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INTERPRETACION MARXISTA - Universidad de Chile

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y reorganizaciones <strong>de</strong> policías ni fusilar cincuenta con<strong>de</strong>nados cada año para que disminuya el<br />

inaudito vandalismo que asola nuestros campos y ciuda<strong>de</strong>s, especialmente en el sur" 203 . Así se<br />

reconocía el fracaso <strong>de</strong> la cruzada antibandalistica encabezada por el sanguinario capitán Hernán<br />

Trizano.<br />

Oscar Castro tiene un cuento titulado "El último disparo <strong>de</strong>l negro Chávez", don<strong>de</strong> se narra<br />

la persecución <strong>de</strong>l bandido Chávez que hacía incursiones en la zona central: "Des<strong>de</strong> meses atrás un<br />

caballo <strong>de</strong> miedo galopaba la comarca, haciendo eco tétricamente en el corazón <strong>de</strong> hacendados,<br />

capataces y campesinos. Hoy era un hombre que aparecía <strong>de</strong>gollado en cualquier recodo; mañana<br />

un mayordomo que saliera <strong>de</strong> su fundo y que retornara luego, con la noche a cuestas, atado sobre su<br />

cabalgadura y con cuatro agujeros en el cuerpo; o bien un "jutre" que se presentaba a la justicia<br />

reclamando <strong>de</strong>l incendio <strong>de</strong> sus sementeras o <strong>de</strong> fechorías realizadas con su ganado (...). La mano<br />

que actuaba en aquellos <strong>de</strong>smanes elegía siempre como blanco a los patrones más déspotas, a los<br />

capataces que con mayor dureza trataban al inquilinaje, a los mayordomos que no hacían distingo<br />

entre peón y perro" 204 . El negro Chávez fue amasador en su juventud hasta que una injusticia lo<br />

obligó a convertirse en bandolero. Había sido acusado <strong>de</strong> un robo que no cometió.<br />

En "Salteadores <strong>de</strong> Chillahue", Mariano Latorre relata la muerte <strong>de</strong>l bandido Hilario, <strong>de</strong> la<br />

zona central. El autor narra en primera persona su regreso a la región don<strong>de</strong> nació: "Ardía en <strong>de</strong>seos<br />

<strong>de</strong> conocer ese rincón <strong>de</strong> la cordillera <strong>de</strong> la costa, don<strong>de</strong> los hombres, dueños antiquísimos <strong>de</strong><br />

pequeños fal<strong>de</strong>os y quebradas, hacían, <strong>de</strong> vez en cuando, asaltos a los <strong>de</strong>spachos <strong>de</strong> los fundos,<br />

formados posteriormente por los nuevos ricos <strong>de</strong>l salitre o por extranjeros enriquecidos <strong>de</strong><br />

improviso (...). Cada uno <strong>de</strong> los arrieros que tropezabamos en el camino arriando pacienzudamente<br />

sus mulas cargadas <strong>de</strong> sal o <strong>de</strong> pescado seco, podía ser alguno <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la banda (...).<br />

Con respecto al jefe –que es <strong>de</strong> Chillahue- dicen que es un hombre muy gran<strong>de</strong> que se para en las<br />

puertas <strong>de</strong> las casas asaltadas y dispara al aire con dos choclos uno en cada mano, como si fueran<br />

pistolas. La banda, entretanto, saquea el almacén. Luego se pier<strong>de</strong>n en los cerros (...). No se ha<br />

hecho ninguna muerte y, cosa curiosa, se ha robado las cuentas y vales <strong>de</strong> los gañanes" 205 . A su<br />

modo, los bandidos ayudaban a los peones o gañanes que siempre estaban en<strong>de</strong>udados en la<br />

pulpería <strong>de</strong>l patrón.<br />

La obra que mejor refleja esta parte <strong>de</strong> la realidad social es "Historias <strong>de</strong> Bandidos", <strong>de</strong><br />

Rafael Maluenda. Las narraciones más interesantes se refieren a un personaje auténtico, el famoso<br />

bandido Ciriaco Contreras. El autor ha recogido las anécdotas <strong>de</strong> los labios <strong>de</strong>l propio hijo <strong>de</strong>l<br />

bandido. Son cinco relatos que están enhebrados por la relación entre un médico <strong>de</strong> Talca y Ciriaco<br />

Contreras. En retribución por haberlo curado <strong>de</strong> una enfermedad, Ciriaco colaboró con el médico,<br />

que era liberal, en una elección con el fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>smontar el frau<strong>de</strong> <strong>de</strong> los conservadores. Maluenda<br />

narra parte <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Ciriaco: "Nadie en Talca ignoraba lo que había sido la vida <strong>de</strong> Ciriaco<br />

Contreras durante estos últimos cinco años, en que, perseguido por la policía, se hizo una reputación<br />

<strong>de</strong> románticos prestigios entre asaltos sangrientos y hábiles correrías <strong>de</strong> cuatrero. Todavía en la<br />

hacienda <strong>de</strong> Huaquén, don<strong>de</strong> naciera, había inquilinos que lo recordaban mozo or<strong>de</strong>nado y juicioso,<br />

acompañando a su padre en las labores agrícolas. Cuando se casó en Talca, Ciriaco Contreras<br />

realizó sus haberes para establecerse en San Fernando con un negocio carnicero.<br />

“Fue entonces cuando, envuelto en un proceso <strong>de</strong> cuatrerismo, lo con<strong>de</strong>naron a cinco años<br />

<strong>de</strong> cárcel por encubridor (...). Al recobrar la libertad, se encontró rechazado <strong>de</strong> todas partes y,<br />

entonces, <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> otros ambientes, comenzó su peregrinaje <strong>de</strong> trabajo hasta establecerse en<br />

Rancagua, don<strong>de</strong> tuvo créditos y apoyo <strong>de</strong> los hacendados Correa Toro (...). Después se fue a<br />

Chillán con ánimo <strong>de</strong> establecerse <strong>de</strong>finitivamente. Y allí la fatalidad le salió al encuentro en un día<br />

<strong>de</strong> carreras, durante la reyerta que una topeadura provocara entre un grupo <strong>de</strong> jinetes borrachos" 206 .<br />

Al dar muerte a su contendor, Ciriaco tuvo que huir: "Fueron meses <strong>de</strong> persecución y<br />

huídas, realizadas en medio <strong>de</strong> corridas azarosas y arriesgadas. Creyó un tiempo <strong>de</strong>spués que podía<br />

pasar inadvertido en un pueblo alejado y se estableció en San Javier con un negocio <strong>de</strong> carretas<br />

fletadoras, para el comercio minorista <strong>de</strong> los pueblecitos entre Talca y Parral. Pero, <strong>de</strong>scubierta su<br />

pista, renunció al trabajo organizado, <strong>de</strong>dicándose a pequeñas transacciones realizadas por terceras<br />

manos entre los comerciantes <strong>de</strong> ganado <strong>de</strong> la región. La existencia aventurera le puso en contacto<br />

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