p<strong>en</strong>télico, busto y brazo izquierdo <strong>en</strong> mármol parioy serpi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> mármol pir<strong>en</strong>aico. I. Rodà, reconoci<strong>en</strong>doque el modelo de la estatua emporitana noterminaba de <strong>en</strong>cajar con <strong>los</strong> tipos conocidos del dios,propuso <strong>una</strong> <strong>nueva</strong> cronología para el trabajo de <strong>los</strong>paños del cuerpo de la estatua sigui<strong>en</strong>do arquetiposde drapeado fem<strong>en</strong>ino que aparec<strong>en</strong> a mediadosdel siglo IV aC ligados a <strong>los</strong> talleres del mausoleode Halicarnaso (RODÀ 1985, 257-258). En 1996, <strong>una</strong><strong>nueva</strong> revisión de S. Schroeder, después de situar lacronología de la estatua a fines del siglo II aC por latécnica empleada del <strong>en</strong>samblaje de piezas (cuerpo ybusto) y por el tipo de drapeado, llamó la at<strong>en</strong>ciónsobre dos problemas es<strong>en</strong>ciales <strong>en</strong> la id<strong>en</strong>tificación.En primer lugar, el supuesto bastón con la serpi<strong>en</strong>te<strong>en</strong>roscada no t<strong>en</strong>ía sitio <strong>en</strong> el plinto de la estatua y<strong>en</strong> segundo lugar el fragm<strong>en</strong>to considerado el extremode un bastón correspondía <strong>en</strong> realidad a <strong>una</strong> pequeñacornucopia. La imag<strong>en</strong> no podía pues correspondera Esculapio, sino más bi<strong>en</strong>, p<strong>en</strong>só el investigador,a un Agathos Daimon o un Agathos Daimon/<strong>Serapis</strong>(SCHROEDER 1996; 2000; 2007). Rodà (2004) volveríamás tarde a insistir sobre estos argum<strong>en</strong>tos publicando<strong>una</strong>s excel<strong>en</strong>tes y hasta <strong>en</strong>tonces todavía inéditasimág<strong>en</strong>es de la estatua con sus brazos colocadossobre la copia realizada <strong>en</strong> 1910 y proponi<strong>en</strong>do <strong>una</strong>imag<strong>en</strong> sincrética: un Asklepios/<strong>Serapis</strong>.Por nuestra parte, estudiamos <strong>en</strong> <strong>los</strong> años och<strong>en</strong>tajunto con Ricardo Mar las excavaciones realizadas <strong>en</strong>el santuario emporitano a partir de 1908, analizandosus fases y sus advocaciones (MAR y RUIZ DE ARBULO1993). En 1987, la <strong>nueva</strong> restitución de G. Fabre,M. Mayer e I. Roda del epígrafe greco-latino con laofr<strong>en</strong>da de Numas, uno de cuyos fragm<strong>en</strong>tos pudimossituar <strong>en</strong> <strong>una</strong> cisterna anexa al santuario (v. infra),nos hizo considerar la idea de un santuario mixto<strong>en</strong> el que <strong>los</strong> cultos curativos de Esculapio y <strong>Serapis</strong>funcionaran asociados <strong>en</strong> paralelo (RUIZ DE ARBULO1996). Más tarde, después de haber trabajado conR. Mar estudiando el Serapeo de Ostia Antica (MAR yRUIZ DE ARBULO 2001; RUIZ DE ARBULO 2006), volvimosa replantearnos de forma conjunta las evid<strong>en</strong>ciasarqueológicas disponibles <strong>en</strong> Empúries. Por ello, <strong>en</strong>el año 2005 iniciamos junto a David Vivó <strong>una</strong> <strong>nueva</strong>revisión y estudio de la estatua emporitana a partirde tres líneas de trabajo complem<strong>en</strong>tarias:— Contexto estratigráfico de aparición del cuerpo dela escultura <strong>en</strong> el interior del templo M (exceptola cabeza/busto de la estatua que apareció caída<strong>en</strong> el interior de la cisterna delantera), asociadocon otros fragm<strong>en</strong>tos de escultura y elem<strong>en</strong>tos deculto. Interpretación global de todo el conjunto.