24.06.2015 Views

09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Como te he dicho, Hummin, me has metido el miedo de Demerzel en el cuerpo. Tan pronto<br />

como vi el mini-jet, supuse que venía a por mí, que había cometido una imprudencia y salido fuera<br />

del área protectora de <strong>la</strong> Universidad de Streeling al ir a Arriba; que había sido atraído allí con<br />

<strong>la</strong> intención específica de que me detuvieran sin ninguna dificultad.<br />

—Leggen, por el contrario... —interrumpió Dors.<br />

—¿Estuvo aquí anoche? —preguntó Seldon vivamente.<br />

—Sí, ¿no te acuerdas?<br />

—De un modo muy vago. Me encontraba muerto de cansancio. No es más que una mancha en<br />

mi memoria.<br />

—Bueno, cuando Leggen estuvo aquí anoche dijo que el mini-jet era una nave meteorológica<br />

procedente de otra estación. Perfectamente normal. Perfectamente inocua.<br />

—¿Cómo? No puedo creerlo.<br />

—La cuestión, ahora, es: ¿por qué no lo crees? ¿Había algo en el mini-jet que te hizo pensar que<br />

fuera peligroso? Algo específico, quiero decir, y no sólo una sospecha insistente que yo te hubiera<br />

metido en <strong>la</strong> cabeza.<br />

Seldon reflexionó, mordiéndose el <strong>la</strong>bio inferior.<br />

—Sus movimientos. Daba <strong>la</strong> sensación de que metía el morro por debajo de <strong>la</strong>s capas de nubes<br />

buscando algo; luego, aparecía por otro punto del mismo modo, después en otro y así<br />

sucesivamente. Parecía buscar algo, metódicamente, por Arriba, Sección por Sección, volviendo<br />

siempre a donde yo estaba.<br />

—Quizá personalizabas demasiado, Seldon. Pudiste tratar al mini-jet como si fuera un extraño<br />

animal que fuera en tu busca —observó Hummin—. Desde luego, no lo era. Sólo se trataba de un<br />

mini-jet y si se trataba de una nave meteorológica, sus movimientos eran perfectamente<br />

normales..., e inofensivos.<br />

—A mí no me lo pareció así —porfió Seldon.<br />

—Te creo, pero <strong>la</strong> verdad es que no sabemos nada. Tu convicción de que estabas en peligro es una<br />

mera suposición. La decisión de Leggen de que era una nave meteorológica es una suposición<br />

también.<br />

—No puedo creer que actuara inocentemente —insistió Seldon, obstinado.<br />

—Bueno —concedió Hummin—, supongamos que aceptamos lo peor...: <strong>la</strong> nave estaba buscándote.<br />

¿Cómo podía saber, quienquiera que fuera en el<strong>la</strong> a buscarte, que te hal<strong>la</strong>bas allí para ser<br />

encontrado?<br />

Dors intervino.<br />

—Pregunté al doctor Leggen si en su informe previo al trabajo meteorológico, había incluido <strong>la</strong><br />

información de que Hari iría con el grupo. No tenía por qué hacerlo, en circunstancias ordinarias y<br />

negó haberlo hecho; además, pareció muy sorprendido ante mi pregunta. Yo lo creí.<br />

—Pues no lo hagas con tanta facilidad —dijo Hummin, pensativo—. ¿Acaso no lo negaría, de ser<br />

cierto? Ahora, pregúntate por qué permitió, en primer lugar, que Seldon los acompañara.<br />

Sabemos que protestó al principio, pero que acabó cediendo, y sin demasiada dificultad. Y eso,<br />

para mí, desentona con él estilo de Leggen.<br />

—Parece más p<strong>la</strong>usible que preparara <strong>la</strong> cosa —comentó Dors—. Quizá permitió <strong>la</strong> compañía de<br />

Hari a fin de ponerle en situación de ser aprehendido. Pudo haber recibido órdenes al efecto.<br />

Podemos añadir, además, que animó a <strong>la</strong> joven interna, Clowzia, a entretener a Hari y apartarle<br />

del grupo, dejándole ais<strong>la</strong>do. Esto justificaría <strong>la</strong> falta de preocupación de Leggen por <strong>la</strong> ausencia<br />

de Hari cuando llegara <strong>la</strong> hora de marcharse. Insistiría en que Hari bajó antes, algo que él había<br />

preparado ya, puesto que le explicó cómo bajar solo. También justificaría su desgana de subir<br />

en su busca, dado que no querría perder tiempo en tratar de encontrar a alguien que él sabía<br />

muy bien que no iba a estar allí.<br />

Hummin, que había escuchado atentamente, observó:<br />

—P<strong>la</strong>nteas muy bien el caso en contra suya, pero tampoco lo aceptaremos. Después de todo, al<br />

final te acompañó.<br />

—Porque habíamos detectado pasos. El jefe de Sismología puede dar fe de ello.<br />

—Bien, ¿demostró Leggen sorpresa y asombro cuando encontrasteis a Seldon? Quiero decir, por<br />

encima del hecho de hal<strong>la</strong>r a alguien expuesto a un peligro extremo por <strong>la</strong> propia negligencia de<br />

Leggen, ¿obró como si Seldon no hubiera debido estar allí? ¿Se comportó como si se preguntara:<br />

cómo es que no se lo han llevado?<br />

Dors pensó cuidadosamente, y contestó:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!