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11. Fundación

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

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— Hardin — dijo Wienis, vivamente—, está jugando con fuerzas demasiado<br />

grandes para usted.<br />

El alcalde ignoró al regente. Permaneció tranquilamente sentado a la luz<br />

nacarada de la bombilla de Átomo de bolsillo que tenía al lado, con una sonrisa<br />

irónica en su rostro.<br />

— Buenos días, majestad — dijo a Leopold—. Le felicito por su coronación.<br />

— Hardin — gritó Wienis de nuevo—, ordene a sus sacerdotes que regresen<br />

a sus quehaceres.<br />

Hardin levantó fríamente la vista.<br />

— Ordéneselo usted mismo, Wienis, y averigüe quién está jugando con<br />

fuerzas demasiado grandes. En este momento, no gira ni una sola rueda en<br />

Anacreonte. No hay ni una sola luz, excepto en los templos. En la mitad invernal del<br />

planeta no hay ni una sola caloría de calefacción, excepto en los templos. No hay<br />

una sola gota de agua corriente, excepto en los templos. Los hospitales no aceptan<br />

a más pacientes. Las plantas de energía están paradas. Todas las naves están<br />

posadas en el suelo. Si no le gusta, Wienis, usted mismo puede ordenar a los<br />

sacerdotes que vuelvan a sus quehaceres. Yo no quiero.<br />

— Por el Espacio, Hardin, lo haré. Si ha de ser una demostración, lo será.<br />

Veremos si sus sacerdotes pueden enfrentarse con el ejército. Esta noche, todos los<br />

templos del planeta estarán bajo supervisión del ejército.<br />

— Muy bien, pero ¿cómo va a dar las órdenes? Todas las líneas de<br />

comunicación del planeta están interrumpidas. Descubrirá que la radio no funciona,<br />

la televisión no funciona y las ultraondas no funcionan. De hecho, el único medio de<br />

comunicación del planeta que funcionaría, fuera de los templos, naturalmente, es el<br />

televisor de esta misma habitación, y yo lo he arreglado para que sirva únicamente<br />

de receptor.<br />

Wienis luchó inútilmente por recobrar el aliento, y Hardin continuó :<br />

— Si lo desea, puede ordenar a su ejército que entre en el templo Argólida,<br />

a pocos metros del palacio, y utilizar los aparatos de ultraondas para comunicarse<br />

con otras partes del planeta. Pero sí lo hace, me temo que el contingente del<br />

ejército sea hecho pedazos por la multitud, y entonces, ¿cómo protegerían su<br />

palacio, Wienis? ¿Y sus vidas, Wienis?<br />

Wienis dijo, atropelladamente:<br />

— Podemos aguantarlos, demonio. Esperaremos a que amanezca. Deje que<br />

la multitud grite y la energía siga cortada, pero aguantaremos. Y cuando llegue la<br />

noticia de que la <strong>Fundación</strong> ha sido tomada, su preciosa multitud descubrirá lo<br />

vacía que era su religión, y se alejarán de sus sacerdotes y se volverán contra ellos.<br />

Le doy hasta mañana al mediodía, Hardin, porque usted puede detener la energía<br />

en Anacreonte, pero no puede detener mi flota. — Su voz graznó exultantemente—.<br />

Están en camino, Hardin, con el gran crucero que usted mismo ordenó reparar, a la<br />

cabeza.<br />

Hardin repuso con ligereza:<br />

— Sí, el crucero que yo mismo ordené reparar…, pero a mi manera. Dígame,<br />

Wienis, ¿ha oído hablar de un relevador de ultraondas? No, ya veo que no. Bueno,<br />

dentro de unos dos minutos descubrirá lo que uno de ellos puede hacer.<br />

Conectó la televisión mientras hablaba, y se corrigió :<br />

— No, dentro de dos segundos. Siéntese, Wienis, y escuche.<br />

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