— Hallazgo de un fragm<strong>en</strong>to epigráfico <strong>en</strong> <strong>una</strong> cisternavecina (IRC III, 15, v. infra) que consideramosdebe ser t<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta de forma primordial <strong>en</strong>la id<strong>en</strong>tificación de estas esculturas.— Análisis estilístico e iconográfico de las esculturas <strong>en</strong>su conjunto como fórmula de trabajo que permitaid<strong>en</strong>tificar correctam<strong>en</strong>te la escultura principal dela divinidad masculina.Al iniciarse este estudio surgió de forma inmediata<strong>una</strong> observación complem<strong>en</strong>taria a las cuestiones yaformuladas por Schroeder y Rodà: <strong>los</strong> fragm<strong>en</strong>tos deserpi<strong>en</strong>te aparecidos junto a la estatua pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> ala imag<strong>en</strong> ex<strong>en</strong>ta e indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de <strong>una</strong> serpi<strong>en</strong>te,<strong>en</strong>roscada sobre sí misma, con la cabeza <strong>en</strong> lo alto.Por su forma, esta serpi<strong>en</strong>te nunca pudo estar <strong>en</strong>roscada<strong>en</strong> un bastón. Por lo tanto el principal elem<strong>en</strong>toiconográfico para la id<strong>en</strong>tificación de la esculturacomo el dios Asklepios debía ser abandonado.Fig. 4. Vista vertical de <strong>los</strong> fragm<strong>en</strong>tos de la serpi<strong>en</strong>te. Porsu talla y disposición, no resulta posible que esta serpi<strong>en</strong>tese <strong>en</strong>rollase a <strong>los</strong> pies de un bastón tal como sugiere deforma errónea la restitución de Almagro y Kukhan.Pero también <strong>una</strong> segunda cuestión resultaba evid<strong>en</strong>te:la iconografía de la escultura solo podía sercompr<strong>en</strong>dida correctam<strong>en</strong>te si volvían a integrarse<strong>en</strong> la misma sus dos brazos. En mayo del 2005 realizamosesta propuesta a la <strong>en</strong>tonces directora delMuseu d’Arqueologia de Catalunya, Núria Rafel, lacual <strong>en</strong>cargó al gabinete de restauración escultóricadel Museu d’Art de Catalunya dirigido por Joan Peyun nuevo proyecto de limpieza, estudio técnico yreposición de las difer<strong>en</strong>tes partes de la estatua quefue <strong>en</strong>cargado a Àlex Masalles. Tras consultar con X.Aquilué, director del Museu d’Empúries, y dado elcarácter emblemático de la pieza, ambos directoresdecidieron que este proyecto fuera supervisado <strong>en</strong> susdifer<strong>en</strong>tes fases a lo largo de <strong>los</strong> años 2006 y 2007por <strong>una</strong> comisión que incluía a <strong>los</strong> conservadoresde las tres sedes del MAC <strong>en</strong> Barcelona, Girona yEmpúries, diversos especialistas <strong>en</strong> escultura clásica(J. Ch. Balty, J. Beltrán, E. Koppel, R. Olmos, S.Schroeder, D. Vivó) y <strong>los</strong> catedráticos de arqueologíaclásica de Catalunya (J. Guitart, J. M. Gurt, J. M.Nolla, M. Roca, I. Rodà, J. Sanmartí). El MAC conserva<strong>los</strong> informes y actas de las sucesivas reunionescelebradas <strong>en</strong> marzo de 2006, septiembre de 2006,diciembre de 2006 y <strong>en</strong>ero de 2007.74
El resultado final de este magnífico trabajo deconservación/restauración lo podemos hoy contemplar<strong>en</strong> la <strong>nueva</strong> pres<strong>en</strong>tación de la escultura <strong>en</strong> la sededel MAC-Empúries. Nuestro conocimi<strong>en</strong>to actual de laimag<strong>en</strong> resulta deudor de las discusiones mant<strong>en</strong>idas<strong>en</strong> las distintas reuniones del comité de seguimi<strong>en</strong>toy <strong>en</strong> especial del fructífero diálogo mant<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> todomom<strong>en</strong>to