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RAP 18.1.indd - Revista d'Arqueologia de Ponent

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Esta postura metodológica critica sobre todo el eurocentrismoe intenta reconocer a los “colonizados”como participantes activos <strong>de</strong>l proceso colonial. Asípues, lo que más se criticó en el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Wallersteinfue la estructura total <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo que simplifica ladiversidad <strong>de</strong>l fenómeno colonial. El mo<strong>de</strong>lo utilizalos viejos conceptos como <strong>de</strong>sarrollado-retrasado,dominación-resistencia, complejo-simple o civilizadoprimitivo(Ro w l a n d s 1998, 327). También se critica lapoca atención en el proceso <strong>de</strong> investigación hacia loindígena. Sin embargo, en el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la economía<strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio no encontramos estos conceptosbinarios. Es cierto que Frankenstein y Rowlandspresentan una visión <strong>de</strong> la sociedad altamente jerarquizadapero al mismo tiempo hay que admitirque los verda<strong>de</strong>ros protagonistas <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo son lapoblación autóctona y no los colonizadores.Según la corriente posprocesual, la cultura se caracterizapor su dinamismo, en lugar <strong>de</strong> ser estática ymonolítica. Una interesante propuesta que aprovechala perspectiva dinámica <strong>de</strong>l intercambio la presentóAarón Alzola Romero (2005). Según él, las relaciones<strong>de</strong>l intercambio están estrictamente relacionadas conel conocimiento. Cuando dos pueblos intercambianbienes, pue<strong>de</strong>n también acce<strong>de</strong>r o no al traspaso <strong>de</strong>los conocimientos acerca <strong>de</strong> su utilización, su valor,su significado. Con el intercambio <strong>de</strong> información secrea una negociación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res que influye en laformación <strong>de</strong> un nuevo medio social (Al z o l a 2005,471). Alzola entien<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>r no como una imposiciónunilateral, sino como un “fenómeno en continuacreación y modificación a través <strong>de</strong> relaciones y negociacionessociales <strong>de</strong> todos aquellos involucradosen los contactos coloniales. Este po<strong>de</strong>r, distribuido <strong>de</strong>manera <strong>de</strong>sigual, recibiendo tensiones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> variospuntos y redistribuido a lo largo <strong>de</strong> distintas etapasy contextos <strong>de</strong> interacción, contribuye a crear las estructurassociales que albergan la propia interaccióny no al contrario” (Al z o l a 2005, 471). Alzola subraya<strong>de</strong> esta manera que no hay nada pre<strong>de</strong>terminado enlas relaciones <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r: las relaciones entre culturasson mutuas y las influencias tienen carácter recíproco.Creemos que esta observación es <strong>de</strong> gran importanciapara la mejora <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> economía <strong>de</strong> bienes<strong>de</strong> prestigio que, en su base, se caracteriza por unasrelaciones bastante estáticas. Sería interesante verqué tipo <strong>de</strong> influencia reciben los intermediarios yel propio núcleo exterior porque es difícil <strong>de</strong> creerque el intercambio se reduce a cuestiones puramenteeconómicas. Debe haber también una cierta influencia<strong>de</strong> parte <strong>de</strong> linajes autóctonos cuya cultura irradiahacia fuera y no sólo recoge impulsos <strong>de</strong>l exterior.La economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio es un sistemaque crea las diferencias sociales y económicas <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> la sociedad autóctona. Es interesante ver, por lotanto, cómo eran las relaciones entre un jefe superiory comerciantes <strong>de</strong>l exterior. Como ya se ha constatadoal principio, uno <strong>de</strong> los rasgos característicos <strong>de</strong> laarqueología posprocesual es el relativismo que permitever y valorar una cierta situación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> múltiplesperspectivas. Por lo tanto, “un engaño <strong>de</strong> proporcionesgigantescas”, explicación