Serapis, Isis y los dioses acompañantes en Emporion: una nueva ...

Fig. 60. Cirene. Acrópolis. Santuario de Isis y Serapis. Esfinge en arenisca (de ENSOLI 1992, fig. XXIII-1).Entre estas tres posibilidades nos inclinamos sinembargo por la segunda opción. La presencia deesfinges en parejas flanqueando entradas o formandoavenidas fue característica de los santuarios egipciostradicionales y por ello se trasladó también a loscultos alejandrinos con idéntica función. El Iseo deDelos se construyó en los inicios del siglo I aC comoun santuario adjunto al Serapeo C, templo oficialde la triada alejandrina durante los años de la dominaciónateniense, y adoptó la escenografía de unpatio de reunión comunicado con un largo pórticoperimetral de almacenaje en torno a un jardín encuyo centro se abría un gran dromos, la avenidasagrada flanqueada por las esfinges que conducíahasta el pequeño naos de la divinidad (ROUSSEL 1916,DUNAND 1973-II). Ambos templos, naturalmente, estabansiuados junto a la surgente del Inopos, el pequeñorío delio cuyos orígenes míticos se relacionaban conel propio Nilo.En la avenida sacra de un Iseo, las esfinges aparecenjunto a otros animales emblemáticos como eltoro Apis, monos cinocéfalos, cocodrilos, leones y losibis, además de altares, obeliscos y estelas grabadasen jeroglífico y tratadas como elementos sacros deanticuariado. Todos estos elementos permitían crearel paisaje “nilótico” tradicional que debía servir demarco obligado para la morada de la diosa Isis. LosSerapeos, por el contrario, sobre todo cuando setrataba de santuarios “particulares” adoptaron porlo general formas más sencillas, con simples patiosporticados en los que se abrían pequeños templetesy una gran sala de banquetes para las obligadas recepcionesde la divinidad (cf. MAR y RUIZ DE ARBULO2001). En cualquiera de los dos casos, las esfingeseran siempre elementos habituales de la decoraciónsacra de un santuario egipcio. Roussel (1916, 52-53,nota 1) señala en Delos los hallazgos de cuatro esfingesde piedra de tamaño mediano (c. 70 cm delongitud), una en el Serapeo C, otra en una casa vecinay fragmentos de otras dos fuera de contexto. Unepígrafe marmóreo recuerda de cualquier forma quedurante el sacerdocio de Artemidoro se dedicaron enel santuario de Isis “altares, una esfinge, un enlosadoy un reloj de sol” (ROUSSEL 1916, 53 y 177, núm.173). Son reformas datables en los inicios del sigloI aC después del saqueo de las tropas de Mitrídatesy que deben corresponder a una nueva adecuacióndel dromos tras los daños sufridos.123