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07.07.2015 Views

Infancia y Técnicas de Reproducción Asistida– a su vez otros planteamientos, con más argucia, pretendenequiparar las pérdidas espontáneas de embriones queocurren naturalmente a las pérdidas que tienen como causaprimera a las Tera; cuando la premisa es dirimente desde elpunto de vista ético: no es lo mismo que un daño ocurraespontáneamente a que este ocurra como consecuencia deuna acción libre y responsable hecha por una persona.La vida humana, como se aprecia en todo ser humano vivo,es ante todo un valor natural, racionalmente reconocido por quieneshacen uso de la razón. Estamos ante un valor intangible: es un valorprimario y absoluto, y no relativo. Nada puede subordinarla, encuanto que la vida física es el primer valor que hemos de proteger entodos y cada uno de los individuos pertenecientes a la familia humana,en quienes además la reflexión metafísica que es insoslayable y queno puede ser marginada por la bioética en cada uno de los problemascríticos que trata, descubre el valor de persona. 8d) La salud: además de la vida, como hemos visto, se atenta tambiéncontra la salud de los seres humanos concebidos por Fiv. El Principiode responsabilidad categorizado por el pensador alemán Hans Jonas(Jonas 1995), es considerado una de las más grandes contribucionespara la bioética ya en sus orígenes. Jonas, observaba hace más detreinta años, coincidiendo con los primeros nacimientos de «bebésprobeta», que cada vez era más posible que la técnica constituya unaamenaza para la supervivencia de la humanidad, llamada justamente8Al respecto un referente de esta escuela bioética que pone como medida de la valoraciónde los dilemas éticos al ser humano en cuanto persona integrada en su cuerpo, mente yespíritu, con apertura a la trascendencia (cf. Sgreccia 2009).Revista STUDIUM VERITATIS, Año 11, N. 17, 2013 (pp.193-226)— 215 —

Renzo Paccini VegaRevista STUDIUM VERITATIS, Año 11, N. 17, 2013 (pp.193-226)a sobrevivir. Por ello propuso una ética fundada sobre el examende las consecuencias de las intervenciones del ser humano en labiosfera, teniendo como criterio guía la exclusión de la catástrofe.En otras palabras, ningún ser humano tiene derecho a arriesgar lavida o la salud de nadie a causa de los efectos a largo plazo de susacciones hoy. Un ejemplo de la vigencia rectora de este principiode la bioética lo constituye la moratoria internacional respecto a laclonación reproductiva, que la UNESCO ha liderado sin encontrarresistencias en los estados del globo, dado que es un procedimientoque encierra muchos riesgos desconocidos para la humanidad, nosolo en los aspectos biológicos sino también en los éticos y sociales.Aquí frente a las Tera no solo nos encontramos en una situaciónanáloga en cuanto a desconocimiento y poca valoración ética delas consecuencias de salud, sociales y culturales que recaerán sobrelos seres humanos directamente vulnerados por ellas, como son losniños que finalmente llegarán a nacer.Si el cuidado por las generaciones futuras que nos señala el principiode responsabilidad se nos presenta sensato y de necesaria aplicacióncuando se trata de proteger el medio ambiente, las diferentesespecies vivas que constituyen la biodiversidad y el equilibrioecológico, ¿no debería ser aplicado a una realidad como las Teradonde los que están en riesgo son los niños que nacerán y sobretodo los que no nacerán? ¿Por qué las Tera siguen su curso como sifuera lícito exponer la vida y poner en riesgo la salud de todos losseres humanos que mueren o pueden salir afectados en el procesoen el futuro? ¿En qué se sustenta su derecho de disponer y exponerla vida y la salud de esos seres humanos?, ¿en que la ciencia está— 216 —

Renzo Paccini VegaRevista STUDIUM VERITATIS, Año 11, N. <strong>17</strong>, 2013 (pp.193-226)a sobrevivir. Por ello propuso una ética fundada sobre el examende las consecuencias de las intervenciones del ser humano en labiosfera, teniendo como criterio guía la exclusión de la catástrofe.En otras palabras, ningún ser humano tiene derecho a arriesgar lavida o la salud de nadie a causa de los efectos a largo plazo de susacciones hoy. Un ejemplo de la vigencia rectora de este principiode la bioética lo constituye la moratoria internacional respecto a laclonación reproductiva, que la UNESCO ha liderado sin encontrarresistencias en los estados del globo, dado que es un procedimientoque encierra muchos riesgos desconocidos para la humanidad, nosolo en los aspectos biológicos sino también en los éticos y sociales.Aquí frente a las Tera no solo nos encontramos en una situaciónanáloga en cuanto a desconocimiento y poca valoración ética delas consecuencias de salud, sociales y culturales que recaerán sobrelos seres humanos directamente vulnerados por ellas, como son losniños que finalmente llegarán a nacer.Si el cuidado por las generaciones futuras que nos señala el principiode responsabilidad se nos presenta sensato y de necesaria aplicacióncuando se trata de proteger el medio ambiente, las diferentesespecies vivas que constituyen la biodiversidad y el equilibrioecológico, ¿no debería ser aplicado a una realidad como las Teradonde los que están en riesgo son los niños que nacerán y sobretodo los que no nacerán? ¿Por qué las Tera siguen su curso como sifuera lícito exponer la vida y poner en riesgo la salud de todos losseres humanos que mueren o pueden salir afectados en el procesoen el futuro? ¿En qué se sustenta su derecho de disponer y exponerla vida y la salud de esos seres humanos?, ¿en que la ciencia está— 216 —

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