RAP 18.1.indd - Revista d'Arqueologia de Ponent
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son: el empleo (con las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> influir quese le vinculan, las pretensiones <strong>de</strong> dominio y losprivilegios socioeconómicos), la educación requeridapara el ejercicio <strong>de</strong> las posiciones sociales, la oportunidad<strong>de</strong> conseguir ingresos y bienes y, finalmente,el significado <strong>de</strong> la posición, habida cuenta que serealizan valores y objetivos culturales comúnmentereconocidos (2001, 723). Como vemos, el prestigioestá estrechamente relacionado con la posición social<strong>de</strong>l individuo, y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l control que ejerza éstesobre las fuentes <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> riqueza. De estaforma, el prestigio conlleva <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s,<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong> obligaciones, ya que pue<strong>de</strong>ser asignado según la función social <strong>de</strong>sempeñadaen una comunidad (Au b e t 2007, 114), o bien ser laconsecuencia <strong>de</strong>l temperamento o cualida<strong>de</strong>s consi<strong>de</strong>radasextraordinarias o ejemplares.Según M. Weber, el prestigio, la riqueza y el po<strong>de</strong>rson las tres dimensiones <strong>de</strong> la estratificación socialque se correspon<strong>de</strong>n con la clase, los grupos <strong>de</strong>estatus y los partidos (Gi n e r et al. 1998, 599). Perolo cierto es que en este trabajo los partidos no nosvan a interesar para nada, nuestro interés abarca larelación entre el prestigio, la riqueza y el po<strong>de</strong>r. Estaparece ser muy estrecha, aunque estos conceptos nose i<strong>de</strong>ntifican, pero sí que suelen estar bastante imbricados<strong>de</strong> manera que una situación social prestigiosapue<strong>de</strong> convertirse con cierta facilidad en motivo <strong>de</strong>ventajas económicas y tener una ascen<strong>de</strong>ncia política(Uñ a, He r á n d e z 2004, 1120). Esta visión compartetambién T. Parsons quien dice que la estratificaciónsocial es un fenómeno <strong>de</strong> evaluación o prestigio,sinónimo <strong>de</strong> la recompensa social primaria, <strong>de</strong> laque <strong>de</strong>rivan otras cosas, como el dinero (Gi n e r etal. 1998, 599). Aquí vemos la relación directa entreel prestigio y ganancias económicas.El prestigio —<strong>de</strong> las personas, profesiones, grupossociales, instituciones, objetos, etc.— se pue<strong>de</strong>medir <strong>de</strong> diferentes maneras: mediante encuestas ola observación <strong>de</strong> comportamientos. A nosotros nosinteresan los objetos sociales, cuyo prestigio en lasociología <strong>de</strong> hoy se establece por una encuesta quemi<strong>de</strong> tanto su consi<strong>de</strong>ración como su <strong>de</strong>seabilidadsocial. Obviamente, es un método sin aplicaciónrespecto a los ítems arqueológicos. El problema esla distancia cronológica y cultural entre el día <strong>de</strong>hoy y el pasado. Pero también hay que recordarque incluso dos socieda<strong>de</strong>s pasadas pudieran otorgardiferente grado <strong>de</strong> prestigio a los objetos. Creemosque la diferenciación <strong>de</strong> “bienes <strong>de</strong> prestigio”está conectada con la re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los conceptostradicionales <strong>de</strong> “valor”, “conocimiento” y “po<strong>de</strong>r”.Muchos arqueólogos utilizan en sus estudios estostérminos como si fueran parámetros <strong>de</strong> un análisiseconómico mo<strong>de</strong>rno, mientras que el valor no esatribuido a la mercancía en función a las cualida<strong>de</strong>sintrínsecas sino que es un producto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda,es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l contexto sociocultural. Lo quecrea el valor es el comercio e intercambio (Ap pa d u r a i1991; Al z o l a 2005; Mo rt e l m a n s 2005). Por ejemplolos fenicios y los pueblos autóctonos <strong>de</strong> la PenínsulaIbérica concedieron diferentes valores a los objetos.Este problema se <strong>de</strong>bería estudiar en relación conlos conceptos <strong>de</strong> conocimientos y po<strong>de</strong>r. De acuerdocon esta interpretación, la posesión <strong>de</strong> conocimientos<strong>de</strong>termina el po<strong>de</strong>r (Mi n