24.06.2015 Views

09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Pero no sé adonde.<br />

—Busca en <strong>la</strong> pantal<strong>la</strong> de <strong>la</strong> computadora y elige un punto al azar —sugirió Seldon.<br />

—De ningún modo —exc<strong>la</strong>mó Hummin—. Si lo hiciéramos así, tanto podemos encontrar algo<br />

más seguro que mucho menos seguro. No, este asunto debe ser estudiado y razonado..., aunque,<br />

no sé cómo.<br />

32<br />

Los tres permanecieron reunidos en <strong>la</strong> habitación de Seldon hasta después del almuerzo.<br />

Durante ese tiempo, Hari y Dors hab<strong>la</strong>ron de vez en cuando, tranqui<strong>la</strong>mente, sobre diferentes<br />

temas, pero Hummin se mantuvo casi en completo silencio. Permaneció sentado, erguido; comió<br />

poco, y su expresión grave (que, en opinión de Seldon, le hacía parecer más viejo de lo que era)<br />

le mantuvo encerrado en sí mismo.<br />

Seldon le imaginaba repasando <strong>la</strong> inmensa geografía de Trantor, buscando, mentalmente, un rincón<br />

que fuera ideal. Resultaba obvio que no era una tarea fácil.<br />

El propio Helicón de Seldon era algo mayor, en escaso porcentaje, que Trantor y tenía un océano<br />

más pequeño. La superficie del p<strong>la</strong>neta heliconiano era, tal vez, un 10 % mayor que <strong>la</strong> de Trantor.<br />

Pero Helicón estaba poco pob<strong>la</strong>do, de ahí su superficie salpicada de ciudades; Trantor era todo<br />

ciudad. Donde Helicón estaba dividido en veinte Sectores administrativos, Trantor contaba más<br />

de ochocientos y cada uno de éstos era, en sí, un complejo de subdivisiones.<br />

Por fin Seldon, desesperado, sugirió:<br />

—Quizá fuera mejor, Hummin, elegir qué candidato a mis supuestas habilidades es el más<br />

bondadoso, entregarme a él, y asegurarnos de que me defendiera de los demás.<br />

Hummin levantó <strong>la</strong> mirada.<br />

—No va a ser necesario —dijo con extrema seriedad—. Conozco al candidato que va a ser más<br />

bondadoso y que ya te tiene.<br />

Seldon sonrió.<br />

—¿Te colocas al mismo nivel que el alcalde de Wye y que el Emperador de toda <strong>la</strong> Ga<strong>la</strong>xia?<br />

—Desde el punto de vista de <strong>la</strong> posición, no. Pero en cuanto al deseo de contro<strong>la</strong>rte, rivalizo con<br />

ambos. Sin embargo, ellos y cualquier otro que se me ocurra que pueda desear tenerte lo hará a<br />

fin de reforzar su propio poder y su riqueza, mientras que yo no tengo más ambición que el bien<br />

de <strong>la</strong> Ga<strong>la</strong>xia.<br />

—Sospecho —observó Seldon secamente— que cada uno de tus rivales, si se les interrogara,<br />

insistiría en que él también pensaba sólo en el bien de <strong>la</strong> Ga<strong>la</strong>xia.<br />

—Estoy seguro de que así sería; sin embargo, hasta ahora, el único de mis rivales, como tú les<br />

l<strong>la</strong>mas, que tú conozcas, es el Emperador y se interesaba porque le ade<strong>la</strong>ntaras supuestas<br />

predicciones que pudieran estabilizar su dinastía. Yo no te pido nada parecido. Lo único que<br />

deseo es que perfecciones tu técnica psicohistórica de forma que tus predicciones, aunque sólo<br />

sean de naturaleza estadística, resulten matemáticamente válidas.<br />

—Cierto. Por lo menos hasta ahora —asintió Seldon, con una media sonrisa.<br />

—Por lo tanto, puedo preguntarte: ¿Qué tal se presenta tu tarea? ¿Has progresado?<br />

Seldon dudó si echarse a reír o enfurecerse. Después de una pausa, no hizo ni una cosa ni otra, sino<br />

que logró responder con calma:<br />

—¿Progresado? ¿En menos de dos meses? Hummin, esto es algo que puede llegar a ocupar<br />

toda mi vida y <strong>la</strong>s vidas de <strong>la</strong>s docenas de los que me sigan e incluso..., acabar fracasando.<br />

—No te estoy hab<strong>la</strong>ndo de nada tan definitivo como una solución, ni siquiera como <strong>la</strong> esperanza<br />

de un principio de solución. Has dec<strong>la</strong>rado infinidad de veces que una psicohistoria útil es posible<br />

pero no práctica. Lo único que te estoy pidiendo es si te parece que existe alguna esperanza de<br />

que pueda hacerse práctica.<br />

—Con toda franqueza, no.<br />

—Perdonadme —intervino Dors—. No soy matemática, así que deseo que mi pregunta no os<br />

parezca una idiotez. ¿Cómo podéis saber que algo es, a <strong>la</strong> vez, posible pero no práctico? Te he oído<br />

decir, Hari, que, en teoría, podrías intentar visitar y saludar a toda <strong>la</strong> gente del Imperio, pero que<br />

no sería práctico porque no vivirías lo bastante para llevarlo a cabo. Pero, ¿cómo puedes decir que<br />

<strong>la</strong> psicohistoria es algo de este tipo?<br />

Seldon miró a Dors con incredulidad.<br />

—¿Quieres que te lo explique?<br />

—Sí —contestó el<strong>la</strong> sacudiendo vigorosamente <strong>la</strong> cabeza de modo que sus rizos se agitaron.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!