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RAP 18.1.indd - Revista d'Arqueologia de Ponent

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incluso la alta cantidad <strong>de</strong> horas puesta para extraerlas mercancías que interesaban a los colonizadoresfue aceptable porque a cambio podían recibir algoque valoraban más que el trabajo excesivo. Otra cuestiónque hay que tener en cuenta es quién ejercíael trabajo y quién realmente se beneficiaba. En lassocieda<strong>de</strong>s altamente jerarquizadas como las <strong>de</strong> Heunebergo Setefilla, cabe subrayar que jerarquizadascon anterioridad a la llegado <strong>de</strong> los merca<strong>de</strong>res <strong>de</strong>fuera, la autoridad la <strong>de</strong>sempeñaba el jefe dominanteque podía distribuir los objetos <strong>de</strong> prestigio a sustrabajadores. Según el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la economía <strong>de</strong>bienes <strong>de</strong> prestigio el control sobre el intercambiocon el exterior está exclusivamente en manos <strong>de</strong>l jefesuperior. Por consiguiente, si hablamos <strong>de</strong> engaños,<strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad en el proceso <strong>de</strong> intercambio, <strong>de</strong>bemosadmitir que probablemente no son los colonizadoresque intentan engañar a los autóctonos, sino que es laaristocracia local la que, a través <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong>exigir el cumplimiento <strong>de</strong> ciertas obligaciones sociales,es capaz <strong>de</strong> movilizar fuerza <strong>de</strong> trabajo y, por lotanto, es la verda<strong>de</strong>ra responsable <strong>de</strong> la explotacióneconómica y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s sociales (Au b e t 1994,249-259; 2005, 119).Concluyendo po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que la múltiple perspectiva<strong>de</strong> la percepción <strong>de</strong>l intercambio requierepor nuestra parte un cierto cuidado a la hora <strong>de</strong>utilizar los términos como igual o <strong>de</strong>sigual. No haymanera <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir objetivamente la realidad porque,como lo pone <strong>de</strong> manifiesto el posmo<strong>de</strong>rnismo,no hay realidad que exista objetivamente. La teoríaposcolonial ha <strong>de</strong>mostrado que el autóctono no esun simple actor secundario en un proceso colonial,sino un “consocio” <strong>de</strong> todos los encuentros e intercambios.¿Por qué entonces seguir <strong>de</strong>scribiendo elpasado utilizando exclusivamente el punto <strong>de</strong> vista<strong>de</strong> los colonizadores no teniendo en cuenta la visión <strong>de</strong>los indígenas? Sin embargo, hay que admitir que elmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio estácasi enteramente <strong>de</strong>dicado a <strong>de</strong>scribir los procesosque tienen lugar en la sociedad autóctona.ConclusionesEl mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigioes una propuesta que se refiere a la rica herencia<strong>de</strong> la antropología. Los primeros trabajos etnográficosrevelan una gran complejidad <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong>intercambio. Los análisis <strong>de</strong>l kula y <strong>de</strong>l potlatchhicieron ver la obligación <strong>de</strong> dar, recibir y <strong>de</strong>volver.Como bien constatan J. L. Molina y H. Valenzuela,“el don está arraigado en la naturaleza humanay las cosas no se cambian por lo que valen, sinopor lo que vale el cambio, es <strong>de</strong>cir, la alianza, lasolidaridad y la socialidad” (2007: 196). Estas i<strong>de</strong>asfueron aprovechadas por los antropólogos francesese influyeron a los arqueólogos interesados en laproblemática <strong>de</strong>l intercambio en las socieda<strong>de</strong>s pasadas.Po<strong>de</strong>mos concluir, por tanto, que el mo<strong>de</strong>lo<strong>de</strong> economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio tiene una largatradición intelectual y extrae informaciones y sobretodo inspiraciones <strong>de</strong> muchas fuentes, pero siempreconectadas con la antropología.Creemos que sólo la cooperación con otras ramas<strong>de</strong> ciencias humanas permite un verda<strong>de</strong>ro