con Àlex Masalles a lo largo del proceso deconservación/restauración, de sus observaciones sobrela escultura y su proceso de realización. Nadie comoél conoce hoy <strong>en</strong> día todos <strong>los</strong> detalles escultóricosde esta imag<strong>en</strong>.Contexto estratigráfico de aparición,asociación con otros fragm<strong>en</strong>tos deesculturas y elem<strong>en</strong>tos de culto. Lasanotaciones de E. GandíaLa escultura procede del interior del santuariosituado <strong>en</strong> el extremo sudoeste de la Neápolis deAmpurias y más concretam<strong>en</strong>te de la última granreforma del mismo. Al construirse la <strong>nueva</strong> murallade la Neápolis <strong>en</strong> <strong>los</strong> inicios del siglo II aC, unsantuario preced<strong>en</strong>te <strong>en</strong> posición suburbana cuyosoríg<strong>en</strong>es pued<strong>en</strong> remontarse hasta el siglo V aC fueritualm<strong>en</strong>te terrapl<strong>en</strong>ado e integrado d<strong>en</strong>tro de laciudad, delimitándose un nuevo tém<strong>en</strong>os provisto deun altar monum<strong>en</strong>tal, <strong>una</strong> gran cisterna transversal,un pórtico lateral, un probable gran templo desgraciadam<strong>en</strong>temuy arrasado y dos templetes m<strong>en</strong>oresalineados (MAR y RUIZ DE ARBULO 1993, 171-183;SANMARTÍ, CASTANYER, TREMOLEDA 1990; RUIZ DE ARBULO1995). El conjunto de esculturas que ahora describimosfue <strong>en</strong>contrado <strong>en</strong> 1909 <strong>en</strong> el interior de unode estos templetes (d<strong>en</strong>ominado templo M por PUIG iCADAFALCH 1912) mi<strong>en</strong>tras que el torso apareció caído<strong>en</strong> el interior de la cisterna delantera. La cronologíaestratigráfica de las piezas oscila por lo tanto <strong>en</strong>trela fundación del nuevo santuario <strong>en</strong> el siglo II aC yel abandono final de la Neápolis <strong>en</strong> un proceso dedeclive urbano que se inició <strong>en</strong> época flavia pero queperduró hasta la Antigüedad tardía (v. infra).En nuestro primer estudio dedicado a este santuariopusimos <strong>en</strong> relación estos fragm<strong>en</strong>tos escultóricosmarmóreos con dos hornos de cal del monasterioservita del siglo XVII situados a poca distancia, sobre<strong>los</strong> restos de la muralla griega (v. situación de <strong>los</strong>hornos <strong>en</strong> MAR y RUIZ DE ARBULO 1993, 71 —planode E. Gandía 1924—). De ser así, el conjunto deesculturas sería el material destinado a <strong>los</strong> hornosy éstas pudieron por tanto proceder de un saqueoindiscriminado del santuario y su <strong>en</strong>torno inmediato.Sin embargo, hoy vemos la cuestión de forma radicalm<strong>en</strong>tedifer<strong>en</strong>te. Los hornos de cal se acercarona <strong>los</strong> restos marmóreos dispersos por el santuario yno al revés. Eva Koppel nos señaló acertadam<strong>en</strong>teque el cuerpo de la escultura carece de marcas derozami<strong>en</strong>to lógicas para el arrastre de un bloque deese peso y dim<strong>en</strong>siones. Debemos pues admitir quela estatua del dios estaba por tanto caída <strong>en</strong> su emplazami<strong>en</strong>tooriginal y creemos que lo mismo ocurríacon el resto de piezas que la rodeaban. Se trataríapues de un nivel de destrucción, de abandono o bi<strong>en</strong>de un ocultami<strong>en</strong>to tardío con piezas que debían<strong>en</strong>contrase in situ <strong>en</strong> el interior del naos del temploo <strong>en</strong> sus inmediaciones.Los Diarios de Excavación de Emili Gandía deb<strong>en</strong>ser aquí el primer elem<strong>en</strong>to a t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta (sobreestos diarios v. RUIZ DE ARBULO 1986; 