INTERPRETACION MARXISTA - Universidad de Chile

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El 1º de Mayo hubo un mitin y una marcha de obreros que culminó con enfrentamientos con la policía. El 7 de mayo, la Cía. Inglesa y la Sudamericana de Vapores pidieron protección policial a la Gobernación Marítima para que sus operarios pudieran trabajar. El 11 de mayo se realizó otro combativo mitin, donde los obreros decidieron romper las negociaciones con los empresarios y combatir a los rompehuelgas o "krurniros" contratados por las compañías. El día 12, el movimiento se transformó en una huelga general de los trabajadores porteños. "Esa mañana -cuenta Jorge Gustavo Silva- después de un largo período de suspensión de las faenas en la Bahía (naves inmovilizadas por semanas y semanas; carga tirada sobre los muelles y los malecones; ir y venir de grupos, cada vez más numerosos, de obreros por las calles y avenidas; fracasados intentos de arreglo; en diarios y hojas sueltas, cálidos y apasionados artículos de guerra) se produce el primer hecho de sangre: un jefe de policía hiere de muerte, de un balazo en la cabeza, a un huelguista" 150 . Como respuesta a la represión gubernamental se desencadena un amotinamiento popular que culmina en el incendio del edificio de la Compañía Sudamericana de Vapores. "Las pobladas que recorrían las calles llegaban a 6 ó 7.000 hombres (...) En la tarde continuaron los saqueos. Entre otros negocios, cayeron en poder de los amotinados una relojería, una zapatería y algunos despachos" 151 . Joaquín Edwards Bello recordaba que "una multitud diferente de la de todos los días se descolgó de los cerros por la Plaza Sotomayor (...) Sonaron vidrios rotos, gritos y tiros. Murieron dos individuos, una mujer y uno de esos policiales de entonces, llamados pacos. Tiendas y casas cerraron puertas y ventanas (...) Entre los días 12 y 13 de mayo ardieron montones de mercaderías en los muelles (...) Los muertos desconocidos eran llevados a la Morgue. En la noche hubo saqueos y nuevos incendios y muertos, Al día siguiente, la ciudad era un campamento. En medio de las ruinas y de las humaderas se veían las carpas y armas de los soldados que habían llegado de Santiago y de Limache" 152 . El Ejército y la Marina reprimieron ferozmente a los manifestantes matando a cerca de 50 trabajadores e hiriendo a varios centenares. Asimismo, se disparó del edificio de El Mercurio ultimando a más de 10 obreros. La fuerza represiva tuvo más de cuarenta heridos, lo que da una idea aproximada de la respuesta popular. Un periódico obrero de la época denunciaba el significado de estos acontecimientos: "Desde la Revolución de 1891 ningún suceso de carácter puramente social ha producido una conmoción más honda en el país que el movimiento obrero de Valparaíso (...) Ha sucedido esta vez lo de siempre. Ha sido preciso cien o más muertos y, cerca de mil heridos, un malecón y un palacio incendiados, medio centenar de casas saqueadas, meetings ardientes, destituciones y toda una conmoción nacional, para que la voz de la clase social que más sufre con el régimen del desgobierno y de favoritismo que nos rige, se haya hecho oír del país y de sus gobernantes" 153 . La Semana Roja La rebelión popular de Santiago de octubre de 1905, conocida con el nombre de Semana Roja, -que coincidió por esos azares de la historia con la revolución rusa antizarista (22 de enero de 1905), de gran repercusión mundial- fue el segundo levantamiento, de carácter cuasi-insurreccional, que debió enfrentar el gobierno de Germán Riesco (1901-1906). La economía dependiente del país sufría todavía los efectos de la depresión mundial de 1900, como ya lo hemos analizado en páginas anteriores. Mientras la clase dominante vendía a los capitales europeos y norteamericanos las riquezas nacionales, especialmente salitre y cobre, y se repartía la renta minera con ostentación, en majestuosas casas y viajes a París, Roma y Londres, los pobres de Santiago habitaban por miles en miserables conventillos, con salarios de hambre, 60

