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11. Fundación

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

Una de las características más interesantes de la novela es que se trata de un futuro muy lejano, decenas de miles de años en el futuro pero con condiciones netamente humanas. En este futuro la humanidad se ha extendido por toda la Galaxia adoptando una forma de gobierno imperial llamado el Imperio Galáctico el cual por extensión, tanto en tiempo como en espacio, comienza a corromperse y estancarse en cuanto a nuevos conocimientos científicos asumiendo que todo lo que el hombre puede o debe descubrir ya está hecho.

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— Uh–huh — gruñó Hardin secamente.<br />

— … Pero creemos que sería lo mejor para todos los implicados que<br />

Anacreonte estableciera su base militar en el planeta.<br />

— ¿Y eso es todo lo que quieren, una base militar en algún sitio del vasto<br />

territorio sin ocupar, y nada más que eso?<br />

— Bueno, naturalmente está la cuestión de sustentar a las fuerzas<br />

protectoras.<br />

La silla de Hardin cayó sobre sus cuatro patas, y sus hombros se inclinaron<br />

hasta casi rozar las rodillas.<br />

— Ahora estamos llegando a la esencia del problema. Traduzcamos sus<br />

palabras.<br />

ello.<br />

44<br />

Términus será un protectorado y pagará tributo.<br />

— Nada de tributo; impuestos. Nosotros les protegemos; ustedes pagan por<br />

Pirenne dejó caer la mano sobre la silla con repentina violencia.<br />

— Dé jeme hablar, Hardin. Eminencia, no me importan una oxidada moneda<br />

de medio crédito Anacreonte, Smyrno, o toda su política local y sus mezquinas<br />

guerras. Le digo que esto es una institución libre de impuestos apoyada por el<br />

Estado.<br />

— ¿Apoyada por el Estado? Pero nosotros somos el Estado, doctor Pirenne, y<br />

no les apoyamos.<br />

Pirenne se levantó airadamente.<br />

— Eminencia, soy el representante directo de…<br />

— … De su augusta majestad el emperador — coreó burlonamente Anselm<br />

ilustre Rodric—. Y yo soy el representante directo del rey de Anacreonte.<br />

Anacreonte está muchísimo más cerca, doctor Pirenne.<br />

— Volvamos a los negocios — apremió Hardin—. ¿Cómo aceptaría los<br />

llamados impuestos, eminencia? ¿Los aceptaría en especie: trigo, patatas,<br />

verduras, ganado?<br />

El subprefecto pareció sorprendido.<br />

— ¿Qué diablos…? ¿Para qué íbamos a necesitar todo eso? Tenemos grandes<br />

excedentes. Oro, claro está. Cromo o vanadio serían incluso mejor,<br />

incidentalmente, si los tienen en cantidad.<br />

Hardin se echó a reír.<br />

— ¡En cantidad! Ni siquiera tenemos hierro en cantidad. ¡Oro! Tenga, eche<br />

una mirada a nuestra moneda.<br />

— Lanzó una moneda al enviado.<br />

El ilustre Rodric la sopesó y miró fijamente.<br />

— ¿Qué es? ¿Acero?<br />

— En efecto.<br />

— No lo comprendo.<br />

— Términus carece prácticamente de metales. Los importamos todos. Por<br />

consiguiente, no tenemos oro ni nada con que pagar a menos que quiera unos<br />

cuantos miles de toneladas de patatas.<br />

— Pues… mercancías manufacturadas.

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