09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots. La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

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—A decir verdad —interpuso Hummin—, también yo. —¿Prescindiendo de las matemáticas? —preguntó Seldon sonriendo. —Por favor —rogó Hummin. —Bien... —Seldon se concentró para elegir un método de presentación. Luego dijo—: Si deseáis comprender algún aspecto del Universo, os ayudará a hacerlo simplificando todo aquello que podáis e incluyendo sólo aquellas propiedades y características esenciales para la comprensión. Si queréis determinar cómo cae un objeto, debéis dejar de pensar en si es viejo o nuevo, rojo o verde, si huele o no. Elimináis aspectos como ésos y así no os complicaréis de manera innecesaria. La simplificación la podéis llamar modelo, o simulación, y podréis presentarla como una auténtica representación en una pantalla de computadora o como una relación matemática. Si pensáis en la primitiva teoría de la gravitación no relativista... Dors le interrumpió al momento: —Prometiste que no habría matemáticas. No trates de introducirlas llamándolas «primitivas»... —No, no. Me refiero a «primitiva» porque ha sido conocida hasta donde nuestros archivos alcanzan, y su descubrimiento está envuelto en las brumas de la antigüedad, como la rueda y el fuego. En todo caso, las ecuaciones para dicha teoría gravitacional contienen, en sí, una descripción de movimientos de un sistema planetario, de una doble estrella, de mareas, y de muchos otros detalles. Sirviéndonos de tales ecuaciones, podemos incluso presentar una simulación pictórica y poner a un planeta girando alrededor de una estrella, o dos estrellas rodeándose una a otra en una pantalla bidimensional o montar un sistema más complicado en una holografía tridimensional. Estas simulaciones simplificadas facilitan la comprensión de cualquier fenómeno, mucho más que si tuviéramos que estudiar el fenómeno en sí. En realidad, sin las ecuaciones gravitacionales, nuestros conocimientos de los movimientos planetarios y de la mecánica celeste serían escasísimos en verdad. »Ahora bien, a medida que se desea saber más y más sobre cualquier fenómeno, o cuando el fenómeno se hace más complejo, se necesitan ecuaciones más y más elaboradas, una programación más y más detallada y se acaba en una simulación computerizada que es más difícil de entender cada vez. —¿No puedes conseguir una simulación de la simulación? —preguntó Hummin—. Así pasarías a otro grado. —En ese caso, habría que eliminar ciertas características del fenómeno, características que es preciso incluir, y tu simulación resultaría inútil. La MSP, es decir, la «Menor Simulación Posible», gana en complejidad más que el objeto que está siendo simulado y, con el tiempo, la simulación alcanza el fenómeno. Así, hace millares de años se estableció que el Universo como un todo, en toda su complejidad, no puede ser representado mediante una simulación menor que él. »En otras palabras, es imposible conseguir una imagen del Universo como un todo si no se estudia el Universo entero. También se ha demostrado que si uno intenta sustituir simulaciones de una pequeña parte del Universo, luego de otra pequeña parte, y otra pequeña parte después, y así sucesivamente, con la intención de juntarlas todas para formar la imagen total del Universo, nos encontraríamos con que hay un número infinito de partes semejantes simuladas. Por lo tanto, llevaría un tiempo infinito comprender del todo el Universo y eso es otro modo de decir que resulta imposible obtener todos los conocimientos que existen. —Hasta ahora, lo voy comprendiendo —confesó Dors un poco asombrada. —Bien, pues, sabemos que las cosas relativamente sencillas son fáciles de simular y que a medida que se van haciendo más complejas se vuelven más difíciles de simular también hasta que, finalmente, es imposible simularlas. Pero, ¿a qué nivel de complejidad la simulación deja de ser posible? Bien, lo que he demostrado, sirviéndome de una técnica matemática descubierta por primera vez en el siglo pasado y escasamente utilizada incluso si uno se sirve de una rapidísima y gran computadora, es que nuestra sociedad galáctica no está a la altura. Puede ser representada por una simulación más simple que ella misma. Y yo pretendía demostrar que eso daría como resultado la posibilidad de predecir acontecimientos futuros de forma estadística...; es decir, estableciendo la probabilidad de una serie de acontecimientos alternos, más que prediciendo con claridad que alguno de ellos tendrá lugar. —En tal caso —observó Hummin—, dado que puedes simular provechosamente la sociedad galáctica, sólo es cuestión de que lo hagas. ¿Por qué no es práctico? —Lo único que he demostrado es que no llevará un tiempo infinito comprender la sociedad galáctica pero, si se precisan mil millones de años, conseguirlo seguiría sin ser práctico. Por

