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07.07.2015 Views

DESCARTES Y LOS INICIOS DE LA LÓGICA FACULTATIVAde los cuatro elementos y afirmaba que existía un solo tipo de materia y todassus variedades podían ser explicadas como modificaciones de la extensión.Además, el autor de las Meditaciones no aceptaba los tres principios básicos dela ontología aristotélica: la materia, la forma y la privación. Excepto para losseres racionales que poseen mentes, él rechazaba así la doctrina de las formassustanciales (cf. Ariew 1992: 65-66). Del mismo modo, sus críticas contra lasilogística, sobre todo en el estado bastante anquilosado que se encontrabaentonces, son fundamentales para el desmontaje posterior del edificio lógicode los escolásticos. Otro tanto sucedía con la percepción del cartesianismo enel ámbito teológico. Por más que Descartes insistiese en que sus doctrinas norepresentaban un amenaza contra la fe, para los jesuitas de entonces, para usarlos términos de R. Ariew, toda novedad en el campo teológico o filosófico erapercibida como un peligro para el dogma cristiano. 4Mencionemos ahora algunas consideraciones acerca del contextoen el que se desarrolla el pensamiento de Descartes. La ciencia tal comose concebía entonces la constituían básicamente las llamadas cienciasteoréticas tales como la metafísica, la física y la teología natural, las cualeseran estudiadas, desde una perspectiva aristotélico-escolástica. A esto sedebe añadir una disciplina como la lógica, que cumplía la función de ser, almismo tiempo, un arte liberal orientado, entre otras cosas, a la elaboraciónde silogismos y una ciencia que analizaba el modo cómo conocemos lascosas. No obstante, el siglo xvii fue un periodo de intenso cuestionamientode la eficacia y el valor explicativo de la ciencia aristotélica antes descrita. Deahí la imposibilidad señalada por Clarke de que los profesores de Descartespudiesen enseñar Aristóteles sin ninguna referencia a los recientes desafíos asu sistema. 5 Sin embargo, los conceptos básicos con los que Aristóteles pensóel mundo, los tipos de problemas estudiados, así como la óptica a partir deRevista STUDIUM VERITATIS, Año 11, N. 17, 2013 (pp.55-91)— 57 —

Rafael Cerpa EstremadoyroRevista STUDIUM VERITATIS, Año 11, N. 17, 2013 (pp.55-91)la cual se discutieron, continuaron a ser enseñados a los estudiantes de esaépoca. Fue esta perspectiva general, en lugar de las soluciones detalladas,que Descartes posteriormente desafió con una intensidad que solo podíaexplicarse por su propia experiencia personal (cf. Clarke 2006: 20).Un aspecto que no debe ser pasado por alto es el caráctermultifacético de los sabios de la época. En muchos personajes de estetiempo, representados ahora solamente como filósofos, podemos encontrara la vez a hombres de ciencia, matemáticos, físicos, teólogos, juristas, asícomo sabios preocupados por la aplicación práctica de sus descubrimientos,inventores, o incluso empresarios que producirán nuevos artefactos para usocomercial. Esta multiplicidad de intereses y orientaciones se puede observaren el propio Descartes, quien además de hombre de armas es matemático,físico y filósofo. En suma, en los sabios de ese tiempo la teoría misma setransforma en acción. La propia concepción que se tenía de la filosofíasufrirá entonces un cambio importante. De una concepción de la filosofíacomo una disciplina teórica orientada a sí misma y sin finalidad prácticaalguna 6 se pasará a concebirla como una forma de saber que tendrá comocriterio fundamental la adquisición de un conocimiento práctico por mediode la razón.No menos radical es la profunda transformación que se opera enel campo de la lógica, transformación en la que Descartes tendrá un papelpreponderante. Con él tiene lugar el paso de una concepción discursiva a unaconcepción facultativa de la inferencia. 7 El modelo cartesiano de la inferenciaes facultativo, pues la deducción para este autor es reducible a la intuición,una facultad anímica. La teoría lógica que desarrolla Descartes sobresalepor su coherencia, siendo muy superior a otras teorías que prevalecieronen el siglo xvii (cf. Gaukroger 1989: 3). El adversario que tenía al frente no— 58 —

Rafael Cerpa EstremadoyroRevista STUDIUM VERITATIS, Año 11, N. <strong>17</strong>, 2013 (pp.55-91)la cual se discutieron, continuaron a ser enseñados a los estudiantes de esaépoca. Fue esta perspectiva general, en lugar de las soluciones detalladas,que Descartes posteriormente desafió con una intensidad que solo podíaexplicarse por su propia experiencia personal (cf. Clarke 2006: 20).Un aspecto que no debe ser pasado por alto es el caráctermultifacético de los sabios de la época. En muchos personajes de estetiempo, representados ahora solamente como filósofos, podemos encontrara la vez a hombres de ciencia, matemáticos, físicos, teólogos, juristas, asícomo sabios preocupados por la aplicación práctica de sus descubrimientos,inventores, o incluso empresarios que producirán nuevos artefactos para usocomercial. Esta multiplicidad de intereses y orientaciones se puede observaren el propio Descartes, quien además de hombre de armas es matemático,físico y filósofo. En suma, en los sabios de ese tiempo la teoría misma setransforma en acción. La propia concepción que se tenía de la filosofíasufrirá entonces un cambio importante. De una concepción de la filosofíacomo una disciplina teórica orientada a sí misma y sin finalidad prácticaalguna 6 se pasará a concebirla como una forma de saber que tendrá comocriterio fundamental la adquisición de un conocimiento práctico por mediode la razón.No menos radical es la profunda transformación que se opera enel campo de la lógica, transformación en la que Descartes tendrá un papelpreponderante. Con él tiene lugar el paso de una concepción discursiva a unaconcepción facultativa de la inferencia. 7 El modelo cartesiano de la inferenciaes facultativo, pues la deducción para este autor es reducible a la intuición,una facultad anímica. La teoría lógica que desarrolla Descartes sobresalepor su coherencia, siendo muy superior a otras teorías que prevalecieronen el siglo xvii (cf. Gaukroger 1989: 3). El adversario que tenía al frente no— 58 —

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