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09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

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—Sí, pero lo que yo digo, Dors, se refiere a demostraciones matemáticas. No veo cómo puedes<br />

aplicarlo a documentos históricos.<br />

Dors se defendió:<br />

—Los archivos no son eternos, Hari. Los bancos de memoria pueden destruirse, o desfasarse, como<br />

resultado de ciertos conflictos o, simplemente, estar deteriorados por el tiempo. Cualquier<br />

fragmento de memoria, cualquier documento que no se coteje durante cierto tiempo, se<br />

transforma en una acumu<strong>la</strong>ción de ruidos. Se dice que un tercio del archivo de <strong>la</strong> Biblioteca<br />

Imperial no guarda más que un archivo de incoherencia, aunque, como es natural, <strong>la</strong> costumbre<br />

no permite que se retiren esos documentos. Otras bibliotecas están menos obligadas por <strong>la</strong><br />

tradición. En <strong>la</strong> biblioteca universitaria de Streeling, retiramos lo que no vale cada diez años.<br />

«Normalmente, los documentos consultados con más frecuencia y duplicados a menudo en varios<br />

mundos y en diversas bibliotecas, gubernamentales y particu<strong>la</strong>res, están a salvo durante miles de<br />

años. Así que muchos de los hechos esenciales de <strong>la</strong> Historia galáctica siguen siendo conocidos, a<br />

pesar de que tuvieron lugar en los tiempos preimperiales. No obstante, cuanto más se retrocede,<br />

menos se conserva.<br />

—¡No lo puedo creer! —exc<strong>la</strong>mó Seldon—. Deberían sacarse copias nuevas de cualquier documento<br />

en peligro de desaparecer. ¿Cómo pueden dejarse perder los conocimientos?<br />

—Conocimientos no deseados, conocimientos inútiles —explicó Dors—. ¿Puedes imaginarte el<br />

tiempo, esfuerzos y energía malgastados en un continuo renovar de datos no utilizados? Y esas<br />

pérdidas irían aumentando progresivamente con el tiempo.<br />

—A pesar de eso, debería tenerse en cuenta el hecho de que alguien, en algún momento, podría<br />

necesitar unos datos, descartados con tanta imprudencia<br />

—Un dato determinado podría ser precisado una vez en mil años. Salvarlo todo por si se<br />

p<strong>la</strong>nteara semejante necesidad genera un costo. Incluso en <strong>la</strong> ciencia. Has hab<strong>la</strong>do de <strong>la</strong>s<br />

primitivas ecuaciones de gravitación y dicho que eran primitivas porque su descubrimiento se<br />

pierde en <strong>la</strong>s brumas de <strong>la</strong> antigüedad. ¿Y eso por qué? ¿Acaso vosotros, los matemáticos, no<br />

guardasteis todos los datos, toda <strong>la</strong> información, retrocediendo a los tiempos nebulosos en que<br />

se descubrieron dichas ecuaciones?<br />

Seldon gimió y no trató de responder a <strong>la</strong> pregunta.<br />

—Bien, Hummin —dijo—, ésa era <strong>la</strong> idea. A medida que miramos al pasado, y a medida que <strong>la</strong><br />

sociedad va disminuyendo, se hace más probable una psicohistoria útil. Pero el conocimiento se<br />

reduce a mayor velocidad que el tamaño, de modo que <strong>la</strong> psicohistoria se vuelve menos<br />

probable..., y lo menor supera a lo mayor.<br />

—C<strong>la</strong>ro que tenemos el Sector Mycogen —murmuró Dors.<br />

Hummin levantó <strong>la</strong> mirada rápidamente.<br />

—¡C<strong>la</strong>ro, y sería el lugar perfecto para insta<strong>la</strong>r a Seldon! Debí haberme dado cuenta.<br />

—¿El Sector Mycogen? —repitió Hari, pasando <strong>la</strong> mirada de uno a otra—. ¿Qué es y dónde está<br />

el Sector Mycogen?<br />

—Hari, por favor. Te lo diré después. En este momento, tengo mucho que preparar. Saldrás<br />

esta misma noche.<br />

33<br />

Dors había insistido para que Seldon durmiera un poco. Se marcharían entre dos luces, entre <strong>la</strong>s<br />

que se encienden y <strong>la</strong>s que se apagan, amparados por <strong>la</strong> «noche», mientras el resto de <strong>la</strong><br />

Universidad dormía. Insistió en que debía descansar aún.<br />

—¿Y permitir que tú duermas en el suelo? —preguntó Seldon.<br />

Dors se encogió de hombros.<br />

—La cama sólo sirve para uno y si ambos nos echamos en el<strong>la</strong>, ninguno de los dos dormirá.<br />

Seldon se <strong>la</strong> quedó mirando como si fuera a comérse<strong>la</strong>.<br />

—Está bien —dijo, al fin—, entonces dormiré en el suelo esta vez.<br />

—De ningún modo. Yo no he estado en coma bajo <strong>la</strong> nieve.<br />

Lo que sucedió fue que ninguno durmió, ni uno ni otro. Aunque oscurecieron <strong>la</strong> estancia, y a pesar<br />

de que el perpetuo zumbido de Trantor era sólo un rumor soñoliento en los confines<br />

re<strong>la</strong>tivamente silenciosos de <strong>la</strong> Universidad, Seldon sintió que necesitaba hab<strong>la</strong>r.<br />

—Te he causado muchos problemas, Dors, aquí, en <strong>la</strong> Universidad. Incluso te he mantenido<br />

alejada de tu trabajo. No obstante, siento mucho tener que dejarte.<br />

—No vas a dejarme. Te acompañaré, Hummin está gestionando un permiso de ausencia para mí.

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