progreso<strong>de</strong> arqueología. Para la arqueología especialmenteatractiva parece ser la antropología por la riqueza <strong>de</strong>los mo<strong>de</strong>los teóricos que tiene. En el encuentro anual<strong>de</strong> American Anthropological Association (Washington1993) se constató que la antropología <strong>de</strong>bería ser unelemento importante <strong>de</strong>l taller <strong>de</strong>l arqueólogo porqueen el caso contrario la arqueología se centrará sóloen los análisis tipológicos y técnicos (Th o m a s 1994,21). También la antropología necesita a una arqueologíacrítica que pudiera comprobar la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>ciertas afirmaciones e hipótesis antropológicas quese refieren a los tiempos pasados. La antropologíaestá interesada en ver si sus mo<strong>de</strong>los teóricos sobreel funcionamiento <strong>de</strong> la cultura, que se basan en losestudios <strong>de</strong> las culturas contemporáneas, tienen unpo<strong>de</strong>r explicativo más amplio que permite interpretara las culturas lejanas no sólo en el sentido espacialsino también temporal (Po s e r n-Zi e l ińs k i 1997, 109). Elmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio respon<strong>de</strong>entonces a las necesida<strong>de</strong>s tanto <strong>de</strong> la antropologíacomo <strong>de</strong> la arqueología.Hemos intentado ver cómo el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> bienes<strong>de</strong> prestigio está visto por los representantes <strong>de</strong> laarqueología tradicional, procesual y posprocesual.Para no encerrarnos en un contexto reducido <strong>de</strong> lacrítica <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo en cuestión, hemos aprovechadotambién conceptos que se han elaborado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>las corrientes metodológicas mencionadas. La arqueologíatradicional critica el mo<strong>de</strong>lo porque es el quecrea un peligro epistemológico para su existencia. Sinembargo, no proporciona soluciones ni perspectivas.La arqueología procesual es la que más esfuerzoestá poniendo para mejorar el mo<strong>de</strong>lo y allí sí queencontramos una serie <strong>de</strong> interesantes propuestas queayudan a <strong>de</strong>sarrollarlo <strong>de</strong> manera coherente. Cabe<strong>de</strong>stacar aquí la propuesta <strong>de</strong> Bayman <strong>de</strong> no <strong>de</strong>signaruna sola interpretación a los bienes <strong>de</strong> prestigio, lasreflexiones <strong>de</strong> Go<strong>de</strong>lier acerca <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>un objeto precioso, la aportación <strong>de</strong> Trubitt sobre,entre otras cosas, el valor <strong>de</strong>l tiempo en el mo<strong>de</strong>lo,o la necesidad postulada por Barceló <strong>de</strong> utilizar losmétodos estadísticos a la hora <strong>de</strong> tratar el materialarqueológico relacionado con el intercambio. Finalmente,la arqueología posprocesual (o su subrama:arqueología poscolonial) reconoce la participaciónactiva <strong>de</strong> los índigenas en el proceso colonial lo queobliga a prestar mucha atención a las relaciones entrejefe superior y comerciantes <strong>de</strong>l núcleo exterior parano repetir los esquemas binarios.El mo<strong>de</strong>lo en cuestión hoy en día es una propuestaolvidada. En muy pocos trabajos hemos encontradola utilización <strong>de</strong> los conceptos que propone el mo<strong>de</strong>lo<strong>de</strong> Frankenstein y Rowlands. Nos damos cuenta <strong>de</strong>que nuestro acercamiento ha sido muy selectivo, 9tanto en la amplitud como en la profundidad <strong>de</strong> sutratamiento. No obstante, esperamos que hayamosproporcionado un material interesante en el que encontramostanto críticas como propuestas. Entre lascríticas <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo cabe <strong>de</strong>stacar la poca atenciónque se presta a la cuestión <strong>de</strong> los ciclos, la falta <strong>de</strong>una <strong>de</strong>finición precisa sobre qué son los bienes <strong>de</strong>9. Hay otros trabajos que alu<strong>de</strong>n al mo<strong>de</strong>lo, véase por ejemploWh i t e h o u s e, Wilkins 1989; Co l d s t e a m 1993 o Hi g g i n b o t h a m1996.24

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