultados obtenidos en esta gestióny los logrados por quienes quedaron a cargo de mioficina fueron el mejor motivo de la amplia sonrisa queme acogió cuando regresé casi tres años después deaquella entrevista con el gobernador.Esa sonrisa fue para mí tan gratificante como losreconocimientos, tanto del sector privado como elpúblico y político, que dos años y cuatro meses comogerente de las Empresas Públicas y alcalde de la ciudadsuscitaron en el ánimo de los cartageneros como elnutrido homenaje que los gremios económicos y lasentidades cívicas organizaron el 18 de mayo de 1978y el que rindió el Honorable Concejo el 1 de agostodel mismo año. Lo fueron también el del 12 de agostode 1983 en el propio Centro de Convenciones a raízdel Premio Nacional de Ingeniería, por la creacióndel ASAS, el “alcantarillado sin arrastre de sólidos”y, años después, por el ministerio de Transporte y laBocana.No se imaginó Nicolás del Castillo, ni yo tampoco, queaquella entrevista del 29 de abril de 1976 produjeraun cambio radical en mi vida. Después de los éxitosobtenidos, nunca pude, en mi vida personal y en miactividad profesional, dejar de estar pendiente de todolo que tuviera relación con Cartagena. Pero estas sonotras historias que algún día contaré.227


Historia del Centro de Convenciones de Cartagena. Gestación y nacimiento.Esta obra se terminó de imprimir enAlpha Editores, el día 12 de diciembre de 2012.228

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