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RAP 18.1.indd - Revista d'Arqueologia de Ponent

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local/no local a la hora <strong>de</strong> tratar el material arqueológico(bienes <strong>de</strong> uso, bienes <strong>de</strong> prestigio, materiasprimas, etc.). Luego habría que <strong>de</strong>terminar el grado<strong>de</strong> normalización <strong>de</strong> dichos bienes, su porcentajey función. Los bienes <strong>de</strong> intercambio <strong>de</strong>berían sercontextualizados, es <strong>de</strong>cir, es necesario respon<strong>de</strong>r ala pregunta si han sido encontrados en contextos <strong>de</strong>producción, almacenamiento, consumo doméstico osocial (<strong>de</strong>pósito votivo, lugar sagrado, tumba). Otracuestión es <strong>de</strong>terminar el nivel <strong>de</strong> utilización y establecerel índice <strong>de</strong> valor y <strong>de</strong> complejidad medianteel análisis <strong>de</strong> cantidad y complejidad <strong>de</strong> trabajo. Elgrado <strong>de</strong> diversidad/similaridad tanto <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> producción como los propios bienes esotro punto <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> investigación. El siguientesería señalar la dificultad <strong>de</strong> acceso a la fuente <strong>de</strong>materias primas y al centro <strong>de</strong> producción. Graciasa eso se podría averiguar el control <strong>de</strong> accesos <strong>de</strong>los centros <strong>de</strong> producción y fuentes <strong>de</strong> materias primas.Por último, habría que <strong>de</strong>terminar la extensión<strong>de</strong>l área <strong>de</strong> influencia y dominio alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> cadayacimiento (Ba r c e l ó 1997, 87-88). Las necrópolis tienenuna importancia especial <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong>investigación <strong>de</strong> la economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio.Barceló afirma que para ver las relaciones entre laélite y el resto <strong>de</strong> la población es necesario averiguarla posición <strong>de</strong> cada tumba que le correspon<strong>de</strong> enla escala social propia <strong>de</strong> la necrópolis. Otra cosaes contar la cantidad <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> intercambio yver la proporción <strong>de</strong> objetos <strong>de</strong>l ajuar locales versusforáneos que cada tumba acumula subrayando lacantidad <strong>de</strong> tipos distintos (Ba r c e l ó 1997, 84). Comoconsecuencia, po<strong>de</strong>mos ver la naturaleza <strong>de</strong> sistemaexistente: si fue poco competitivo (pequeña cantidad<strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> intercambio muy poco diversos) o justolo contrario (acumulación <strong>de</strong> una gran cantidad <strong>de</strong>bienes <strong>de</strong> intercambio, muy diversos funcionalmente yestilísticamente entre sí), como averiguar el problema<strong>de</strong> la restricción social en la circulación <strong>de</strong> bienes<strong>de</strong> intercambio (Ba r c e l ó 1997, 85).Creemos que esta propuesta <strong>de</strong> Barceló, aunqueno sea una crítica <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la economía <strong>de</strong>bienes <strong>de</strong> prestigio, enriquece consi<strong>de</strong>rablemente lapropuesta formulada por Frankenstein y Rowlands.Sin embargo, <strong>de</strong>bemos recordar a la hora <strong>de</strong> utilizarlos métodos estadísticos que tanto la configuración<strong>de</strong> los ítems arqueológicos como los datos que seobtienen a través <strong>de</strong> sus análisis, no son un reflejoisomórfico <strong>de</strong> los fenómenos sociales y culturales.Pensamos que las contribuciones presentadas eneste apartado son compatibles y nos permiten mejorarel mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio.Arqueología posprocesualDe la crítica <strong>de</strong>l procesualismo y <strong>de</strong>l contextofilosófico postmo<strong>de</strong>rno ha nacido la arqueologíaposprocesual. Este prefijo “post” tiene un significadotanto cronológico como conceptual. Señala que ciertosprocesos que intentaban reconstruir la arqueologíaprocesual ya no tienen mérito. También se puso enduda los métodos científicos <strong>de</strong>l procesualismo y,en consecuencia, la <strong>de</strong>shumanización <strong>de</strong> las cienciassociales. La