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11. Fundación

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

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— No me importa. Ya sabes que esto no tiene nada que ver con el caso. El<br />

hecho es que, aunque tú seas el regente y mi tío, yo sigo siendo el rey y tú eres mi<br />

súbdito. No deberías llamarme idiota ni sentarte en mi presencia. No me has pedido<br />

permiso. Creo que deberías tener cuidado, o es posible que haga algo… muy<br />

pronto.<br />

La mirada de Wienis era fría.<br />

— ¿Puedo referirme a vos como a « Vuestra Majestad» ?<br />

— Sí.<br />

— ¡Muy bien! ¡Vuestra Majestad es un idiota!<br />

Sus ojos oscuros despedían chispas por debajo de las enmarañadas cejas y<br />

el joven rey se sentó lentamente. Por momento, hubo una sardónica satisfacción en<br />

el rostro del regente, pero se desvaneció rápidamente. Sus gruesos labios se<br />

separaron en una sonrisa y una mano cayó sobre el hombro del rey.<br />

— No importa, Leopold. No tendría que haberte hablado tan duramente. A<br />

veces es difícil conducirse con verdadera propiedad cuando la presión de los<br />

acontecimientos es tal como… ¿Lo comprendes? — Pero, aunque las palabras eran<br />

conciliadoras, había algo en sus ojos que no acababa de suavizarse.<br />

Leopold dijo con inseguridad:<br />

— Sí. Los asuntos de Estado son endemoniadamente difíciles. — Se<br />

preguntó, no sin aprensión, si no iba a verse sometido a una incomprensible y<br />

detallada explicación sobre el año comercial con Smyrno y la interminable disputa<br />

sobre los mundos dispersos del Pasillo Rojo.<br />

Wienis hablaba de nuevo:<br />

— Muchacho, había pensado hablarte antes de esto, y quizá tendría que<br />

haberlo hecho, pero sé que tu joven espíritu se impacienta frente a los áridos<br />

detalles del arte de gobernar.<br />

Leopold asintió.<br />

— Bueno, eso está muy bien… Su tío le interrumpió firmemente y continuó :<br />

— Sin embargo, dentro de dos meses alcanzará s la mayoría de edad.<br />

Además, en los tiempos difíciles que vendrá n, tendrá s que tomar parte plena y<br />

activa. Será s rey de ahora en adelante, Leopold.<br />

Leopold asintió de nuevo, pero su expresión continuaba siendo vacía.<br />

— Habrá guerra, Leopold.<br />

— ¡Guerra! Pero hay una tregua con Smyrn…<br />

— No es con Smyrno. Es con la misma <strong>Fundación</strong> — Pero, tío, han accedido<br />

a reparar la nave. Dijiste… Su voz se desvaneció al observar el fruncimiento de<br />

labios de su tío.<br />

— Leopold. — Algo de la amabilidad había desaparecido—. Vamos a hablar<br />

de hombre a hombre. Tiene que haber guerra con la <strong>Fundación</strong>, reparen la nave o<br />

no; lo antes posible, en realidad, puesto que están reparándola. La <strong>Fundación</strong> es la<br />

fuente del poder y la fuerza. Toda la grandeza de Anacreonte, todas sus naves y<br />

ciudades y su pueblo y su comercio dependen de las migas y sobras del poder que<br />

la <strong>Fundación</strong> nos concede a regañadientes. Me acuerdo de la época en que las<br />

ciudades de Anacreonte se calentaban con carbón y petróleo ardiendo. Pero eso no<br />

importa; no podrías comprenderlo.<br />

— Parece — sugirió el rey tímidamente— que tendríamos que estarles<br />

agradecidos.<br />

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