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09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

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mayorcitos para superarlo... No soy una doncel<strong>la</strong> ruborosa y tú no podrás convencerme de que<br />

eres un bestia.<br />

—De no ser por mí no te encontrarías metida en esto.<br />

—¿Y qué? Es una aventura.<br />

—Está bien. ¿Qué cama prefieres? ¿Por qué no te quedas <strong>la</strong> que está más cerca del baño? —Se<br />

dejó caer en <strong>la</strong> otra—. Hay algo más que me preocupa. Mientras estemos aquí, somos miembros<br />

de una tribu, tú y yo, incluso Hummin. Pertenecemos a otras tribus, no a sus propias cohortes, y<br />

<strong>la</strong> mayor parte de sus asuntos no nos competen a nosotros. Pero muchos asuntos sí son cosa mía.<br />

Por eso es por lo que he venido. Quiero saber algunas de <strong>la</strong>s cosas que ellos saben.<br />

—O creen saber —observó Dors con el típico escepticismo del historiador—. He oído que tienen<br />

leyendas que se suponen provenientes de los tiempos primitivos, pero no creo que puedan ser<br />

tomadas en serio.<br />

—No lo sabremos hasta que descubramos cuáles son esas leyendas. ¿Existen documentos<br />

sobre el<strong>la</strong>s fuera de aquí?<br />

—No, que yo sepa. Esta gente son terriblemente introvertidos, casi psicóticos en su introversión.<br />

Que Hummin haya podido romper sus barreras y conseguir que nos acepten, ya es<br />

sorprendente..., realmente sorprendente.<br />

Seldon reflexionó.<br />

—Debe de haber una salida por alguna parte. Amo del Sol se sorprendió..., en realidad, se<br />

enfadó, porque yo no sabía que Mycogen era una comunidad agríco<strong>la</strong>. Parece como si hubiera<br />

algo que quieren que se sepa.<br />

—El caso es que no hay nada que ocultar. Se supone que «Mycogen» es una pa<strong>la</strong>bra arcaica que<br />

significa «productor de levadura». Al menos, eso es lo que me han dicho. No soy paleolingüista.<br />

En todo caso, cultivan todas <strong>la</strong>s variedades de microalimentos..., levadura, c<strong>la</strong>ro está, junto con<br />

algas, bacterias, hongos multicelu<strong>la</strong>res y demás.<br />

—Eso es muy corriente. La mayor parte de los mundos tiene esa microcultura —explicó<br />

Seldon—. Incluso en Helicón tenemos algo.<br />

—Pero no como en Mycogen. Es su especialidad. Emplean métodos tan arcaicos como el nombre<br />

de su Sector: fórmu<strong>la</strong>s fertilizantes secretas, influencias ambientales secretas, ¿quién sabe qué?<br />

Todo es secreto.<br />

—¿Todo interior?<br />

—Y con rabia. Resumiendo: lo que producen es: proteínas y sutiles condimentos, de forma que<br />

su microalimento no se parece a ningún otro mundo. Conservan un volumen re<strong>la</strong>tivamente bajo<br />

y el precio altísimo. Nunca lo he probado y seguro que tú tampoco, pero se venden grandes<br />

cantidades a <strong>la</strong> burocracia Imperial y a <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses superiores de otros mundos. Mycogen<br />

depende de tales ventas para su desarrollo económico; o sea, ellos desean que todo el mundo<br />

sepa que ellos son <strong>la</strong> fuente de tan valioso alimento. Eso, al menos, no es ningún secreto.<br />

—Entonces, Mycogen debe ser muy rico.<br />

—No son pobres, pero sospecho que no persiguen <strong>la</strong> riqueza, sino <strong>la</strong> protección. El Gobierno<br />

Imperial les protege porque, sin ellos, esos microalimentos, que añaden sabores sutiles, especies<br />

exquisitas, a cada p<strong>la</strong>to, no existirían. Lo cual significa que Mycogen puede seguir con su peculiar<br />

forma de vida y mostrarse altanero con los vecinos, que, probablemente, los encuentran<br />

insoportables.<br />

Dors miró en derredor.<br />

—Viven con austeridad. He observado que no tienen holovisión, ni libro-pelícu<strong>la</strong>s.<br />

—He visto uno en <strong>la</strong> parte de arriba del ropero. —Seldon tendió <strong>la</strong> mano y miró el título—:<br />

¡Un libro de cocina! —exc<strong>la</strong>mó, abiertamente disgustado.<br />

Dors le ayudó a manipu<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s tec<strong>la</strong>s. Tardaron un poco, porque el orden no era del todo ortodoxo,<br />

pero al fin consiguió iluminar <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong> e inspeccionar <strong>la</strong>s páginas. Dijo:<br />

—Hay pocas recetas, pero en su mayor parte parece ser un conjunto de ensayos filosóficos<br />

sobre gastronomía.<br />

Lo cerró y le dio <strong>la</strong> vuelta para mirarlo.<br />

—Creo que se trata de una so<strong>la</strong> unidad. No veo cómo se puede expulsar <strong>la</strong> microtarjeta e<br />

insertar otra... ¿Un scanner para un sólo libro? ¡Bueno, esto sí que es malgastar!.<br />

—Quizá piensan que éste es el único ejemp<strong>la</strong>r que <strong>la</strong> gente necesita. —Tendió <strong>la</strong> mano hacia <strong>la</strong><br />

mesita que estaba entre <strong>la</strong>s dos camas y recogió otro objeto—. Podría ser un micrófono, pero<br />

no hay pantal<strong>la</strong>.

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