tanto, en esencia, para nosotros sería como un tiempo infinito. —¿Es ése el tiempo que llevaría? ¿Mil millones de años? —No he podido descubrir con exactitud cuánto tiempo tardaría, pero tengo la firme sospecha de que llevaría como mínimo, mil millones de años, por eso mencioné este número. —Pero, en realidad, no lo sabes. —He tratado de resolverlo. —¿Sin éxito? —Sin éxito. —¿No te sirve la biblioteca de la Universidad? —Hummin miró hacia Dors al formular la pregunta. Seldon movió la cabeza en un gesto negativo. —En absoluto. —¿No puede ayudarte Dors? Dors suspiró. —Yo no sé nada sobre ese tema, Chetter. Sólo puedo sugerir sistemas de búsqueda. Si Hari busca y no encuentra, mi ayuda es inútil. Hummin se puso en pie. —En tal caso, no nos sirve de nada quedarnos en la Universidad y yo debo encontrar un lugar donde esconderte. Seldon alargó la mano y rozó su manga. —Tengo una idea. Hummin se le quedó mirando con los ojos entrecerrados, lo que parecía indicar sorpresa... o sospecha. —¿Cuándo se te ha ocurrido? ¿Ahora mismo? —No, hace algún tiempo que me ronda la cabeza, desde unos días antes de ir a Arriba. Esa pequeña experiencia la eclipsó de momento, pero el preguntarme por la biblioteca me lo ha recordado. Hummin volvió a sentarse. —Cuéntamela..., si no se trata de algo que esté rebozado en matemáticas. —Nada de matemáticas. Ocurrió que mientras leía Historia en la biblioteca pensé que la sociedad galáctica era menos complicada en el pasado. Hace doce mil años, cuando el Imperio estaba siendo establecido, la Galaxia contenía sólo unos diez millones de mundos habitados. Veinte mil años atrás, los reinos preimperiales incluían unos diez mil mundos en total. Adentrándome aún más en el pasado, ¿quién puede decir hasta dónde se reducía la sociedad? ¿Quizás a un solo mundo, como en las leyendas que tú mismo mencionaste, Hummin? —¿Y crees que podrías resolver la psicohistoria si trataras con una sociedad galáctica más simplificada? —Sí, me parece que sería factible hacerlo. —Entonces —exclamó Dors entusiasmada—, supón que resuelves la psicohistoria para una sociedad del pasado más pequeña, y que puedes predecir, a partir de un estudio de la situación preimperial, lo que debería haber ocurrido mil años después de la formación del Imperio , entonces, podrías comprobar la situación de aquella época y ver cuánto te habías aproximado a la realidad. —Si tenemos en cuenta que sabrías de antemano la situación del año 1000 de la Era Galáctica, no sería una prueba justa —observó Hummin con frialdad— De una forma inconsciente, te dejarías influir por tus conocimientos previos y te sentirías empujado a elegir valores para tu ecuación que, con independencia de lo que hicieras, te darían la solución. —No lo creo —dijo Dors—. Desconocemos la situación del año 1000 de la E.G., dato que deberíamos buscar. Después de todo, eso ocurrió hace once milenios. El rostro de Seldon era la imagen de la desesperanza. —¿Qué quieres decir con que no conocemos bien la situación del año 1000 de la E.G.? Ya había computadoras entonces, ¿verdad, Dors? —Por supuesto que sí. —Y unidades de almacenamiento de memoria y grabaciones auditivas y visuales. Deberíamos disponer de todos los documentos del año 1000 E.G., como tenemos los del 12020 E.G. —En teoría sí, pero en la práctica... Bueno, ya sabes, Hari, es lo que tú dices. Podemos tener todos los archivos del año 1000, mas no sería práctico contar con ellos.

—A decir verdad —interpuso Hummin—, también yo.<br />

—¿Prescindiendo de <strong>la</strong>s matemáticas? —preguntó Seldon sonriendo.<br />

—Por favor —rogó Hummin.<br />

—Bien... —Seldon se concentró para elegir un método de presentación. Luego dijo—: Si deseáis<br />

comprender algún aspecto del Universo, os ayudará a hacerlo simplificando todo aquello que<br />

podáis e incluyendo sólo aquel<strong>la</strong>s propiedades y características esenciales para <strong>la</strong> comprensión. Si<br />

queréis determinar cómo cae un objeto, debéis dejar de pensar en si es viejo o nuevo, rojo o<br />

verde, si huele o no. Elimináis aspectos como ésos y así no os complicaréis de manera innecesaria.<br />

La simplificación <strong>la</strong> podéis l<strong>la</strong>mar modelo, o simu<strong>la</strong>ción, y podréis presentar<strong>la</strong> como una auténtica<br />

representación en una pantal<strong>la</strong> de computadora o como una re<strong>la</strong>ción matemática. Si pensáis en <strong>la</strong><br />

primitiva teoría de <strong>la</strong> gravitación no re<strong>la</strong>tivista...<br />

Dors le interrumpió al momento:<br />

—Prometiste que no habría matemáticas. No trates de introducir<strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mándo<strong>la</strong>s «primitivas»...<br />