típica <strong>de</strong> relaciones colonialesen las cuales los únicos beneficiarios son los colonizadores,no está bien vista por los representantes<strong>de</strong> un nuevo enfoque. Si enten<strong>de</strong>mos el valor comouna construcción contextual, mutable y negociable(Al z o l a Ro m e r o 2005, 473) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego la situaciónno está tan clara. En la introducción hemos mencionadoque el valor es producto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminadocontexto y no es una cualidad intrínseca <strong>de</strong>l objeto.Si tenemos dos grupos, uno colonial y otro indígena,lo más probable es que el valor <strong>de</strong> los objetos <strong>de</strong> ungrupo difiera <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong>l otro grupo. Hay que tenerpresente también que la i<strong>de</strong>ntidad en el contexto colonialno es una cosa estática sino algo que se estácreando constantemente a través <strong>de</strong> negociacionessociales. La i<strong>de</strong>ntidad colonial atraviesa categoríasétnicas (véase De l g a d o 2005; De l g a d o, Fe r r e r; Vi v e s-Fe r r á n d i z 2005). A lo largo <strong>de</strong>l proceso colonial elvalor se tiene que readaptar a la naturaleza <strong>de</strong> unnuevo contexto social. Los objetos foráneos per seprobablemente no tienen un gran valor. Lo que locrea es la <strong>de</strong>manda y el significado social, es <strong>de</strong>cir,la i<strong>de</strong>ología que va <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l objeto. El prestigio<strong>de</strong> los objetos tiene mucho que ver con el prestigio<strong>de</strong> sus propietarios. Las fuentes antiguas confirmanque los objetos <strong>de</strong>sempeñaban el papel <strong>de</strong> regalosdiplomáticos no sólo por su excelente elaboración yutilización <strong>de</strong> materiales poco frecuentes sino porquelos anteriores propietarios <strong>de</strong>sempeñaban cargosimportantes y gozaban <strong>de</strong> un prestigio social (Od.,XV, 108-116). Otra razón <strong>de</strong> estima <strong>de</strong> un objeto enel mundo antiguo fue su larga trayectoria. Bien esconocida la historia <strong>de</strong> la crátera que los feniciosllevan a Toante y que, tras muchas vicisitu<strong>de</strong>s, acabaen manos <strong>de</strong> Ulises (Il., XXIII, 740-779) (Do m í n g u e zMo n e d e r o 2003, 28). 6Tenemos por lo tanto un ejemplo <strong>de</strong> las situacionesen las que los objetos con que se comerciaba nonecesariamente eran baratijas, sino objetos <strong>de</strong> granvalor que poseían en el contexto <strong>de</strong> origen. Ahorabien, lo que realmente importa para respon<strong>de</strong>r a lapregunta sobre la naturaleza <strong>de</strong>l intercambio es elgasto <strong>de</strong> trabajo utilizado para extraer los recursosnaturales <strong>de</strong> regiones periféricas y las horas <strong>de</strong>dicadaspara elaborar bienes que se iban a intercambiar. 7 Otracosa es el conocimiento, mencionado anteriormente. Elhecho <strong>de</strong> poseer el conocimiento en muchos contextosculturales, tal y como lo hemos visto cuando hemospresentado los trabajos <strong>de</strong> los antropólogos franceses,tiene más valor que la pura fuerza. Creemos que eltiempo y el conocimiento son factores que facilitanenten<strong>de</strong>r el problema <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad en los procesosinterregionales <strong>de</strong>l intercambio. 8Sin embargo, nos parece interesante el intento<strong>de</strong> la arqueología posprocesual <strong>de</strong> ver la situacióncolonial <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> los indígenas. Posiblementeellos mismos no se sentían engañados porquenecesitaban a los ítems foráneos para garantizar yfortalecer sus propias estructuras sociales. Por eso,6. Sobre “biografía” <strong>de</strong> objetos véase por ejemplo Ap pa d u r a i1991; Kn a p p 2006.7. Sobre el problema <strong>de</strong>l gasto <strong>de</strong> trabajo véase Ea r l e 1997,178.8. Contraste con la propuesta <strong>de</strong> Stein (1999) según la cual<strong>de</strong>saparece el dominio <strong>de</strong>l centro sobre el comercio asimétricodando pie a un proceso gradual <strong>de</strong> paridad y <strong>de</strong> simetría enlas relaciones entre el centro y la periferia (Au b e t 2007: 89).23

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