arqueología posprocesual, es <strong>de</strong>cir,interpretativa, se centra en el hecho <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rlas dimensiones sociales <strong>de</strong> la existencia humana(Ma r c i n i a k 1999, 269). Sin embargo, muchas <strong>de</strong> lasinterpretaciones hechas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la corriente <strong>de</strong> arqueologíaposprocesual perciben y tratan el materialarqueológico <strong>de</strong> manera arbitraria. Este hecho excluyeun amplio abanico <strong>de</strong> potenciales informaciones quese pue<strong>de</strong>n sacar <strong>de</strong>l material arqueológico. Uno <strong>de</strong> losproblemas más graves <strong>de</strong> la arqueología posprocesuales su <strong>de</strong>bilidad epistemológica a la hora <strong>de</strong> construirinterpretaciones. Se niega a utilizar la ciencia comouna herramienta válida para analizar el pasado (véaseespecialmente: Ma r c i n i a k, Rąc z k o w s k i 2001).La arqueología posprocesual critica el concepto <strong>de</strong> laverdad objetiva y la búsqueda <strong>de</strong> las leyes universalesque guían el comportamiento humano (De l g a d o 2001,107). En cambio el relativismo se convirtió en uno<strong>de</strong> los principales paradigmas <strong>de</strong>l posprocesualismo.Otro era la interpretación <strong>de</strong> la cultura material quea partir <strong>de</strong> este momento se percibía como un objetoexistente y no como un componente <strong>de</strong> la culturageneral. La arqueología posprocesual abarca muchascorrientes como la arqueología indígena, feministao postcolonial. Des<strong>de</strong> nuestro punto <strong>de</strong> vista la másinteresante es la última <strong>de</strong>bido a que se centra enel contacto cultural y, por lo tanto, en la economía<strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio. La arqueología postcolonial sediferencia mucho <strong>de</strong> lo que elaboró la arqueologíatradicional o procesual.La visión tradicional <strong>de</strong>l contacto cultural seha basado en la dicotomía colonizado-colonizador(Vos s 2005, 461) que halla su materialización enel mo<strong>de</strong>lo centro-periferia elaborado por ImmanuelWallerstein (1974) que explica las condiciones <strong>de</strong> expansión<strong>de</strong>l capitalismo y las estructuras <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdadque se aprecian en el mundo actual. La propuesta<strong>de</strong> Wallerstein consiste en <strong>de</strong>finir relaciones entreáreas <strong>de</strong>sarrolladas tecnológicamente (centro) y zonasricas en recursos poco frecuentes (periferia). Las primerastienen un gran mercado <strong>de</strong> consumo, las segundasposeen mano <strong>de</strong> obra barata. Las zonas periféricas estánen condiciones mercantiles <strong>de</strong>sventajosas a causa <strong>de</strong>la falta <strong>de</strong> tecnología y <strong>de</strong>l capital imprescindiblepara <strong>de</strong>sarrollar sus propios recursos. La retribuciónque obtiene la periferia no refleja el valor <strong>de</strong> recursosexplotados (Tu r n e r 2004, 258-263). Sin embargo,hay que recordar que los bienes <strong>de</strong> prestigio en elesquema <strong>de</strong> Wallerstein no crean lazos <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nciaentre distintas comunida<strong>de</strong>s vinculadas porel intercambio <strong>de</strong>bido a que son <strong>de</strong>stinadas a élitesy no a la sociedad (De l g a d o 2001, 91). Paradójicamente,el propio Wallerstein consi<strong>de</strong>raba inaplicablesal pasado las categorías elaboradas para economías<strong>de</strong> sistemas capitalistas con mercado y, sin embargo,su propuesta ha encontrado un eco en los trabajos<strong>de</strong> arqueólogos. Como ya hemos dicho, también elmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio tiene susraíces en el esquema wallerstaniano. La gran ventaja<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Wallerstein es el abandono <strong>de</strong> la escalalocal y la percepción <strong>de</strong> ciertos fenómenos, sobre todo<strong>de</strong> carácter económico, en un contexto mucho másamplio. El trabajo <strong>de</strong> Wallerstein se inscribía muybien en los esquemas que opera el procesualismo. Lascríticas llegaron <strong>de</strong>spués, en la ola <strong>de</strong> la arqueologíaposprocesual o, más bien, con la teoría poscolonial.22

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