entregando sus altas tasas de plusvalía a los empresarios, aparentemente ignorantes del volcán que pronto iba a estallar, sin mediación social y política. En ese momento propicio, como el Pope ruso Jorge Gapon en la Revolución de 1905, surgió la figura de un singular personaje: el "Pope Julio" o Juan José Julio Elizalde. Estimulado por la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, empezó en 1903 a publicar folletos en los que criticaba a los ricos, reivindicando la imagen de "Cristo pobre". Fernando Pinto Lagarrigue cuenta que este pedagogo, filósofo, poeta y orador prestó durante treinta años importantes servicios a la Curia, donde gozaba de reconocido prestigio por su talento. En febrero de 1905 fue suspendido de sus tareas sacerdotales por el Arzobispo de Santiago; desde hacía tiempo "se esmeraba en una prédica novedosa interpretando los evangelios, misterios y sacramentos de la Iglesia, en un sentido popular. Sostenía que la adoración de los santos debía entenderse como amor a la Humanidad, especialmente a las clases humildes que no recibían la debida protección del clero y de los aristócratas feligreses. Sus fundamentos, basados en la filosofía de Augusto Comte, de la cual se constituyó en propagandista, empezaron a difundirse en volantes que imprimía mediante colecta entre obreros" 154 . El diario "El Ferrocarril" llegó a difundir una de sus proclamas: "Tengo la honra de invitar a esta conferencia a todas las clases sociales y en especial a los hijos del pueblo (...) haré revelaciones sensacionales que por primera vez serán oídas y las cuales producirán en los oyentes un saludable asombro, porque tendrán la fuerza que encierra la verdad" 155 . A esta conferencia, efectuada en el Teatro Lírico (Moneda entre Teatinos y Amunátegui) asistieron más de cuatro mil personas que repletaron el teatro. Una de las galerías se hundió y en la desesperación en busca de la salida murieron aplastadas 12 personas. El viernes 21 de Abril, día que se celebraba la procesión del Santo Sepulcro, sus adeptos se concentraron por millares, intentando "destruir las andas de la procesión, lo que ocasionó una represión violenta de las fuerzas policiales" 156 . Meses más tarde, se produjo en Santiago, del 22 al 24 de octubre de 1905, un combativo movimiento que ha pasado a la historia con el nombre de la "Semana Roja de Santiago". Las organizaciones obreras convocaron a un gran mitin el domingo 22 de octubre en la Alameda de las Delicias para protestar por el encarecimiento del costo de la vida y exigir al gobierno de Germán Riesco que derogara el impuesto establecido sobre el ganado argentino, que hacía inaccesible el consumo de carne para el pueblo; de ahí el nombre de "Huelga de la Carne", con el que también es conocido este movimiento. El Mercurio reconoció que "puede calcularse entre 25.000 y 30.000 el total de personas congregadas allí al momento de ponerse en marcha la columna" 157 . Se nombró una comisión para que presentara al presidente de la República las conclusiones del comicio. Ante la negativa presidencial de recibir a la comisión, "el pueblo se enfureció - dice Carlos Vicuña Fuentes- y pretendió ingresar al Palacio de la Moneda por la fuerza (...) El pueblo se retiró de la Moneda, pero se desparramó iracundo por las calles, rompiendo faroles y vidrios y gritando desaforadamente. La policía cargó varias veces contra los manifestantes, que respondieron a pedradas. La sangre de los heridos empezó a correr en uno y otro bando (...) La policía entonces escasa, era manifiestamente impotente: el pueblo destrozaba los escaños de los paseos, los vidrios de los edificios públicos y los focos y faroles del alumbrado. Hacia la noche la Alameda presentaba un aspecto fantástico: los grandes mecheros de gas habían sido rotos en sus bases e incendiados allí (...) El día lunes 23 por la mañana la exasperación popular seguía a pesar de la fatiga" 158 . El 23 de octubre, el pueblo prácticamente ocupó la capital. Según Domingo Amunátegui Solar, unos "20.000 hombres, armados de palas y de barras de hierro, algunos con revólver, recorrían la Avenida de las Delicias de un extremo a otro (...) Fueron saqueados muchos almacenes de las calles San Diego, Arturo Prat y Maestranza. La Botica del Indio, situada en la esquina que 61

El 1º <strong>de</strong> Mayo hubo un mitin y una marcha <strong>de</strong> obreros que culminó con enfrentamientos<br />

con la policía. El 7 <strong>de</strong> mayo, la Cía. Inglesa y la Sudamericana <strong>de</strong> Vapores pidieron protección<br />

policial a la Gobernación Marítima para que sus operarios pudieran trabajar. El 11 <strong>de</strong> mayo se<br />

realizó otro combativo mitin, don<strong>de</strong> los obreros <strong>de</strong>cidieron romper las negociaciones con los<br />

empresarios y combatir a los rompehuelgas o "krurniros" contratados por las compañías.<br />

El día 12, el movimiento se transformó en una huelga general <strong>de</strong> los trabajadores porteños.<br />

