24.06.2015 Views

09. Preludio a la Fundación

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

La historia comienza con la llegada de Hari Seldon al planeta-ciudad de Trántor desde su planeta natal, Helicón, para asistir a una Convención de Matemáticos. Allí se verá envuelto en un conflicto entre el alcalde de Wye, un Sector de Trántor, y el Emperador Galáctico Cleón I. Ambos quieren apoderarse de la psicohistoria que Seldon ha intuido que se puede desarrollar a partir de ciertas formulaciones matemáticas puramente teóricas. Así, se ve forzado a huir por varios Sectores del planeta Trántor (capital del Imperio Galáctico), en las que entra en contacto con las leyendas sobre la Tierra y los robots.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¿Y si no informan?<br />

—Entonces, tendré que suponer que sus aparatos no funcionaron. Suele ocurrir. —Tenía el puño<br />

cerrado y crispado—. ¿Hemos terminado ya?<br />

—Espera un momento. ¿De dónde supones que podía haber venido el mini-jet?<br />

—De cualquier estación que los use. Con un día de ante<strong>la</strong>ción, y se les avisa con mucho más<br />

tiempo, cualquiera de esas naves puede llegar hasta nosotros desde cualquier punto del<br />

p<strong>la</strong>neta.<br />

—¿De dónde es más probable que lo haga?<br />

—Resulta difícil decirlo. ¿Hestelonia, Wye, Ziggoreth, Damiano del Norte...? Desde cualquiera de<br />

estas cuatro estaciones, pero podría pertenecer a alguna de <strong>la</strong>s cuarenta y tantas restantes.<br />

—Una pregunta más, sólo una más. Cuando anunciaste que tu grupo estaría Arriba, ¿mencionaste,<br />

por casualidad, que un matemático, el doctor Seldon, os acompañaría?<br />

Una expresión de profunda y sincera sorpresa cruzó por el rostro de Leggen, una expresión que,<br />

al momento, se volvió despectiva:<br />

—¿Y por qué iba yo a mencionar nombres? ¿A quién podían interesar?<br />

—Está bien —concluyó Dors—. La verdad del caso es pues que el doctor Seldon vio el mini-jet<br />

y le desconcertó, no sé bien por qué, y su memoria está algo confusa aún. Más o menos, huyó<br />

del mini-jet, se perdió y no intentó regresar, o no se atrevió, hasta que se hizo de noche, y no<br />

supo orientarse a oscuras. No se te puede censurar por ello, así que olvidémoslo por ambas<br />

partes. ¿De acuerdo?<br />

—De acuerdo. ¡Adiós! —Dio media vuelta y se marchó.<br />

Cuando Leggen se hubo ido, Dors se levantó, quitó <strong>la</strong>s zapatil<strong>la</strong>s a Seldon con cuidado, lo colocó<br />

bien en <strong>la</strong> cama y lo tapó. Estaba profundamente dormido, desde luego.<br />

Entonces, se sentó y empezó a meditar. ¿Cuánto de lo que Leggen había dicho era cierto, y qué<br />

era posible que ocultase bajo sus pa<strong>la</strong>bras? Lo ignoraba.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!