1991; MAR yRUIZ DE ARBULO 1993). Es cierto que la excavación delsantuario se produjo nada más iniciarse <strong>los</strong> trabajos<strong>en</strong> la Neápolis <strong>en</strong> 1908 y ni Gandía, ni <strong>los</strong> obrerosque empleaba, habían t<strong>en</strong>ido todavía tiempo deasimilar sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te cómo debía realizarse <strong>una</strong>excavación arqueológica. Aun así, las anotacionesde E. Gandía fueron desde el primer mom<strong>en</strong>to tancuidadosas como permitían las circunstancias de laépoca y van acompañadas de numerosos croquis dedetalle. Era un hombre metódico, pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te volcado<strong>en</strong> su trabajo. Tan solo unos años después, a partirde 1916, la técnica estratigráfica sería ya empleadapor Gandía con todo rigor y fiabilidad (MAR y RUIZDE ARBULO 1993, 68ss). Lógicam<strong>en</strong>te, mi<strong>en</strong>tras sedesarrollaba la excavación, <strong>en</strong> <strong>los</strong> meses de octubrey noviembre de 1909, Gandía no sabía bi<strong>en</strong> dondese <strong>en</strong>contraba y así el templo M es descrito simplem<strong>en</strong>te<strong>en</strong> su diario como un basam<strong>en</strong>to de piedrasgruesas con un pavim<strong>en</strong>to de mosaico roto <strong>en</strong> suc<strong>en</strong>tro sobre el que sucesivam<strong>en</strong>te, día tras día, ibanapareci<strong>en</strong>do fragm<strong>en</strong>tos de esculturas marmóreas. Afinales de noviembre al aparecer el templo gemelo Py sobre todo durante la campaña del año sigui<strong>en</strong>te,1910, al ampliarse la zona excavada, la lógica dellugar quedó ya aclarada <strong>en</strong> mayor medida y el santuariopudo ser cartografiado, estudiado y publicadopor Puig i Cadafalch (1912). A partir pues del Diariode Excavación de 1909, anotamos a continuación larelación de elem<strong>en</strong>tos escultóricos aparecidos <strong>en</strong> elinterior del templo M. Para un mejor <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>toseguimos un ord<strong>en</strong> de inv<strong>en</strong>tario y no de formaestricta el cronológico de <strong>los</strong> trabajos.1a. Cabeza y torso de la estatuamasculinaVaciando <strong>una</strong> cisterna de cuatro departam<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong><strong>una</strong> cata situada a medio camino <strong>en</strong>tre la murallade la Neápolis y la cisterna excavada el año anterior,a 1,5 m de profundidad sobre el borde la misma (ya 4 m desde el nivel superficial de la cata), Gandía(Diario de Gandía 1909, 117, 25 de octubre) anota <strong>los</strong>igui<strong>en</strong>te: “se <strong>en</strong>contró un trozo de estatua masculina<strong>en</strong> mármol blanco... (sigue croquis) y de espaldascon la nariz rota, el lado derecho ti<strong>en</strong>e el brazo rotohasta el antebrazo con <strong>una</strong> huella de haber t<strong>en</strong>idoempalmado el brazo, el lado izquierdo roto desde elhombro y sin nada de brazo ni antebrazo, llegandoeste trozo hasta la cintura... En este mismo nivel se<strong>en</strong>contró un fragm<strong>en</strong>to de mármol con h<strong>en</strong>didurasde ropaje de alg<strong>una</strong> estatua (sigue croquis)... En estemismo lugar se <strong>en</strong>contró <strong>una</strong> moneda al parecer deplata pero muy borrosa. A 0,20 m del referido bustoy a poca distancia se <strong>en</strong>contraron dos frisos demármol blanco con forma de plafones con molduras(sigu<strong>en</strong> croquis)”. Más adelante, caídos sobre el mismosuelo de la cisterna, Gandía cita la aparición ydibuja tres fragm<strong>en</strong>tos de “crestería arquitectónica”uno de el<strong>los</strong> publicado por Puig i Cadafalch (1912,75