—No, no. Me refiero a «primitiva» porque ha sido conocida hasta donde nuestros archivos<br />

alcanzan, y su descubrimiento está envuelto en <strong>la</strong>s brumas de <strong>la</strong> antigüedad, como <strong>la</strong> rueda y el<br />

fuego. En todo caso, <strong>la</strong>s ecuaciones para dicha teoría gravitacional contienen, en sí, una<br />

descripción de movimientos de un sistema p<strong>la</strong>netario, de una doble estrel<strong>la</strong>, de mareas, y de<br />

muchos otros detalles. Sirviéndonos de tales ecuaciones, podemos incluso presentar una<br />

simu<strong>la</strong>ción pictórica y poner a un p<strong>la</strong>neta girando alrededor de una estrel<strong>la</strong>, o dos estrel<strong>la</strong>s<br />

rodeándose una a otra en una pantal<strong>la</strong> bidimensional o montar un sistema más complicado en una<br />

holografía tridimensional. Estas simu<strong>la</strong>ciones simplificadas facilitan <strong>la</strong> comprensión de cualquier<br />

fenómeno, mucho más que si tuviéramos que estudiar el fenómeno en sí. En realidad, sin <strong>la</strong>s<br />

ecuaciones gravitacionales, nuestros conocimientos de los movimientos p<strong>la</strong>netarios y de <strong>la</strong><br />

mecánica celeste serían escasísimos en verdad.<br />

»Ahora bien, a medida que se desea saber más y más sobre cualquier fenómeno, o cuando el<br />

fenómeno se hace más complejo, se necesitan ecuaciones más y más e<strong>la</strong>boradas, una<br />

programación más y más detal<strong>la</strong>da y se acaba en una simu<strong>la</strong>ción computerizada que es más<br />

difícil de entender cada vez.<br />

—¿No puedes conseguir una simu<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong> simu<strong>la</strong>ción? —preguntó Hummin—. Así pasarías a<br />

otro grado.<br />

—En ese caso, habría que eliminar ciertas características del fenómeno, características que es<br />

preciso incluir, y tu simu<strong>la</strong>ción resultaría inútil. La MSP, es decir, <strong>la</strong> «Menor Simu<strong>la</strong>ción Posible»,<br />

gana en complejidad más que el objeto que está siendo simu<strong>la</strong>do y, con el tiempo, <strong>la</strong> simu<strong>la</strong>ción<br />

alcanza el fenómeno. Así, hace mil<strong>la</strong>res de años se estableció que el Universo como un todo, en toda<br />

su complejidad, no puede ser representado mediante una simu<strong>la</strong>ción menor que él.<br />

»En otras pa<strong>la</strong>bras, es imposible conseguir una imagen del Universo como un todo si no se<br />

estudia el Universo entero. También se ha demostrado que si uno intenta sustituir simu<strong>la</strong>ciones<br />

de una pequeña parte del Universo, luego de otra pequeña parte, y otra pequeña parte<br />

después, y así sucesivamente, con <strong>la</strong> intención de juntar<strong>la</strong>s todas para formar <strong>la</strong> imagen total del<br />

Universo, nos encontraríamos con que hay un número infinito de partes semejantes simu<strong>la</strong>das. Por<br />

lo tanto, llevaría un tiempo infinito comprender del todo el Universo y eso es otro modo de decir<br />

que resulta imposible obtener todos los conocimientos que existen.<br />

—Hasta ahora, lo voy comprendiendo —confesó Dors un poco asombrada.<br />

—Bien, pues, sabemos que <strong>la</strong>s cosas re<strong>la</strong>tivamente sencil<strong>la</strong>s son fáciles de simu<strong>la</strong>r y que a medida<br />

que se van haciendo más complejas se vuelven más difíciles de simu<strong>la</strong>r también hasta que,<br />

finalmente, es imposible simu<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s. Pero, ¿a qué nivel de complejidad <strong>la</strong> simu<strong>la</strong>ción deja de<br />

ser posible? Bien, lo que he demostrado, sirviéndome de una técnica matemática descubierta<br />

por primera vez en el siglo pasado y escasamente utilizada incluso si uno se sirve de una<br />

rapidísima y gran computadora, es que nuestra sociedad galáctica no está a <strong>la</strong> altura. Puede ser<br />

representada por una simu<strong>la</strong>ción más simple que el<strong>la</strong> misma. Y yo pretendía demostrar que<br />

eso daría como resultado <strong>la</strong> posibilidad de predecir acontecimientos futuros de forma estadística...;<br />

es decir, estableciendo <strong>la</strong> probabilidad de una serie de acontecimientos alternos, más que<br />

prediciendo con c<strong>la</strong>ridad que alguno de ellos tendrá lugar.<br />

—En tal caso —observó Hummin—, dado que puedes simu<strong>la</strong>r provechosamente <strong>la</strong> sociedad<br />

galáctica, sólo es cuestión de que lo hagas. ¿Por qué no es práctico?<br />

—Lo único que he demostrado es que no llevará un tiempo infinito comprender <strong>la</strong> sociedad<br />

galáctica pero, si se precisan mil millones de años, conseguirlo seguiría sin ser práctico. Por

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