"Esa mañana -cuenta Jorge Gustavo Silva- <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un largo período <strong>de</strong> suspensión <strong>de</strong> las faenas<br />

en la Bahía (naves inmovilizadas por semanas y semanas; carga tirada sobre los muelles y los<br />

malecones; ir y venir <strong>de</strong> grupos, cada vez más numerosos, <strong>de</strong> obreros por las calles y avenidas;<br />

fracasados intentos <strong>de</strong> arreglo; en diarios y hojas sueltas, cálidos y apasionados artículos <strong>de</strong> guerra)<br />

se produce el primer hecho <strong>de</strong> sangre: un jefe <strong>de</strong> policía hiere <strong>de</strong> muerte, <strong>de</strong> un balazo en la cabeza,<br />

a un huelguista" 150 .<br />

Como respuesta a la represión gubernamental se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na un amotinamiento popular<br />

que culmina en el incendio <strong>de</strong>l edificio <strong>de</strong> la Compañía Sudamericana <strong>de</strong> Vapores. "Las pobladas<br />

que recorrían las calles llegaban a 6 ó 7.000 hombres (...) En la tar<strong>de</strong> continuaron los saqueos.<br />

Entre otros negocios, cayeron en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los amotinados una relojería, una zapatería y algunos<br />

<strong>de</strong>spachos" 151 .<br />

Joaquín Edwards Bello recordaba que "una multitud diferente <strong>de</strong> la <strong>de</strong> todos los días se<br />

<strong>de</strong>scolgó <strong>de</strong> los cerros por la Plaza Sotomayor (...) Sonaron vidrios rotos, gritos y tiros. Murieron<br />

dos individuos, una mujer y uno <strong>de</strong> esos policiales <strong>de</strong> entonces, llamados pacos. Tiendas y casas<br />

cerraron puertas y ventanas (...) Entre los días 12 y 13 <strong>de</strong> mayo ardieron montones <strong>de</strong> merca<strong>de</strong>rías<br />

en los muelles (...) Los muertos <strong>de</strong>sconocidos eran llevados a la Morgue. En la noche hubo saqueos<br />

y nuevos incendios y muertos, Al día siguiente, la ciudad era un campamento. En medio <strong>de</strong> las<br />

ruinas y <strong>de</strong> las huma<strong>de</strong>ras se veían las carpas y armas <strong>de</strong> los soldados que habían llegado <strong>de</strong><br />

Santiago y <strong>de</strong> Limache" 152 .<br />

El Ejército y la Marina reprimieron ferozmente a los manifestantes matando a cerca <strong>de</strong> 50<br />

trabajadores e hiriendo a varios centenares. Asimismo, se disparó <strong>de</strong>l edificio <strong>de</strong> El Mercurio<br />

ultimando a más <strong>de</strong> 10 obreros. La fuerza represiva tuvo más <strong>de</strong> cuarenta heridos, lo que da una<br />

i<strong>de</strong>a aproximada <strong>de</strong> la respuesta popular.<br />

Un periódico obrero <strong>de</strong> la época <strong>de</strong>nunciaba el significado <strong>de</strong> estos acontecimientos:<br />

"Des<strong>de</strong> la Revolución <strong>de</strong> 1891 ningún suceso <strong>de</strong> carácter puramente social ha producido una<br />

conmoción más honda en el país que el movimiento obrero <strong>de</strong> Valparaíso (...) Ha sucedido esta vez<br />

lo <strong>de</strong> siempre. Ha sido preciso cien o más muertos y, cerca <strong>de</strong> mil heridos, un malecón y un palacio<br />

incendiados, medio centenar <strong>de</strong> casas saqueadas, meetings ardientes, <strong>de</strong>stituciones y toda una<br />

conmoción nacional, para que la voz <strong>de</strong> la clase social que más sufre con el régimen <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sgobierno y <strong>de</strong> favoritismo que nos rige, se haya hecho oír <strong>de</strong>l país y <strong>de</strong> sus gobernantes" 153 .<br />

La Semana Roja<br />

La rebelión popular <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1905, conocida con el nombre <strong>de</strong> Semana<br />

Roja, -que coincidió por esos azares <strong>de</strong> la historia con la revolución rusa antizarista (22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong><br />

1905), <strong>de</strong> gran repercusión mundial- fue el segundo levantamiento, <strong>de</strong> carácter cuasi-insurreccional,<br />

que <strong>de</strong>bió enfrentar el gobierno <strong>de</strong> Germán Riesco (1901-1906).<br />

La economía <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l país sufría todavía los efectos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión mundial <strong>de</strong><br />

1900, como ya lo hemos analizado en páginas anteriores. Mientras la clase dominante vendía a los<br />

capitales europeos y norteamericanos las riquezas nacionales, especialmente salitre y cobre, y se<br />

repartía la renta minera con ostentación, en majestuosas casas y viajes a París, Roma y Londres, los<br />

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