ta-Tw o r z o w s k a 2000, 90).Al realizar nuestro estudio hemos encontrado diversosconceptos <strong>de</strong> “bienes <strong>de</strong> prestigio”, ya que noexiste un consenso entre los diferentes autores acerca<strong>de</strong> la utilización <strong>de</strong> este término. Normalmente se dapor conocido el significado <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> “bienes<strong>de</strong> prestigio”. Existen muchos trabajos que utilizan elconcepto y lo aplican a diferentes épocas arqueológicas.Nosotros hemos escogido los trabajos referentesal periodo orientalizante en la Península Ibérica yaque es el espacio temporal y geográfico por el quetenemos más interés. A partir <strong>de</strong> unos pocos artículosvamos a observar cómo se <strong>de</strong>finen los bienes <strong>de</strong> prestigioy cuáles son los rasgos característicos <strong>de</strong> dichosobjetos.M. M. Ruiz afirma que los bienes <strong>de</strong> prestigioeran objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>manda por parte <strong>de</strong> la aristocracialocal. Como contrapartida servían metales, granoy ganado (1989, 263). Aquí los bienes <strong>de</strong> prestigiofuncionan como una equivalencia económica a metalesy bienes <strong>de</strong> subsistencia. En el artículo <strong>de</strong> F.Quesada (1998, 70) los bienes <strong>de</strong> prestigio aparecencomo los objetos normalmente importados que noeran posibles <strong>de</strong> conseguir para los grupos <strong>de</strong> bajoestatus. Subraya que en los contextos funerarios, lacalidad <strong>de</strong> los objetos aportaba más prestigio que unasimple acumulación <strong>de</strong> los ítems. C. G. Wagner dicerefiriéndose a la etapa precolonial que los bienes <strong>de</strong>prestigio eran una categoría muy específica <strong>de</strong> bienes<strong>de</strong> consumo <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia oriental e, incluso, lesda un nombre: trípo<strong>de</strong>s, espejos y bronces figurados(2000, 79), es <strong>de</strong>cir, eran unos objetos valorados porsu rareza. En otro lugar afirma que eran artefactosno productivos que podían conseguirse mediante<strong>de</strong>splazamientos e intercambios con grupos lejanosy que no son riqueza en si sino su imagen, ya quela auténtica riqueza la proporciona el control sobrelos medios <strong>de</strong> producción mediante la redistribucióny las alianzas matrimoniales (1995, 114). M. E. Aubetenumera los símbolos <strong>de</strong> estatus como el carro,la vajilla metálica, el cal<strong>de</strong>ro, los paneles <strong>de</strong> marfil,a<strong>de</strong>más, relaciona la vajilla <strong>de</strong> lujo con la <strong>de</strong>scripciónhecha por Homero <strong>de</strong> la libación ritual (2005,119). Son muy importantes para nuestro estudio las<strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> símbolos <strong>de</strong> prestigio y riqueza quese pue<strong>de</strong> encontrar en los textos clásicos porque confirmanlo que se está suponiendo <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong>la economía <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio. Volveremos a estacuestión más a<strong>de</strong>lante. M. E. Aubet afirma tambiénque los ítems <strong>de</strong> lujo y prestigio, cuyo valor socialse acrecienta en función <strong>de</strong> su rareza y <strong>de</strong> su lejanaproce<strong>de</strong>ncia geográfica, se concentran en unas pocassepulturas, que reflejarían la aparición <strong>de</strong> linajes jerarquizadosy la distribución <strong>de</strong>sigual <strong>de</strong> recursos. Losbienes <strong>de</strong> prestigio transmiten un valor gracias a supotencial social y legitimador y también simbolizanuna i<strong>de</strong>ología específica. Gracias a ello pue<strong>de</strong>n sermonopolizados y manipulados para legitimar el po<strong>de</strong>ry emular los símbolos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> una sociedad másavanzada (2005, 120). J. L. López Castro subraya laimportancia <strong>de</strong> los vasos <strong>de</strong> alabastro que tanto enOriente como en Occi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>sempeñaban el papel<strong>de</strong> marcador social <strong>de</strong> un gran estatus y riqueza,es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong> prestigio. Normalmente losadquiría la aristocracia local a través <strong>de</strong> un sistema<strong>de</strong> regalos diplomáticos (2006, 80).9